Capitulo 14
Al fondo del pasillo de la cuarta planta había una gran cristalera que llegaba hasta el techo. Por ella se podían ver los copos de nieve caer indiscriminadamente empujados por el gélido viento.
Mi mirada se había perdido en la lejanía. Ya no me quedaban más lágrimas.
Sentado en una de las sillas de plástico del pasillo del hospital cerraba los ojos cansados por la espera. Hacía tres horas que Eun mi estaba en el quirófano. Sang Hee se había quedado dormida sentada encima de Changmin que apoyaba la cabeza en la pared azul mientras la abrazaba.
No sé en qué momento Mih wa había venido acompañada de Junsu, tampoco me importaba. Intentaba borrar de mi cabeza la imagen de Eun mí en la ambulancia, piel pálida, sus labios morados… el vestido blanco teñido de rojo cortado por los sanitarios, que habían estado a punto de perderla de camino al hospital, había entrado crítica en el quirófano.
Me levante a recorrer el pasillo, como había hecho otras quinientas mil veces durante las horas anteriores. En ese momento apareció el cirujano quitándose los guantes de látex y bajando la mascarilla que le cubría la mitad de la cara.
- ¿Acompañantes de Jeong Eun mí? – Dijo el hombre con voz cansada.
- Sí. – Respondimos a la vez Mih wa, Junsu y Yo. Changmin que estaba dormitando abrió los ojos y dirigió su mirada al médico sin decir nada.
- Ha sido una operación complicada la bala no tenía orificio de salida y había varios puntos dañados. Nos ha costado mantenerla pero parece que está recuperando las constantes. No está fuera de peligro… no les voy a mentir, ahora hay que seguir su evolución atentamente, puede llegar a tener alguna recaída grave. La mantendremos sedada, de momento solo podemos esperar. – Apoyé mi mano en la pared y poco a poco fui bajando hasta sentarme de nuevo en la silla de plástico. Suspiré mirando a Mih wa, que se abrazó a Junsu con la mano en la boca tapando los sollozos.
- ¿Cuándo podremos verla? – Pregunté con la poca voz que me salió.
- En unas horas una enfermera vendrá a avisarles.
- Gracias – Contesté. El médico asintió y se marchó por la puerta por la que había salido. Changmin, que estaba justo a mi lado aún con Sang Hee en brazos, me dio una palmada en el hombro.
- Tranquilo, es una tía cabezona… saldrá de esta. – Dijo con voz ronca. Le miré sin decirle nada, estaba cansado y a Sang Hee la faltaba roncar.
- Changmin_ah, iros a dormir me quedo yo.
- Tu estas igual que nosotros así que nos quedamos.
- No digas tonterías, iros y mañana venís a relevarme. ¿ok? – Dije para que se fueran.
- Está bien…Sang Hee… - Dijo susurrando.. – Venga que nos vamos nena… - Ella se acurruco un poco más. Changmin al ver que ella no tenía intención de despertarse se levantó cogiéndola en brazos. – Mañana venimos por la mañana – Dijo Changmin mientras yo le daba la chaqueta y el bolso que tenía Sang Hee en la silla contigua.
- Vale, no te preocupes, cualquier cosa y os llamo.
Mih wa y Junsu se sentaron a mi lado mientras veíamos como Changmin esperaba el ascensor. Yo apoye mi cabeza en la pared dejándome escurrir un poco en la silla.
Pasaron un par de horas y allí seguíamos esperando noticias de la enfermera que nunca llegaba. Junsu bajó a comprar algo para tomar. Mih wa no podía creer lo que había pasado, no había quitado su cara de terror desde que se había enterado de lo ocurrido. Al rato volvió Junsu con algo parecido a una cena. No tenía hambre, pero aun así comí.
Las horas en el hospital siempre parecían pasar demasiado despacio, fui varias veces al baño para lavarme la cara e intentar despejarme procurando no mirarme mucho al espejo. Tenía mala cara. Entre las ojeras, lo pálido que estaba y los pelos despeinados realmente daba miedo. Cuando salí del baño vi a una enfermera acercarse a Mih wa y a Junsu. Aceleré el paso para llegar cuanto antes a donde estaban.
- Sí... exacto. – Decía la enfermera.
- ¿Qué ocurre? – Dije rápidamente.
- Estaba diciéndonos que por la hora que es ya no podemos pasar a verla todos, pero que alguien se puede quedar esta noche con ella. – Me informó Junsu.
- Me quedo yo. – Dije inmediatamente.
- ¿Estás seguro Yunho? Tienes mala cara. – Dijo Mih wa poniendo la mano sobre mi hombro.
- Sí, no te preocupes. – La respondí sonriendo forzadamente.
- Está bien – Dijo la enfermera – Entonces déjeme su nombre completo y le hare una autorización para que pueda estar aquí.
- Eh si, Kwang Yunho – La dije, ella apunto eficientemente.
- Pues enseguida vengo y ya podrá pasar conmigo.
- Gracias. – Dije mientras ella se marchaba. – Iros a dormir. Parecía que Mih wa se caería de un momento a otro.
- De acuerdo Yunho. Mañana viene el perito a lo del restaurante. Tengo que estar allí a primera hora. – Dijo Junsu dirigiéndose a Mih wa.
- Oh es cierto. Entonces será mejor que nos vayamos. Llámame con lo que sea.
- Por supuesto.
- Gracias por todo… - Dijo Junsu sinceramente.
- No me las des... yo soy el culpable de todo esto.
- No digas tonterías. Aquí el único culpable es Jaejoong y por suerte esta noche dormirá entre rejas. – Dijo Mih wa animándome.
- Espero que así sea durante mucho tiempo. Al menos que este mal trago que estemos pasando sirva para algo – Continuó Junsu. – Nos vemos.
Sentado en aquel pasillo vacío esperaba a la enfermera. La nieve no había parado de caer desde hacía horas. Una noche fría que me hacía recordar los amoratados labrios de Eun mí. Frote mis ojos con mis manos suspirando a la vez. Necesitaba verla. En ese momento apareció la enfermera con la tarjeta en la mano.
- Aquí tiene. Venga por aquí. – La seguí sin decir nada hasta que paramos frente a la puerta 336. Entramos y allí estaba ella, tumbada en la cama entubada. El doctor revisaba sus constantes.
- ¿Cómo se encuentra?
- Bueno, parece que de momento no hay cambios significativos. Debemos esperar hasta mañana para ver si evoluciona.
- De acuerdo. Gracias.
- Es una chica fuerte… si ha superado la operación confío en que supere las horas de postoperatorio. – Y después de guardar el historial a los pies de la camilla se marchó junto a la enfermera.
Me acerqué a verla. Ya no estaba tan pálida como la última vez que la vi. Me senté en un sillón que estaba al lado de la cama. Cogiéndola de la mano, apoye mi cabeza en la cama y poco a poco me fui quedando dormido.
Esa noche no dormí bien. Cada quince minutos me despertaba comprobando si seguía respirando. A las seis de la mañana una enfermera vino para hacer la ronda de reconocimiento y me desvelé completamente. Pregunté cómo estaba parecía que Eun mí evolucionaba favorablemente y que poco a poco la irían quitando la sedación.
Me levanté a estirarme un poco, me acerqué a la ventana, estaba todo nevado… amanecía un día gris como el anterior. Cuando la enfermera se marchó me senté de nuevo en la silla cogiéndola de la mano esta vez más esperanzado por lo que había dicho.
- Debe hacer frio ahí fuera… está todo nevado. - Sabía que estaba sedada, pero aun así no podía evitar hablarla. – suerte que aquí se está bastante bien.- Después de unos minutos, continué - Sabes… sabes que necesito que te recuperes ¿no? Si te pierdo ahora, no me lo perdonaría nunca. Lo que menos me importa es qué le pueda pasar a la agencia o al desgraciado de mi hermano, porque si tú no te quedas conmigo…. dará igual. Yo confío en ti. Conseguir todo por lo que hemos estado luchando durante estos últimos meses, no tendría sentido si no lo logro contigo. Así que por favor… - Dije apoyando mi cabeza sobre nuestras manos – quédate conmigo.
A eso de las diez de la mañana llamaron a la puerta de la habitación. Era Changmin. Sang Hee no venía con él. Levanté la cabeza que tenía apoyada aun en las manos y le miré. Llevaba un bocadillo de media barra de pan en una mano y un refresco en la otra.
- ¿Humaaffafa? – Dijo Changmin con un trozo de bocadillo en la boca. No le entendí nada.
- ¿eh? – Le dije. En cuanto el olor del bocadillo llegó a mí, mis tripas comenzaron a rugir… hacia un día que no comía nada. Changmin tragó lo que tenía en la boca y volvió a preguntar.
- Que si no has comido nada. - Dijo en un idioma entendible.
- No. No tengo hambre – Mentí. Dentro de poco vendría el doctor para bajarle la sedación a Eun mí y que ella fuera despertando. Quería estar ahí cuando eso pasase.
- Aun así deberías bajar a comer algo. – Se sentó en la silla que estaba justo paralela a la mía, con la cama de Eun mi de por medio. Yo volví a apoyar la cabeza en la cama. Changmin abrió el refresco estruendosamente, haciendo también ruido cuando comía. Me estaba dando aún más hambre solo de escucharlo. – Mmmmm pero que bueno que esta esto – Dijo susurrando.
- Tú, enano. ¿Por qué haces tanto ruido? - Dije yo levantando la cabeza y mirándole mal.
- Perdóname, perdóname es que me he venido sin desayunar y tengo tannnnto hambre.
- ¿Por qué no me das el bocadillo ese que has escondido? – Dije recostándome en el sillón. Changmin siempre era tan llamativo cuando quería llamarme la atención. Le encantaba.
- ¿Qué bocadillo? – Dijo el riéndose.
- Va anda, que si. Dámelo.
- Esta biiienn... – Dijo lanzándomelo por el aire.
- ¡Changmin! ¿Y si la llegas a dar? – Este alzó una ceja “como si no controlara yo el lanzamiento” decía su mirada. Suspiré.
- Te he traído ropa limpia. – Dijo después de estar un rato callados. – Para que estés guapo cuando Eun mi despierte. Tienes unas pintas horribles.
- Gracias – Dije levantándome y acercándome a él. Saco de su bolso mi ropa.
- Dúchate anda… hueles a humanidad…
- Que gracioso... – Dije metiéndome en el baño.
Los médicos vinieron a eso de las cuatro de la tarde para quitarle la sedación completa después de haber estado bajándola durante toda la mañana. Yo seguía en el mismo lugar, sentado en la silla con la cabeza apoyada en la camilla.
Changmin se había ido a buscar a Sang hee que estaba en la comisaria
informándose del asunto de Jaejoong. Mih wa estaba conmigo en la habitación.
Al estar Mih wa allí me relaje un poco, después de haber estado toda la noche con un ojo abierto y otro cerrado tenia sueño y sin poder evitarlo me quede dormido.
Estaba en el quinto sueño cuando note que me acariciaban el pelo.
- Yun… - Me giré. Estaba completamente dormido pero juraría que era la voz de Eun mí. – Yun….ho_ah – Me incorporé poco a poco. Mih Wa estaba pegada Eun mí por el otro lado de la cama y el médico y la enfermera también estaban allí. ¿Tan dormido estaba que no les había oído llegar? Mih wa reía por la situación.
- Cariño –Dije yo levantándome y acercándome a ella más. Aún tenía la marca de la entubación en la boca. - ¿Cómo te encuentras? – Pregunté despacio y no muy alto.
- Despierta… - Contesto ella con un hilo de voz.
- Bueno, parece que esta todo normal - Decía el médico revisando los informes de las pruebas. – Estarás ingresada unos días más hasta que termines de recuperarte.
- ¿Esos días más o menos, cuantos serán?
- Los que hagan falta Eun mi ¿qué más te da? – Dijo Mih wa.
- Vale…vale... –Y me miró cogiéndome de la mano.
- Bueno será mejor que la dejen descansar, podrán venir mañana, estará en buenas manos – Dijo el médico echándonos sutilmente.
- Vendré mañana a verte. No me eches mucho de menos – La dije dándola un beso en la frente antes de susurrarla al oído que la quería. Ella sonrió y asintió con la cabeza.
Acerqué a Mih wa al restaurante donde Junsu ya estaba cerrando. Recibió alegremente la noticia de que Eun mi había despertado y que estaba bien.
- ¿Cómo ha ido lo del perito? – pregunté.
- Bien, parece que se han llevado una muy buena impresión del restaurante, lo más seguro es que para finales de mes pueda abrir de nuevo.
- ¡ahh! – Dijo Mih wa lanzándose encima de Junsu.
- “Eunkyankyan” – reía él.
En cuanto llegue a casa tire la mochila al suelo sin detenerme a pensar donde había caído. Estaba cansado y me dolía la cabeza. El hospital agotaba. Sang Hee y Changmin esperaban sentados en el sofá, les había llamado previamente para decirles que iba para allá.
- ¿Y que, qué te han dicho? – Le pregunte a Sang hee.
- Que el juicio saldrá en enero, pero estará en prisión provisional hasta entonces. A Jaejoong le van a caer varios años.
- ¿Y Hyun Joong? – Pregunté.
- Por lo visto le pillaron de camino al aeropuerto cuando intentaba salir del país.
- Entonces está hecho.
- Sí. – Dijo Sang Hee sonriendo.
- Es una putada pero… el hecho de que Jaejoong se volviese majara en el último momento y disparara a Eun mí, fue la gota que colmó el vaso. Si no, no sé yo si esto habría acabado bien…
- Por desgracia es así. – Dijo Sang Hee. – Las pruebas que presente eran suficientes para un juicio pero si hubiese contratado un buen abogado… habría podido sacar miles de excusas. Aun así, no cantemos victoria… Aún queda el juicio de enero.
- Sí pero hasta enero… que se pudra en la cárcel.- Dije con rabia acordándome de la imagen de Eun mi tirada en el suelo.
Una semana después le dieron el alta a Eun mí. Todos estuvimos allí. Decidimos celebrarlo en el “Haneul”. El día uno de enero podría volver a abrir sus puertas, así que aprovechamos para celebrarlo todo de golpe.
Como a Eun mi la daban el alta ese mismo día, fui a comprarla un vestido de nochevieja.
- ¡Wow! – Decía ella todo el rato desde que abrió la caja. Era un vestido de noche color azul marino ajustado con la espalda abierta. - Es precioso… siento no haber podido regalarte nada.
- Bueno, dejémoslo en que tú eres mi mejor regalo. No habría sido lo mismo si no llegas a estar aquí. – Dije abrazándola y dándola besos por el cuello.
- Te quiero.
- Que mentirosa… Jajajaja
- ¡Me has pillado! Jajajaja – Reíamos los dos.
Como el restaurante estaba cerrado al público fue una cena íntima y divertida. Junsu se encargó de hacer la cena ayudado por Mih wa, ¡debíamos aprovecharnos un poco de él ya que era uno de los mejores Chefs de corea!
La fiesta se prolongó bastante y Eun mi estaba cansada. Así que en cuanto llegamos a casa nos quedamos dormidos.
*Dos semanas más tarde*
Por fin había llegado el día del juicio. Era la primera vez que veía a Jaejoong después del incidente que casi le cuesta la vida a Eun mí. Primero se juzgaría a Jaejoong y luego a Hyun Joong.
Mih wa y Junsu estaban sentados como publico junto a Changmin, mientras que Sang Hee, Eun mí y yo estábamos en el banquillo de la acusación. Jaejoong no nos había mirado ni una sola vez de frente, tan solo alguna que otra mirada furtiva hacia Eun mí, supongo que comprobando que estaba viva.
El juicio duró varias horas entre acusaciones, alegatos, declaraciones y pruebas, llegando incluso a hacer un descanso. Todo estaba siendo aún más complicado debido a que la prensa había conseguido enterarse de todo, varias cámaras de los medios de comunicación esperaban a las puertas del juzgado para saber la resolución del caso más grave en el mundo de la publicidad coreana.
Cuando el jurado volvió de deliberar, la suerte estuvo echada.
- Acusado, en pié – Dijo el juez al recibir dos sobres con el veredicto en uno de ellos.
– El jurado ha decidido, que Kwang Jaejoong, director de la agencia de moda “Balgueonuri”, acusado de; malversación de fondos de la compañía, de realizar amenazas a trabajadores de la agencia, sobornar a otras empresas para beneficio propio e intento de asesinato, todo por ese orden. Es declarado… - Dijo abriendo un segundo sobre donde estaba el veredicto. – Culpable de todos los cargos. – Eun mi suspiró fuertemente sin ni siquiera mirarle, tenía los nudillos blancos de lo apretados que tenía los puños. Yo la pase el brazo por encima de la espalda atrayéndola hacia mí para abrazarla. Ella me rodeo por la cintura en respuesta a mi gesto. – Se le condena a 25 años de cárcel sin opción a revisión hasta dentro de diez años.
Después de decir esto, el juez golpeo con el martillo la base, haciendo que todo el mundo se pusiera en pie. Eun mí y yo nos quedamos abrazados sentados mientras Sang hee se levantaba e iba directamente a por Changmin sentado justo detrás.
Habíamos ganado el juicio.
*Un mes más tarde*
Azotea de “Balgueonuri”
Apoyados en el muro de la azotea, Eun mí y yo mirábamos como anochecía abrazados.
- ¿Estás feliz? – Me preguntó.
- Hum... – Dije aferrándome más a ella – Sí.
- Quien diría que te acaban de escoger como nuevo director de la agencia…
- Lo sé, lo sé. Solo es que… bueno yo no me he presentado y aun así me han elegido a mí.
- La verdad es que tu padre es bastante cabezón, seguro que ha tenido que ver en eso de presentarte sin saberlo. – Reflexiono ella.
- ¿Lo dudabas? Jaja – Reí.
- No, en realidad no. Jajajaja.
- ¿Cuándo te vas a decidir por ir a cenar conmigo? – Desde que estábamos juntos no habíamos tenido la oportunidad de resolver aquel asuntillo y ya era lo único que me quedaba pendiente.
- Cuando te pongas de acuerdo conmigo.
- ¡Entonces no cenaremos nunca! Esa casa no me gusta nada… sabes que prefiero algo más tradicional – Dije yo.
- No digas tonterías Yunho – Dijo Eun mi dándose la vuelta para mirarme de frente. – Has estado viviendo en un cuchitril que era de todo menos tradicional. ¿Qué más te da una casa de estilo moderno?
- Precisamente – La dije dándole un toquecito en la nariz. – Lo único bueno que ha habido en esa casa es el mural que hice de fotos. Y ya está traspasado a la pared de la oficina. Así que…
- Bueno, ya discutiremos los matices de la casa en otro momento.
- Es cierto… tenemos toda la vida por delante.
- ¡Tampoco te pases! Quiero mudarme pronto de ahí. – Dijo ella suspirando.
- Jajajajaja Está bien, está bien. – La cogí del cuello con las dos manos para acercarla y besarla dulcemente en los labios. – Pero solo porque te quiero.
- Es una muy buena razón. Creo que… - Y se quedó callada.
- ¿Qué, qué?
- Que accederé a la elección de una casa de estilo menos minimalista con una condición…
- Y esa es….
- Que Changmin no tenga llave ni utensilio con el que poder entrar y salir cuando le dé la gana.
- Jajajajaja ¡Estoy completamente de acuerdo contigo!
- ¡Aleluya! - Dijo ella abriendo los brazos entusiasmada para después rodearme con ellos por la cintura. – Te quiero. – Dijo besándome en los labios profundamente.
Cerré los ojos… el sol, que se escondía entre los edificios aún con restos de la nieve tardía de Febrero, cada vez iluminaba menos.
Pero daba igual… no necesitábamos luz para escuchar nuestros corazones latir a la vez. Ni para encontrar nuestros labios ni las caricias. Y comencé a cantar: “La luz del crepúsculo Brilla clara sobre los dos Ardiendo cálido un amor como nunca antes
La sentí, hondo dentro del corazón. Por un momento pequeño seguí mintiéndome a mí mismo
Que está bien estar solo pero desde ahora eres la única de la que nunca me alejare
Una y otra vez te daré lo que estás buscando
Vámonos juntos, desvaneciendo cualquier duda. Vivamos un amor por siempre
Las largas sombras se están acercando, la sensación de tu mano sujetada
Amorosamente, suavemente, borrando todo el dolor ¿Qué clase de futuro te imaginas?
La primera estrella que vi en el alba, mientras Imaginaba tu infancia en el cielo
Ahora, te la daré a ti.
Una y otra vez cantare, para ti. Mi preciosa tú, el único tesoro innegable en el mundo.
Cree en el amor, tú eres el único amor por siempre. Te puedo prometer que te protegeré. Pase lo que pase
Cuando podamos quitar las espinas de nuestros corazones, te llevaré a un sueño eterno en cada abrazo.
Una y otra vez te daré lo que quieras siempre, siempre.
La única luz en el mundo. Cree en el amor.
Una y otra vez te daré lo que estás buscando siempre, siempre
Vámonos juntos, desvaneciendo cualquier duda. Vámonos, nosotros dos juntos
Tú eres el único amor por siempre.”
* Traducción Forever Love – Tohoshinki*
Fin. Precious Love.
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