Precious Love Cap 13
Capitulo 13
Unos días después de lo sucedido, ocurrió algo de lo que Eun mi, venía avisada. Tumbada en la cama con Yunho hablando casi dormidos sonó el teléfono.
-Ah… da igual no lo cojas... – Dijo Yunho deteniendo el brazo de Eun mí.
-Oye… ¿Y si es importante?
-Pero que va a ser importante… - Dijo él besandola, intentando impedirle que contestara al teléfono.
-Que si, déjame… - Dijo ella zafándose de sus besos y cogiendo el teléfono, miró en la pantalla quien era – es Mih wa. – Dijo ella frunciendo el ceño y dándole al botón verde - ¿sí?, dime.
-…
-¿Qué, qué? – Dijo Eun mi incorporándose de golpe. - ¿Pero cuando…?
-…. – Yunho escuchaba la voz de Mih wa alterada y se incorporó un poco haciéndole gestos a Eun mi intentando descubrir que pasaba.
-Entiendo… ¿voy para vuestra casa vale? Me lleva Yunho – Dijo ella mirándole con cara de preocupación. Él se encogió de hombros y se bajó de la cama para ponerse la ropa de calle. – Tranquila ¿vale? Ahora os veo.
-¿Qué ha pasado?
-Han cerrado el “Haneul”
-¿El restaurante de Junsu? ¿Por qué?
-Pues supuestamente ha sido un comité de inspección. Pero a mí me huele a que Jaejoong ha metido la mano en esto. De verdad que estoy harta de esto ya ¿eh? – Dijo Eun mí mientras sacaba del cajón un jersey y se lo ponía de mal humor.
-No te preocupes – Dijo Yunho rodeándola con sus brazos por la cintura. – Todo acabara pronto. Sang hee presentara mañana la denuncia y las pruebas. Así que todo se solucionara en cuanto el juicio se celebre.
-Pues espero que sea un juicio rápido… sino no sé qué más cosas llegarán a pasar.
Tardaron un rato largo en llegar a la casa de Junsu y Mih wa. Él estaba destrozado, sentado en el sillón sin decir nada con los brazos apoyados en sus rodillas y los ojos cerrados. Pensativo. Ausente.
Era uno de los mejores Chefs de todo Seúl. La reputación en la hostelería le venía de casta y ahora todo se había arruinado. Mih wa no hacía más que repetir que era imposible. Que era uno de los restaurantes más lujosos de Seúl y su calidad era de las mejores, que no entendía como no habían pasado la inspección por sorpresa.
Eun mi les contó su teoría sobre el cierre del “Haneul” y pidió disculpas de antemano. Por suerte, ni Junsu ni Mih wa sentían que tenían nada que reprocharla, al fin y al cabo, si era cierto que Jaejoong había conseguido cerrarles el restaurante, lo había hecho con la idea de hacer daño a Eun mí.
Y lo peor de todo era que lo estaba consiguiendo.
Yunho llamó a Sang hee para informarla del asunto y ella le dijo que enseguida se pondría a investigar. Estaba segura que si venía una inspección oficial del gobierno y no una privada, conseguirían volver a reabrir en cuestión de semanas el “Haneul”. Pero aun así habría que esperar varios días.
De camino a casa, en el coche con Yunho, Eun mi recibió otra llamada en el móvil, pero esta vez de un número que no tenía guardado, aun así, le sonaba bastante.
-¿Dígame? – Dijo Eun mi extrañada. No era muy tarde pero desde luego no eran horas para recibir llamadas de empresas.
-Eun mi_ah, soy Yochun. Ya veo que tenías borrado mi número.
-Bueno, no entiendo por qué lo debería tener aún guardado –Dijo ella. Yunho la miraba de reojo pudiendo intuir quien era el que la había llamado tan solo por el tono de voz de Eun mí.
-Es cierto. En realidad te he llamado para decirte que regreso a China mañana. No tengo interés en quedar contigo, tan solo quiero decirte que siento las molestias que te cause… y que te deseo lo mejor. – Eun mi agachó la cabeza.
No se esperaba ese comportamiento por parte de Yochun. Siempre le había costado demasiado reconocer sus errores incluso con la gente que más confianza tenía. Seguramente sería la última vez que iba a hablar con él y la verdad es que sentía cierta pena. Con el paso de los meses, el dolor había ido disminuyendo, pasando a un lugar más lejano en su corazón, dándose cuenta de que quizás, no le amo tanto como ella creía, sino que más bien, quería a la persona que ella se imaginaba que Yochun era.
Y definitivamente, era cierto… ¿para que dejar heridas abiertas cuando las puedes hacer cicatrizar? Siempre quedara esa marca, pero al menos ya no escocerá como al principio.
-Está bien Yochun…. Está bien. Yo también espero que progreses mucho en tu carrera. Siempre has sido todo un trabajador. Solo espero que seas feliz. – Dijo ella mirando por la ventanilla del coche. Las luces de la carretera pasaban fugazmente. La etapa de Yochun finalmente se había cerrado. Para siempre.
-Gracias Eun mi_ah… Se feliz tú también – Y Yochun colgó dejando a Eun mi escuchando el sonido de la línea. Despacio, se retiró el móvil de la oreja y le dio al botón rojo de colgar.
-¿Estás bien? – preguntó Yunho. Muy a su pesar él sabía que Yochun había sido una etapa importante y dolorosa para Eun mí. Aunque gracias a él ella pisara aquel bar esa noche.
-Claro. – Dijo ella girando la cabeza y mirándole con una suave sonrisa. – Solo necesito cenar algo rico. ¿Qué te apetece?
-¿Te arriesgas a comer un “Yunho-exprés/Ramen”?
-Jajajaja, me arriesgo me arriesgo. – Dijo ella riendo.
La temperatura cada vez era más fría. Noviembre estaba llegando a su fin. La agencia estaba a tope con las campañas de navidad.
Jaejoong como siempre estaba sentado en su sillón de cuero negro repasando algunos informes trimestrales. La cosa no iba nada mal.
En ese momento llamaron a la puerta. Lyn, la secretaria traía correo urgente.
-Señor Kwang ha llegado esto de los juzgados. Lo acaban de traer. – Dijo ella dejando un sobre tamaño folio encima de la mesa.
-¿De los juzgados? – Dio el cogiendo el sobre rápidamente.
-Si… - Dijo ella. – Me retiro.
-De acuerdo – Dijo él pasando de ella y abriendo rápidamente el sobre.
El sobre era una citación en el juzgado de Seúl para declarar. Estaba acusado de apropiación indebida, amenazas y corrupción atentando contra la política moral de empresas. Desde luego que Jaejoong no podía creer lo que estaba leyendo. Había por lo menos treinta hojas en el sumario con fecha reciente. Eso solo habría podido pasar si el sumario ya hubiese estado redactado y él tenía una leve intuición de quien podía haber sido.
No podía estar sentado. Jaejoong daba vueltas alrededor del despacho llamando una y otra vez a Hyun Joong que no lo cogía. Al cabo de media hora Hyun Joong apareció por la puerta con un sobre exacto en su mano. Él también estaba acusado.
-¿Pero qué coño significa esto? ¿Quién ha puesto la denuncia? – Dijo Hyun Joong según entraba por la puerta.
-Según pone aquí el sindicato de empresas. ¡Pero no me creo nada! Esto ha tenido que ser el capullo de mi hermano y querida amiga Sang Hee.
-¡Esto es increíble! ¡El que nos hayan mandado ya una citación quiere decir que tienen pruebas suficientes! ¡Ya me contaras que vamos a hacer! – Dijo Hyun Joong desesperado.
-¡Se supone que tú eres el abogado! ¡Tú tienes la culpa de todo esto! – Dijo Jaejoong encarándose a Hyun Joong. - ¡Te dije que había que asegurarse bien de con quien se firmaba!
-¿Qué yo tengo la culpa de qué? ¡En todo caso tu querido hermano y su novia que han estado escarbando en la basura y se han llevado premio! ¡Yo siempre he tenido el máximo cuidado en mi trabajo!
-¡Pues ya lo veo! ¡Estamos imputados hasta las muelas! ¡Tan bien no lo has hecho! - Jaejoong le dio un empujón a Hyun Joong y se dirigió de nuevo detrás del escritorio abriendo el segundo cajón de este. – ¡Esto lo voy a acabar yo a mi manera! ¡Puede que yo vaya a la cárcel pero estos no van a pasar un fin de cuento de: “y comieron perdices” - Hyun Joong se fijó en que lo que Jaejoong sacaba del cajón era una pistola que guardaba debajo de la chaqueta. El abogado se escandalizo
-¡¿Qué coño se supone que vas a hacer?! – Le gritó Hyun Joong.
-¡Acabar esto de una vez por todas! – Dijo Jaejoong rodeando la mesa dirigiéndose a la puerta del despacho.
-¡Yo no quiero tener nada que ver en todo esto! ¡Suficiente tengo ya! – Le dijo encarándole.
-¡Pues lárgate puto cobarde! ¡Nos veremos en el juicio! – Y abrió la puerta de golpe cerrándole en la cara a Hyun Joong.
Yunho y Eun mí se encontraban junto al staff en la azotea de la agencia. Allí realizaban una sesión de fotos usando los paisajes nevados de las azoteas de la ciudad. El aire frio y las bajas temperaturas hacían que Eun mi temblara. Yunho paraba cada diez minutos para que ella entrara en calor. Ella llevaba un vestido blanco largo de varias capas muy finas de tela semitransparente. El maquillaje marcado de los ojos en plata y negro hacia juego con los zapatos. Llevaba purpurina en el peinado, que era un medio recogido dejando la melena suelta cayendo por la espalda. De la parte de detrás del vestido nacían dos alas.
Changmin también se encontraba allí. Habían quedado todos después en ir a cenar para celebrar que la citación de Jaejoong y Hyun Joong en el juzgado estaba por llegar. Tan solo faltaba Sang Hee que vendría un poco más tarde.
A mitad de sesión Jaejoong apareció por la puerta de emergencia que daba a la azotea. Caminaba rápido y acelerado haciendo que el vaho helado saliera ansiosamente de su boca. De pronto comenzó a gritar.
-¡Todo el staff fuera! ¡Vamos largo de aquí! – Dijo empujando a una maquilladora hacia la puerta.
-¿Qué coño te pasa ahora? – Dijo Yunho dejando de fotografiar a Eun mí que estaba helada de frio. Changmin se levantó de la silla desde la que observaba y se acercó un poco para enterarse bien de que ocurría. – Estamos trabajando o no te das cuenta.
-¿VAMOS A QUE ESPERAIS LARGO DE AQUÍ? – Le dijo a la última miembro del staff que le había llevado corriendo un abrigo a Eun mí. Ella hizo el amago de dirigirse hasta donde ellos se encontraban. – No te muevas – Dijo sacando la pistola del escondite donde la guardaba. Ya no quedaba nadie más que los cuatro en discordia y Jaejoong apuntaba directamente a Eun mí. – ¡Me importa una mierda que estéis trabajando! Porque ya todo me da igual. – Dijo Jaejoong dirigiéndose a Yunho sin dejar de apuntar a Eun mí.
-¡Se te ha ido completamente la cabeza! ¡Baja la pistola ahora mismo Jaejoong! – Le ordenó Yunho.
-¿O qué? ¿Me enviarás a la cárcel? ¡JA! Siempre me has estado amargando la existencia y ahora… ¿Me vas a mandar a la cárcel? ¿Tú? Si esta empresa dependiese de ti jamás habría llegado hasta donde está ahora… ¡Jamás! Siempre tan perfecto… tan bien educado… tan bien hablado… tan responsable… ¡Que me das asco! ¡No tienes suficiente con haber sido el mejor toda la vida que ahora me quieres enviar a la cárcel! – Continuaba Jaejoong esta vez acercándose a Eun mí trazando un semicírculo para llegar a ella…
-¡Pues si tanto odio me tienes mátame! ¡Vamos mátame! ¡Además hazlo ahora que hay testigos así entonces podré no solo enviarte a la cárcel, sino tener la certeza de que te quedaras allí por el resto de tus días!
-¡No habrá testigos porque os matare a todos! – Dijo Jaejoong dando unos pasos en dirección a Yunho apuntándole a él esta vez.
-¡No, no! – Gritó Eun mí, dando un par de pasos en dirección a Jaejoong haciendo que el abrigo que llevaba por encima se callera al suelo. – ¡Jaejoong tranquilízate! ¡Baja el arma por favor! – Gritó.
-¡Aléjate o te mato zorra! – Le gritó Jaejoong apuntándola unos segundos de nuevo. Entonces Yunho se acercó a ella intentando cubrirla.
-¡Te digo que me mates a mí! ¡no a ella! ¡Mi vida no vale nada! ¡Gano más muerto que vivo si tú estás libre! - Le dijo encarándole Yunho alzando sus manos a los lados de su cuerpo. Jaejoong comenzó a reír bajando un poco la pistola.
-No… esto… es una pérdida de tiempo. – Decía Jaejoong pausadamente sin dejar de sonreír. -¿Por qué matarte a ti? si iré a la cárcel de todas formas. Y tienes razón. Te haría un verdadero favor matándote…te libraría de tu miserable vida lameculos… ¿Por qué siempre has sido un miserable sabes?
Yunho continuaba en la misma posición a pesar de que Jaejoong había bajado la pistola, tan solo contaba los segundos para lanzarse sobre él y desarmarle, ya que Changmin aún seguía lejos como para pararle, envió un rápido mensaje a Sang Hee para que no se acercara a la agencia y que llamara a la policía, ya que él no podía llamar. Mientras Eun mi respiraba agitadamente por el nerviosismo.
- En cambio...- Continuó Jaejoong - hay algo por lo que sé que te sientes orgulloso y afortunado ¿verdad? – Yunho frunció el ceño desconfiando de lo que Jaejoong iba a hacer. – Te crees muy listo.... pero realmente no eres nadie... – Jaejoong subió de nuevo la pistola esta vez cargándola y apuntando directamente a Yunho. – Se te nota en la mirada… y por eso sé, que no eres nadie sin ella...
Yunho dio un paso hacia delante encarando el disparo, cuando Eun mi de pronto gritó un alto y claro “¡No!” que golpeó cada edificio de la gélida ciudad, dándole un pequeño empujón a Yunho que no le hizo moverse demasiado.
Pero tan solo bastaba ese mínimo movimiento de Eun mí para que Yunho la mirase, sin darse cuenta de que Jaejoong ya no le apuntaba a él sino a ella.
Jaejoong apretó el gatillo, haciendo que el blanco vestido se tiñera de rojo.
El disparo retumbo en los edificios colindantes. Justo en ese momento Changmin echó a correr, tirando el móvil al suelo, en dirección a Jaejoong. Cogiéndole por la espalda desarmándole.
Jaejoong tenía la mirada perdida y tampoco oponía resistencia. Las sirenas de policía se escuchaban cercanas al edificio haciendo que Jaejoong viera su final cada vez más cercano. Se tambaleo justo antes de caer de rodillas al suelo.
Sang Hee apareció en ese preciso instante por la puerta de emergencia corriendo directamente hacia donde estaba Yunho con Eun mí. Segundos después apareció la seguridad de la agencia reuniéndose con Changmin que sostenía fuertemente a Jaejoong que estaba completamente perdido en la imagen de Yunho y Eun mí.
Yunho la sostenía entre sus brazos taponando la herida. La abrazó contra él fuertemente mientras veía que iba perdiendo el conocimiento poco a poco.
-¡Eun mi_ah! ¡Eun mí! ¡Aguanta Eun mi_ah! – Dijo sacando el móvil y dándoselo a Sang Hee que inmediatamente llamó a una ambulancia. - ¡Eun mi te quiero aguanta!
El aviso estaba dado. Los amoratados labios de Eun mi temblaban por el frio.
-Yunho… - Dijo ella levemente.
-La ambulancia ya viene… tranquila – Dijo el acariciándola su fría cara con una mano, sin dejar de presionar la herida con la otra. Sang hee recogió el abrigo del suelo y se lo echó por encima. Había sido un certero disparo en el abdomen, y estaba sangrando mucho.
-Siento…haber desconfiado de ti… yo….lo…. – Decía perdiendo fuerza.
-Caya, da igual, da igual… me lo dirás mañana ¿vale? ¿Me lo prometes? – Decía Yunho sin poder evitar derramar sus lágrimas sobre el trabajado maquillaje de Eun mí. – Mañana me lo dices… hoy estas preciosa cariño… han salido unas fotos preciosas…
-Te quiero… - Decía ella alzando la mano para acariciarle sonriendo dulcemente.
-Y yo mi amor… - Yunho lloraba sin poder evitarlo mientras ella mantenía su sonrisa. Estaba tranquila, estaba con él…
En ese momento los auxiliares de la ambulancia aparecieron por la puerta. Ahora toda la suerte estaba echada.
-Ah… da igual no lo cojas... – Dijo Yunho deteniendo el brazo de Eun mí.
-Oye… ¿Y si es importante?
-Pero que va a ser importante… - Dijo él besandola, intentando impedirle que contestara al teléfono.
-Que si, déjame… - Dijo ella zafándose de sus besos y cogiendo el teléfono, miró en la pantalla quien era – es Mih wa. – Dijo ella frunciendo el ceño y dándole al botón verde - ¿sí?, dime.
-…
-¿Qué, qué? – Dijo Eun mi incorporándose de golpe. - ¿Pero cuando…?
-…. – Yunho escuchaba la voz de Mih wa alterada y se incorporó un poco haciéndole gestos a Eun mi intentando descubrir que pasaba.
-Entiendo… ¿voy para vuestra casa vale? Me lleva Yunho – Dijo ella mirándole con cara de preocupación. Él se encogió de hombros y se bajó de la cama para ponerse la ropa de calle. – Tranquila ¿vale? Ahora os veo.
-¿Qué ha pasado?
-Han cerrado el “Haneul”
-¿El restaurante de Junsu? ¿Por qué?
-Pues supuestamente ha sido un comité de inspección. Pero a mí me huele a que Jaejoong ha metido la mano en esto. De verdad que estoy harta de esto ya ¿eh? – Dijo Eun mí mientras sacaba del cajón un jersey y se lo ponía de mal humor.
-No te preocupes – Dijo Yunho rodeándola con sus brazos por la cintura. – Todo acabara pronto. Sang hee presentara mañana la denuncia y las pruebas. Así que todo se solucionara en cuanto el juicio se celebre.
-Pues espero que sea un juicio rápido… sino no sé qué más cosas llegarán a pasar.
Tardaron un rato largo en llegar a la casa de Junsu y Mih wa. Él estaba destrozado, sentado en el sillón sin decir nada con los brazos apoyados en sus rodillas y los ojos cerrados. Pensativo. Ausente.
Era uno de los mejores Chefs de todo Seúl. La reputación en la hostelería le venía de casta y ahora todo se había arruinado. Mih wa no hacía más que repetir que era imposible. Que era uno de los restaurantes más lujosos de Seúl y su calidad era de las mejores, que no entendía como no habían pasado la inspección por sorpresa.
Eun mi les contó su teoría sobre el cierre del “Haneul” y pidió disculpas de antemano. Por suerte, ni Junsu ni Mih wa sentían que tenían nada que reprocharla, al fin y al cabo, si era cierto que Jaejoong había conseguido cerrarles el restaurante, lo había hecho con la idea de hacer daño a Eun mí.
Y lo peor de todo era que lo estaba consiguiendo.
Yunho llamó a Sang hee para informarla del asunto y ella le dijo que enseguida se pondría a investigar. Estaba segura que si venía una inspección oficial del gobierno y no una privada, conseguirían volver a reabrir en cuestión de semanas el “Haneul”. Pero aun así habría que esperar varios días.
De camino a casa, en el coche con Yunho, Eun mi recibió otra llamada en el móvil, pero esta vez de un número que no tenía guardado, aun así, le sonaba bastante.
-¿Dígame? – Dijo Eun mi extrañada. No era muy tarde pero desde luego no eran horas para recibir llamadas de empresas.
-Eun mi_ah, soy Yochun. Ya veo que tenías borrado mi número.
-Bueno, no entiendo por qué lo debería tener aún guardado –Dijo ella. Yunho la miraba de reojo pudiendo intuir quien era el que la había llamado tan solo por el tono de voz de Eun mí.
-Es cierto. En realidad te he llamado para decirte que regreso a China mañana. No tengo interés en quedar contigo, tan solo quiero decirte que siento las molestias que te cause… y que te deseo lo mejor. – Eun mi agachó la cabeza.
No se esperaba ese comportamiento por parte de Yochun. Siempre le había costado demasiado reconocer sus errores incluso con la gente que más confianza tenía. Seguramente sería la última vez que iba a hablar con él y la verdad es que sentía cierta pena. Con el paso de los meses, el dolor había ido disminuyendo, pasando a un lugar más lejano en su corazón, dándose cuenta de que quizás, no le amo tanto como ella creía, sino que más bien, quería a la persona que ella se imaginaba que Yochun era.
Y definitivamente, era cierto… ¿para que dejar heridas abiertas cuando las puedes hacer cicatrizar? Siempre quedara esa marca, pero al menos ya no escocerá como al principio.
-Está bien Yochun…. Está bien. Yo también espero que progreses mucho en tu carrera. Siempre has sido todo un trabajador. Solo espero que seas feliz. – Dijo ella mirando por la ventanilla del coche. Las luces de la carretera pasaban fugazmente. La etapa de Yochun finalmente se había cerrado. Para siempre.
-Gracias Eun mi_ah… Se feliz tú también – Y Yochun colgó dejando a Eun mi escuchando el sonido de la línea. Despacio, se retiró el móvil de la oreja y le dio al botón rojo de colgar.
-¿Estás bien? – preguntó Yunho. Muy a su pesar él sabía que Yochun había sido una etapa importante y dolorosa para Eun mí. Aunque gracias a él ella pisara aquel bar esa noche.
-Claro. – Dijo ella girando la cabeza y mirándole con una suave sonrisa. – Solo necesito cenar algo rico. ¿Qué te apetece?
-¿Te arriesgas a comer un “Yunho-exprés/Ramen”?
-Jajajaja, me arriesgo me arriesgo. – Dijo ella riendo.
La temperatura cada vez era más fría. Noviembre estaba llegando a su fin. La agencia estaba a tope con las campañas de navidad.
Jaejoong como siempre estaba sentado en su sillón de cuero negro repasando algunos informes trimestrales. La cosa no iba nada mal.
En ese momento llamaron a la puerta. Lyn, la secretaria traía correo urgente.
-Señor Kwang ha llegado esto de los juzgados. Lo acaban de traer. – Dijo ella dejando un sobre tamaño folio encima de la mesa.
-¿De los juzgados? – Dio el cogiendo el sobre rápidamente.
-Si… - Dijo ella. – Me retiro.
-De acuerdo – Dijo él pasando de ella y abriendo rápidamente el sobre.
El sobre era una citación en el juzgado de Seúl para declarar. Estaba acusado de apropiación indebida, amenazas y corrupción atentando contra la política moral de empresas. Desde luego que Jaejoong no podía creer lo que estaba leyendo. Había por lo menos treinta hojas en el sumario con fecha reciente. Eso solo habría podido pasar si el sumario ya hubiese estado redactado y él tenía una leve intuición de quien podía haber sido.
No podía estar sentado. Jaejoong daba vueltas alrededor del despacho llamando una y otra vez a Hyun Joong que no lo cogía. Al cabo de media hora Hyun Joong apareció por la puerta con un sobre exacto en su mano. Él también estaba acusado.
-¿Pero qué coño significa esto? ¿Quién ha puesto la denuncia? – Dijo Hyun Joong según entraba por la puerta.
-Según pone aquí el sindicato de empresas. ¡Pero no me creo nada! Esto ha tenido que ser el capullo de mi hermano y querida amiga Sang Hee.
-¡Esto es increíble! ¡El que nos hayan mandado ya una citación quiere decir que tienen pruebas suficientes! ¡Ya me contaras que vamos a hacer! – Dijo Hyun Joong desesperado.
-¡Se supone que tú eres el abogado! ¡Tú tienes la culpa de todo esto! – Dijo Jaejoong encarándose a Hyun Joong. - ¡Te dije que había que asegurarse bien de con quien se firmaba!
-¿Qué yo tengo la culpa de qué? ¡En todo caso tu querido hermano y su novia que han estado escarbando en la basura y se han llevado premio! ¡Yo siempre he tenido el máximo cuidado en mi trabajo!
-¡Pues ya lo veo! ¡Estamos imputados hasta las muelas! ¡Tan bien no lo has hecho! - Jaejoong le dio un empujón a Hyun Joong y se dirigió de nuevo detrás del escritorio abriendo el segundo cajón de este. – ¡Esto lo voy a acabar yo a mi manera! ¡Puede que yo vaya a la cárcel pero estos no van a pasar un fin de cuento de: “y comieron perdices” - Hyun Joong se fijó en que lo que Jaejoong sacaba del cajón era una pistola que guardaba debajo de la chaqueta. El abogado se escandalizo
-¡¿Qué coño se supone que vas a hacer?! – Le gritó Hyun Joong.
-¡Acabar esto de una vez por todas! – Dijo Jaejoong rodeando la mesa dirigiéndose a la puerta del despacho.
-¡Yo no quiero tener nada que ver en todo esto! ¡Suficiente tengo ya! – Le dijo encarándole.
-¡Pues lárgate puto cobarde! ¡Nos veremos en el juicio! – Y abrió la puerta de golpe cerrándole en la cara a Hyun Joong.
Yunho y Eun mí se encontraban junto al staff en la azotea de la agencia. Allí realizaban una sesión de fotos usando los paisajes nevados de las azoteas de la ciudad. El aire frio y las bajas temperaturas hacían que Eun mi temblara. Yunho paraba cada diez minutos para que ella entrara en calor. Ella llevaba un vestido blanco largo de varias capas muy finas de tela semitransparente. El maquillaje marcado de los ojos en plata y negro hacia juego con los zapatos. Llevaba purpurina en el peinado, que era un medio recogido dejando la melena suelta cayendo por la espalda. De la parte de detrás del vestido nacían dos alas.
Changmin también se encontraba allí. Habían quedado todos después en ir a cenar para celebrar que la citación de Jaejoong y Hyun Joong en el juzgado estaba por llegar. Tan solo faltaba Sang Hee que vendría un poco más tarde.
A mitad de sesión Jaejoong apareció por la puerta de emergencia que daba a la azotea. Caminaba rápido y acelerado haciendo que el vaho helado saliera ansiosamente de su boca. De pronto comenzó a gritar.
-¡Todo el staff fuera! ¡Vamos largo de aquí! – Dijo empujando a una maquilladora hacia la puerta.
-¿Qué coño te pasa ahora? – Dijo Yunho dejando de fotografiar a Eun mí que estaba helada de frio. Changmin se levantó de la silla desde la que observaba y se acercó un poco para enterarse bien de que ocurría. – Estamos trabajando o no te das cuenta.
-¿VAMOS A QUE ESPERAIS LARGO DE AQUÍ? – Le dijo a la última miembro del staff que le había llevado corriendo un abrigo a Eun mí. Ella hizo el amago de dirigirse hasta donde ellos se encontraban. – No te muevas – Dijo sacando la pistola del escondite donde la guardaba. Ya no quedaba nadie más que los cuatro en discordia y Jaejoong apuntaba directamente a Eun mí. – ¡Me importa una mierda que estéis trabajando! Porque ya todo me da igual. – Dijo Jaejoong dirigiéndose a Yunho sin dejar de apuntar a Eun mí.
-¡Se te ha ido completamente la cabeza! ¡Baja la pistola ahora mismo Jaejoong! – Le ordenó Yunho.
-¿O qué? ¿Me enviarás a la cárcel? ¡JA! Siempre me has estado amargando la existencia y ahora… ¿Me vas a mandar a la cárcel? ¿Tú? Si esta empresa dependiese de ti jamás habría llegado hasta donde está ahora… ¡Jamás! Siempre tan perfecto… tan bien educado… tan bien hablado… tan responsable… ¡Que me das asco! ¡No tienes suficiente con haber sido el mejor toda la vida que ahora me quieres enviar a la cárcel! – Continuaba Jaejoong esta vez acercándose a Eun mí trazando un semicírculo para llegar a ella…
-¡Pues si tanto odio me tienes mátame! ¡Vamos mátame! ¡Además hazlo ahora que hay testigos así entonces podré no solo enviarte a la cárcel, sino tener la certeza de que te quedaras allí por el resto de tus días!
-¡No habrá testigos porque os matare a todos! – Dijo Jaejoong dando unos pasos en dirección a Yunho apuntándole a él esta vez.
-¡No, no! – Gritó Eun mí, dando un par de pasos en dirección a Jaejoong haciendo que el abrigo que llevaba por encima se callera al suelo. – ¡Jaejoong tranquilízate! ¡Baja el arma por favor! – Gritó.
-¡Aléjate o te mato zorra! – Le gritó Jaejoong apuntándola unos segundos de nuevo. Entonces Yunho se acercó a ella intentando cubrirla.
-¡Te digo que me mates a mí! ¡no a ella! ¡Mi vida no vale nada! ¡Gano más muerto que vivo si tú estás libre! - Le dijo encarándole Yunho alzando sus manos a los lados de su cuerpo. Jaejoong comenzó a reír bajando un poco la pistola.
-No… esto… es una pérdida de tiempo. – Decía Jaejoong pausadamente sin dejar de sonreír. -¿Por qué matarte a ti? si iré a la cárcel de todas formas. Y tienes razón. Te haría un verdadero favor matándote…te libraría de tu miserable vida lameculos… ¿Por qué siempre has sido un miserable sabes?
Yunho continuaba en la misma posición a pesar de que Jaejoong había bajado la pistola, tan solo contaba los segundos para lanzarse sobre él y desarmarle, ya que Changmin aún seguía lejos como para pararle, envió un rápido mensaje a Sang Hee para que no se acercara a la agencia y que llamara a la policía, ya que él no podía llamar. Mientras Eun mi respiraba agitadamente por el nerviosismo.
- En cambio...- Continuó Jaejoong - hay algo por lo que sé que te sientes orgulloso y afortunado ¿verdad? – Yunho frunció el ceño desconfiando de lo que Jaejoong iba a hacer. – Te crees muy listo.... pero realmente no eres nadie... – Jaejoong subió de nuevo la pistola esta vez cargándola y apuntando directamente a Yunho. – Se te nota en la mirada… y por eso sé, que no eres nadie sin ella...
Yunho dio un paso hacia delante encarando el disparo, cuando Eun mi de pronto gritó un alto y claro “¡No!” que golpeó cada edificio de la gélida ciudad, dándole un pequeño empujón a Yunho que no le hizo moverse demasiado.
Pero tan solo bastaba ese mínimo movimiento de Eun mí para que Yunho la mirase, sin darse cuenta de que Jaejoong ya no le apuntaba a él sino a ella.
Jaejoong apretó el gatillo, haciendo que el blanco vestido se tiñera de rojo.
El disparo retumbo en los edificios colindantes. Justo en ese momento Changmin echó a correr, tirando el móvil al suelo, en dirección a Jaejoong. Cogiéndole por la espalda desarmándole.
Jaejoong tenía la mirada perdida y tampoco oponía resistencia. Las sirenas de policía se escuchaban cercanas al edificio haciendo que Jaejoong viera su final cada vez más cercano. Se tambaleo justo antes de caer de rodillas al suelo.
Sang Hee apareció en ese preciso instante por la puerta de emergencia corriendo directamente hacia donde estaba Yunho con Eun mí. Segundos después apareció la seguridad de la agencia reuniéndose con Changmin que sostenía fuertemente a Jaejoong que estaba completamente perdido en la imagen de Yunho y Eun mí.
Yunho la sostenía entre sus brazos taponando la herida. La abrazó contra él fuertemente mientras veía que iba perdiendo el conocimiento poco a poco.
-¡Eun mi_ah! ¡Eun mí! ¡Aguanta Eun mi_ah! – Dijo sacando el móvil y dándoselo a Sang Hee que inmediatamente llamó a una ambulancia. - ¡Eun mi te quiero aguanta!
El aviso estaba dado. Los amoratados labios de Eun mi temblaban por el frio.
-Yunho… - Dijo ella levemente.
-La ambulancia ya viene… tranquila – Dijo el acariciándola su fría cara con una mano, sin dejar de presionar la herida con la otra. Sang hee recogió el abrigo del suelo y se lo echó por encima. Había sido un certero disparo en el abdomen, y estaba sangrando mucho.
-Siento…haber desconfiado de ti… yo….lo…. – Decía perdiendo fuerza.
-Caya, da igual, da igual… me lo dirás mañana ¿vale? ¿Me lo prometes? – Decía Yunho sin poder evitar derramar sus lágrimas sobre el trabajado maquillaje de Eun mí. – Mañana me lo dices… hoy estas preciosa cariño… han salido unas fotos preciosas…
-Te quiero… - Decía ella alzando la mano para acariciarle sonriendo dulcemente.
-Y yo mi amor… - Yunho lloraba sin poder evitarlo mientras ella mantenía su sonrisa. Estaba tranquila, estaba con él…
En ese momento los auxiliares de la ambulancia aparecieron por la puerta. Ahora toda la suerte estaba echada.
Ahhh! Qué trágico todo! Aun así espero un happy ending. El próximo capi es el final, verdad? Me da penita de que se acabe ya... jo
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