martes, 20 de septiembre de 2011

Maldito Septiembre.

Y una noche más, no puedo escribir.
Lo sé, algo me está pasando desde hace tiempo, y es que esto ya no es normal en mi.
No será por falta de ganas, ¿inspiración? ¿cansancio? quizás. Lo único que saco de todo esto, es que tengo como un nudo en la garganta que me aprisiona y no me deja continuar con mi camino.

Una noche más, vuelvo a lo mismo de siempre.

No salen más que estas palabras de mi mente, estos breves desahogos que no me aclaran nada pues son mis propios lios plasmados en un papel.

Septiembre, él tiene la culpa, y al decir esto... joder parece que me relajo. Todo pasará, no seas absurda. Claro que si... pero mientras que pasa.. la que está aqui jodida soy yo. "¡Qué mierda ser yo!" como en el musical de Avenue Q.

Y es que, solo sé, que no se nada, teniendo en cuenta que Sócrates nunca me cayó demasiado bien, (para mi gusto era un poco prepotente) no es de mi agrado verme en esa famosa frase metida recoriendo la tinta que plasma las palabras, enredándome en los mil y un significados filosóficos. ¡Qué pesadez!  Con lo facil que es, si lo más cómico es que sé y además consigo salir de este bucle de vez en cuando (se ve que para tomar aire..) y de prónto... de nuevo en las mismas.

Yo soy feliz. ¿Entonces? ¿Cuál es el problema?

Septiembre.

Las matemáticas nunca han sido lo mio, los que me conocen bien, lo saben. Esos malditos números.. me traían por la calle de la amargura, pero bien cierto es que lo único que se me daba medianamente regular de esa materia era la probabilidad.
Esto nos lleva a un cálculo probabilístico que a lo largo de los años se puede dar como una función inequívoca, aplicado por supuesto, en mi.

Y esto es:
Septiembre, mes del año que si no fuera por la santa navidad y el niño Jesus que cae en Diciembre, en España al llegar Septiembre sería año nuevo. Debido al comienzo del curso  y al cambio "brusco" de temperatura.
Y es que a mi el cambio del verano al invierno, me deprime. De toda la vida.
Para mi, cada mes de septiembre, siempre, (o al menos desde hace ya años) ha sido una reflexión sobre "el año pasado" las vivencias, el echar de menos a gente, (a mucha gente para mi desgracia...) El ver lo mucho que ha cambiado todo de un Septiembre a otro.
Llega un momento, en el que demasiados septiembres se acumulan, como cuando echas toda la ropa a lavar de golpe y dices, ¡Ay madre! Y claro, eso pasa factura.

Me pongo nostálgica, mucho además, tanto que puedo llegar a ser un alma en pena y me da por acurrucarme en aquella frase de: "y si esto hubiese sido de otra manera... y si las cosas hubiesen sucedido de otro modo..."
Años atras, siempre deseaba que mi situación cambiara y ahora.. que por fin a cambiado me encuentro con que me da pena darme cuenta de lo "desgraciada" que era antes y lo "bien" que estoy ahora, eso desemboca en un profundo miedo a perder lo que tengo, y no estoy hablando de ferraris, ni casas caras en primera linea de playa.
Estoy hablando de la amistad, del amor verdadero, de esa familia que por desgracia no se elige y toca apechugar con lo que pase y lo que te hagan, tanto si es bueno como si es malo.

Ahora me encuentro en una situación realmente cómica y estupida y que cualquier persona exterior y agena a mi vida diria: "muchacha tú estás mal", a lo que yo respondería: "por fin alguien se ha dado cuenta de que necesito ayuda"
Y es que yo no veo más humorísticamente absurdo algo como esto: Haber encontrado a una persona que te haga feliz, tener una amistad solida y fuerte con alguien que sabes que jamas te fayara, tener una madre que lo da todo por mi, tener una prima que me quiere con locura y demás familiares que demuestran de verdad aquella antigua creencia de: la familia esta para lo que sea cuando sea.
Y aparezco yo, mas perdida que un burro en un concierto debido a la falta de costumbre a eso que llaman felicidad y empiezo a desconfiar de todo.
 ¿Será real?  ¿por qué me siento así? ¿por qué no me relajo y disfruto? ¿qué me esta pasando? ¿por qué desconfio? ¿por qué no me entiendo?

Lo peor de todo es que tengo respuesta a todas y a cada una de esas preguntas. Y todas son positivas, Claro que es real. Me rayo demasiado. No te estreses más,¡Disfruta!. Tienes miedo. Porque tienes MUCHO MIEDO. Porque el Miedo te ciega...
Conclusión: Vaya 18 años más espesos...

Y así el señor miedo,que es muy majo y siempre aparece cuando menos te apetece, te pega la patada en el culo para que caigas al suelo y te despiertes del sueño. Caiga quien caiga contigo al intentar socorrerte.
Entonces, entra en escena la famosa ley de murphy, que si la aplicamos a mi caso todo se reduce a:

-"Basta que después de mucho tiempo consigas ser feliz, teniendo un entorno estable y seguro, que te sientas protegida en armonía y paz. Para que tú (marisabidilla, tonta del bote, rematada de la cabeza!) vengas y te cagues de miedo porque creas que esto no puede durar mucho y vas a tener que volver "a la otra vida" esa en la que tenías que fingir que eras feliz"- De mi, para mi. Recordatorio número; 1.489.542.284.554!!!

Y aquí estoy pegandome con septiembre en un año cargadito de sorpresas, sobre todo de esas personas que menos te esperas, como un padre... por ejemplo.

Lo peor de todo, es que la culpa (porque siempre entra en juego las reparticiones de la culpa cuando estas así) es 50% para cada bando, 50% para mi, que en su momento no hice nada para ir ... lavando esa ropa poco a poco y 50% para el resto del universo que me rodeó en todos aquellos momentos en los que "se intuía" que yo no lavaba... pero nadie veía de verdad los lamparones de mierda en la ropa porque yo, muy inteligente, le daba la vuelta para que nadie lo viera.

Y es así, he de reconocer que yo siempre me he creido la mas madura del corral, "yo estoy bien, es lo que quería" sí claro que era lo que quería, ¿quién no quiere acabar con una situación incomoda y dolorosa? pero con 11-12 años, no ves las consecuencias de lo que vendrá después, y como buena cabezona tauro..me cerré en banda negando ayudas y diciendo que todo estaba bien para mi "porque era lo que yo quería" ¿¿o no??.

Ahora después de nada mas y nada menos que 7 años y medio desde que mis padres se separaron resulta que me aparecen todas las patologías que me deberían haber aparecido en su día. Y es que me siento como esas personas que sufren enfermedades graves y tienen plena consciencia sobre ello. Que aún a sabiendas de su situación, luchan pero no pueden hacer nada por uno mismo a menos que alguien les tienda la mano y tiren fuerte para lenvantarlos o sacarlos de ahí.

Maldita cría que no lloraba ni perdia ayuda, aunque la herida sangrase a borbotones.

Esa soy yo.

Por suerte con el paso de los años he aprendido a quejarme, y sinceramente, se le coge el gustillo. Pero lo malo es quejarte de las cosas que menos importancia tiene, por asi decirlo y es me cuesta reconocer que necesito ayuda y que alguien este ahí vigilandome y apoyandome incondicionalmente más que a los politicos ser Honraos (¡y miren a que niveles estamos en España de corrupción en wikipedia para hacer un balance aproximado de la comparación!)

Y volvemos al principio de todo esto.
Fijense queridos lectores mios (que aunque seais pocos estoy más que agradecida) que todo esto que viene desde hace tiempo, ha llegado a tal punto que, en algo tan especial para mi como es escribir, (desahogarme ahogandome entre palabras)  se ha convertido en un imposible para mi. No soy capaz de desarrollar una sola línea coherente de un argumento ya solido y fundado, con sus personajes definidos, vivos, activos, ¡Por Dios! ¡Si tengo hasta resumida y terminada la historia! Simplemente es que cuando voy a ello... no puedo no sale, no fluye.  

Y señores, esto es muy grave, porque yo siempre me he sentido cómoda en este campo (a base de desechar muchas cosas, por supuesto) y de nuevo.. volvemos al quid de la cuestión.
Me da miedo que esto se extienda a la danza y sea tambien incapaz de expresarme ahí.
Y eso no lo voy a permitir, el miedo no me va a ganar la partida, no va a extender su brazo exterminador hasta el lugar donde más comoda me siento. Mi lugar. Que es la danza, porque me puede quitar ocasionalmente mi libertad literaria donde me siento como en casa, pero no debo dejar que abarque donde verdaderamente soy yo.

Eso sería un Jaque Mate al corazón, después de matar a la Reina de mis sueños.

Alba

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