Y después de tanto tiempo alejado, llevaba una semana en casa con
Changmin. No me hartaba, habíamos jugado a la consola, visto películas
desclasificadas, paseado por los sitios más bonitos e interesantes de Ayan...
Dormir, habíamos dormido poco, después de casi dos años sin vernos dormir era
lo de menos, pasábamos las horas contándonos sobre todo lo que habíamos hecho o
conocido. Él seguía con Yume, habían vivido todo este tiempo en el norte,
instalados en una casita de aspecto rural, parecida a la de bosque pero mucho
más pequeña. Él trabajaba como informático mientras ella continuaba por su
pasión por la escritura. Les iba bastante bien, ¡y quien lo iba a decir! porque
Changmin, era quien siempre había vivido agobiado por esos sentimientos que
habían florecido en él, llegando a castigarse a sí mismo sin estar con Yume dejándose
llevar por sus propios prejuicios. Como siempre intentando ser fiel a las
convicciones propias.
Le costaba demasiado adaptarse a los cambios, se negaba a aceptar que
las personas evolucionan y en esa evolución, se van perdiendo piezas que serán
sustituidas por otras más adecuadas.
Ese era el riesgo, el riesgo a perder y no encontrar piezas nuevas.
Después de toda la semana en Ayan, decidimos sin más volver a la casa
del Bosque, sabíamos que allí estaba Jaejoong. Llamamos en medio de la
madrugada y avisamos de que llegaríamos al amanecer. Por suerte fue el propio
Jaejoong quien lo cogió, nada raro en el que no estuviera durmiendo.
Cuando por fin llegamos, mi estómago comenzó a ponerse nervioso. La
última vez que había visto a mi hermano mayor, no habíamos salido muy bien
parados que digamos. Seguía dándole vueltas al recuerdo del baño donde
discutimos en medio de aquella fiesta cuando un nombre se me cruzó por la cabeza:
Issir.
"Me va a matar cuando me vea”. Pensé.
Changmin iba directo a la puerta, con la mochila a sus espaldas,
decidido a llamar sin ni siquiera esperar a que yo tomara un poco de aire. Me quede paralizado a mitad del camino,
admirando como si no hubiera visto nunca la gran casa del Bosque, con aquella
puerta principal de madera color caoba, la pequeña terraza arriba cuyo portón
daba a la habitación de Aure, donde tanto había vivido, y que ahora estaba
vacía.
El sonido de los nudillos de Changmin golpeando la puerta caoba me sacó
del recuerdo y me dirigí caminando lentamente hacía donde él estaba. Jaejoong abrió
en pijama.
-¡Qué rápidos! ¡Seis horas y estáis aquí! - Dijo mientras abrazaba a
Changmin pegándole golpecitos en la espalda mientras daba saltitos de alegría.
Me quedé rezagado detrás. Cuando Changmin logró soltarse, cosa que le
costó bastante, se hizo a un lado y Jaejoong , me miró fijamente.
-Prefería cuando me dabas un capón - Dijo Changmin mientras riéndose.
- Tú, hermano - Dijo Jaejoong señalándome con el dedo - te ordeno que me
des un abrazo ahora mismo - Y acto seguido sonrió ampliamente.
Me acerqué despacio, no me fiaba que no me fuera a dar "un
toquecito", pero cuando llegué, solo me abrazó.
- Bienvenido a casa. - Dijo
- Por fin - Contesté.
Entramos y nos metimos en una pequeña sala que se usaba para tomar café.
Era temprano y aún dormían todos.
-Junsu y Yochun vendrán pasado mañana, esta vez os conseguiré reunir a
todos. Al menos, eso parece... ¿Cuántos días estaréis? - Dijo Jae mientras dejábamos
todo lo que nos íbamos a desayunar encima de la mesa y nos sentábamos en los amplios
sillones.
- No lo tengo claro - Dije.
-Yo me quedaré hasta la boda, -Decía Min pesadamente debido al sueño -
Yume vendrá cuando acabe un trabajo, hablaré con ella mañana a ver como va. Y
tú, deberías obligar a tu hermano a que se quede - Declaró señalando a Jae a
modo de amenaza mientras hablaba de mi como si yo no estuviera.
- Estupendo - Respondió este y puso una de sus caras de "no hay mas
opción, ya que has venido..." - Opino igual que Min.
- Jajaja ¿No me digas? , como si no lo pareciera... - Reí, dándole después
un gran mordisco a la magdalena.
- Pues entonces ya está, ¡decidido!
Te quedas hasta después de la boda - Dijo Jaejoong sirviéndose un poco
de té y cogiendo una galleta para luego mordisquearla de manera nerviosa.
- Bueno, acepto hasta la boda, lo de después ya veremos cómo se
desarrolla todo. Changmin... -Dije dándole una palmadita en la pierna - que te
duermes.
-Hm... Joder, sí, demasiado sueño acumulado.
- Iros a dormir, mañana, será una sorpresa para todas. Bueno para Lessi
y Alexiel que son las que están aquí. - Jaejoong se tapó un poco con la manta.
- ¿E Isiir y las demás? - Pregunté mientras Changmin se iba acomodando
más en el sofá.
- En la ciudad, se están quedando en la residencia de allí para dejarnos
a nosotros más espacio... y sobre todo más tranquilidad. Menudo gallinero
estaba siendo esto últimamente.
- ¿Sólo últimamente? Esto siempre es un gallinero querido hermano, en
fin, pues menos mal. - Le conteste con alegría o más bien alivio. Isiir no
estaba.
- ¿Por Isiir lo dices? Se pasa
por aquí todos los días, así que no te vas a librar - Dijo alegremente, como si
nada.
- Aarggs ¡Ya decía yo! - Me deje caer por el sofá
- Jajajaja, ¿os vais a ir a la cama o que? Yo también tengo sueño, por
suerte mañana no tengo nada que hacer.
- OH mi cama... - balbuceó de pronto Changmin, levantándose medio zombi,
dándome una palmada en el hombro y revolviéndole el pelo Jae. Caminó tambaleándose hasta desaparecer
por las escaleras.
- ¿Dónde duermo? - Pregunté a Jae que ponía las tazas en la bandeja.
Intentando recoger un poco.
-¿Cómo que dónde? Que lo pregunte yo porque mi prometida este durmiendo
con su mejor amiga, es una cosa, pero que lo preguntes tú que tu cama esta
vacía...
- No es mi cama. En realidad nunca tuve habitación, se supone que
compartía con Junsu y Changmin pero...- Jaejoong suspiró al oír esto.
- Estos no llegan hasta el próximo día, tienes más sitios donde dormir
si quieres. Aunque sabes que ESA es tú habitación.
- Me resulta un tanto... vergonzoso querer dormir ahí.
-¿Me pides permiso?
- En parte sí.
- Si quieres mi permiso moral, lo tienes, si le preguntaras a Isiir
sería otra cosa... pero sabes que por mi... todo está perfecto.... en cierta
manera.
- Lo se, y gracias. No se si era lo que necesitaba o quería oír. Pero me
gusta.
No quería entrar más en el tema. Chocamos los puños y me dirigí arriba.
Atravesé el pasillo para entrar en la primera puerta a la izquierda, el olor a
vainilla aún perduraba. Todo estaba tal cual lo recordaba, con todas sus
cositas tiradas por la habitación. El gran armario empotrado en la pared de la
izquierda y la cama con dosel en frente. Las fotos, las luces, los colores,
todo como el primer día.
Me tumbe en la cama metido entre las sábanas y acomodado en las
almohadas. Todo olía aún a ella, como si jamás nos hubiéramos marchado de allí.
Terminé por quedarme dormido. Entrando en un sueño profundo... o... ¿era un
recuerdo?
- ¡OH! Yunho - Dijo Lessien en cuanto me vio -
¿Cómo estás?
- Bien, he descansado, lo necesitaba. - Sonreí.
- Pero ven, ven acércate hace mucho que no nos
vemos. - Dijo Alexiel.
Me senté mientras ella me servía un poco de café.
- ¿Cómo te va todo? , ¿Te sigue gustando así el
café no?
- Eh, sí gracias. - Dije tímidamente.
- Dijeron que andabas de viaje pero que te habías
instalado en Ayan para trabajar - Me interrumpió sin poder contestar a su
primera pregunta.
- Pues sí, - Cogí la taza. - comencé a trabajar
en una floristería y bueno, no se gana mucho, pero lo suficiente para
mantenerme y vivir allí.
- También, ya es casualidad que vayas a parar
justo al lugar donde Aure llegó, huyendo de aquí...de ti... - Soltó Ale de lo
más natural para luego beber té, atragantándose por cierto gracias al codazo que
le dio Lessien. El comentario había hecho que Changmin y Jaejoong se callaran
para prestarle más atención a nuestra conversación que a la suya propia.
Me quedé cortado, obviamente ellas sabían la
versión de Aure, bueno, ellas y todos menos Changmin y Jaejoong. No me había
pardo a contarle a nadie mi punto de vista. Tampoco es que hubiera hablado con
nadie más. Tampoco es que fuera un tema para ir exponiéndolo en conferencias...
- Discúlpala Yunho... de vez en cuando nos
dejamos llevar... y esta vez le ha tocado a Ale. - Dijo Less
- No pasa nada, lo entiendo - Respondí
amablemente a la prometida de mi hermano.
- Bueno, aquí estamos para reencontrarnos después
de tanto tiempo, nada de echar cosas en cara. Son cosas que han de arreglar
entre ellos dos. - Dijo Jaejoong.
- Perdóname, querido Jae, pero yo no he echado
nada en cara, solo he dicho lo que pienso, ya es casualidad que el destino les
una de nuevo así porque sí. - Replicó Alexiel un poco ofendida.
. Ni destino, ni destinas, lo que está claro es que
lo que pienses tú da igual, es algo que ocurre entre ellos y punto - Dijo
Changmin enérgicamente.
- Tampoco es que esto sea un tema tabú, ya lo que
me faltaba - Respondió de nuevo Alexiel esta vez ofendida de lleno por el Benjamin
de los hermanos.
- Claro que no, pero acaba de llegar y ya andáis
cuchicheando. - Se aceleró Changmin.
- Bueno, simplemente ha sido un comentario,
tranquilos todos, no hagáis de esto el tema del desayuno por favor- Supliqué.
- Es que ya no es eso, aquí cada uno tiene sus razones,
tú tuviste las tuyas justificadas o no y Aure tendrá las propias, punto pelota
porque si al final opinamos todos se lía la de dios... - Continuó Changmin.
- Vale, ya vale...- Dije- Será... mejor que vaya a tomar un poco el
aire- dije cogiendo la taza para tomarme
el café fuera. Desde la puerta de la cocina se salía a otro de los porches,
este más pequeño donde las vistas eran muy agradables, la brisa era suave pero gélido,
el invierno había llegado.
Al rato llegó Changmin.
Poniendo la palma de su mano sobre mi hombro pero quedándose un poco regazado detrás.
- Lo siento, no es que haya ayudado mucho, aunque
esa era la verdadera intención - Dijo despacio.
- Está bien. En realidad no pasa nada, aquí el
único que tiene la culpa soy yo. No hay más que decir.
Pasamos el día fuera como Jaejoong quería. Lo
pasamos bien, a pesar de que no hacía un buen día en especial, paseamos por el bosque
y luego comimos en uno de los merenderos de la zona.
Volvimos a casa ya que Jaejoong finalmente si que
tenía que organizar cosas junto a Lessien, cosa que no le sentó nada bien a Jae
ya que estaba empeñado en pasar la tarde en familia. Alexiel aprovechó para
ultimar con Yochun la hora de su llegada para que pudieran recoger a la vez a
Junsu y Nerea que venían de camino también.
Changmin, llevaba pegado al teléfono tres horas
con Yume, ya que esta tenía un atasco casi al final de la novela y tenía que
darle todas las opciones y elegir una para continuar y poder venir a la boda,
porque Yume era ese tipo de mujer que si no terminaba la obra, no vivía en paz,
y mucho menos con el editor detrás exigiendo todo el día.
Después de ver el panorama, que pintaba de lo más
aburrido, me marché al lago donde Aure y yo solíamos estar, ahora helado por el
frío, como una señal de nuestros sentimientos.
Cuando llegue, casi estaba oscuro.
-FlashBacks-
Tumbados al atardecer bajo la sombra del gran sauce, Aure y yo
escuchábamos música abrazados, ella tenía los ojos cerrados. Me encantaba
mirarla, contemplar como acariciaban los rayos del sol su suave piel.
Sin querer sonreí por la fugaz idea que atravesó mi mente.
-
Nunca pensé,
que se pudiera estar aquí fuera de esta manera. Cuando nos escapamos de aquel
lugar, no teníamos ni idea de como era el mundo exterior. Nos asustábamos por
todo. Incluso de lo que sentíamos y ahora, me da miedo dejar de sentir. Cuando
se prueba la felicidad real, da miedo volver a la infelicidad. Como cuando te
hacen un pastel gigante, te lo comes sin dejar nada para después. – Dije
mientras la acariciaba el pelo, ella sonrió y posó su mano sobre la mía
rozándome dulcemente con la yema de sus dedos.
-
Quizás, sea
mejor no tener nunca felicidad, a tenerla y de pronto perderla. Duele
demasiado. Porque al fin y al cabo, cuando te acabas el pastel estás saciado y
no tienes más hambre, en cambio el ser humano es insaciable de felicidad. Es la
única meta inacabable. Puedes llegar a cumplir sueños que parezcan lejanos como
un viaje o conseguir el trabajo de tus sueños, pero nunca deseamos dejar de ser
felices. De hecho todo lo que hacemos en la vida es para hallar la
felicidad. – Abrió los ojos y se
incorporó suavemente hasta dejar apoyada su cabeza en mi hombro. Yo la rodeaba
con un brazo.
-
La felicidad
es nuestro motor de vida. – Y posé mi cabeza sobre la suya cariñosamente.
-
Sí
-
¿Sabes? Tu
amor, me hace insaciablemente feliz. Me llena y me completa hasta tal punto que
da escalofríos. Espero que sea insaciable para siempre.
-
Quien sabe, si
algún día, dejamos de ser felices juntos, estaremos muy infelices durante un
tiempo pero después del dolor, nuestro corazón y mente nos guiará a la
felicidad de nuevo. Sea donde sea, la hallaremos.
-
Espero que mi
corazón me guíe, sea donde sea, - sonreí mirándola a los ojos dulcemente –
halla donde estés porque se, que será el único lugar donde seré completamente
feliz.
-FinFlashback-
Aquella noche me costó dormir. No podía
evitar darle vueltas a todo lo que había vivido con Aure. Sabía que era capaz
de encontrar a otra persona. Lo sabía. Pero el dolor de alejarme de Aure para
siempre era demasiado intenso. Cosa que parecía imposible después de llevar
tanto tiempo sin vernos ni hablarnos. Pero su recuerdo era latente en mi
corazón, mente y alma.
Quizás el error era estar atado a mis
sentimientos aún, guardándolos como un preciado tesoro. Quizás ella había sido
capaz de rehacer de verdad su vida y sea plenamente feliz con alguien que no
sea yo. Con Minho. Que él haya
conseguido suplir mi lugar y haga y comparta los momentos que tenía conmigo e
incluso cree nuevos momentos en los que jamás tendré lugar.
Y al fin y al cabo, yo me fui. Me marché
sin explicaciones. Dolor, por dolor. Eso fue lo único que causé. Rompí la casi
perfecta sensación de felicidad después de todo lo que habíamos vivido y pasado
juntos, todos los peligros por la lucha contra el régimen. Simplemente me
marché por un sentimiento egoísta de libertad cuando lo que no sabía era que la
libertad la había hallado a su lado.
Ahora todo se había complicado
demasiado, al menos… no necesitábamos vernos obligadamente. Salvo en la boda de
Jaejoong. Si no había confirmado que iría hasta ahora era porque no sabía si
sería lo correcto, aunque lo que más me aterraba era miedo a otro
enfrentamiento como el del teatro. Y
volver a sentirme rechazado por ella.
¿Pero qué demonios me pasaba? Sabía que
me lo había ganado todo yo solito. Todo este dolor me lo había causado yo y
solo yo. Pero la amaba con toda mi alma y todo mi ser.
Y desgraciadamente, no sabes lo que
tienes hasta que lo pierdes.
Eso para mi, sería mi condena.
Me pareció oír que alguien me llamaba.
Mis sentidos lo confirmaron cuando noté el primer golpe de la almohada. “¿qué
hora es?” atiné a decir limpiándome un poco de saliva que resbalaba por mi
boca.
- Muy tarde – El repiqueteo de la voz de
Junsu me hizo abrir los ojos – Te parecerá bonito, yo todo ilusionado porque mi
hermano mayor viniera a buscarme a la estación y va, y se queda dormido.
- Que conste que le avisé de que se
acostara pronto. – Recriminó Changmin
- ¿Dónde ha quedado el hermano
responsable que tú eras? ¿Eh? – Decía Yochun volviéndome a pegar con la
almohada.
- ¡Aquí está tu hermano responsable! –
Alzó la voz Jaejoong abriendo sus brazos y diciendo por lo bajini “ven a mi
pequeño” Todos reímos. Me incorporé un poco sentándome con la espalda apoyada
en el cabecero de la cama. Todos sabían lo que me costaba despertarme por las
mañanas. Me podía tirar en la misma posición semi-despierto durante casi horas.
Me picaban los ojos, y tenía mucha sed por la falta de sueño.
- ¿Me traéis agua? – Pregunté sonriendo
sin apenas abrir los ojos.
- ¿Pero este de que va? ¡¿Se ha asociado
todos nuestros malos hábitos o qué?! – Decía Yochun – Yo era el que no movía el
culo para nada ¿Recuerdas? – Dijo pegándome unas palmadas en el muslo.
- Claro que lo recuerdo, quizás sea hora
de que me devuelvas favores. – Sonreí mientras le devolvía el golpe en el
hombro.
- Sí, sí, tú no me preguntes que tal me
va la vida ni nada eh…
- Se que te va bien, te eduque para
ello. Pero ahora, cuando me traigas agua ya nos contamos con más detalle.
- ¡Qué cabrón! “Te eduque para ello”
dice – Yochun se levantó dándome otra palmadita en el hombro, esta vez más
suave. Junsu, Jae y Changmin no paraban de cotorrear sobre sus cosas.
Me quedé mirando a los tres. Hacía tanto
que no les veía así, echaba de menos esos momentos de estupideces y risas con
ellos.
-
¿A que sí Yunho? – Preguntó Changmin.
Puse mi cara de no tener ni idea de lo que estaban hablando.
-
¿Eh?
-
Que tus hermanos quieren saber si te vas
a quedar a la boda, y yo les he dicho que por supuesto que sí.
-
Ah, sí, claro. Se lo he prometido a
Jaejoong.
-
¡Así me gusta! Porque tengo que daros
una noticia. Pero esperaré a que estemos toda la familia.
-
¿Te casas tú también? – Preguntó
Jaejoong con cara de entusiasmo – Así comprenderás por el calvario que estoy
pasando hermano. – Susurró mientras apoyaba su mano sobre el hombro de Junsu y
agachaba la cabeza sobreactuando su agotamiento.
-
No, ajajajaja. Ya os contaré cuando
estemos todos de verdad. Os alegraréis por mí, estoy seguro. – Yochun entró en
la habitación
-
Aquí tiene señorito – Reía Yochun
entregándome el vaso de agua mientras hacía una reverencia.
-
¡OH dios! Que sed. Sin duda, eres mi
hermano favorito. – Y bebí casi todo el vaso de golpe.
Cuando terminé de
beber, deje el vaso en la mesita de noche y al alzar la cabeza me encontré con
la mirada asesina de tres hermanos.
-
Te vas a cagar – Amenazó Jaejoong. Todos
nos comenzamos a pegar. Junsu se enredó con el dosel de la cama de Aure (que
ahora era la mía) en el pie y en un movimiento brusco terminó rajando la tela
haciendo tambalear la cama y haciendo el amago de caerse de espaldas de ella. Yochun
al ver esto intentó ayudarle y terminó cayendo el de lado y dándose un buen
coscorrón en la cabeza. Todo esto a la vez que la brutalidad de Changmin hizo
estragos al golpear la mesita de noche sin querer tirando la lámpara y de
rebote el vaso de agua mientras Jaejoong y yo echábamos a perder las almohadas
que comenzaron a soltar el relleno que tenían dentro por los aires.
-
¿Pero qué demonios hacéis? – Preguntó
Issir asustada abriendo la puerta de golpe.
La habitación era un
caos, Junsu enredado, Yochun por los suelos, Jaejoong con el pelo lleno del
relleno de la almohada y con un pequeño corte en la mano por intentar recoger
el vaso roto del suelo. Mientras Changmin tenía una pieza de la lámpara de la
mesita en cada mano y yo le tendía la
mano a Yochun para ayudarle a levantarse.
-
Eh, esto iba a ser un reencuentro
pacifista. – Dijo Junsu intentando liberarse de las telas enredadas en sus
pies.
-
Pues ya veréis mi nieta que contenta
cuando vea su habitación…
-
La tendremos que adecentar un poco…sí –
Yochun se frotaba la cabeza intentando aliviar el dolor del golpe. Le saldría
un buen chichón.
-
Madre mía, cualquier día tenemos una
desgracia ¿eh? Recogerlo y tener cuidado anda. Ven aquí que te cure eso Jae. –
Issir y Jaejoong se fueron. Changmin nos miró a los tres con un rostro serio,
después miró la lámpara e intento unir las dos partes sobreponiéndolas la una a
la otra. Nosotros le mirábamos fijamente. Nos devolvió la mirada. Y unos cinco
segundos después, todos rompimos a reír.
-
¡Pero que bruto que eres! – Reía Junsu.
-
¡ah, lo dices tú! ¡Que poco más y
arrancas los anclajes del techo del dosel animal!
Nos pusimos en marcha
y recogimos un poco por encima la habitación. Desde luego que se había quedado
todo hecho un desastre.
-
Chicos me encargo yo del resto, no os
preocupéis, marcharos si tenéis cosas que hacer – Les dije.
-
Está bien, si necesitas ayuda avisa,
estaremos por aquí.
-
OK.
Junsu, Yochun y
Changmin se marcharon. Dejándome solo en la habitación.
Llevaba un rato bien
atareado cuando llamaron a la puerta. Issir entró.
-
¿Cómo lo llevas Yunho? – Dijo amablemente
recogiendo uno de los cojines que había tirado por el suelo.
-
Oh, em… bien lo único que tendré más
complicado es arreglar las cortinas, creo que debería comprar unas nuevas que
se le parezcan. – Estaba nervioso. Me había salido por la tangente pero, sabía
de sobra que ella no se refería a la habitación. Finalmente la temida
conversación había llegado. Yo continuaba con lo que estaba haciendo para que
no se notara demasiado. Ella optó por sentarse en la butaca que había al lado
de la puerta que daba al porche.
-
Me alegro de que hayas estado bien. Todo
este tiempo. Gracias a Jaejoong hemos sabido un poco de ti, nos tenías
preocupados a todos.
-
Lo se, y lo siento. Ha sido todo
demasiado extraño. – Me detuve, sentándome en el borde de la cama. “allá vamos”
pensé.
-
Tengo curiosidad por saber que
intenciones tienes al volver.
-
¿intenciones? – Me extrañé.
-
Sí, ¿Vas a quedarte? ¿o te volverás a
marchar hasta dentro de otros dos años? ¿has vuelto por Aure? ¿O solo por la
boda?– Preguntó ella.
-
No lo se… quiero, hablar con ella…
aclarar algunas cosas y luego… ya se verá.
-
Comprendo. Yunho, no quiero que me
malinterpretes. Pero, creo que conviene que te diga que ella ahora esta
recuperada. No se hasta que punto. Pero está rehaciendo su vida, después de
todo lo que la ha costado. Es su momento y sinceramente, espero que tengas las
cosas muy claras respecto a lo que quieres hacer.
-
Se a que te refieres, ella ahora está
con Minho. Y yo, simplemente no pinto nada. Pero necesito decirla algunas cosas
que… ella no sabe.
-
No es tan sencillo, el problema es que
si eres importante para ella… Y desde mi punto de vista creo que ya has
conseguido lo que necesitabas durante demasiado tiempo. Necesitabas marcharte y
lo hiciste dejándola a ella atrás. Aure por fin ha conseguido lo que
necesitaba. Un joven que la quiera sin egoísmos. Y me temo, que si no tienes
las cosas claras, será mejor que dejes las cosas como están. No se merece que
la desestabilices de nuevo. Piensa lo que vas a hacer muy bien. Porque no
depende solo de ti. Todos sufrimos en esto. – Issir se levantó y se acercó a mí
poniendo su mano sobre mi hombro. – Eres de la familia Yunho. Siempre lo serás.
Pero quizás haya llegado la hora de que tú también busques consuelo en otro
corazón. Me temo que es posible que hayas perdido tu oportunidad para siempre.
-
Lo….Lo siento – Balbuceé
-
No es a mí a quien debes pedir
disculpas. De hecho no creo que sea necesario. Esta vez, haz lo correcto.
No fui capaz de decir
nada más. Issir se marchó dejándome solo de nuevo en la habitación de Aure, con
aquella sensación extraña de que las paredes se movían hasta aplastarme dentro
con todos los recuerdos. Con todos los sentimientos.
Me sentía confuso.
Realmente, no me había dicho nada que yo no hubiera deducido por mi mismo, o
nada que no esperara. Pero el escuchar la cruda realidad de alguien ajeno a ti,
resultaba bastante más doloroso por mucho que tú llegases mil veces a esa misma
conclusión antes.
“Esta vez, haz lo
correcto”
¿Y que era lo correcto
en este caso?
Necesitaba tener una
conversación definitiva con Aure. Y no podía esperar hasta el día de la boda
para verla. Hice un equipaje ligero y viajé rumbo a Ayan. Esta vez, avisando a
mis hermanos de mi partida.
Nunca había estado en
la casa de Minho, pero sabía donde vivía. Aure se había hospedado allí durante
todo este tiempo que había estado en la ciudad.
Llegué a la casa de
Minho y me detuve ante la gran puerta, con el firme pensamiento de que ella no
me querría ver. Una joven del servicio de la casa abrió la puerta.
-
¿Sí?, ¿Qué desea? – Preguntó
educadamente.
-
Soy, amigo de Synia Aure. ¿Se encuentra
en casa?
-
Oh, me temo que la señorita Aure partió
de viaje hace tres semanas.
-
¿De viaje?, ¿Y me podría decir a donde
fue?
-
Pues no lo se exactamente.
-
¿Y sabe si volverá pronto?
-
No lo creo. La prima de la señorita Aure
se casará dentro de poco y tengo entendido que irá a su ciudad natal en los próximos
días.
-
Vaya, entonces no volverá por aquí.
-
No, me temo que no. Pero si lo desea,
puedo dejarla un recado.
-
No es necesario, muchas gracias. Tenía
pensado verla aquí, pero la veré igualmente en unos días.
-
Está bien, pues siento no serle de más
ayuda.
-
No se preocupe. Está todo bien. Buen día.
-
Buen día.
Aure no estaba en
casa. Y no tenía ni idea de dónde podría encontrarla. Fui a casa para
telefonear a Changmin y contarle lo sucedido. Un par de horas después me llamó él
para contarme que Aure y Minho se habían ido de viaje juntos y que tenían
previsto llegar a El bosque en cualquier momento. Pero no había nada confirmado,
podía ser esa misma tarde, como por la mañana... “Estupendo, un viaje para nada”
Pensé.
Aún me quedaba un día
entero en Ayan, ya que el tren de vuelta a El bosque no partiría hasta la noche
del día siguiente, a ver si con suerte llegaba a casa antes que ellos. Aproveche
para visitar a Ryul, no me podía ir de la ciudad sin verle, así que decidí
acercarme por el bar.
Para mi sorpresa,
Denier estaba allí, ni más ni menos que sirviendo copas. Me acerqué a la barra
donde Ryul estaba cobrándole a un caballero.
- ¡Dichosos los ojos! –
Rió Ryul. – Tío, hace semanas que no se de ti, desde que te secuestró tu
hermano has estado desaparecido.
- Lo se. Oye... ¿Que hace Denier en tu bar? –
Pregunté incrédulo, se suponía que el bar de Ryul, era únicamente para hombres.
- Ya ves, las políticas de empresa que van
cambiando. – Sonrió.
- No me digas que….
- Bueno… algo hay, algo hay. - ¿Denier y
Ryul? Pues si que había cambiado la política de empresa sí... Chocamos los
puños y me invitó a una cerveza.
Cuando el bar estuvo
un poco más despejado, Ryul y yo nos reunimos en el fondo de la barra, bajo la
atenta mirada de Denier que atendía con una sincera sonrisa a la clientela.
-
Cabrón ya te podías haber puesto a
echarnos una mano… desde que no estás no veas si he notado que hacía falta un
camarero. – Advirtió Ryul.
-
Estoy de viaje de placer no para venir a
sacarte las castañas del fuego jefe.
-
¿Viaje de placer? ¿En qué andas enredado
ahora?
-
Nada nuevo, he venido a buscar a Aure.
-
¿Aure?
-
Sí, digamos que… me han recomendado que
zanje el problema definitivamente. Pensé que lo mejor sería venir aquí y hablar
con ella antes de la boda pero por lo visto salió de viaje con Minho hace un
mes y no se como localizarla.
-
¿Por qué no llamas a Minho?
-
Em… ¿Quizás porque la última vez que me
dirigí a él casi acabamos con tu bar?
-
Bueno, pero no creo que te ponga
problema si preguntas por Aure. Aunque bueno… precisamente ella es el foco del
problema. Por así decirlo.
-
No estaría de más intentarlo, no es mala
idea. Pero intuyo cual será la respuesta.
-
Te mandará a la mierda. – Dijo Ryul según
habría un botellín de cerveza y me lo ofrecía.
-
Lo veo. – Y le pegué un gran trago.
No era mala idea
llamar a Minho. Al menos con él si tenía una manera de contactar. Estaba seguro
de que le sentaría mal que le llamase para preguntar por Aure, pero era la única
oportunidad que tenía de intentar hablar con ella antes de vernos en la boda, a
pesar de que por teléfono no es que fuera lo más apropiado después de tanto
tiempo sin hablar.
Ya por la noche y en
casa, terminé de guardar el poco equipaje que había traído y después de una
larga ducha en la que pensé y re-pensé de mil maneras diferentes que decirle a
Minho cuando me cogiera el teléfono sin ningún tipo de resultado, opté por
llamarle directamente sin ningún tipo de guión.
“Y que sea lo que Dios
quiera” - Dije para mí mismo cuando
terminé de marcar el último número y comencé a escuchar el tono de la llamada.
-
¿Diga? – La voz grave de Minho me
sobresaltó.
-
Minho. Soy Yunho. – El tono pretendía
ser lo más cordial del mundo. Pero me traicionaron los nervios emitiendo una
especie de voz seca y áspera a través de auricular.
-
Vaya, no esperaba que me llamaras.
-
Estoy en Ayan. Mañana por la mañana voy
hacia la casa de El bosque. ¿Estás con Aure ya allí?
-
Si. – Su tono era seco.
-
Podrías…¿pasarme con ella…?
-
No.
-
…¿No, porque no quieres que hable con
ella? O ¿No, porque no está aquí conmigo?
-
Las dos opciones son correctas. ¿Qué se
supone que quieres Yunho?
-
Necesito hablar con ella.
-
Justo al contrario que ella contigo.
-
Está bien Minho, de todas maneras mañana
estaré allí.
-
Me da igual lo que quieras, no permitiré
que la vuelvas a hacer daño. No tienes ni idea, ni idea, de lo que nos ha
costado llegar hasta aquí.
-
No adelantes acontecimientos ni siquiera
sabes lo que vamos a hablar.
-
Tranquilo, conociéndote lo imagino.
Porque seguro que… - Corto la frase a medio terminar, dejando un silencio
intrigante entre medias.
-
¿Minho? – La voz de Aure se oía en la
lejanía.
-
Debo colgar. Nos debemos una conversación
civilizada. Ya hablaremos.
Y sin opción a réplica
la llamada se corto.
Sería una conversación
interesante. Desde luego.
0 comentarios:
¿Te ha gustado el capitulo? Danos tu opinión :)