lunes, 10 de septiembre de 2012

Beautiful Melody Cap11.







Capítulo 11.


No podía haber leído bien... No. Esto debía ser una broma de mal gusto. Había vuelto a ponerse en marcha el compromiso, después de estar unas semanas sin que se supiera nada. Inocente de mi...había pensado que se lo habían pensado mejor, que se habían olvidado...pero no que en secreto estuvieran organizandolo todo. Que ya estuviera casi organizado, porque conociendo a mi madre seguramente que solo faltaba que yo me probase un horrible vestido blanco. 
     Entré en mi habitación aún con el sobre en la mano y lo lancé sobre la cama, mientras volvía a sacar mi móvil del bolsillo, y marqué de memoria el número de Changmin para ponerle un mensaje. 
"Mañana estaré en tu casa por la mañana.Me da igual que no estés, te esperaré." 
Esto tenía que aclararmelo. Según él solo necesitaba tiempo para arreglar esto y casi lo tenía controlado. Entonces esto no tenía sentido. O no le habían hecho caso en sus intentos de llegar a un acuerdo o aquí algo iba mal. 
      
     Cuando la mañana siguiente estaba apunto de salir por la puerta, la voz de mi madre me llamó desde el comedor. 
-¿Yun Hye dónde vas tan pronto?
Dí dos pasos hacia atrás asomandome por la puerta, lo justo para que pudiera ver la mirada de desprecio que la lancé  antes de seguir de nuevo mi camino. Tuve que reprimir el instinto macarra que me decía que la escupiera en la cara... Finalmente salí por la puerta escuchando gritar a mi madre, pero haciendo oídos sordos. 
-¡Shin Yun Hye! ¡Ven aquí ahora mismo! ¡Shin Yun Hye!
Hasta el portazo que di sonaba más bonito que su asquerosa voz... El hombre que se encargaba de vigilar la entrada me paraó cuando me disponía a pasar por las verjas. 
-Sabe que no puede salir sola señorita.-dijo amablemente.
-Pues hoy será una excepción.-respondí cortante.
Él no tenían la culpa de mi mal humor, pero como siempre había sido él o su relevo nocturno los que no me dejaban atravesar las puertas de mi propia casa aún les tenía cierto rencor. 
-Me temo que no jóven.
-Y yo me temo que si no me abre la puerta mis padres se enterarán de que ayer por la noche ni usted ni su compañero estaban en su puesto de trabajo cuando les correspondía. 
No me gustaba amenazar, pero tenía que salir sí o sí. Me miró atentamente por un momento y después de tragar saliva se apartó para dejarme salir. 
-En una hora la quiero aquí, señorita.-añadió.
-Sí, en diez minutos...-le respondí irónicamente a la vez que emprendía mi camino por la carretera de piedra. 

     Mientras andaba agarraba con fuerza el sobre de la invitación en mi mano, tanto que temía arrugarlo así que decidí relajarme. Pero no por eso andé más lenta, sino que apreté el paso para llegar cuanto antes. Tardé algo más de diez minutos en encontrarme con las puertas de la casa de Changmin, y allí, al contrario que en mi casa, no había nadie que custodiara la entrada y la salida. Simplemente había un portero automático por el que enseguida que lo pulsé, salió una voz que reconocí como la de una de las chicas de la casa. Entré y avancé directa hacia la casa, pero al girar un momento la cabeza vi que Changmin se acercaba a mi desde uno de los lados de la casa. Me quedé quieta donde estaba, esperandole. Y al verle, mi mal humor empeoró. Notaba como el calor me subía por el cuerpo, dispuesta a lanzarme a su cuello y atacarle, como si fuera un perro. 
-¿Qué haces aquí Yun Hye? -dijo parándose dejándo un poco de distancia. 
-Esto.-dije enseñándole el sobre algo arrugado.-Quiero que me expliques esto. 
Él lo cogió y lo miró con desconfianza, y al ver escrito "Familia Jin" me miró con el ceño fruncido antes de abrir el sobre y poner de nuevo su atención en él. 
-¿Qué es...qué es esto?-preguntó sin dejar de mirarlo tras unos segundos. 
-Eso he venido a saber. Quiero que me des una maldita respuesta. 
-Yo no... No sabía nada de esto. ¿Cómo te has enterado?
-Ayer por la noche. Ví el sobre en la puerta del despacho de mis padres, se les habría caído. Pero ¿cómo es que tú no te has enterado?-pregunté de mal humor.-¿No lo tenías todo controlado?¿No decías que lo ibas a solucionar? Pues díme dónde está la solución. Porque eso del viernes que viene y lo de julio no se acerca nada a ...
-¿Te puedes callar? ¡No es mi culpa! -me cortó alzando la voz.
-¡Ni la mía! Pensé que lo tenías todo arreglado Changmin, por lo que tú mismo decías... 
-Sí, yo también pensaba qué...-se interrumpió él mismo a mitad de la frase.
-¿Qué pensabas?-pregunté bajando la voz repentinamente. 
-Nada.-respondió devolviéndome el sobre y dándose la vuelta, andando hacia su casa. 
-¿¡Eh dónde vas!? ¡Changmin!
Antes de que pudiera subir las escaleras para entrar a su casa eché a correr y le alcancé. Me puse frente a él impidiéndole que siguiera caminando. 
-¿Qué era lo que pensabas?
-Que eras mejor persona y me tenías un mínimo de cariño.-dijo tras unos instantes en silencio. 
-¿Qué? ¿A qué viene eso Changmin?
-Mira será mejor que dejemos el tema... No tengo ni idea de lo que ha pasado ni de por qué han decidido esto de repente ¿vale? Así que si no te importa tengo cosas que hacer.
-No no, espera...-dije alargando mi brazo y bloqueandole el paso.
-¡Ya te he dicho que no sé nada! 
-¿Y qué vamos a hacer? ¿Quedarnos de brazos cruzados esperando ansiosos a que llegue el viernes para demostrar nuestra extrema felicidad por casarnos? 
-No vayas si no quieres...
-¿Qué? Osea...¿que no vas a hacer nada?
-No puedo hacer nada.-dijo simplemente.
-¿Cómo?-pregunté incrédula.
-Ya no se puede hacer nada. Lo siento.-Me esquivó para ampezar a subir las escaleras. Y yo me quedé ahí clavada, de espaldas a él. 
-Lo estás disfrutando, ¿verdad?-le pregunté casi en un susurro que él escuchó a la perfección, porque escuché como dejaba de andar. 
-Tanto como tú tu reciente noviazgo con mi hermano. 
Y finalmente escuché el sonido de la puerta cerrándose. Y nada más. Sólo silencio. 

     Así que...era por eso... Por mi relación con Junsu él había dejado de intentar cancelar la boda. Y ahora, si Changmin no podía hacer nada, ¿quién iba a hacerlo? Él era el único que tenía la oportunidad de conseguirlo, porque mis padres no me escuchaban por mucho que yo les dijera. Changmin me había dicho en más de una ocasión que hablando con su madre del tema había visto una pequeña puerta de comprensión, que solo necesitaba hacerla más grande. Pero ahora ya no había puertas. Ahora mismo lo único que había en mi cabeza era que estaba todo perdido...Todo lo que llevaba meses intentando retrasar y eliminar, estaba más cerca que nunca. 

     Subí las escaleras de casa corriendo, evitando encontrarme con mi madre para no discutir y me encerré en la habitación sacándo el móvil a la vez que me sentaba en la cama. 
-Junsu...
-Hola preciosa, ¿qué tal?
-Junsu...
-¿Yun Hye? ¿Qué pasa? ¿Estás llorando?
-Tengo...malas noticias.
-¿Qué ha pasado? Está...¿Le ha pasado algo a Changmin?-preguntó alarmado. 
-No... Él está bien.-le escuché soltar el aire después de decir esto.
-¿Entonces? 
--Hay un problema. Con la boda...
-¿El qué?-preguntó ansioso.
-Ya hay fecha. 
-¿Cómo?
-En julio, el 28... Y tamién...también hay una especie de acto de presentación...-Intentaba decirlo en voz baja para que así, tal vez desapareciera y no fuera real, pero mis sollozos me hacían hablar más alto.-Este viernes. Junsu...Yo no qiuero...
-Joder...-escuché que decía en voz baja.-No pueden hacer eso... Bueno tú... Tú tranquilízate, ¿quieres? Vamos a hacer algo... Estoy seguro de que vamos a arreglarlo. 
-¡Estoy harta de escuchar eso!-respondí gritando.
Llevaba mucho tiempo escuchando que todo se iba a arreglar, y que el destino me tenía guardada una buenta carta. Pero no. Me había dejado fuera de la partida y solo podía ver cómo apostaban y apostaban mi vida si hacer nada. 
-Lo sé, Yun Hye...
 -Lo siento tú no tienes la culpa, pero...-le dije todo lo suavemente que pude, a la vez que me restregaba la mano por los ojos intentando secarme las lágrimas.
-Tranquila...Mira sé que ahora no te servirá de mucho... Pero confía en mi, voy a intentar hacer lo que esté en mi mano, ¿de acuerdo? 
-Ahora mismo no puedo creer en nada Junsu...
-Íntentalo. Ya se me ocurrirá algo. Ahora... no pienses en ello. Distráete ¿vale? Y haz el favor de dejar de llorar.-dijo tiernamente.
-¿Podemos vernos...?
-Uff no puedo Yun Hye, estoy con Yunho aclarándo algunas cosas para el disco... Lo siento, joder...
-Vale vale...tranquílo. No pasa nada... 
-Más tarde te llamo. Hazme caso, ¡No quiero enterarme de que sigues llorando eh!
Le dediqué una sonrisa forzada antes de caer en la cuenta de que no podía verme, así que le respondí intentando sonar lo más alegre posible, y al parecer se conformó porque se despidió definitivamente.

     Un rato después de comer sola en la habitación subió Marlen a avisarme de que mis padres querían hablar conmigo. 
-¿Y por qué no suben ellos? Esta habitación no está infectada...
-Vamos señorita, no haga esperar a sus padres. 
-Sí...No quisiera yo robarles su preciado tiempo.-Me levanté del escritorio y abrí la puerta de mala gana. 
Nana no tenía la culpa de mi mal humor, pero ahora estaba muy enfadada y ella sabía que después iría corriendo a que me diera un abrazo, como siempre. Bajé las escaleras desganada, sabiendo perfectamente lo que tendría que escuchar. Los mismos royos de siempre. Estaban en el salón, cosa que me sorprendió, porque normalmente los temas de negocios se trataban en el despacho, y no sabían hablar conmigo de otra cosa. 
-¿Qué queréis?-dije quedándome de brazos cruzados en la puerta.
-Entra.-respondió mi madre. 
-¿Qué queréis?.-repetí sin moverme.  
-Tu madre te ha dicho que pases, siéntate aquí.-La voz de mi padre siempre sonaba más autoritaria que la de mi madre, y normalmente me hablaba en mejor tono, así que a regañadientes le hice caso y sin descruzarme los brazos me senté en el reposabrazos del sofá, bajo la atenta y reprochatoria mirada de mi madre. 
-¿Dónde has estado esta mañana?.-Me preguntó ésta.
-En casa de Changmin. 
-Mentira. 
-Es verdad.
-¡Sabemos que es mentira! -dijo subiendo el tono.-Sabemos que hace tiempo que no te ves con Changmin. 
-He estado con él esta mañana.-respondí sin inmutarme. 
-Shin Yun Hye hemos hablado con sus padres, están preocupados porque hace tiempo que no te ven. Nos han dicho que ya no vas a su casa.-aseguró mi padre. 
-Bueno ¿y qué si no voy?
-¿¡Cómo que y qué!?-preguntó mi madre gritando de nuevo.
-No me grites, aún no estoy sorda.
-Yun Hye no hables así a tu madre. ¿qué te pasa?-Preguntó mi padre levantando el brazo para hacer callar a mi madre, que iba a volver a hablar.-¿Por qué estás así?
-¿Así cómo? ¿Enfadada? ¿Indignada? ¿Jodida?
-Cuida esa boca.-interrumpió mi padre. 
-¡Joder vale ya! Ya está bien de decirme lo que debo o no debo decir.-me levanté del sofá, como si así quisiera que se me escuchase mejor.-No se me ocurren palabras precisamente cariñosas para expresar lo que estáis haciendome. 
-¿Darte una buena vida?
-¡Darme una vida de mierda! 
-Cuando estabas con Changmin no hablabas así, es una muestra de que...
-Joder con Changmin... Estás obsesionada, ¡cásate tú con él!
-Vale ya. Parad las dos.-Mi madre no se había levantado, me miraba desde abajo sentada en el sofá. Seguro que aún así conseguía sentirse por encima de mi...- Sólo queremos avisarte Yun Hye. Sabemos que estás haciendo algo raro, y que no tiene nada que ver con Changmin. Jason, el portero nos ha confirmado que has salido sola esta mañana. Si ibas a casa de Changmin, como tú dices, ¿por qué no has ido en coche como siempre?
-¿No puedo hacer un poco de ejercicio?
-No te permito que nos hables así-dijo mi madre de los nervios.- Jason nos ha dicho que ya le has amenazado a él. 
-¿Eso os ha dicho?-pregunté serenándome.-¿Y no os ha dicho también que ayer por la noche cuando llegué no había nadie en la puerta vigilando?
-¿Ayer por la noche? ¿Y de dónde venías tú ayer por la noche? 
-¡Y no digas que de estar con Changmin, porque le vimos en su casa! 
-Ayer yo...-de repente me dí cuenta de que había metido la pata. Hasta el fondo. Changmin era mi coartada perfecta siempre, pero hoy parecía que no tenía suerte en nada de lo que decía, y ahora mismo no tenía respuesta. 
Por unos momentos la conversación se enfocó en unas voces que venían desde la entrada, y yo busqué y rebusqué mientras tanto en mi cabeza intentando encontrar algo convincente, pero no se me ocurría nada, no tenía escapatoria. Esta vez si que no... 
-Hola, buenas tardes.
No podía ser. Me giré enseguida sobre mi misma, y ahí estaba el mismisimo Changmin. Con una tímida sonrisa, mirando a mis padres. 
-Hola querido...Nos vienes genial.-mi madre avanzó hasta él.- Estabamos hablando con Yun Hye, ella asegura que esta mañana ha estado contigo. 
-Sí, así es. 
-¿Cómo? Pero tus padres dicen que no la han visto...
-Y es cierto. El rato que vino estuvimos los dos solos en el jardín de la entrada, mis padres estaban dentro de la casa.
-Ah...En ese caso...-Mi padre parecía bastante convencido y dispuesto a dejar la conversación, pero mi madre por el contrario no se quedó tranquila hasta que no volvió a sacar el tema del que yo ya pensaba que se había olvidado. 
-¿Y ayer por la noche? Ella llegó tarde a casa, y no estaba contigo. ¿O nos vas a negar que tú ayer pasaste toda la noche en casa?
-No.-Y me miró por primera vez desde que había entrado, y yo le miré con más interés aún del que ya tenía,-Es cierto que yo estuve en casa. Pero porque quise, ella me había llamado porque quería hablar conmigo, y estuvo esperándome un buen rato dónde habíamos quedado, pero yo no me presenté.
Noté como los ojos se me habían abierto desmesuradamente. ¿De qué iba esto? No entendía por qué Changmin ahora mentía. 
-¿No querías verla? ¿Y eso por qué?-inquirió intrigado mi padre. 
-Bueno... Estos días he estado evitándola e intentando que no nos vieramos porque yo estaba inseguro y necesitaba tiempo para pensar. 
-¿Pensar? ¿Pensar en qué cariño?-preguntó mi madre con una sonrisa nerviosa. 
-Creo que eso... es algo que solo nos incumbe a los dos.-respondió él sin perder la educación. 
-Por supuesto, son cosas de jóvenes.-Intervino mi padre sonriendo.
-Y por cierto, no se preocupen más por Yun Hye, si no está en casa es porque está conmigo.-agregó. 
-Vosotros dos estáis tramando algo... Y no es por ti Changmin, en ti puedo confiar, pero es de Yun Hye de quién no me fío... No sería la primera vez que me engaña, ni mucho menos... Así que procurar no hacer que cambie de idea, sino esto no quedará así...
-No tiene nada de que preocuparse.-respondió Changmin sin inmutarse aparentemente. 
-Te dejamos a cargo entonces.-dijo mi padre ensanchando su sonrisa.-Bueno, ya está todo aclarado, nosotros vamos a dejaros solos, para que... bueno, que hagais lo que veáis oportuno.-Y salió del salón llevándose a mi madre, que aún estaba desconcertada, después de cerrar la puerta. 
-¿Qué se supone que haces?-le pregunté a Changmin cuando vi que él se daba media vuelta para salir. Se paró a medio camino y después de darse la vuelta y mirarme, respondió:
-Salvarte el culo. 
Sí. Justo eso era lo que había hecho. Porque justo antes de que él entrase estaba en un aprieto muy gordo...
-¿Sólo has venido para eso?
-¿Para qué más? No me digas que ahora quieres que te lleve de la mano a dar un paseo bajo los árboles-dijo con un tono que era más que irónico. 
Decidí obviar la pregunta y hacer como si no hubiera dicho nada, muy a mi pesar. Cómo él decía, me había "salvado el culo". 
-¿Y cómo sabías que iban a hablar conmigo?
-Escuché cómo mis padres hablaban con los tuyos. Y yo he tenido que aguantar esta misma conversación antes de venir. 
-¿Y qué les has dicho a ellos?
-Lo mismo que a los tuyos. 
Nos quedamos mirándo durante unos segundos, hasta que yo tuve que apartar la mirada. Volví a tener la misma sensación de querer lanzarme a por él que había tenido esta misma mañana. 
-No pienso darte las gracias, si es eso lo que estás buscando. 
-Tranquila...-dijo andando hacia la puerta.-Sólo espero que al menos la escapadita nocturna haya merecido la pena. 
Y una vez más, ahí me dejó, volviendo a cerrar las puertas, que esta vez no se cerraron con un portazo. Sino que al contrario, se cerraron con un suave golpecito. Como si quisieran rematar la mini conversación. 

     Al día siguiente en el recreo, cuando estaba mirándo el folleto que nos habían repartido de las vaciones, me llegó una llamada de Junsu al móvil. Dijo que esa tarde tenía un hueco y que le apetecía verme, así que quedamos en que iría a buscarme a la salida del colegio. El resto de las horas las pasé ansiosa por contarle todo lo que había pasado ayer, y cuando salí por las puertas de entrada después de que hubiera tocado el timbre me puse a buscarle inmediatamente. Y vi una imágen que me encantaba: Junsu apoyado en el coche, al otro lado de la carretera, sonriéndome y con las gafas de sol puestas. Tenía que ser delito... Ser tan guapo tenía que ser delito. Me recibió sin quitarse las gafas de sol, pero con su radiante y ya habitual perfecta sonrisa. 
-¿Qué tal?-me acercó a él rodeandome los hombros con un brazo para darme un beso. 
-Wow...bien.-dije cuando se separó de mi y se quedó sonriendo de nuevo. 
-Vamonos.-Me abrió la puerta antes de rodear el coche por delante, y cuando estuvimos los dos dentro del coche, justo antes de arrancar, tuve la sensación de que alguien nos miraba, desde muy cerca... Pero no seguí pensando en esto mucho tiempo, ya que enseguida Junsu encendió la radio casi a tope de volumen y desvió mi atención. 
     Lo habíamos pasado realmente bien haciendo la comida y ahora comiendo, así que no quise estropearlo contándole nada de lo ocurrido. Ya tendríamos tiempo... Terminamos de recoger los platos y yo fui a sentarme en el sofá, pero él me agarró del brazo antes de que pudiera hacerlo diciendo que estaríamos mejor arriba, así que me llevó de la mano haciendo que pasara delante de él por la puerta que daba a las escaleras del segundo piso.Una vez allí, no me soltó hasta que se tiró de golpe en el sofá, haciendome sentar a su lado de un tirón. 
-Oye Junsu...
-Dime.-se giró hacia mi, apoyado en el sofá. 
-La semana que viene me voy de viaje. 
-¿Eh?-pregutó con el ceño fruncido. 
-Sí...Se me había olvidado decírtelo porque yo no quiero ir...
-Umm ¿y por qué no te quieres ir?¿Es con tus padres?
-No que va, es el viaje de fin de curso. Nos vamos a Jeju y yo ya he estado ahí un montón de veces...
-¿Y por eso no quieres ir? Yo también he estado y no me importa volver siempre que puedo...-alargó un brazo y lo llevó hasta mi pelo, donde cogió un mechón entre sus dedos y empezó a juguetear con él. 
-Ya, si la isla es preciosa, pero...con mis compañeros apenas tengo relación y ahora que ni si quiera me hablo con Changmin... 
-Ah claro... Bueno tal vez te venga bien salir de aquí... 
-Es que además va a ser mi cumpleaños mientras esté allí... Y había pensado en pasarlo contigo, no en una isla rodeada de gente que casi ni conozco. 
-¿Celebrar tu cumpleaños conmigo dices?-Yo asentí con la cabeza.-Eso sería realmente bueno, lo celebraremos cuando vengas. Pero... yo pienso que deberías irte. Prometo que ese día te llamaré 50 veces para que no te sientas sola. Por cierto ¿qué día es?
-El domingo.-dije sonriendo embelesada una vez más. No sería exáctamente lo que yo quería, pero la idea de que podría hablar con él en el viaje me animó un poco...-Oye Junsu, ¿te acuerdas de lo que te conté de la boda?
-Sí claro.-contestó sin dejar de jugar con mi pelo. 
-¿Y has pensado algo?
-Bueno... No es que haya muchas opciones. 
-¿Eso qué queire decir? ¡Junsu yo no quiero casarme!-dije un poco exaltada.
-Ya... Pero es un tema complicado. Las deudas entre empresas son difíciles de arreglar, y sólo hay una manera. O bueno dos, pero la otra es vender totalmente las acciones correspondientes a la deuda y eso no les interesa a tus padres. Por eso han elegido blanquearlo, por así decirlo, casandoos. Porque así las dos empresas estarán unidas aunque la mayor parte de los beneficios sea para la de mis padres. 
-Sí, todo eso ya lo suponía... ¡Pero yo no quiero! ¡No puedo casarme con Changmin!-respondí nerviosa.-No puedo dejar que jueguen así conmigo, yo tengo otra cosa pensada para mi futuro... Y además...
-¿Qué? 
-Que yo te quiero a ti. No puedo casarme con Changmin si no...le quiero. 
Junsu me sonrió mirándome a los ojos, y simplemente con eso consiguió que  me tranquilizara. 
-¿Sabe esto mi hermano?
-Claro, le he dicho un montón de veces que no quiero casarme. Pero él dice que ya no se puede hacer nada. 
-Bueno no perdamos la esperanza...Algo haremos ¿vale?
Aparté mi mirada de él pesadamente. 
-¿No me crees?-dijo buscándo mis ojos.-Oye si hace falta te secuestro y con lo que pida de recompensa pagamos la deuda. 
-¿Pero tendría que volver?-respondí contagiándome de su humor. 
-Bueno yo creo que podrías quedarte con tu secuestrador...
-No me importaría nada. 
-Oye estoy pensando que... no tenemos por qué esperar hasta el día de tu cumpleaños, podemos celebrarlo ahora...
Soltó el mechón de pelo con el que estaba jugando y me acercó a él por el cuello a la vez que se acercaba él a mi. Entonces me besó, y a partir de ese beso tuve que concentrarme mucho en seguir respirando. Me sujetaba firmemente con su mano en el cuello, mientras que su otra mano se ocupaba de recorrer lentamente mi pierna y espalda.
-¿Qué me dices?-preguntó en un susurro contra mi oído, lo que produjo que todo mi cuerpo se estremeciera. Sin embargo, no me dejó tiempo para responder, ni para poner en orden mis ideas porque sin que me diera cuenta me había recostado contra uno de los cojines del sofá quedándo casi totalmente tumbada y la mano que antes jugueteaba con mi pierna se había colado por dentro de la camiseta, subiéndome ésta misma. Y justo en ese momento, como si hubieran pulsado el botón de peligro, abrí los ojos y me quedé rígida. 
-Junsu... Junsu...-repetí al ver que no me respondía. 
-¿Hm?-respondió al fin pasando delicadamente sus labios por mi boca y barbilla.
-Espera...No...
-Estás muy tensa.-dijo sin dejarme terminar.-Tranquila...
Y después de decirme esto volvió a lo que estaba haciendo antes. 
-Vale Junsu, no quiero...-Busqué sus manos para que dejaran de subir por mi tripa, cada vez más descubierta y las agarré para parárselas. 
Con esto pareció entender el mensaje, porque se separó quedándose sentado en el sofá frente a mi, mirándo cómo yo me levantaba y me colocaba la ropa algo arrugada. 
-Creo que...será mejor que me vaya a casa. Puedes...¿Puedes llevarme por favor?
Dejó de morderse las uñas y después de mirarme se levantó.
-Claro, sí... Vámonos. 
Abrió la puerta dejándola abierta para que yo saliera. Bajamos en silencio por el ascensor y cuando llegamos a su coche dijo sin mirarme:
-Oye, lo siento si... Si antes te he incomodado ¿vale?
-Llévame a casa...por favor. 
Arrancó de golpe y no volvió a hablar en todo el viaje. Yo no paraba de temblar. Estaba llegando el calor, pero aún así seguía haciendo frío cuando el día llegaba a su fin. Aunque dudaba mucho de que únicamente temblara por el frío. 
El viaje se me hizo más corto de lo normal, y no quise mirar al marcador de velocidad porque me bastaba con ver la rapidez con la que dejabamos a los árboles y edificios atrás. Paramos un poco antes de las puertas de mi casa y yo abrí rápidamente la puerta del coche y luego me volví a Junsu para despedirme de él. 
-Esto... Gracias por traerme. 
-Buenas noches.-dijo después de asentir con la cabeza ligeramente. Se inclinó a mi y como siempre me besó. Pero esta vez fue un simple roce en el borde de los labios, del que al segundo se apartó. No quise quedarme en ese coche ni un minuto más así que abrí del todo la puerta y la cerré detrás de mi. 
     
     Acelerada. Nerviosa. Aterrada. Con las pulsaciones a mil por hora. Pero a la vez tan paralizada, sin poder hacer nada... Parecía irónico que el único lugar en el que me apeteciera y necesitase estar ahora era al que tanto rechazaba ir. Llegué a mi habitación y después de ponerme el pijama me dejé caer en la cama. arropándome tanto como podía, esperando a que llegase el calor que me envolviera completamente. Y no tardó mucho. Pero ese no era el calor que yo necesitaba ahora, no era la simple protección de unas finas sábanas lo que necesitaba. 

 -Joven, fuera preguntan por usted.-me dijo uno de los hombres de mantenimiento. 
Dejé de cepillar a Sombra y salí de la cuadra confundido y sorprendido. Sólo sem e ocurría una persona que pudiera venir a buscarme aquí: Yun Hye. Pero estábamos enfadados y dudaba mucho de que no hubiera entrado ya si quería. Bueno, eso de "estábamos enfadados" no era así en realidad. Era yo el que había empezado esto, el que había puesto cierta distancia entre los dos y lo había enfriado todo. Y el motivo apareció frente a mis ojos en cuanto pasé la caseta de la entrada: Junsu estaba al otro lado de las vallas apoyado en su reluciente y blanco coche. 

0 comentarios:

¿Te ha gustado el capitulo? Danos tu opinión :)