miércoles, 2 de enero de 2013

Beautiful Melody Capítulo 14





Capítulo 14.

-¿Qué te pasa?-preguntó San Wol. Se apartó del espejo en el que estaba pintándose y se acercó a mi con el ceño fruncido.-¿Estás bien?

-Sí, sí... 
-Estás completamente blanca.-me sujetó por el codo y me ayudó a llegar hasta la cama. 
-Ya ya...Estoy...
-¿De dónde vienes? ¿Qué ha pasado?
-Nada, de verdad, no te preocupes. Enseguida estaré bien...-respondí mecánicamente. Me pasé una mano por la frente quitándome el sudor frío que sin darme cuenta había empezado a tener. 
     Desde que Changmin me dejó en mitad del pasillo hasta que llegué a mi habitación me pareció que había pasado una eternidad. mis pasos eran lentos y pesados, como si mi cuerpo sopesara los pros y los contras de quedarme allí parada y esperar o caminar a mi habitación y esperar de cualquier manera. ¿Pero esperar a qué? Estaba todo muy claro, al menos por parte de Changmin. Él quería alejarse de mi para no sufrir. Y por algún motivo esto me estaba doliendo más de lo que me hubiese esperado... 
-Va a ser la hora de la cena, tenemos que bajar. MiNa nos está esperando ya abajo con más gente.
-Yo no quiero bajar... 
-Tenemos que ir.-me puso una mano en el hombro a modo de compasión.-Las horas de las comidas son los únicos momentos que nos pueden tener un poco más controlados... Si no te ven allí se van a mosquear.
     Razón no le faltaba. Que estuviésemos de vacaciones no significaba que el colegio fuese menos estricto, y una de las condiciones para asistir al viaje era que se respetasen los horarios de comidas y excursiones marcados por los profesores y ayudantes.
-De acuerdo, sí, vámonos... 

     Afortunadamente no fuimos las únicas en entrar, aún faltaba gente por llegar así que no llamamos demasiado la atención. Sabía que no era así, pero tenía la sensación de que un montón de miradas se clavaban en mi, así que caminé muy cerca de SanWol mirando en todo momento al suelo. Una vez que nos sentamos donde ya estaba MiNa con más chicos de clase pude levantar la cabeza y observar un poco mi alrededor. Buscaba a una sola persona, y cuando la encontré, casualmente también me encontró a mi. Sólo que él apartó la mirada con más disimulo, sin parecer que me estaba buscando, al contrario que yo. Me había dado tiempo a ver con quién estaba sentado. Otra vez esa chica. Otra vez esa risa y esos ojos coquetos. 

-Oye, parece que quieres quemar el plato...-me dijo MiNa en voz baja con media sonrisa.-¿A donde has ido antes?¿Ha pasado algo?
-No, perdón, no ha pasado nada...-Levanté la cabeza para mirarla e intenté ponerla la mejor de mis sonrisas. No se lo tragó mucho, pero decidió dejarlo pasar y volver a su conversación de antes. En este momento me pareció buenísimo que con estas chicas nunca te quedases sin cosas de las que hablar, decidí relajarme y disfrutar de la cena. Al fin y al cabo iba a tener que aguantarla igual, así que mejor sería que estuviese de buen humor. 
     Algunos de los chicos que estaban sentados en la mesa ni si quiera sabía sus nombres, pero si eran amigos de MiNa y SanWol quería decir que eran iguales, o al menos muy parecidos a ellas, y aunque yo no aporté gran cosa en las conversaciones, más bien estuve casi todo el tiempo callada, sí que fuí el centro de unas cuantas carcajadas en varias ocasiones, al decir algo gracioso sin intención de que lo fuera. Tal vez eso era lo que hacía que se riesen, que lo que decía lo decía totalmente sería y sin ningún punto de comicidad. Como era un buffet libre y teníamos que ir nosotros a por lo que quisiéramos, intenté levantarme a por la comida solo cuando Changmin estaba sentado y no hubiera posibilidad de que nos encontrásemos. No me apetecía incrementar más mis nervios... 
     Esta noche no teníamos permiso para salir de fiesta. Así que los profesores nos ordenaron irnos a nuestras habitaciones en cuanto terminásemos de cenar, y alguno se quedó haciendo guardia en el restaurante hasta que todos los alumnos nos hubimos ido. Mis compañeras se retrasaron un poco más en subir a la habitación porque se quedaron hablando con más gente en el hall y cuando llegaron a la habitación yo ya estaba metida en la cama y aparentemente dormida. Con lo poco que las conocía ya podía adivinar que no iban a tardar ni 10 segundos desde que entrasen por la puerta en preguntarme lo que me había pasado antes. Y a mi era lo que menos me apetecía, recordarlo. Quería dormir, o al menos intentarlo. Tal vez si cerraba muy fuerte los ojos podría borrar lo que había pasado, cambiar las cosas, y que al volver a abrirlos todo fuese distinto... 

     Cuando el día siguiente quise darme cuenta de que ya estaba despierta, me encontré con los ojos abiertos como platos mirando al techo y la habitación ya estaba iluminada por el sol. ¿Cuánto había dormido? ¿Un par de horas? ¿Tres como mucho?Me dí la vuelta intentando volver a conciliar el sueño metiendo la cabeza bajo la almohada y tapándome entera con las mantas. Lo de las mantas lo olvidé, hacía demasiado calor como para estar arropada. Por la noche habían bajado las temperaturas, pero ahora, con los rayos del sol sobre mi cama era una locura tener frío. Aunque pudiera haber dormido no lo hubiera conseguido porque enseguida empecé a escuchar jaleo en el pasillo. SanWol y MiNa se despertaron casi a la vez, y gracias al cielo, no estaban tan habladoras nada más despertar. Esperé en la cama hasta que ellas terminaron de arreglarse en el baño, y bajaron antes que yo a desayunar. Yo me tomé mi tiempo. Las pocas horas de sueño le habían pasado factura a mi cara, más pálida que de costumbre y con unas pequeñas sombras moradas bajo los ojos. Las estanterías estaban llenas del maquillaje de mis compañeras, así que supuse que no les importaría que me echase un poco. No tenía mucha destreza en esto de maquillarme, pero aun así el resultado fue mejor de lo esperado. El plan de hoy era visitar unas cuevas que estaban a una hora de nuestro hotel, y estaríamos fuera hasta la noche. Cuando ya estuve lista y mis tripas empezaron a rugir bajé al comedor y entré tras respirar hondo varias veces. Bajé la cabeza cuando encontré a MiNa y el resto, sin atreverme a buscar a quién quería. Parecía que hoy había menos entusiasmo que ayer, por la cosa de tener que madrugar, y que tal vez a mucha gente no le parecían demasiado interesante unas cuevas... Terminamos de desayunar y cuando salimos del hotel ya había un par de autobuses esperando, y disimuladamente, antes de que yo me subiera a uno, vi que Changmin daba media vuelta y subía al siguiente. Me senté con fastidio en la parte delantera del autobús, sin esperar que nadie se sentase conmigo. Mejor, así podría aprovechar esta hora para intentar dormir lo que no había dormido por la noche. Pero para mi desgracia, más que dormir me tiré toda la hora dando cabezazos contra el incómodo cristal, que al estar apoyada no paraba de vibrar, lo que me puso un dolor de cabeza terrible. Afortunadamente el autobús frenó definitivamente y abandoné ese cacharro de cuatro ruedas lo más rápido que pude. Si por mi fuera hubiese salido por la ventana...

     Las cuevas no me gustaron nada. Me agobiaba demasiado estar prácticamente a oscuras en un sitio tan pequeño y para colmo, a unos cuantos metros bajo tierra. Terminé el recorrido un poco antes que el resto, saltándome las últimas explicaciones de los guías y por fin cuando estuve fuera pude respirar con tranquilidad apoyada en las barandillas. Esto sí que era bonito. No había visto muchas veces el mar, al menos no tantas como me hubiese gustado, pero casi siempre conseguía dominarme. Tenía un efecto en mi más que relajante, me llevaba a un estado de paz del que sólo me sacaron unas carcajadas detrás de mi que resonaron por el eco de la cueva. Me giré sorprendida, aunque no me hizo falta, porque sabía perfectamente de quiénes eran. Se me quedaron mirando según salieron, sin esconder sus sonrisas, y tras pararse por unos breves segundos continuaron andando escaleras abajo. Volví a apoyarme en la barandilla, dejando mi cabeza caer, a ver si así se caían al agua también unos cuantos pensamientos y así el mar podía llevárselos... Sólo tenía ganas de salir corriendo detrás de ellos y separar a esa chica que ni si quiera sabía cómo se llamaba de mi Changmin. El resto de la gente empezó a salir, ayudándome a quitar de mi mente la palabra "celos", obligada a desaparecer de mi diccionario...
     La siguiente actividad después de las cuevas fue visitar la pequeña cala que le daba entrada o pasear por las tiendas para comprar algún recuerdo. Yo elegí la segunda opción, con la que podría estar con más gente y distraerme. Cualquier cosa antes de quedarme sola... Cuando llegó la hora de la comida SanWol y MiNa se separaron del grupo con el que llevaban todo el viaje y me invitaron a sentarme con ellas en la terraza de uno de los bares. 
-Oye YunHye... ¿Qué os pasa a Changmin y a ti?-me abordó MiNa en cuanto nos sentamos con nuestra comida. 
-¡¿Qué!?.-La pregunta me pilló tan desprevenida que me atraganté con el pequeño trago que le había dado a mi Cocacola. 
-Pues eso...-respondió SanWol dándome unas palmaditas en la espalda descuidadamente.-En el colegio estabais todo el día juntos, se os notaba muy unidos, y ahora ni si quiera os miráis...
-Además él se pasa todo el día con esa tal HyoSeun.
-Sí, de hecho ¿no ibais a casaros? ¿Qué pasa, lo habéis...dejado?-continuó SanWol.
     HyoSeun. Por fin le ponía nombre a la chica que había salido de la nada.  
-No, no... No es eso. Nunca estuvimos... muy comprometidos.-Tenía que tener cuidado con lo que decía. Si sabían lo de la boda era porque seguramente sus familias habían estado en el acto del otro día. 
-¿Cómo que no? YunHye yo estuve el domingo pasado en la ceremonia de anunciación con mis padres.-dijo SanWol. 
-Ah, mira qué bien... -dije sin pensar dándole otro trago a la Cocacola. 
-Escuché cómo vuestras familias anunciaban vuestro compromiso, y la unión de vuestras empresas, claro.-continuó como si no hubiera oído nada. 
-Ya. Bueno, es que... Changmin y yo hemos decidido separarnos un poco estas vacaciones. Al fin y al cabo somos muy jóvenes y queríamos ver si éramos capaces de hacer nuestra vida sin el otro... Pero está todo bien, la boda sigue en pie...
     En esta ocasión mi imaginación y mis escasos dones interpretativos no me sirvieron para mucho. Me miraron con el ceño fruncido con pinta de no haberse creído una palabra, pero aún así lo dejaron pasar...
     La semana fue pasando más o menos con la misma rutina de hoy: nos levantábamos por la mañana y visitábamos algún sitio turístico de la ciudad, comíamos en algún restaurante, y por la tarde algunos días nos quedábamos en la playa o en la piscina del hotel, o bien salíamos a recorrer las tiendas de los alrededores del hotel. Durante toda la semana había tenido mis buenos y malos momentos respecto a mis fuerzas de flaqueza. Aunque intentaba mantenerme ocupada todo el tiempo seguía teniendo demasiados ratos para pensar. Y sólo tenía un mismo pensamiento: que echaba de menos a Changmin de una manera insoportable. Bueno, más bien dos pensamientos: esa HyoSeun no me gustaba nada. Habían desaparecido juntos más de una vez sobretodo por las tardes, y eso me crispaba. Me irritaba saber que podían estar en cualquier lugar haciendo... vete a saber qué. Prefería no pensarlo. Y desde luego me hubiera sido mucho más fácil conseguirlo si no se pasearan todo el tiempo juntos por todos los rincones del hotel en los que casualmente siempre estaba yo.
     Pero el jueves por la tarde cambiamos, fuimos a un campo muy famoso de la ciudad. Como el viaje en autobús también era un poco largo quise parar en una tienda para comprarme unos lápices y aprovechar para pintar, porque no me apetecía buscar entre la minileonera que era mi maleta... Mientras esperaba a que me cobrasen algo llamó mi atención en la estantería más cercana. Era una revista de moda y actualidad, pero en portada salía algo que no me gustó mucho. Pagué en caja sin apartar la mirada de la revista y salí sin esperar el cambio ni los lápices. En el autobús pasé las ojas con ansia hasta que llegué a la foto minimizada que había en la portada, sólo que ahora estaba bien grande, y acompañada de un artículo que no tardé en deborar:  "En esta final de la WorldCup de tenis, además de descubrir a un gran rival para nuestro actual ganador ParkYooChun, hemos podido ver más celebridades reunidas y muy bien acompañadas. Es un claro ejemplo JungYunho, representante y amigo de nuestro deportista favorito, al que vimos en compañía de su también cliente y amigo Kim Junsu. Éste parece estar disfrutando de unos días de vacaciones en su ciudad natal, y qué mejor plan que reunirse con los amigos...¡y amigas! ¡Cuánta mujer para nada más que dos hombres! La afluencia de público femenino a este tipo de eventos no es muy destacable, pero estos dos guapos jóvenes han disparado el interés para esta final! Entre las asistentes encontramos a Maika, nuestra modelo nativa que partió hace unos meses a América y por lo visto está de regreso. ¡Más de uno estará de enhorabuena!" 
     Así que Junsu no estaba trabajando tal y como me había asegurado la semana pasada por teléfono... Estaba en Seúl. Me había mentido. ¿Pero por qué? Me dijo que iba a estar toda esta semana fuera, pero ahora aparecía en una revista del corazón acompañado de un montón más de gente. 
     El artículo continuaba haciendo un repaso de todos los famosos que habían asistido a la final, adjuntando varias fotos. Pero la que más me sorprendió fue una en la que salía Junsu y otra chica mirándose y sonriendo, compartiendo la bebida. Cerré la revista y la guardé en la pequeña mochila de cuero marrón que no había soltado en todas las vacaciones. Hasta unos momentos antes, cuando vi la revista y que Junsu estaba en la portada no me había acordado de él... No había pensado ni si quiera por un momento en que no me había llamado como prometió, o ni si quiera tenía la sensación de que le echaba de menos... Tenía una sensación de angustia, incluso me sentía mal por no haberle llamado yo a él durante esta semana. Así que cogí el móvil y marqué su número. Uno. Dos. Tres. Cuatro... Cinco... Y saltó el buzón de voz. Tiré el móvil de mala gana al asiento vacío de al lado y me pasé una mano por el pelo. A lo tonto se me había puesto un dolor de cabeza horrible. Me froté un par de veces la sien, los ojos, el cuello, intentando eliminar el dolor. Me quedé con los ojos cerrados, con la cabeza reposando sobre el asiento, y fue la única manera en la que el traqueteo del autobús se me hizo más llevadero y el viaje más corto. 
     Este sitio sí que me gustó... Tenía una gran explanada, todo campo, junto a un sendero que daba a un pequeño manantial donde estaba la cascada. Recorrimos parte del río y del campo todos juntos, y luego nos dejaron un tiempo libre mientras los profesores aprovechaban y también se tomaron un descanso. Casi todo el mundo se quedó sentado en el campo, pero yo me volví a meter en el manantial. Dejé mi chaqueta y la mochila cerca de la orilla y me senté metiendo poco a poco los pies en el agua. Al principio, el frío contacto con el agua me hizo arrepentirme un poco, pero el efecto enseguida se calmó. Movía suavemente los pies mientras los peces nadaban al rededor, lo más distanciados posible de mis piernas. El dolor de cabeza se había ido. Ahora tenía más tranquilidad, y podría pensar en lo que me estaba pasando. El hecho de que no hubiera pensado ni por un momento en Junsu y hubiera estado tan obsesionada con otro tema... Y que ese otro tema se hubiese convertido en algo tan importante y doloroso a la vez dejaba muchos más claros en mi mente... Me levanté repentinamente y con los zapatos en la mano fui hacia la cascada. Había unas pequeñas rocas por las que se podía pasar por debajo sin miedo a caer al río y otras por encima que evitaban mojarse. Iba mirando hacia fuera de la cascada cuando noté que por el otro lado venía alguien y miré hacia delante. Changmin estaba frente a mi. Nos quedamos quietos los dos, mirándonos el uno al otro. Él con su pelo oscuro un poco mojado, yo sin respiración... Quise decirle algo, y de alguna manera hallé en sus ojos que él también quería hablarme, pero inmediatamente ambos nos arrepentimos a la vez y volvimos a mirarnos como si nos traspasáramos por lo que parecieron horas. Tardé en reconocer la voz que me robó la atención de Changmin, pero en cuanto se abrazó a él por detrás desperté del pequeño trance. 
-¡Te estaba buscando! ¿Cómo se te ocurre meterte aquí? Seguro vas a...-Él siguió quieto, sin dejar de mirarme y sin responderla mientras yo me di la vuelta y salí de la cascada lo más rápido que pude. Fuí hasta la orilla en la que había estado sentada y cogí mi mochila para salir del lago cuanto antes. 
    
     Domingo. Último día de viaje. Ese día no había ninguna actividad planeada, podríamos hacer lo que quisiéramos siempre que fuera dentro del hotel o en la playa. Y yo tenía pensado quedarme mucho rato en la cama. Mucho más del que desgraciadamente pude, porque a las 10 de la mañana mi teléfono empezó a sonar y me enteré porque MiNa salió de la cama hasta mi maleta para buscarlo y dármelo. Mirando el número y sin lograr enfocar descolgué la llamada. Una voz que se debatía entre la dulzura del mensaje y la aspereza de la edad me felicitó por mi cumpleaños, lo que me hizo dar un brinco en la cama hasta quedarme sentada. No tenía ni idea de que era mi cumpleaños, se me había olvidado por completo... Como siempre mi Marlen me había ayudado una vez más recordándome algo, aunque seguramente ella no sabría que se me había olvidado mi propio cumpleaños. ¿Cómo tendría que estar mi cabeza para no recordar algo así...? Me aclaré un par de veces la garganta y alargué un par de minutos más la conversación saliendo a la terraza. Escuché como mi madre le decía a Marlen que me felicitara de su parte. 
-Todo un detallazo, sí señora...-dije en lo que en un principio solo era un pensamiento. 
     Terminé de hablar con Marlen y volví a la cama tirando de nuevo el móvil en la maleta después de apagarlo. No me hacía especial ilusión que fuera mi cumpleaños. Tampoco cuando era pequeña, porque casi todos los pasaba sola, como un día normal. Pero este año había tenido otras expectativas que visto lo visto, como estaba el tema con Changmin o lo lejos que estaba ahora mismo de Junsu, iban a quedarse en eso, en expectativas, meras ilusiones. 
     Cuando abrí los ojos de nuevo mis compañeras ya no estaban en la habitación. Eran más de las 12 y media de la mañana. Bueno, al menos no tendría bronca por no haber ido a desayunar, hoy por ser el último día no teníamos horarios, sino una "libertad vigilada". Nuestro avión saldría hoy de madrugada para llegar a Seúl pronto por la mañana, así que separé unas cuantas cosas que iba a usar hoy y el resto las guardé en la maleta, dejando todas mis cosas recogidas en menos de 10 minutos. No me gustaría estar delante cuando SanWol y MiNa hicieran sus maletas... 
     Salí de la habitación cerca de la una del mediodía, después de ducharme y preparar la mochila para pasar el día entero fuera. Caminé un poco por fuera de la playa hasta llegar a un restaurante de comida rápida y comer sentada en un banco mirando hacia el mar. No sé el tiempo que pasé dibujando allí después de comer, sólo hacía dibujos sin parar, repasándolos una y otra vez para distraerme y evitar que mi mente fuera por libre. Cuando iba a sacar otro folio aparecieron unos cuantos de los chicos con los que me había juntado un par de veces en estas vacaciones. Me invitaron a ir con ellos y el resto de la clase a jugar un partido de volley en la playa. Yo acepté apenas sin pensarlo. No es que hubiera nacido para los deportes, pero cualquier cosa antes que seguir sola y expuesta a los trucos de mi mente. 
     Con MiNa y SanWol, que ya nos esperaban junto a la red pasándose la pelota eramos 12, los justos para un partido según me dijeron. Al principio resultó ser un poco caótico para todos, pero luego cada uno fue despertando y empezando a tomárselo en serio. La única que seguía cometiendo fallos ridículos era yo. Casi siempre se me escapaba el balón una vez que ya lo tenía en las manos. llegó un momento en el que ya ni me molestaba en ir a darle al balón porque los de mi equipo se lanzaban a él antes de que yo me diera cuenta de que se dirigía a mi. Finalmente dieron por acabado el partido cuando "mi equipo" quedó con ventaja de más e diez puntos,. Y entonces me fui con MiNa y San Wol a sentar en la arena. No era una playa muy grande, por eso me di cuenta en seguida de que Changmin había llegado acompañado como no de su nueva amiga la lapa. Pusieron sus toallas a unos cuantos metros de distancia de donde estábamos nosotras, sin reparar en que estábamos ahí. Resople fuerte varias veces seguidas y después me tumbé cerrando los ojos, dispuesta a camuflarme por un rato entre la arena. Era eso o ir corriendo y arrancarle un brazo al calamar ese que se había echado por amiga...o lo que fuera. 
     No. ¿Por qué tenía que ser así? Esto no tenía sentido, era una tontería que me resistiera tanto... Abrí los ojos y me senté en la toalla. Ví a Changmin de frente a unos cuantos metros, metido en el agua con HyoSeun jugando con una pelota. Me levanté y con pasos decididos y fuertes me fui acercando a ellos. Ninguno de los dos notó mi presencia hasta que estuve prácticamente al lado, entonces Changmin se quedó con la pelota que iba a lanzar en la mano mirándome con el ceño fruncido. Ni si quiera le dediqué una sola mirada a la otra. Caminaba con la mirada fija en él, sintiendo el mismo fuego que sentía otras veces cuando me sacaba de mis casillas. Este fuego, en lugar de hacer que quisiera matarle hizo que me parase frente a él y colocase mis manos en su nuca, tirando hacia mi, para después lanzarme a sus labios sin esperar permiso ni invitación. 
-¿Qué estás...?-dijo echándose hacia atrás. 
     Aun así no le solté, pero llevé una mano hasta la suya en la que aún tenía la pelota y la tiré de un suave manotazo quitandole toda distracción y dejandole la mano libre para que pudiera abrazarme. Volví a aproximarme a su boca pero me rechazó de nuevo echando la cabeza hacia atrás con los ojos muy abiertos e intentando soltarse de mis brazos, lo que en otra ocasión normal no le habría costado nada. Pero en ese momento no habría fuerza capaz de hacer que le soltara. 
-YunHye ¿Te has vuelto loca? Qué se supone que... 
-Que me beses joder.-le dí otro tirón y una vez más sin esperar respuesta busqué sus labios. No iba a rendirme... Tendría que ahogarme si quería que le dejase en paz. Pero por suerte, a los pocos segundos sus labios fueron abriendo camino a los míos, que los recibían suaves, como echos a medida. Sus manos tardaron un poco más en ceñirse a mi cuerpo. Con cuidado, pero sin miedo... Deslicé mis manos por sus brazos hasta dejarlos reposar en su cintura ligeramente mojada, justo donde el agua dejaba de cubrirle. Él por el contrario colocó sus manos a ambos lados de mi cara y fue separándose poco a poco, dándome pequeños besos hasta que nuestras bocas estuvieron totalmente separadas y juntó su frente con la mía, cerrando los dos los ojos. Las pequeñas olas rompían suavemente contra nuestros cuerpos. A ambos nos costó varios segundos normalizar nuestra respiración...
-Changmin.
-Yunhye.
     Susurramos a la vez y al escuchar nuestros nombres en la boca del otro volvimos a abrir los ojos y a cruzar nuestras miradas. Fue lo que nos faltaba para abalanzarnos el uno sobre el otro y besarnos casi de una manera salvaje. Changmin se agachó un poco doblando sus rodillas y me cogió por las piernas, levantándome del suelo y como si fuese algo natural las enrollé en torno a su cintura. Estaba volviéndome loca recorriendo su espalda, su piel tan erizada como la mía... Cuando sus besos empezaron a pasar por mi mandíbula hasta mi garganta y detrás de la oreja, abrí los ojos, sin ninguna intención de que parase. 

     Pero paró. Y de repente me encontré a mi misma tumbada en mi toalla, con MiNa y SanWol al lado, y él, tal y como estaba desde que llegó, sentado también en la suya a unos cuantos metros. 

     Me incorporé rápidamente respirando exaltada. Tenía el cuello y parte del pecho bañados totalmente en sudor. Me llevé las manos a la cabeza revolviéndome el pelo, intentando calmar el desorden que se había formado ahí dentro de repente. ¿Acababa de tener un sueño...erótico con Changmin? No...Sólo habían sido un par de besos. Ay Dios pero vaya besos... ¡¿Bueno pero y a cuento de qué tenía que soñar esto!? Lo peor no era que lo había soñado, sino que me gustó. Y que no me habría importado que fuese real. Para nada. 
-¡Bueno basta! 
     Me levanté y no me puse ni el pantalón ni la camiseta, lo metí todo apretado en la mochila y por último me colgué la toalla del brazo. 
-¿Qué dices?-dijo SanWol mirándome desde abajo. 
-Nada...Pensaba en alto. 
-¿Te vas?
-Sí, necesito darme una ducha.  
-Okey... Ah por cierto.-dijo con cierto aire de misterio cuando ya me había dado la vuelta para salir.-Esta tarde te llegó algo a tu habitación.
-¿Ah sí? Vale, gracias por avisar. Nos vemos luego.- Y sin esperar a ningún tipo de respuesta me fuí más corriendo que andando de aquella playa. 
     Con el rápido paso que llevaba llegué a la habitación en tan solo un par de segundos y nada más entrar tiré las cosas en el suelo y me metí en el baño, directamente a la ducha. Una ducha larga para tranquilizarme. Apoyé la cabeza en las frías baldosas. Qué bien me vino... Estaba empezando a nacer en mi desde hacía unos días unas sensaciones totalmente desconocidas... Y más para quién iban dirigidas. Estaba más que claro que siempre me había pasado algo con Changmin... Era increíblemente guapo, y a mi, a pesar de que yo dijera lo contrario mil veces siempre me había tratado bien. Siempre atento. Si alguien lo había hecho mal había sido yo, por no dejarle las cosas claras desde el principio. Ahora ya era tarde y yo ni si quiera tenía las cosas claras. Tal vez Changmin me gustaba un poco más de lo que yo creía... 
     Cerré el grifo queriendo cerrar también este pensamiento y después de secarme con la toalla salí del baño con ella enrollada. Me agaché para recoger la ropa que había tirado en el pasillo y cuando fui a guardarla en mi maleta vi lo que SanWol me había dicho que había llegado para mi. Era un ramo de flores. No demasiado voluptuoso, pero precioso, tal y como a mi me gustaban. Esto no podía ser de nadie más que de Junsu... Lo cogí sentándome en la cama y una pequeña tarjeta quedó colgando del lazo. 
     "Siento no poder estar a tu lado, perdóname." 
     Efectivamente, me pedía perdón... Encima. Por si fuera poco el lío que tenía en la cabeza ahora aparecía en escena mi querido Junsu. Porque eso si estaba claro... yo le quería. ¿no? 

2 comentarios:

  1. Nooooo! no puedes haberlo dejado ahí!! quiero más! nunca me imaginé que pondrías un nuevo capi tan pronto! :D

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  2. Yo tampoco imaginaba que lo iba a escribir tan pronto jajaja
    Gracias por leer! =D

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