lunes, 28 de marzo de 2011

Viento Caprichoso Cap 4

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Capitulo 4

La primavera estaba entrando y el día era soleado, por suerte no hacía mucho calor, así que fui al jardín donde se estaba muy bien. No llevaba allí ni media hora, cuando Minho se sentó en una de las sillas de forja, justo la que estaba frente a mi. Pasado un rato, seguíamos sin hablar y yo me aburria. ¡Me aburria mucho! la verdad es que mentiría si digo que no me divertía discutiendo por nada con él. Yo tenía un carácter dificil, pero él tampoco era un alma de la caridad.


Él leía el diario deportivo con lo que parecía muuuuucho interés y yo me había cansado de buscarle formas a las nubes que se dejaban ver entre las copas de los árboles asíque me armé de valor, cojí aire... y lancé mi pregunta con la voz mááááás dulce y delicada que tenía.
- Y...bueno...¿a dónde has ido esta mañana? ¿Tenías ensayos? - Mis manos entrelazadas reposaban sobre el borde de la mesa. Mi sonrisa era... claramente forzada... y la pregunta muchisimo más... el pensamiento que iba y venía por mi mente era ... "¿porque narices mi sonrisa es... tan.. tan... forzada?" aunque lo peor.. fue su reacción, tan solo alzó su mirada por encima del periódico unos dos centimetros y contestó rotundamente.
- Por supuesto, yo tabajo. - Y volvió a centrar su mirada en el periódico. ¿Eso era una indirecta? ¿o directamente una directa muy directa?... pero de que iba este... me iba ha hacer el vacío durante toda la vida ¿o qué?. Él tampoco es que se comportase muy educadamente conmigo previamente... así que no había razón por ese comportamiento.
- Ah..ah claro.. y... bueno... la ciudad..¿es bonita? me han dicho que tiene un encanto mágico. - Esta vez apartó el periódico hacia la derecha asomando la cabeza por el otro lado.
- No lo se. No le presto atención a los edificios. Y aún menos creo en las leyendas esas.- Y volvió a lo suyo. Mi paciencia estaba colgando de un hilo... y se estaba rompiendo...
- Pero... ¿es antigua no? ¿de la época medieval quizas? Podrías acompañarme y me enseñas sitios que conozcas. - Mi sonrisa parecia sacada de un congelador. Esta vez, dejó el periódico con enfado golpeando la mesa. Un sonido sordo hizo que me sobresaltara de repente. Mi sonrisa se descongelo y mi cara se descompuso.
- ¿Pero a ti que te pasa? ¿Me ves cara de historiador o de guía? Soy actor y salgo en anuncios de la televisión, si salgo contigo a saber que dicen. Si tienes interes por lo antigua que es la ciudad te vas a una biblioteca.¿A mi que me cuentas? - Se levanto de la silla y se dió la vuelta para irse cuando el hilo de mi paciencia... se rompió
- ¡Pero serás... imbecil! Tú de que vas, ¡encima de que intento llevarme bien contigo ¿me saltas asi de borde?! Sabes lo que te digo, que me voy yo sola a conocer la ciudad. ¡Y tú mientras te puedes ir a la mierda! - Me levanté y me fuí.

Cojí mi bolso y salí por la puerta principal de la casa. Las calles no eran como en la capital, grandes y anchas, esta tenía un aire más rustico. Comencé a llegar al centro pasando por uno de los puentes que cruzaban el canal, hasta que llegue a un edificio el cual tenía un letrero grande señalaba que era el ayuntamiento de Ayan. La plaza era bonita, había puestecitos y los niños jugaban. Callejee por las calles mas anchas en busca de tiendecitas. Justo llegué a una calle que parecia principal, donde los dos lados de las aceras estaban repletas de tiendas. Entré en algunas, estaba de lo más entretenida cuando el sol comenzó a esconderse. Ya quedaba poco tiempo de luz así que desandé el camino intentando acordarme bien de por donde había venido para no perderme.

En el camino de vuelta me fije en una tienda en la que no había reparado antes. Era una floristeria que estaba ya cerrada. El cartel de "se necesita personal" estaba colgado al lado de la hora de apertura y cierre. Me quedé mirando fijamente el escaparate donde se veían grandes cubos de colores llenos de diferentes tipos de flores. El interior de la tienda no se veía, ya que los últimos rayos de el sol, que estaba ya a punto de esconderse, golpeaban sobre el cristal del escaparate dando un reflejo anaranjado. Mi reflejo tambien se veia entre las flores. Me recordó al bósque dónde había pasado tantas horas durante el último año pasado. La nostalgia me hizo reaccionar y me puse de nuevo en marcha para llegar a la casa de la señora d´arc antes de que anocheciera del todo.

Cuando llegué eran las diez de la noche. Entré en la sala para ir directa a las escaleras que me llevaban a la habitación de invitados, mi habitación. Necesitaba un baño y horas de sueño. Cuando entré, Yili estaba sentada con una taza de té en las manos y Minho de píe dando vueltas de un lado para otro. Me vió y paró en seco. No me dio tiempo a saludar.
- ¡Pero donde te metes! ¿eh? - Gritó Minho sobresaltandome.
- Min, te dije que volvería, no la grites asi. Al fin y al cabo eres tú el que no ha querido ir con ella. - Yili dejó la taza de té despacio mientas iba hablando sobre el plato que estaba en la mesita baja.
- ¡Uy! el paseo delicioso gracias. - dije sarcasticamente.
- Estaba preocupado. - Dijo sosegando un poco el volumen de su voz, pero sin modificar su tono seco. - ¿Cómo es que te vas hasta tan tarde? ¡Pense que vendrías antes!
- Hum.. bueno ya estoy aqui ¿no? Pues dejame darme un baño y dormir.
- ¿No cenas Aure? - Pregunto Yili levatandose.
- No.. he comido algo de los puestos de la plaza. Había muy buen ambiente y me he entretenido.
- ¡Ah! es cierto, son las fiestas los titeres, es tradición en Ayan que la gente se disfrace de titeres y baile en la plaza. Han estado haciendo espectaculos todo el día.
- Si, había mucha gente. - Minho permanecía callado con los brazos cruzados al lado de la chimenea que presidia la sala. - Por cierto ¿y la señora Laurien?
- Finalmente ha tenido que adelantar el viaje.
- ¿Por cuanto tiempo se va? - Preguntó Minho.
- Dos meses de momento. - Contestó Yili
- ¡Ah! ¿Como que dos meses? estupendo... - Gruñó.
- Bueno, yo me debo ir ya. Mañana es sabado. Si quereis podemos ir a la plaza a disfrutar del resto de dias de fiesta.
- Si quereis ir vosotras, yo paso. - Dijo Minho sentandose en uno de los sillones.
- Anda Min no seas aburrido - Yili se acerco por detras y puso sus manos sobre los hombros de este, y asomo la cabeza por el costado derecho para mirarle. - El lunes trabajo, ¿no haras esto por mi? para una vez que libro... siempre hemos ido juntos.. - Yili ejercía presión con su mirada de "que penita que te debo estar dando pooooooorrrfi pooooorfi"
- Aish.! Está bien. Pero un par de horas solo.

Despedimos a Yili en la puerta principal despues de que Minho insistiese en llevarla varias veces. Ella dijo que tenía a su chofer esperando desde hacía dos horas.
Yo caminaba por la sala camino a las escaleras cuando Minho me cojió del brazo y me giró.
-¡Eh! - Advertí. Cuando le miré, rascaba su cabeza con el brazo izquierda mientras con el brazo derecho me sostenía el codo.
- Supongo que lo siento. Obviamente ha sido culpa tuya por hacerme preguntas tan estupidas en vez de pedirme que te lleve a dar una vuelta. Pero no debí haberte gritado.
- Suelta. - Liberé mi brazo con desaire. - O sea que lo sientes
- Si. Eso he dicho ¿Eres sorda o que?
- ¡Ja!... o sea, que lo sientes, pero la culpa es mia ¿no?, pues nada. Perdonado. Me voy a dormir. - Subi las escaleras rapidamente sin darle opción a réplica. A mitad de la escalera escuche un "¿JA?", me gire y le vi con el gesto fruncido y los brazos colocados a los lados como si no entendiera nada. Dejó caer los brazos a los lados y negando con la cabeza se fue. 

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