lunes, 25 de abril de 2011

Precious Love Cap 11

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Capitulo 11

Mih Wa y Junsu se habían comprado una casa. Despues de varios años de relación habían decidido dar el paso de vivir juntos. A pesar de que Junsu había insistido en que se casaran primero, Mih wa lo había rechazado ya que lo consideraba solo “un trozo de papel”. Finalmente Junsu había desistido.



La casa era bastante luminosa y tenía varias habitaciones. Por supuesto Eun mi les había ayudado a elegirla tiempo atrás, pero pensó que tardarían más en decidirse.
El domingo por la mañana, Mih wa pasó a recoger a Eun mi después de haberla llamado. Mih wa no se fiaba del criterio de Junsu para comprar muebles, así que los tres se fueron en busca del mobiliario de la nueva casa. Eun mi necesitaba que la diera el aire, además que no sabía cuándo volvería Yunho y no tenía valor para verle después de lo que le había contado Changmin la noche anterior.

Se recorrieron toda la tienda tres o cuatro veces decidiéndose primero por los muebles más necesarios y luego por los adornos. Junsu y Mih wa discutían sobre que jarrón pegaría mejor en la entrada cuando Eun mi recibió una llamada. Ni se molestó en avisar a la pareja ya que estaban muy concentrados en la discusión.

-¿Sí? – Pregunto Eun mí aun habiendo leído el nombre en la pantalla del móvil.
-Hola Eun mí. Soy Jaejoong. – Jaejoong mantenía como de costumbre su tono relajado. No se había dignado a llamarla desde que la ingresaron en el hospital y ella tenía la intuición que la llamada no sería por salud… sino por trabajo.
-Ya lo sé. ¿Qué quieres?
-Necesito que mañana por la tarde vengas a la agencia. Ya sé que te estas recuperando pero tengo que hablar contigo de ciertos asuntos que no puedes descuidar.
-¿Crees que me interesan tus putos asuntos de negocios cuando casi me matan por ellos?
-Pues deberían interesarte, estoy a punto de cerrar un contrato con una de las cosméticas más importantes de China.
-Estoy convaleciente Jaejoong, no puedes obligarme a ir hasta que me recupere. – Dijo Eun mí con chulería.
-¿Tienes el alta no? Pues entonces debes estar como nueva. Además, no sé de donde te has sacado que son mis asuntos de negocios los que te han llevado a esa situación – Dijo Jaejoong con sarcasmo.
-Quizás el que solo tú sabias donde estaba… pero no te preocupes, eso lo arreglaremos en un juzgado Kwang Jaejoong.
-¿Y qué pruebas vas a presentar si puede saberse? – Se jactó.
-No te preocupes, algo encontraré. Solo tengo que indagar un poco.
-Ah… nunca aprenderás… se supone que cuando tropiezas, aprendes para no volver a caer... Si no te resulto muy bien la primera vez que intentaste indagar… ¿por qué repetirlo una segunda? Yo que tú, me centraría al 100% en recuperarte para volver a la agencia. Se te está acumulando el trabajo.
-Me da igual lo que me hagas. Ya me da igual… seguro que en uno de tus intentos por asustarme cometes un error y acabas en la cárcel que es donde deberías estar desde hace tiempo.
-Nunca cometo errores. No lo olvides. Y tienes razón, ya había contado con que te daría igual lo que te pasara pero…
-Pero que… ¿matarás a mi perro?
-No, pero la casa de Junsu y Mih wa es realmente bonita... sería una pena que no la pudieran pagar por que el restaurante se viniera a pique… Junsu tiene una reputación pero imagínate que alguien enferma en su restaurante… sería terrible…
-¿Qué ganarías tú con eso? – Eun mí no podía creer lo que estaba oyendo.
-No, en realidad, que gano no haciéndolo… gano que tú dejes de trabajar allí y te centres única y exclusivamente en la agencia. Además, por contrato ya no puedes trabajar en ningún lugar más, así que…
-¿Y eso ahora de donde te lo has sacado?
-De las cláusulas que por lo visto no has leído. Mañana ven a las cuatro y media. Se puntual.

Jaejoong colgó y Eun mi cerró la tapa del teléfono fuertemente. Cuando volvió junto a Junsu y Mih wa, que ya se habían puesto de acuerdo, Eun mí se lo contó todo. Junsu no le tenía miedo a Jaejoong y por supuesto no quería perder a Eun mí. Aun así Eun mí no pensaba arriesgar el trabajo de sus amigos por culpa de Jaejoong que bastante había jodido ya. Así que lo tenía decidido. Abandonaría “Haneul”.

Mih wa sabía que Eun mi estaba muy triste por dejar el restaurante donde había trabajado durante años, donde se habían conocido y vivido momentos maravillosos. Y la verdad es que la situación se estaba volviendo de lo más extraña, cuando Eun mi fue adquiriendo fama, varios curiosos iban a conocer a “la modelo camarera de Seúl”. Así que en el fondo Mih wa sabía que tarde o temprano aquello se iba a acabar.

La pareja decidió invitarla a cenar, se suponía que era un día de despeje y no de agobios con Jaejoong de nuevo. Ya tendría tiempo para eso al día siguiente.
Cuando se quisieron dar cuenta, eran las doce de la noche y Eun mí se caía de sueño. Entre el cansancio y la medicación para el dolor de costillar se estaba quedando dormida en el coche de camino a casa.

Lentamente subió las escaleras y como de costumbre después de rebuscar cansinamente en el bolso encontró las llaves. Iba dormida, con tal mala suerte que se le cayeron las llaves al suelo justo antes de introducirlas en la cerradura. “Genial… “. Eun mí no se podía agachar. Era uno de los inconvenientes de llevar una venda que la apretaba todo el cuerpo. Además de que si la dolía al respirar, no quería ni imaginarse como sería intentar agacharse.

Comenzó a hacer las maniobras de descenso primero bajando lentamente hasta ponerse en cuclillas pero… dolía…. No se dio cuenta de que la puerta de al lado se abrió y que unos pasos se acercaban hacia ella.
Yunho alcanzó las llaves con su mano derecha mientras que con la izquierda, posada en la espalda de Eun mí, la ayudaba a subir. Sin decir nada, se acercó a la puerta e introdujo las llaves en la cerradura abriendo la puerta sin retirar la mano de la espalda de Eun mí.

Una vez abierta la puerta, Yunho guió con la mano a Eun mí para que se metiera en casa.

-¿Cómo estás? – Preguntó él antes de que ella se diera la vuelta.
-Mejor. Ya me puedo levantar de la cama. – Eun mí se sujetó apoyándose en la puerta.
-Si, otra cosa es agacharte… – Yunho sonrió. Intentaba bromear para relajar el ambiente. Hacía mucho tiempo que no se veían. Y ahora la cosa estaba un tanto… incomoda. Él había estado tan preocupado en Japón, que no se podía creer el volver a verla y que estuviera “bien”.
-Me voy a dormir… - Dijo ella haciendo el amago de cerrar la puerta.
-Si… – Ella paró. – Necesitas sal… o… cualquier cosa… avísame ¿vale?
-Em... si… lo haré. – Dijo ella justo antes de continuar cerrando. Él se dio la vuelta y se marchó.
“Por lo menos se le ha quitado al costumbre de cerrarme en las narices…” pensó Yunho antes de entrar en casa.

Anduvo cansinamente hasta la cocina yendo directamente a la nevera… necesitaba una cerveza. Él sabía que la estaba cagando, si su intención era mostrar toda la preocupación y los sentimientos que sentía por ella sin ninguna restricción, como le había aconsejado su Changmin, desde luego que no lo estaba consiguiendo.

Tampoco podía llegar allí y declararle su amor a los cuatro vientos, así, como sin nada… porque ella no confiaba en él y lo sabía. Hacer eso sería firmar una sentencia de muerte. Pero ahora que Changmin estudiaba en la habitación y él estaba a solas con su mente y su corazón se reconoció a sí mismo que no tenía ni idea de cómo hacer que ella realmente confiara en él… porque jamás se había mostrado realmente como era… tan solo en pequeñas dosis, pequeñas esencias que ella, estaba seguro, que no había captado. Pero no tenía tiempo para arrepentimientos ni lamentos. Tenía que comenzar a hacer las cosas bien, porque no se iba a permitir sentir de nuevo que iba perderla.

Las horas pasaron y Yunho no tenía manera de dormirse, también porque el sofá ya era más que incómodo y para su espalda no venía nada bien, pero no paraba de darle vueltas a la cabeza. Se entretenía repasando el mural que con tanto esfuerzo ya casi estaba terminado, cuando escucho un golpe y sollozos proveniente de la casa de Eun mí.

Changmin salió de la habitación con las gafas puestas y el carboncillo en la mano.

-Voy a ver… - Dijo Yunho casi sin mirarle.
-Déjala… lleva así desde que vino del hospital.
-¿Y por eso la tengo que dejar? – Yunho miro a Changmin reprimiéndole.
-Mira – Dijo Changmin cogiéndole del hombro. – Son pesadillas, está dormida y no te va a abrir la puerta. A menos que tengas tu llave…
-No tengo llave Changmin…
-Pues entonces espera a que se despierte y mañana hablas con ella.
-No tengo llave pero… - Yunho miró a Changmin…
-No, tengo que estudiar… - Se dio la vuelta de camino a la habitación cuando Yunho se puso delante de él impidiéndole el paso.
-Eres un capo Changmin será un segundo…
-Vamos no me jodas…. – Yunho le miro con cara de… “jamás volverás a probar mi ramen” – Ahs…. Está bien… dios… ¿Cómo puedo ser tan buena persona? – Dijo Changmin para sí mismo mientras dejaba el carboncillo entre unas servilletas. Rebusco un poco en la basura de los plásticos sacando uno liso.
Después de pasar un par de veces el plástico a modo de tarjeta por la ranura de la puerta y el marco consiguió abrirla, aunque estaba la cadena, tan solo estiro el brazo como el día anterior y Yunho entró rápidamente después de decirle un “gracias” casi inaudible.

Eun mi estaba tirada en el suelo quejándose, Yunho no sabía si seguía despierta o por la caída aun la dolía más el costado, así que se acercó y desenrollándola un poco de las mantas la incorporó.

-Eun mi…. Eun mi_ah – Dijo Yunho susurrándola para no despertarla bruscamente.
-Mnn… - Se quejó ella llevándose la mano al costado. Él la cogió en brazos y la subió de nuevo a la cama poniéndola varios cojines detrás. Se sentó a su lado y después de retirarla un poco el pelo de la cara ella comenzó a despertarse.
-¿Estás bien? – Preguntó sin alzar la voz.
-¿Qué… que haces tú aquí? – Dijo ella con voz dormida.
-Estaba preocupado. Escuche como te caías y vine a ver si estabas bien. – Yunho la miraba con ternura mientras ella fruncía el ceño…
-Pero… ¿cómo has entrado? ¡Me he dejado la puerta abierta! – Dijo llevándose las manos a la cabeza.
-Ah no, no, ha abierto Changmin... bueno… Changmin tiene… llave propia – Rio Yunho.
-Os podría denunciar… - Dijo Eun mí dejando caer la cabeza hacia el lado contrario al que estaba Yunho.
-No quieres…. ¿Hablar de ello? – Pregunto Yunho después de esperar unos minutos guardando silencio.
-No recuerdo mucho.
-Pero aun así… me ha dicho Changmin que no duermes bien.
-Changmin parece una portera… con lo grande que es se podría meter en sus cosas. – Dijo ella volviendo a mirar a Yunho esta vez con cara de desafío.
-Oye no seas así, fue una orden mía.
-Pues entonces tú eres aún más portera que él. – Le reprochó.
-Definitivamente cuando se trata de ti, sí. Me entero de todo. Además, solo te enfadas por que no quieres hablar de ello, pero quizás si lo cuentas…
-No cambiara nada. Y no te miento cuando te digo que no recuerdo mucho…Tan solo que estaba en el baño, unos tipos entraron y me golpearon. Lo siguiente que recuerdo es estar una habitación con gente.
-¿No recuerdas que decían?
-Hablaban de dinero. Pero estaba más preocupada porque alguien me sacara de allí que de enterarme que decían. El médico, - Eun mi hizo una breve pausa para coger aire, se había acelerado demasiado y respiraba con dificultad debido al golpe. – me dijo que iría recordando poco a poco, pero a estas alturas, todo lo que necesito es olvidar. – Dijo ella con resignación.
-En el momento que recuerdes y necesites contarlo… puedes contar conmigo.
-¿Y por qué? Llamaré a Changmin en todo caso. ¿Crees que ahora puedes llegar y hacer como que eres mi gran amigo? No sé qué te has pensado que soy. Ni siquiera viniste a verme el día que salí del hospital, Changmin me regalo hasta un ramo de flores y le he visto menos veces que a ti. - Murmuró- No pretendas que te cuente ahora mis penas y mis glorias como si nada. – Le dijo mirándole directamente a los ojos.
-No podía ir. Me tenían prohibido el paso. – Yunho estaba extrañado, ella tenía allí a sus mejores amigos y a sus padres, no comprendía porque él debería estar allí.
-¿Y a cinco metros de la puerta del hospital? ¿Y en casa? – Le reprocho de nuevo.
-¿Acaso notaste mi ausencia? – Dijo Yunho sin poder reprimir una sonrisa.
-Es posible. Me extraño…. – Dijo ella parándose a pensar lo que estaba diciendo. – Que no, estuvieras allí para molestarme como de costumbre después de la que montaste en la recepción con Jaejoong. Hasta tenía pensado, darte las gracias por movilizar a Sang Hee y a Changmin. Pero has perdido tu oportunidad.
-Parece que tú también te enteras de todo. ¿Cómo puedo recuperar mi oportunidad?
-No te voy a perdonar tan fácilmente. – Dijo Eun mí y volvió a reposar la cabeza sobre los cojines en dirección contraria a donde se encontraba Yunho, que se mordía el labio para no reírse.
-No siento que tengas nada que perdonarme. No fui por que no pude y punto. – Yunho no podía comprender como a las cuatro de la mañana tenía ganas de picarla, con el sueño que tenía pero aun así… quería saber hasta dónde podía llegar.
-Pues entonces vete. Parece que estas aquí pidiéndole redención a un santo. No necesito tu ayuda.
-Si es lo que quieres me iré… - Yunho hizo el amago de levantarse cuándo Eun mi le cogió la mano. Él, paro en seco.
-Y no vuelvas. – Dijo ella mirándole a los ojos. Unos ojos que expresaban todo lo contrario… podía ser… que ella…. ¿sintiera algo por él? Yunho estaba confundido así que volvió a sentarse. - ¿No entiendes?
-Puedo quedarme en el sillón si tienes miedo.
-No digas tonterías. – Eun mi aun no le había soltado la mano. No tenía interés por que se quedara, ni por hablar con él, pero algo dentro de ella le pedía a gritos que no se marchara. – No tengo miedo.
-¿Entonces quieres que me quede, sin más?
-No. Cuando me despierte. No te quiero ver aquí. – Eun mi cerro los ojos.
-No me puedo ir. – Ella abrió un ojo mirándole extrañada. – Si no me sueltas no puedo. – Entonces ella le soltó la mano rápidamente. No se había dado cuenta de que aún le sostenía.

Yunho se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta. Miro por la ventana del salón. Changmin ya debía estar durmiendo y se había venido sin llaves. Muy astuto. Se tumbó en el sofá y recordó el día que ella le ayudo, sin conocerle de nada. Tan solo había cruzado dos palabras poco agradables en las escaleras.
Una hora después entró sigilosamente a la habitación de Eun mí, que ya estaba dormida. La observo durante un buen rato de pie hasta que decidió sentarse a los pies de la cama. Tenía sueño. Se suponía que había dejado de trabajar en aquel bar para descansar bien los fines de semana, y más ahora que había conseguido, gracias al chantaje, trabajo como fotógrafo en su agencia, pero aun así seguía llevando los ritmos nocturnos poco ortodoxos.

Poco a poco se fue recostando a lo ancho de la cama. No entraba, le colgaban las piernas pero aun así no se movió. Eun mi respiraba con dificultad, como cuando alguien está muy acatarrado. Yunho se intentó acomodar a su izquierda subiendo un poco por la cama, quedando su cabeza justo a la altura de la cintura de ella. Puso su mano izquierda sobre su abdomen y aunque luchaba contra su cansancio para no dormirse, preocupado porque ella no respiraba bien, finalmente se quedó dormido justo a su lado.

A la mañana siguiente Eun mi comenzó a abrir los ojos lentamente. La luz entraba desde el patio interior dándole justo en los ojos. Cuando comenzó a reconocer lo que había a su alrededor, después de frotarse un poco los ojos, vio que Yunho estaba aún allí. Su mano izquierda la rodeaba la cintura y su pierna derecha estaba completamente apoyada en el suelo.

Ella le miró fijamente repasando la situación. Juraría que le había dicho que se fuera… y es más, juraría que él se había ido. Pero ahí estaba. En su cama, respirando fuertemente por no decir que casi roncaba con la boca abierta. Pensó durante unos minutos en dejarle ahí dormido para seguir disfrutando de la imagen, que aunque era poco romántica, a ella la encantaba.

Después de estar cinco minutos mirándole como una estúpida, se concienció que su papel era echarle de su cama. Sino le daba la sensación que nunca jamás le querría dejar ir. Así que se armó con un cojín de los que tenía detrás y le golpeo en la espalda con el suavemente. Yunho gruñó.

-Changmin ah… déjame dormirrrr… - Balbuceo contra el colchón que tenía pinta de haber sido babeado.
-No soy Changmin. – Dijo ella volviéndole a dar esta vez más fuerte.
-¿EH? – Dijo él alzando la cabeza mientras retiraba la mano de su cintura. Y recibió otro golpe.
-Te dije que te largaras, no que durmieras aferrado a mí como una garrapata. – Cuando fue a darle el cuarto golpe, Yunho lo paró incorporándose con su brazo derecho, tirando de él, y haciendo que ella se inclinara quedándose más cerca de Yunho.
-Discúlpeme doncella… no pude resistir quedarme en sus aposentos… Tampoco tenía llave de mi castillo.
-¡Pues haber dormido en la cuadra con el corcel! ¡Largo! – Dijo Eun mi empujándole, haciendo que se callera completamente de la cama. Yunho volvió a gruñir mientras se incorporaba sacudiéndose la ropa.
-Vaya princesa… menudos despertares tiene, seguro que debe tener al servicio como loco.
-Ahs… - Dijo ella cansinamente... entonces Yunho se subió de rodillas a la cama y cogiéndola por el hombro la beso en la mejilla.
-Buenos días. Espero que hoy te encuentres mejor. – Dijo el bajando rápidamente y dirigiéndose hacia la puerta.
-En cuanto te vayas será un alivio para mi salud.- Entonces Yunho se giró justo antes de irse para mirarla.
-Siento causarte taquicardia… no era mi intención.
-Ishhhhhhhhhh…. - Dijo ella lanzando el otro cojín que tenía detrás. - ¡No vuelvas por aquí! ¡Se cuidarme y dormir sola! – Entonces se escuchó la puerta de entrada. Finalmente se había ido. Eun mi sonrió tontamente pensando en que se había quedado a pesar de todo… cuando se dio cuenta1 de su reacción intento disimular para ella misma, inútilmente claro…

*Agencia “Balgueonuri” 18:00 p.m.*

Eun mí, acompañada de Sang Hee, salía del ascensor que daba a la planta en la que se encontraba la sala de juntas. Jaejoong las había citado a esa hora para ver ciertos puntos del contrato. Sang Hee se acercó a la recepcionista pero por lo visto Jaejoong aún seguía reunido con los delegados de la empresa de cosméticos.

Después de esperar media hora en recepción por fin se abrió la puerta de la sala de juntas. Eun mí y Sang Hee se levantaron inmediatamente. El primero que salió fue Jaejoong, seguido de dos delegados chinos y Yochun. Eun mí se quedó paralizada al verle. Yochun, con el pelo más corto que de costumbre, vestía una amplia sonrisa y un traje caro de los que le gustaba lucir en las ocasiones más especiales.

Sang Hee se acercó al cuarteto mientras que Eun mí se quedó parada en medio de la sala. Sang Hee al darse cuenta retrocedió hasta donde estaba y tiró de su brazo para que se reuniera con los demás.

-Bueno, os presento a Park Yochun, jefe de la sección de marketing y expansiones internacionales. Yung Min vicepresidente de la compañía y por último Xing Ya asistente y traductor. – Dijo Jaejoong, todos hicieron una reverencia según les iban nombrando. Yochun miró directamente a Eun mí que no podía creer que estuviera él allí, después de todo este tiempo. Desde luego su mala suerte incrementaba por momentos. – Ha sido un placer hacer negocios con ustedes, - Dijo dirigiéndose al trio - pero si me disculpan tengo otra reunión. Hablamos vía videoconferencia.
-Por supuesto. – Dijo Yochun animadamente mientras no le quitaba ojo de encima a Eun mí. Volvieron a hacer una reverencia y Jaejoong acompaño a los miembros chinos hasta el ascensor, Yochun que se quedó un poco más rezagado cortándole el paso a Eun mí, mientras Sang Hee pasaba dentro sin darse cuenta. – Me ha encantado volver a verte. Por lo visto sufriste un accidente… aun así, estás igual de preciosa Eun mi_ah. ¿Te apetece que…? – Yochun parecía tener ganas de hablar con ella y justo en ese momento Sang Hee les interrumpió diciéndola que tenían que preparar todos los papeles. Yochun sonrió a Eun mí y después de hacerla un gesto de “te llamaré”, se unió de nuevo a su grupo.

Una vez dentro de la sala de juntas Eun mí se dejó caer sobre una de las sillas. Sang Hee la miró preocupada.

-¿Le conocías? – Dijo mientras sacaba los papeles del portafolio.
-Fue… mi prometido. – Dijo con resignación Eun mí.
-¿¡Tu prometido!?
-Sí, pero se largó sin más, a una semana de la boda… vaya casualidades tiene el destino que me le tenía que encontrar precisamente aquí… - Eun mi sonaba aburrida más que sorprendida, recogió los folios que Sang Hee fue dejando a su lado y comenzó a leerlos para distraerse mientras venía Jaejoong. Tenía pinta de ser una larga reunión.

*Tres horas después de la reunión. Restaurante “Haneul” *

Eun mi estaba sentada en una de las sillas del despacho de Junsu, con una tila justo delante de ella en la mesa. Detrás de ella Mih wa la intentaba destensar el cuello masajeándoselo, sin mucho efecto.

-¡Es que no sé por qué narices me he metido yo en esto de verdad! ¿¡En qué momento se ha ido todo a la mierda dios mío!? – Decía Eun mí para sí misma más que para el resto.
-¿Sang Hee entonces no ha podido hacer nada de nada? – Preguntó Junsu nervioso.
-No, es que la p… la puta clausula esa que si tengo más de dos contratos en la agencia no puedo estar en ningún otro sitio. No si desde luego Jaejoong no tiene un pelo de tonto… Ahora mismo estoy hasta arriba de trabajo en la agencia. Y por contrato tiene todo el derecho del mundo a prohibirme estar en otro sitio o a irme. Porque es legal y yo como soy estúpida lo firme. El capullo del Hyun Joong ese con la cara de estúpido que tiene me la coló pero bien… vaya asesor legal que está hecho el muy….
-Relájate Eun mi… - Dijo Mih wa intentando calmarla – Mira, en cierta manera… te ha doblado el sueldo, ya no tienes la famosa deuda. Podrás ayudar a tus padres e incluso comprarte una casa mejor. Mientras cumplas el contrato no te hará nada y vivirás mejor que trabajando aquí.
-Lo se Mih_ah – Dijo Eun mi girándose para mirarla mientras posaba su mano derecha encima de la de su compañera. – Pero sabes que yo no quería entrar ahí. Mi idea era otra ya hora por estúpida estoy obligada. Ahora más que nunca me quiero ir… ahora que ya Jaejoong se ha destapado no quiero estar “en su mismo equipo”.
-Bueno, pero de momento es lo que hay… deberás esperar a que se solucionen los demás asuntillos legales o más bien ilegales que tiene por ahí. Lo mismo cierran hasta la agencia… - Aportó Junsu.
-No sé si Yunho lo permitiría… es su agencia del alma – Eun mi perdió su mirada en el fondo de la taza de tila. Desde luego que si no podía huir de allí de manera legal… al menos tenía que aportar o descubrir algo para echar a Jaejoong. – Bueno… - Dijo centrándose de nuevo en la conversación. – Debo irme… mañana tengo una divertida reunión con mi fotógrafo los estilistas y el chulo de mi jefe.
-Entonces hoy es el ultimo dia que has estado aquí… - Dijo Mih wa nostálgica. Eun mi se levanto y se abrazo a ella.
-Que no pueda trabajar aquí no quiere decir que no venga a visitaros... os echare una mano de vez en cuando…
-Ahora que teníamos más clientela por tener una camarera modelo… - Dijo Junsu rodeando la mesa y abrazándose a ella también.
-Voy a superar esto ya veréis… En cuanto pueda mando a la mierda el magnífico “Balgueonuri” que tanto me ha complicado la vida.
-Ten cuidado al volver.
-Claro. – Eun mi salió del despacho y se fue despidiendo de los compañeros que se encontraba de camino a la salida.
Para su sorpresa… cuando salió del restaurante Kwang Yunho estaba esperándola. Con un ramo de flores en la mano.
-Juro que no te voy a invitar a cenar. – Dijo nada más verla.
-¿Vienes a celebrar mi contrato blindado?
-¿Eh? No, solo… averigüé a qué hora salías y te he traído esto. – Le ofreció el ramo que ella cogió con las dos manos y olio delicadamente. Finalmente lo cogió.
-¿Y eso?
-Bueno, como me dijiste que Changmin te regalo uno… me he puesto celoso… ya sabes lo caprichoso que soy. – Eun mi esbozo una sonrisa que borro inmediatamente, pero no tan rápido como para que Yunho no la viera. – Hoy te acompaño a casa. Tienes mala cara.
-No tengo ganas de ir a casa. Después de tirarme cuatro días metida en la cama con dolores, para un día que me duele menos no voy a volver tan pronto.
-Pero hace frio… mira… - Yunho señalo el cielo, los nocturnos nubarrones lo cubrían espesamente, tanto que juraría que se pondría a llover en breves.
-No tienes por qué venir. – Dijo ella echando a andar en dirección contraria a casa. Sonreía de espaldas a él cuándo notó que la seguía.
-A saber qué haces por ahí, con tu mala suerte lo mismo te atropella una bicicleta. – Eun mí se giró e hizo un intento de mirarle con furia… pero termino riéndose por la cara de idiota que ponía Yunho.
-Es cierto… tengo mala suerte.
-Salvo cuando estás conmigo claro.
-Tsh… - Él dio dos zancadas con las manos en los bolsillos para ponerse paralelo a ella. – Tú tampoco tienes muy buena suerte…
-Quizás… si juntamos tu suerte y la mía seamos invencibles – Dijo él dándola un golpecito con su hombro en el hombro derecho de Eun mí. Ella paró en seco y golpeándole con el ramo en el pecho le dijo:
-¿¡Pero que estas insinuando!?
-Desde luego… - Dijo él parándose a la vez… - Encima de bruta mal pensada. – Del golpe algunos pétalos se habían caído al suelo. Él se agachó a recogerlos y cuando los reunió en su mano derecha se incorporó, para después soplárselos.
-¡Quita hombre…! – Reía ella mientras agitaba la mano para que no le dieran los pétalos en la cara. Entonces se fijó en su reloj. Eran casi las once y mañana debía estar a primera hora en la oficina para la reunión de concepto. - ¡Oh! Me voy a ir. Mañana tengo reunión.
-Yo también.
-No me digas que…
-Sí, soy tu fotógrafo.
-Ahs…. Aigo, aigo… - Se dio la vuelta y comenzó a andar de nuevo pasando de Yunho que la seguía a una distancia prudente. De vez en cuando la chistaba y ella se giraba. A lo que Yunho respondía girando la cabeza como si él no hubiese sido.

Durante el camino no hablaron nada más, tan solo se miraban de vez en cuando. Cuando llegaron al descansillo de casa, Yunho, que llevaba el ramo de flores desde que ella le había pegado con él en el pecho, la rodeo con su brazo derecho dejándole el ramo justo frente a ella y dándole un beso en la cabeza después. Ella cogió el ramo y después de forcejear con la puerta nerviosamente entró en casa echándole una última mirada a Yunho que no se fue hasta que Eun mi cerró la puerta.

La reunión se podría decir que había sido… “de lo más entretenida” los hermanos Kwang soltándose sutiles pullitas en medio de una reunión seria de trabajo mientras los estilistas y grafistas discutían sobre el concepto de las fotos. Habían sido dos horas de pérdida de tiempo básicamente.

Eun mi subió a plató que estaba en la última planta. Hacía tiempo que no tenía una sesión y quería ver a su equipo de maquilladoras con las que había hecho buenas migas. Como Jaejoong oficialmente no podía contar lo que había pasado con Eun mí, se había inventado otra de sus ya conocidas… “mentirijillas” que obviamente, Eun mi debía seguir a raja tabla. Así que sus compañeras en cuanto la vieron la atiborraron a preguntas sobre cómo no se dio cuenta de que aquel coche iba tan deprisa y si el impacto contra el capó fue muy duro y blablablá.

Después de un buen rato hablando, las chicas se fueron yendo dejando a Eun mi allí sola recogiendo unas cosas que se había dejado la última vez. De pronto apareció Yunho con su mochila de la cámara al hombro.

-¡Ey! – Saludó. - ¿Qué haces aquí?
-Nada, estoy recogiendo unas cosas. – Eun mi tan solo le miró de reojo. Yunho estaba parado justo a unos metros detrás de ella. Y parecía estar de mejor humor que en la reunión. Eun mi terminó de guardar unas cosas en el gran bolso que llevaba y paso por delante de Yunho dirigiéndose hacia la puerta. – Nos vemos.
-Oye espera – la dijo después de dejar rápidamente la mochila de la cámara encima de una silla que estaba justo a su lado. - ¿Estás bien? Te he notado tensa en la sala de juntas.
-Más bien diría que habéis sido vosotros los tensos… ese ambiente era insoportable. – Dijo ella girándose. – Estoy cansada, nos vemos. - Le saludo con la mano y se dirigió hacia la salida.
-No seas tan borde – Yunho la seguía haciendo que parasen justo delante de la puerta. – no soy borde solo estoy cansada.
-¿No eres borde? Entonces explícame por que ayer estabas “maja” conmigo y hoy huyes de mí.
-Solo es para que no te acostumbres a mi compañía. No confió en ti para nada.
-Pues es una pena – Dijo acercándose y acariciándola el hombro – Porque ya me he acostumbrado – Y acercó sus labios hasta rozarlos con los de Eun mí. La beso lentamente. Al principio Eun mí no respondió, y de pronto comenzó a corresponderle el beso, haciéndolo más profundo. Despacio, Eun mí se separó de Yunho.
-Sigo sin confiar en ti. – Susurro ella aun con los ojos cerrados.
-No te creo nada. – Dijo él separando notoriamente cada palabra. – No he sido tan malo contigo. – Y cogiéndola por la cintura la arrimo a él de nuevo, volviendo a besarla. Ella se quejó por el pequeño pinchazo en la costilla, aún la dolía. – Hace unos meses me habrías llenado de gritos y golpes por besarte. – Susurró.
-No te hagas ilusiones – Dijo ella separándose y marchándose definitivamente del plató. Yunho se quedó allí parado unos minutos, hasta que finalmente se dirigió a donde estaba la mochila y comenzó a sacar sus cosas.

Unos días más tarde comenzaron las sesiones para las revistas. Los carteles de cosméticos aún no se harían hasta finales de mes así que se debían centrar en los proyectos retrasados por el accidente de Eun mí. Lo bueno de ser tan cotizada era que si se retrasaban un poco en el proyecto no se lo daban a otra así como así. Como suele pasar con otras modelos.

Eun mi sentía algo por Yunho. Eso estaba claro. Pero quien sabe si por azar o por suerte, Eun mi tenía una actitud un tanto reticente con Yunho. ¿Poniéndole a prueba quizás? Sea lo que fuere, Yunho estaba volviéndose loco. Él sabía que Eun mi sentía algo por él. Lo sintió en aquel beso.

La sesión había comenzado. Eun mi tenía tres cambios de ropa. No más. Era lo que tenía ser una colección de alta costura, que mostraban tan solo pequeñas piezas para no adelantar demasiado del estreno en pasarela. Eun mi posaba a las órdenes de Yunho que estaba en su salsa. Desde luego. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de su verdadero trabajo.

Según iba avanzando el día, la gente del “staff” se iba poniendo más incómoda, se notaba que entre ellos había “feeling” y parecía que estaban ellos dos solos en el estudio. A lo largo de la mañana, Jaejoong apareció por allí. Para tocar las narices un rato más que nada. Y después de dar un par de vueltas y quejarse de algunas chorradas sobre el trabajo de Yunho, se fue sin tener mucho éxito con sus peticiones. Jaejoong sería el jefe arriba, pero en el estudio… el único jefe era Yunho y no era aconsejable tener una pelea por el territorio tal y como se estaban cociendo las cosas.

Y por fin, la sesión termino a media mañana sin más sobre saltos.
Eun mí no tenía nada más que hacer así que llamo a Mih wa para despejarse un rato. Necesitaba ir de compras. Tenía pensado desde hacía días hacerles un regalo a Junsu y a Mih wa por su nueva casa, pero sobre todo por el apoyo mostrado hacia ella.

Llego a casa bastante tarde y para su sorpresa, Yunho esperaba apoyado en el marco de su puerta. Su inconfundible chándal “Nike” y la camiseta de deporte de manga larga ajustada hacían la función de lo que se suponía que era un pijama. “Por lo menos ahora lleva ropa” Pensó Eun mí.

-¿Qué, esperando a una de tus conquistas? – Dijo Eun mi rebuscando en su bolso ya pegada a la puerta de su casa. Ni siquiera giró la cara para mirar la expresión de Yunho por ese comentario.
-Justo. – Dijo él cruzándose de brazos. ¿Estaba enfadado?
-Ya decía yo que llevabas mucho tiempo sin traer a nadie. – Venía de buen humor y eso se notaba. Abrió la puerta y tiró el bolso dentro. Hoy tenía ganas de provocarle. – Bueno pues si no te importa…. – Le miró directamente – No hagáis mucho ruido. Que mañana tengo que trabajar. – Y después de guiñarle un ojo cerró la puerta sin darle tiempo a replica. Cosa que a pesar de ser ya costumbre en ella, Yunho realmente lo odiaba.

Así que Eun mi a sabiendas de lo fácil que era picarle, espero tan solo diez segundos con la espalda apoyada en la puerta y entonces... “toc, toc, toc” Yunho llamó. Tan imbécil y predecible como siempre…Eun mi resistió unos segundos más, hasta que volvió a sonar la puerta. Ella abrió con énfasis como si viniera desde lejos.

-¿Quieres algo? – Preguntó ella.
-Necesito hablar contigo. – Dijo el seriamente.
-No entiendo por qué. – Y se apoyó en el marco de la puerta como si nada.
-Porque desde que te bese en el plató no me has dirigido la palabra y eso fue hace 3 días por lo menos. Hasta hoy. Y eso que nos hemos visto por el descansillo y en la agencia varios días. Ni un hola, ni un adiós…
-Ni falta que hace. Simplemente no tengo nada que decirte – Dijo ella girándose él la cogió del brazo suavemente impidiendo que ella se marchara como siempre.
-No puedo más Eun mi_ah. Estoy más que harto de que te marches y no me digas nada. De que dejes que te bese y me digas que no confías en mí. De que me mires y no veas que estoy aquí. – La voz de Yunho sonaba cansado. Eun mi estaba resultando verdaderamente agotadora y él ya… no podía callarse más lo que sentía. Se fijó de pronto que el tirante de la camiseta de Eun mi estaba casi caído, a la mitad de su hombro. Y esbozó una sonrisa.
-¿eh? – Dijo ella al ver que comenzaba a sonreír sin más. ¿Estaba de broma o qué? - ¿Me estás vacilando? – Dijo ella enfadada… - Con lo bien que ibas y siempre lo tienes que… - Entonces la mano de Yunho comenzó a subir el tirante
-Estamos a mitad de Noviembre y hay exactamente 8 grados en la calle. Y tú... – Dijo haciendo una pausa. – Vas en tirantes… - Y terminó de subirle el tirante justo en el momento en el que Eun mí se llevó la mano al hombro, haciendo que sus manos se rozaran. Ella le apretó la mano. Y él se acercó para besarla. Eun mi cogió la mano de Yunho y la retiró de su hombro para colocarla en su cintura. Mientras ella paseaba su mano libre por debajo de la ajustada camiseta de este. El beso comenzó a hacerse más profundo. Justo en ese momento Changmin se asomó por la puerta.

- ¿Yunho? Te has dejado la puerta abier… - Yunho le hizo un gesto con la mano para que le dejara en paz y empujo suavemente a Eun mi hacia dentro de su casa. Changmin suspiro de alivio o de cansancio no está muy claro aún y cerró la puerta. “Por fin...” susurró para sí mismo y continuó estudiando.

Eun mí se deshizo de la camiseta de Yunho después de tirar fuertemente un par de veces. Él la ayudó porque al ser más alto que ella la costaba más. Yunho la guió hasta que llegaron al sillón donde la tumbó despacio, para después quitarla la fina blusa de tirantes, acariciándola cada poro de piel que dejaba al descubierto.

Las agitadas respiraciones se escuchaban por todo el salón, Eun mi besaba el abdomen de Yunho hasta llegar a sus clavículas y el cuello, Yunho mordía sus labios intentando acallar los gemidos incontrolables pero era un trabajo inútil. El roce era perfecto y homogéneo. Para hacer 10 grados fuera parecía que vivían en el desierto..

De pronto Yunho se levantó tirando de Eun mí. Rodeándola por la cintura con sus brazos comenzó a quitarle el resto de la ropa que le quedaba mientras ella le dirigía hacia la habitación. El sillón se les quedaba pequeño. Sus ropas iban cayendo indiscriminadamente por cualquier zona o parte de la casa, pero tampoco es que le dieran mucha importancia. Sus labios fundidos no dejaban pasar ni una brizna de aire entre ellos, ahogando sus sonoros gemidos.

Ni siquiera sabían dónde comenzaba la cama, simplemente se dejaron caer. Sus sudorosos cuerpos se unieron a un mismo ritmo sin dejar tregua a sus labios ni un solo momento.

Sus manos se entrelazaron después de estar danzando por sus cuerpos, acariciando cada zona de ellos. El ritmo cada vez era más intenso, cada vez más fuerte y el oxígeno cada vez más necesario.

Si a Yunho le quedaba alguna duda sobre si Eun mi sentía algo por él, esa noche se solventaron todas.





Nota: Antes de leer el capitulo 11 pasaros por el capitulo 10,lo subi mal y faltaba un trocito del final. Trozo importante.Eso es todo.


Gracias a todos los que os pasais por aquí a leer este
fanfic. ¡Ya queda menos! Tan solo tres capitulos!
Alba.

1 comentario:

  1. Vale, definitivamente el personaje de Yunho es un amor! Es tan dulce y tierno~~ Tiene que quedar con la Eun Mi, y a Jae que le den! Veo ya pocas posibilidades de que pueda cambiar en un futuro.

    ¿Y ahora Yoochun se dirige a Eun Mi como si nada? ¿Después de que le dejara plantada antes de la boda?

    Por que se acaba ya el fic?! *sniff*

    -Yiyi-

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