Precious Love Cap 10
Capitulo 10
Hay acciones que desencadenan en errores, que te cierran puertas, te ahogan y te intentansumergir en lo más hondo de tu corazón.
La interpretación de la realidad es tan subjetiva, que suele jugar malas pasadas. Una mirada, una caricia… un beso… confiamos plenamente en el sentimiento que nos transmiten, cerrando los ojos y abandonándonos al placer y al deseo del contacto y el afecto. Pero no siempre es real lo que sentimos…. Porque en el juego del amor todo es subjetivo.
El lanzarte al vacío con una venda en los ojos, decir "yo te quiero" de manera precoz… jugar con los sentimientos de la gente, es tan sencillo que resulta peligroso. ¿Quién te dice cuando realmente estás enamorado de alguien? ¿Cuándo ves que regala sus besos a otra persona y sientes que te clavan un puñal en el pecho? ¿O quizás cuando ves que un detalle tonto se queda en eso… en un detalle y quieres más? ¿Cuándo no eres capaz de quedarte quieta teniendo a esa persona alrededor…manteniéndote alerta a cada movimiento, mirada o palabra?
Lo más duro, es asumir que es el final. Que podéis encontraros de nuevo y cruzar dos palabras, mientras en tu mente repasas las conversaciones de horas. Y lloras. Lloras por saber que es inútil el esfuerzo de anhelar a alguien que no te anhela… Que aunque tu corazón grite, llore o patalee y todo el mundo lo vea, esa persona no volverá. Porque se ha acabado y te preguntas cosas como; ¿cómo fui tan tonta y no lo vi? Ahí es cuando nace el miedo. Miedo a usar o a que te usen.
¿Cuándo sabes que algo nuevo empieza y que es real o posible? Los más pequeños detalles como cuando te colocan el tirante de una camiseta que se ha deslizado por tu hombro sin darte cuenta, una sonrisa para aliviar tu llanto, una broma para aliviar tu pena, cogerte las manos y frotarlas para calmar el frio… hace que el corazón palpite tan fuerte que parezca que va a explotar.
Ojala fuera tan sencillo como un SMS… una llamada directa del corazón.
"Una vez soñé que íbamos de la mano hacia el mar. La brisa de la costa ondeaba mi pelo, hacia frio y tú me abrazabas. Pero al mirarte no eras tú… y entonces lo supe…. Estaba equivocada.
Y desperté."
Jeong Eun Mí. *Unos días después del alta* Se escuchó la puerta de la calle. Eun mí, que dormitaba en su cama se incorporó del susto. "Vienen a por mí" susurró con una agitada respiración sujetando su costado con el brazo. Dolía.
- Eun_ah… - La voz de Mih wa atravesaba la puerta de la habitación. Eun mí nunca acostumbraba a dormir con la puerta abierta pero desde lo ocurrido lo hacía.
- Estoy aquí.- Dijo Eun mí dejando caer sus brazos cansinamente.
- ¿Cómo te encuentras?
- Bien, deseando curarme de una vez, estoy harta de tanto calmante.
- Ya te dijo el médico que es una recuperación lenta, da gracias que cedió a tus peticiones y no te dejo ingresada una semana como quería. – Dijo Mih wa dejando una bolsa que traía en el suelo y sentándose en la cama. Después de que Eun mi hubiese estado un día más de lo previsto ingresada por el dolor de costillas y los hematomas, la habían dado el alta. No podía hacer movimientos bruscos, ni coger peso ya que podría empeorar su estado. Por suerte respiraba con mayor facilidad. - -Ya… ¿Cómo va todo por el restaurante? – Dijo cambiando de tema.
- Se te echa en falta, tú estás de baja pero la clientela sigue yendo sin falta. – Mih wa se acercó para ayudar a Eun mi a colocarse el arsenal de cojines detrás de la espalda.
- Tengo ganas de salir de aquí, estoy harta del reposo. Tengo muchas cosas que hacer.
- ¿Así? ¿Cómo por ejemplo?
- Encargarme de Jaejoong. Algo puedo hacer seguro.
- Si, darle un par de cachetes en el culo. Ese tío es peligroso y te lo ha demostrado. Te llevo al hospital, pero precisamente porque te encontró en demasiado poco tiempo está la sospecha tras él. Y encima después, tuvo el bonito detalle de ni presentarse a ver como estabas. Sera desgraciado…
- Da igual, no le quiero ni ver. – Eun mi desvió la mirada hacia la puerta quedándose callada durante unos minutos.
- ¿No recuerdas nada de los tíos esos? – Pregunto finalmente Mih wa.
Eun mí no había contado nada de lo que recordaba ni parecía tener intención de hacerlo.
- No, solo tengo imágenes vagas y dispersas de lo que sucedió. Me dijo el médico que podría ser del shock y que en unos días irían apareciendo recuerdos. Me dio cita para el psicólogo, aunque no pienso ir.
- ¿Cómo qué no? Estas asustada. Por mucho que te lo cayes a mí no me engañas. Deberías ir al menos para que te escuchen y te aconsejen bien.
- Menuda chorrada…. Si yo te tengo aquí. ¿Para que necesito un psicólogo? - Dijo Eun mi tirando del brazo de Mih wa para abrazarla, haciendo que esta callera encima suya. – Ahhh jajahahh
- Joder, que brutita… ¿Estás bien? – Pregunto Mih wa incorporándose.
- Sí. Por cierto, ¿De Sang Hee sabes algo? – Pregunto Eun mí con voz de dolor.
- Sí, ha ido a Japón por un viaje de negocios. Al final esa tía va a resultar ser legal.
- Mih wa… - La mirada de Eun mí se clavó intensamente en Mih wa.
- ¿Qué? – Pregunto Mih wa sorprendida por el tono severo de Eun mí y su expresión.
- Es abogada. – Dijo Eun mi seriamente.
- Jajajajajajaja ¡Es cierto! – Dijo Mih wa y rieron a la vez. *Aeropuerto de Narita Tokio – Japón*12:30 de la mañanaEl vuelo procedente de Seúl acababa de aterrizar. Puntual, algo extraño pero cierto. Yunho y Sang Hee recogían su equipaje de mano de los compartimentos del avión y salían al inmenso aeropuerto.
- ¿Tenemos que ir directamente a la reunión?
- Sí, no nos da tiempo a pasar por el hotel.
- Okey. Vamos a sacar los billetes del tren entonces.
Tenían una reunión a las tres en las oficinas de "High Style". Una de las últimas empresas en firmar un contrato con "Balgueonuri". Iban en calidad de accionistas de la empresa, para cerciorarse de que el contrato entraba dentro de los límites legales. Mentira, por supuesto.
Era algo tan sencillo como sacar "de mentira verdad" , algo arriesgado, pero si resultaba, tendrían lo que necesitaban. Pruebas para sacar a Jaejoong de la dirección de "Balgueonuri" y quién sabe si para encerrarle en la cárcel.
No estarían en la capital Nipona durante mucho tiempo, tan solo un par de días. Corea no estaba ni a dos horas de vuelo de Japón pero aun así necesitaban usar el máximo tiempo posible en el país para establecer contactos con más agencias que hubieran recibido propuestas de "Balgueonuri".
Cogieron el tren de alta velocidad que les llevaba al centro de Tokio en más o menos dos horas, yendo con el tiempo justo para ir a la reunión. El taxi les dejó en la puerta de las oficinas de "High Style".
Sang Hee vestida con traje de chaqueta negro con una blusa azul marino llevaba bajo el brazo una carpeta con los documentos necesarios. Yunho, vestido también de traje (cosa que hacía tiempo que no era habitual) llevaba la maleta y el portátil.
Entraron en la recepción y la secretaria les estaba esperando "Por aquí" dijo después de ver sus credenciales y ellos la siguieron hasta una sala de juntas con grandes cristaleras.
- Buenas tardes – Dijeron los principales directivos de la revista.
- Buenas tardes – Y ambos interesados hicieron una reverencia de cortesía.
- Siéntense – Ordeno el director que no aparentaba tener más de cuarenta años. – Soy el director Takashi Nakamura.
- Encantado. Soy Kwang Yunho, vicedirector de "Balgueonuri" y esta es Kyung Sang Hee abogada de la empresa. – Anuncio Yunho con un fluido japonés.
- Me sorprendido su llamada. Pensé que el director Kwang había quedado más que satisfecho con el trato. – Dijo el hombre haciendo gestos con las manos. Estaba intranquilo por la visita.
- Por supuesto, esto tan solo es protocolo. Mi hermano quiere asegurarse que un contrato así no se viene abajo. Y más con las condiciones pactadas.
- Entiendo. Obviamente, después de la oferta que nos hizo era imposible rechazarla. Supongo que tendrá una copia del contrato para ir repasándolo punto por punto.
- Si, señorita Kyung por favor… - Dijo Yunho extendiendo la mano para que Sang Hee le diera el documento. Ella buscaba falsamente en la carpeta, fingiendo haberlo olvidado. Después de unos minutos de silencio en los que todos observaban a la mujer finalmente el director de "High Style" habló.
- Bueno no se preocupen. Les daremos una copia. – El hombre le echo una fugaz mirada a uno de sus empleados que en seguida fue a hacer una fotocopia del documento, mientras, Yunho fingía reprimir a Sang Hee con la mirada por "el gran error". En unos minutos, el empleado volvió.
- Siento las molestias – Dijo Yunho haciendo una reverencia, Sang Hee le imito sin decir nada.
- No es nada. Y bien, procedamos. – Los cinco repasaban el contrato punto por punto. Yunho leía a fondo el documento ya que era la primera vez que lo tenía en sus manos. A primera vista, no parecía haber nada sospechoso, hasta que vio las condiciones que ofrecía "Balgueonuri" a cambio de la firma. Obviamente, no estaba escrito literalmente, pero entre líneas dejaba entender ciertas comisiones que se llevarían tanto de una empresa como de otra.
La reunión siguió su curso. Sang Hee estaba más que contenta. Les había pillado, había ciertas cláusulas del contrato que no eran del todo "aceptables" ante el ojo de la ley. Y sus sospechas se incrementaros durante la conversación posterior a la lectura. Ahí es donde les iban a pillar.
Había cosas lógicas, como que no iban a firmar un documento con acuerdos ilegales para que la policía tenga pruebas tangibles. Así que la clave estaba en los acuerdos verbales. Jaejoong había sobornado a los principales directivos asegurándose de que firmarían el contrato y eliminando competencia.
Durante la reunión Sang Hee recibió una llamada. Disculpándose, salió fuera a hablar.
- ¿Sí?
- …
- Ah, claro. Si… mañana. No hay problema. ¿Tiene todo preparado?
- …
- Perfecto entonces mañana a última hora de la tarde estaremos allí sin falta. Gracias.
- …
- No, no a usted. – Dijo Sang Hee sin poder eliminar la sonrisa de su rostro. Lo tenían.
Entro a la sala y con un una mirada Yunho lo entendió todo. Habían conseguido que los directores de "High Style" firmaran un documento que demostraría los sobornos de Jaejoong. Alegando un "Al director de Balgueonuri no le valen los acuerdos verbales y usted lo sabe bien. Es un hombre de acción" de parte de Yunho, para que después Sang Hee añadiera "A ninguna de las dos empresas le interesa que esto salga de aquí, no corren ningún peligro y así nosotros tampoco".
En cuanto estuvieron fuera de la empresa Sang Hee le explico la llamada.
- Era de "Yes" han aceptado nuestra petición. – Dijo ella metiéndose en el taxi. Yunho le dijo rápidamente la dirección al taxista y continúo la conversación con Sang Hee.
- Estupendo. ¿Cuándo es la reunión?
- Mañana por la tarde. Unas horas antes de coger el avión.
- Bueno, si hay algún problema retrasamos el vuelo. Fue arriesgado llamarles pero… ha merecido la pena, estaba claro que por algo rechazaron la oferta, desde entonces están teniendo muchas pérdidas.
- Su asesor me ha dicho literalmente "sois nuestro último bote salvavidas".
- Pobre gente.
- Me ha asegurado que tiene pruebas de lo que Jaejoong intento ofrecerles, sobornos y demás tratos. Además han ido recopilando información debido a las pérdidas que han tenido. Todo apunta a que "Balgueonuri" tiene acuerdos con otras empresas bloqueando la salida al mercado de la revista. Están muy enfadados y tienen hambre de venganza.
- Lo que necesitamos para darle la puntilla al resto de pruebas que tenemos. – Yunho perdió su mirada por la ventanilla del taxi quedando atrapado por las luces del centro de Tokio. Esta vez… era la definitiva. Se lo había jurado a sí mismo después de lo ocurrido con Eun Mí.
Le habían prohibido la entrada al hospital. Preparando el viaje a Japón no había podido verla el día que le dieron el alta. Estaba preocupado. Tenía a Changmin haciendo vigilancia a en su casa por si acaso la pasaba algo de nuevo, pero el pobre estaba de exámenes parciales en la universidad y no podía estar pendiente las veinticuatro horas del día.
Tenía una extraña necesidad de verla y saber que estaba bien. Que no le habían mentido. No podía evitar sentirse culpable por haberla inmiscuido en todo esto. Quizás… si la hubiese dicho en su momento toda la verdad ella se habría alejado y no estaría involucrada.
Ni siquiera la conocía tanto como para estar tan preocupado por ella, pero en el fondo sabía que algo por dentro cambio cuando la conoció en aquel bar estando ella borracha llorando por su prometido desaparecido. La pesaba la lengua por el alcohol y el llanto, la costaba contarlo pero aun así él tenía la necesidad de intentar ayudarla. Soñó con aquellos labios rojos durante varios días… y la odio por desearla pensando que nunca la volvería a ver.
Y entonces allí apareció, en el piso de al lado. Y se sintió un egoísta por no haber podido echarla de su vida y evitarla algún sufrimiento que otro. Habría sido más fácil para todos.
Ella no lo entendía, a ella no le bastaban las palabras de desagrado hacia Jaejoong para interesarse y descubrirlo por sí misma, porque estaba ciega y él en el fondo seguía pensando que continuaba estándolo.
Él había comportado como un niño trayendo un ligue y otro, comportándose de manera misteriosa para llamar la atención. Gritando sin voz que él estaba ahí y que la intentaba alejar del peligro. Pero… ella no lo entendía.
Por qué no lo entendía ni él.
Yunho siempre había pensado que alguien se enamora cuando conoce mucho a otra persona, sabiendo sus gustos, costumbres y necesidades. Pero definitivamente el golpe le había caído por otro lado. Sin más comenzó a tener interés y más interés. Llegando a mirar por la ventana si aun dormía un domingo a las 10 de la mañana o bajar una y otra vez al portal por si en algún momento se cruzaban. Invitándola hasta la saciedad a cenar aun sabiendo que ella… no lo entendía.
Porque no puedes entender a alguien que no se comporta como realmente es. Y él había estado tras una máscara de odio y rencor durante demasiado tiempo. Le daba miedo el no saber dónde iba a parar con todo aquello. Toda su vida había actuado conforme a sus buenos principios. Eliminando cada error de Jaejoong, tiñendo de color las manchas de suciedad. ¿Pero a que le había llevado todo eso? A no obtener ningún resultado y estaba harto.
Pero es más difícil luchar contra algo cuando no eres tú mismo. Y definitivamente no podía mentirse más y esperar que las cosas se solucionasen solas.
Porque sabía que por suerte o por desgracia. Solo él tenía la solución y no podía permitirse el quedarse de brazos cruzados. Que en algún momento, sus buenos principios le darían una buena recompensa.
Aunque tan solo fuera saber que nadie más la hará daño y poder encontrarse con ella en la escalera una vez más al bajar al portal.
Changmin estaba tirado en la cama de Yunho profundamente dormido. Un hombre de 1.90 de estatura rebosaba en cualquier cama, así que le daba igual dormir derecho o atravesado. Repartidos por el suelo de la habitación varios apuntes sobre materiales, además de escuadras, cartabones, libros y posits…muchos posits. Una pequeña lamparita alumbraba la habitación que estaba claramente desordenada.
Más incluso que cuando Yunho la usaba y superar eso era todo un record.
Tenía la ventana abierta por aquella orden de Yunho: "¡Cuida de Eun mí! ¡Eres su guardaespaldas pequeño padawan!" dijo tontamente, intentando disimular su preocupación. Por suerte, en estos días solo había visto entrar y salir a la que supuso que era la madre de Eun Mí y a Mih wa con Junsu de vez en cuando.
Changmin estando en el quinto sueño navegaba entre diseños y estructuras, materiales de construcción y puntos de luz…cuando un grito le despertó. Pegó un bote en la cama, cosa bastante complicada estando boca abajo, quedándose de rodillas sentado sobre esta. Con los ojos cerrados intentaba agudizar el oído. No se escuchaba nada. Entreabrió los ojos como pudo, luchando contra las legañas y se fijó en la colcha. "Eks…" pensó… estaba babeada... Siempre le pasaba antes de un examen. Babeaba de los nervios.
Se bajó de la cama pisando un par de papeles y clavándose algún lápiz. Changmin era extremadamente cuidadoso. Tan solo había una excepción. Si tenía sueño… era un completo torpe, por eso odiaba que le despertasen sin tener sus rigurosas horas de sueño cumplimentadas.
Casi chocando contra el marco de la puerta al salir de la habitación atracó la nevera. Chupaba la tapa de las natillas cuando se fijó que la luz del salón de Eun mi estaba encendida. Automáticamente miró el reloj que colgaba de la pared que estaba a su espalda: 5:00 a.m.
Era muy tarde para tener visitas.
Rápidamente olvido sus natillas y se cambió. Al principio no estaba seguro de llamar a su puerta, pero sabía que estaba despierta porque la luz de la habitación estaba encendida también.
Después de un par de minutos llamando, Eun mi abrió. Tenía la cadena de la puerta echada y desde luego "buen aspecto" no era el adjetivo idóneo para ella.
- ¿Puedo pasar? – Preguntó Changmin.
- Estoy bien. – Dijo ella cerrando la puerta. Changmin volvió a insistir. Y Eun mi volvió a abrir cansinamente la puerta. – En serio, estoy bien.
- Déjame pasar anda…- Changmin metió la mano en la apertura de la puerta y alargando un poco el brazo desengancho la cadena…
- Vaya método seguro… - Murmuro Eun mi echándose para atrás con la mano en las costillas. El dolor continuaba. Se sentó en el sofá despacio mientras esperaba a que Changmin cerrara la puerta. – Me voy a cambiar de vecindario… los inquilinos de al lado son unos ruidosos pesados y maleducados.
- Dirás ÉL inquilino, yo no vivo ahí.
- Quién lo diría… Y dime... que se te ofrece… ¿Una taza de té? – Dijo mientras observaba a Changmin que se sentaba a su lado en el sofá.
- Me has despertado… Al no oír nada más pensé que no tendría importancia… pero al ver que no estabas dormida, pensé que te había pasado algo.
- Y no la tiene… tan solo es una simple pesadilla. – Dijo Eun mi cogiendo una manta que había entre ella y Changmin y cubriéndose con ella con dificultad. Changmin la ayudó.
- ¿Te encuentras mejor de los hematomas?
- Si, poco a poco se van yendo. Lo que más tarda es el costado… ya lo dijo el médico. – Eun mi se recostó un poco sobre el sofá – Te puedes ir… estoy bien.
- Me han encargado que cuide de ti.
- ¿Sang Hee? – Preguntó ella extrañada.
- No, Yunho.
- ¿¡Yunho!? – Le pillo por sorpresa, seguramente por la hora… pero la verdad es que no se esperaba que Yunho la dejase a cargo de alguien y más sin haber sabido nada de él desde el día en la agencia. No le había visto en el hospital y ni siquiera estaba en casa cuando ella llego al piso convaleciente. Tampoco había tenido oportunidad de hablar mucho con Sang Hee el día del alta, pero suponía que él se había tenido que enterar de lo ocurrido, al fin y al cabo Sang Hee y él se conocían desde hacía años.
- Vuelve mañana de Japón, esta con Sang Hee resolviendo unos asuntos. Ha estado muy preocupado por ti.
- Y te deja a ti como mi niñera… - Changmin torció el gesto.
- ¿Eso para ti es bueno o malo? – Pregunto.
- No siendo ni Jaejoong ni Yunho ya eres más que bueno. No les aguanto.
- No son comparables – Dijo Changmin seriamente. Eun mí se quedó callada. – Son como la noche y el día.
- Son hermanos, algo en común tienen.
- La sangre.
- Y el carácter.
- No les conoces. – Dijo Changmin seriamente. – No te puedes ni imaginar, de lo que es capaz Jaejoong, de lo que ha hecho a lo largo de su vida…. Yunho en cambio…
- Sang Hee me contó algo, pero la imagen que dio de Yunho, y la que tengo yo… no encajan.
- Yunho es imbécil. – Changmin se recostó sobre el sofá… nada mejor que una relajante conversación de madrugada para comenzar el día.
- Creo que en eso… coincidimos todos. – Dijo Eun mi sonriendo recordando las mismas palabras dichas por Sang Hee días atrás.
- Es lo único real que muestra de su carácter últimamente. De un tiempo a esta parte, de cara a la galería es un tío borde frio que no se interesa por nada, tan solo en lo superficial. Pero realmente, su esencia…es la misma que ha tenido siempre. Yo siempre he sido una persona muy desarraigada… pero cuando Yunho comenzó a comportarse de esta manera… me eche encima de él, supongo que….- Changmin se quedó parado pensando unos segundos. – Que él era todo lo amable y caballero que yo no era…y a cambiar su actitud, yo también cambie compensado esa falta.
- ¿Le admiras?
- Hum…Pche… - Changmin giro los ojos poniéndolos en blanco para luego volver a dirigir su mirada a Eun mí. – Digamos que…aunque el repita eternamente que no, le debo todo lo que soy. – Su expresión cambio a ternura…Eun mí se fijó en la mirada de Changmin, perdida y se podría llegar a decir que era incluso cristalina… - Yo no era un buen chico. Y aun así, el me ayudo. A expensas de todo lo que dijera la gente. Enfrentándose a tierra mar y aire… por eso… odio tanto a Jaejoong. – Eun mi prácticamente ni respiraba, para escuchar claramente a Changmin. – He soñado… muchas veces con tener familia, con compartir mi sangre con Yunho. No estoy orgulloso de mi pasado pero se… que sin cambiar ni un solo acto de mi vida, ni una sola pieza de mi personalidad, Yunho habría luchado por mi…él lo intento por Jaejoong pero lo despreció todo…- Changmin miro directamente a Sang Hee… dejándola paralizada ¿Changmin tenía un pasado oscuro? - Jaejoong y yo… no somos tan diferentes… pero yo no habría desaprovechado la oportunidad de cambiar… no soy tan rematadamente gilipollas como él. Es nuestra gran diferencia.
- No aparentas ser… lo que intentas dar a entender. – Dijo Eun mi a trompicones
- He cambiado mucho a lo largo de mi vida. De vivir en la calle y dedicarme a robar a estudiar arquitectura en la universidad de Seúl… hay un gran abismo.
- ¿Cómo os conocisteis Yunho y tú?
- Por Jaejoong. Le…. Le robe a un amigo suyo, yo no tenía ni idea de quienes eran. Solo aparentaban ser unos niños pijos borrachos por una zona poco aconsejable de la ciudad. Pero resultaron ser algo más que unos simples niños pijos…Me persiguieron hasta un callejón y me rodearon. Me pegaron una paliza que me dejó prácticamente sin conocimiento. Y entonces el chico al que había robado comenzó a decir que le dejaran solo...
*Flashback*
- ¡Túúúúú´miiierdaaa que eres un mierda! – Gritaba el amigo de Jaejoong dando vueltas alrededor de un Changmin con tan solo 15 años de edad. El resto de jóvenes de 18 años rodeaban a los dos involucrados jaleando y tirándole cosas a Changmin. - ¿Qué pasa? Mama no te da dinero para comer ¿o qué? ¡Te voy a enseñar yo lo que se les hace a los que roban! – En ese momento el joven que amenazaba a Changmin se le echo encima pegándole aún más. Changmin no se podía defender, estaba medio desmayado a causa de los golpes. Una lejana sirena de policía se escuchó y todos los jóvenes que rodeaban a los chicos se lanzaron a por el amigo para que dejara a Changmin en paz. Jaejoong observaba desde un segundo plano con un pitillo en la mano, al lado Hyung Joong sostenía una cerveza riéndose tontamente.
- ¡Ehhh! – Grito Jaejoong y todos pararon inmediatamente. Se acercó al círculo que se fue abriendo lentamente hasta llegar a su amigo y a Changmin. Posó su mano derecha en el hombro de su amigo y este se levantó de inmediato. Puso el cigarrillo en la boca de su amigo y metió su mano izquierda en el bolsillo de la chaqueta, sacando una navaja. – Joder…. ¿Sabes de quien es la culpa de todo esto? - Le dijo a Changmin agachándose haciendo que inmediatamente su amigo se agachara con él… - De Dios. – Y comenzó a reír... al unísono se unieron el resto de los compinches. – Shhhhhh callaros… quiero que me escuche bien, entre tanta mugre no creo que me pueda ver…. ¿Sabes por qué la culpa es de Dios? – Le volvió a preguntar a Changmin sabiendo de sobra que no le podría contestar debido a su estado… Aun así, el pequeño parecía comenzar a espabilarse un poco intentando enfocar con la mirada desde donde procedía la voz que le hablaba – Porque… desgraciadamente, Dios, te dio manos para robar…. ¡ohhhhhhhhh! – Dijo Jaejoong haciendo aspavientos con las manos para que el resto dijera "¡oh!" a coro con él. – Yo, no soy dios… pero… para que veas, que creo buenas personas como nosotros… lo mejor será que te cortemos las manos y así… no volverás a robar. ¿A que sí chicos? – Y todos contestaron "¡siiii!" alto y claro. Jaejoong giró su cara riéndose al igual que su amigo al que aun sostenía por el hombro con su mano derecha. En ese momento se escuchó una voz
- ¡Jae! ¡Jaejoong hyung! – Se escuchaba desde la entrada al callejón... una sombra se acercaba al tumulto de gente. – Déjale… vamos a casa. – Yunho por ese entonces tenía 17 años
- ¡Puto niñato! ¡ME METERE EN UN LIO POR TU CULPA! – Grito Jaejoong dejando caer la navaja justo al lado de Changmin. - ¿Qué haces aquí? ¿Eh? – Se dirigió a él rápidamente haciendo "eses" por los efectos del alcohol.
- ¿Qué haces tú aquí que no estás en casa? Mama está a punto de llamar a la policía.
- ¿Y qué? Sabe de sobra que voy a volver.
- Si en cuanto te gastes toda la pasta ¿no?
- Tu… a mi… no me cuestiones – Y Jaejoong golpeo fuertemente la cara de Yunho, que aguantó el golpe y se lo devolvió. En ese momento el amigo de Jaejoong, que se había quedado en el mismo sitio, murmuró algo como "siempre igual" y se abalanzó a coger la navaja, entonces Changmin se adelantó rápidamente. El grupo se dividió entre separar a los hermanos y ayudar al amigo a acabar el trabajo. Solo se oía un gran jaleo proveniente de los dos grupos cuando entonces…
- ¡Changsun_ah! ¡Changsun_ah! – Gritaban todos. En el forcejeo Changmin había apuñalado al amigo de Jaejoong. Justo llego el coche de policía que rondaba minutos antes la zona y todos se dispersaron menos Jaejoong, Yunho, Changmin y el casi difunto Changsun. A pesar de la rapidez de la ambulancia… no se pudo hacer nada…. Estaba muerto.
*Fin Flashback*
- Yo caí desmayado y lo siguiente que recuerdo es el interrogatorio en el hospital. Lo más sorprendente para mí, fue que Yunho me ayudó presentándome a Sang Hee. Su padre ejercía por esa época y consiguió que por mi edad y demás factores como que vivía en la calle me enviaran a un centro de menores. Allí con el apoyo de Yunho Y Sang Hee que venían a visitarme todos los días de visita me saque el graduado… y aquí estoy. Hay veces que me siento culpable de la relación entre Yunho y Jaejoong… desde que ocurrió aquello, Jaejoong, al ver que su hermano me ayudaba le tenía enfilado. Siempre pensé que estaba celoso de mí. – Changmin había vivido en la calle… Eun mi jamás habría podido llegar a esa conclusión, ella tenía una imagen impecable de él, como la que se tiene de un chico educado en una escuela de bien. Muchas veces había pensado la situación inversa, que Yunho era el callejero. Desde luego que llevaba meses haciendo el ridículo, creyendo que sabía perfectamente lo que hacía y en realidad… ni siquiera se aproximaba a la solución del problema.
- Yo… jamás pensé que Jaejoong… llegase hasta ese punto.
- Nadie lo piensa. Por eso es tan peligroso. Lo mejor que te puede pasar es que no se fije en ti… y tú desde luego has tenido muy mala suerte.
- Eso... parece… - Eun mi reflexionaba sobre la nueva información.
- Yunho vuelve mañana. – Dijo Changmin levantándose de repente.
- Ah… ¿Ya te vas?
- Si, mi tarea está cumplida. ¿Estás bien ya, no? Estoy de exámenes finales. Debería estudiar, tú relájate…
- Eh… sí, sí claro. – Changmin se levantó, más lentamente Eun Mi le imitó.
- Si te he contado lo de Jaejoong, es para que no te quede ninguna duda de cómo es él. Pero sobre todo, para que no compares a Yunho con él. Por qué no tienen nada que ver… y creo que no se merece que le comparen con su hermano. Es imbécil, pero un buen tío. – Dijo ya abriendo la puerta. Eun mi le seguía despacio aun envuelta en la manta.
- Changmin, gracias. – Dijo ella tímidamente.
- De nada. – Y cerró cuidadosamente la puerta. Eun mí se quedó unos minutos mirando fijamente la puerta cerrada. Necesitaba descansar.
*Aeropuerto de Icheon. Seúl - Corea del Sur*
“Los pasajeros procedentes del vuelo CH-1294 acaban de desembarcar por la puerta J20”No hacía mucho tiempo desde que había pisado su tierra por última vez… tan solo unos meses. Nunca había tenido ganas de dejar su país… tan solo de evitar una boda inminente a la que no estaba preparado. Salvando otros muchos inconvenientes de ese enlace... Como por ejemplo, que ya sería un hombre casado y tendría que tener mucho más cuidado para no ser descubierto con sus amantes. Tendría que ocuparse de una familia y su vida de juerga y poco esfuerzo se acabaría con un “si quiero”.
El destino le había llevado a ser uno de los jefazos de una empresa de cosméticos en China, pero el destino, tan astuto como siempre, además de eso le había embarcado en un viaje a Seúl para hacer una propuesta a una de las mejores y más valoradas agencias de modelos y publicidad. “Balgueonuri”.
Justo antes de embarcarse en un vuelo hacia Seúl, su jefe le había pasado el informe sobre el proyecto en el que estaban trabajando. Se rumoreaba por las empresas más importantes del gremio cosmético y textil que había una modelo que estaba rompiendo todos los esquemas por su naturalidad y su buen trabajo con la compañía. Que la reputada “Balgueonuri” lo había conseguido de nuevo. Y la empresa de cosméticos quería un éxito seguro en su lanzamiento.
La querían a ella.
Y en cuanto Park Yochun vio su nombre y su foto… lo decidió… quizás ahora era momento de volver y plantearse ciertas acciones que había resuelto mal.
Él nunca pensó que Jeong Eun mi cambiara su actitud de niña buena e inculta que trabajaba e un restaurante. Y si, era guapa pero no la llamaba la atención más que por eso… pero ahora le comía la curiosidad de cómo había llegado hasta allí y por qué… Y ahora era el momento para averiguarlo.
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O__O Pues sí que era importante el trozo final de este capítulo!! Yoochunnie ha vueltoo! Lo sabía! Pero... otra vez lo pintan de mujeriego? Si es que su naturaleza playboy sobresalta demasiado.
ResponderEliminarChangmin, quien imaginó que podía ser un delincuente juvenil?
-Yiyi-