lunes, 4 de abril de 2011

Precious Love Cap 7


Capitulo 7


Llegamos a una zona residencial, las casas de diferentes estilos arquitectónicos se camuflaban entre los árboles. Después dar un par de vueltas por las estrechas calles finalmente paramos frente a una gran puerta de color marrón, la fachada de la casa era moderna. La puerta comenzó a abrirse y nos metimos en el aparcamiento.

- Por aquí. – Dijo Sang Hee bajando del coche yendo hacia una puerta.

La seguí. Las escaleras que daban a la planta baja de la casa eran de metal. En la pared derecha un gran ventanal iluminaba el lugar. Por él se veía parte de la zona residencial. Era muy extensa.
- Vamos a mi despacho estaremos más cómodas allí. Que nadie nos moleste.- Está bien. – Dijo una de las empleadas que andaban por allí. Un señor mayor bien vestido leía el periódico sentado en el moderno sofá del salón
- Es mi padre, - Dijo al ver que le miraba con atención.
– Cuando lee los sucesos odia ser molestado. Supongo que se dedicará a pensar en cómo resolvería él ese caso…tiene la misma concentración que cuando preparaba un caso.
- ¿Él también es abogado? 
- Uno de los mejores… - Entramos en el despacho de Sang Hee. Un gran ventanal daba luz a toda la sala repleta de estanterías con archivadores. Nos dirigimos al escritorio que estaba al fondo de la sala. – Fue el abogado de la agencia "Balgueonuri" desde que se fundó. Cuando Iseul murió…todo cambio. Demasiado. ¿Deseas tomar algo?
- Dijo invitándome a sentarme con un gesto de su mano.- No, quiero saber qué es eso que tanto interés tienes en contarme. – Dije yo seriamente.
- Pensé que eras una chica más lista. – Dijo ella sentándose en el sillón negro que presidia la mesa, mientras yo me sentaba en una de las cómodas sillas que estaban frente al escritorio.
– No me mires así. Es la verdad. ¿Quién sino una estúpida se deja liar por Jaejoong?
- Si he venido a que me insultes yo… - Dije haciendo amago de levantarme.
- No, no. No te vayas. Además las dos sabemos que es cierto lo que te estoy diciendo. Los príncipes no existen. Son todos lobos disfrazados de corderos. Lo cierto es, que Jaejoong se lo sabe montar bastante bien. Un par de mentiras…una chica mona… Y definitivamente lo que más juega a su favor es su belleza. Pero las cosas que hace no van con su aspecto externo.
- Ves al grano, de eso me he dado cuenta ya. He descubierto más cosas en dos días que en todos los meses que llevo conociéndole.
- ¿Qué tipo de cosas?
- Por ejemplo que Jaejoong y Yunho son hermanos. Jaejoong me había mentido respecto a Yunho. Y este otro ni siquiera se había molestado en decírmelo.
- No se consideran familia. Su relación no es buena
- Algo he podido comprobar hoy.
- Jaejoong es el hijo mayor de Iseul y Ho Sun. Pero ha sido un desgraciado toda su vida. Metiéndose en problemas, abusando de su posición de dinero hacía lo que le daba la gana. Él y sus amigos se dedicaban a salir de fiesta, pegarse con el primero que pasara y ligar. Pero su madre le tenía en palmitas y nunca hizo nada por detenerle engañándose así misma con que su hijo era perfecto. Esa ha sido toda su vida. – Dijo Sang Hee recostándose sobre su silla sin dejar de mirarme fijamente.
– Por el contrario Yunho... siempre ha sido el hijo modelo. Era Yunho el que se encargaba de "borrar las huellas" de lo que hacía Jaejoong. Acababa de entrar en la universidad cuando le descubrieron la enfermedad a Iseul, haciéndose también cargo de ella junto a su padre. Jaejoong se había marchado a EE.UU por unos meses, supuestamente para alejarlo de los problemas que tenía aquí, pero tratándose de Jaejoong allí también se los busco. La única diferencia fue que Yunho no estaba para ayudarle.
- ¿Jaejoong no fue a la universidad? – Pregunté.
- No, compro el título. Creo que la única vez que ha ido por allí fue para hacerse la foto oficial con el rector. Además no le hace falta ya que los contratos los firma a base de favores que les hace a los directivos de otras empresas…Un regalito por allí…una guapa modelos por allá... Tiene un montón de gente muy cualificada para hacer lo que a él le da la gana. Jaejoong solo se lleva la pasta y se lía con las modelos.
- ¿Y Yunho? ¿Si sabe que Jaejoong está usando la empresa con esos fines por que no hace nada? – Dije escandalizada con la actitud de Jaejoong. Después de cómo me había tratado esta tarde me lo creía todo.
- Yunho es imbécil. – "Estoy de acuerdo" pensé
– Ha dedicado su vida a estudiar, cuidar de su hermano e intentar que su madre no perdiese la imagen que tenía de Jaejoong. Cuando su madre murió pensaba que la compañía quedaría en sus manos ya que era el mejor para el puesto. Su padre lo sabía todo. "Balgueonuri" era lo más importante para él después de su familia y le prometió a Yunho que hablaría con Iseul al respecto, no quería que la empresa se viniera abajo. Entre Ho Sun y Yunho siempre ha habido una relación más estrecha que la de padre e hijo, eran amigos, colegas…pero su padre no puedo hacer nada y para la sorpresa de Yunho… él solo heredo un 20% de las acciones frente al 60% de Jaejoong y creyó que su padre le había traicionado.
- ¿Cómo? ¿Pero y Kwang Ho Sun cuanto heredó?
- Su madre le dejo más de la mitad de la empresa a Jaejoong. Ho Sun solo tiene el 10% y la casa familiar, mientas que el otro 10% está repartido en acciones más pequeñas.
- Pero no lo entiendo… ¿su padre no pudo hacer nada?- No se puede hacer nada si el testamento es legítimo.
- ¿Entonces por qué Yunho cree que su padre le traicionó?
- Es imbécil ya te lo he dicho. Por mucho que hubiera hablado su padre con Iseul, ha sido el propio Yunho el que ha ido forjando la imagen de hijo perfecto de Jaejoong. Y con tal de echarle las culpas a otro que no sea él mismo… Lo único que se le ocurrió hacer fue dejar la universidad a punto de terminar la carrera, largarse de casa e intentar olvidarse de todo, pero es complicado cuando ves que encima las cosas le van bien a Jaejoong. Yunho sabe mejor que nadie como es Jaejoong y si está triunfando con la empresa…es porque algo sucio anda haciendo detrás.
- ¿Y Ho Sun sigue manteniendo buena relación con Jaejoong después de todo lo que hace?
- Ho Sun acaba de perder a su mujer, lo único que le queda de ella son sus hijos y su empresa…ya ha perdido al más importante… no quiere perder nada más, y mientras a Jaejoong le salgan bien los chanchullos la empresa seguirá sobre ruedas y algo menos en lo que pensar.
- Esto es alucinante… No me puedo creer que las cosas resulten así…- Pues es la verdad. Encima el desgraciado de Hyun Joong es bueno en su trabajo… y hace todo "de manera legal" al menos todo lo aparentemente legal que se puede. Si Iseul levantara la cabeza…
- ¿Y no se puede hacer nada?
 - Claro, he estado investigando los movimientos de Jaejoong desde que entro como director. Tengo algunas pruebas de ciertos contratos no muy legales con algunas empresas. El problema es que no son pruebas definitivas. Pero eso él no lo sabe y gracias a eso puedo jugar con ventaja. Hay que ir poco a poco.
- Que sinvergüenza… ¡ojala y mi contrato fuera ilegal!
- No creo, los contratos con las modelos es lo único demasiado legal. Lo hacen para teneros bien atadas y no poder huir tan fácilmente. Y más y si le dais dinero como por ejemplo tú. Le has salido más rentable de lo que pensaba. - Ya pero yo no quiero estar ahí más... esto era provisional hasta que pagara mi deuda y estoy a punto de terminarla en cuanto cobre este mes ya. Tal y como andan las cosas me quiero largar de "Balgueonuri" cuanto antes… el problema es que tengo el contrato ese que me obliga a quedarme.
- Mira… cuando hay dinero de por medio y gente tan ambiciosa las cosas son así de radicales. Quizás el tema del contrato te sea más útil de lo que piensas.
- ¿Cómo? – ¿a qué se refería?
- Estas obligada a estar ahí hasta que se termine tu contrato. Pues mientras que estés dentro y les seas rentable no te harán nada. Por el contrario tú, si te manejas bien puedes descubrir ciertos asuntos que nos pueden beneficiar para acabar con esta situación. Al fin y al cabo si quien termina investigando es la policía la empresa se hundirá. No te estoy obligando, es peligroso, solo digo que puedes verlo de ese punto de vista… ya no investigar tu… sino informarnos a nosotros.
- Entiendo…
- Sé que es raro el que te pida que confíes en mi ahora…
- Sang Hee alargó su mano por el escritorio hasta que toco la mía.
– Nunca hemos tenido relación y ahora después de lo que sabes de Jaejoong intuyo que no debes querer fiarte de nadie. Pero es el momento. De verdad. Piénsalo. Necesitamos tu ayuda.

Estaba hecha un lio. Todo lo que había pasado… me cuadraba con la versión que me había dado Sang Hee de la vida de Jaejoong. Ahora entendía porque a Jaejoong le interesaba mentirme. Quería que trabajara para él. Y diciéndome que era un aprovechado al que le encanta el dinero no iba a conseguirlo. Sin venir a cuento me había involucrado demasiado y ahora estaba metida hasta el cuello. Si quería salir de allí y retomar mi vida normal y corriente tenía que ayudarles.

- Dentro de un par de días hay una fiesta a la que estoy obligada a ir. – La dije finalmente después de pensar unos minutos.
- ¿Una fiesta? – Dijo ella.
- Si, Jaejoong me ha dicho que estoy obligada a ir ya que irán varios representantes importantes...
- Peces gordos eh… - Sang Hee cruzó sus brazos sobre el escritorio.
- Sí, eso parece.
- Pues ya que estas obligada a ir, estate muy atenta. En esas fiestas no se suele charlar tranquilamente. Sobre todo ves con mucho cuidado. Ahora eres modelo y tu fama está subiendo como la espuma. Intentaran abordarte como sea.
- No creo que Jaejoong me haga nada.
- En ese tipo de fiestas el menor de tus problemas será Jaejoong. De hecho si te quedas junto a él toda la noche será lo mejor que puedas hacer. Con cualquier cosa avísame este es mi número. – Sang Hee me entrego una de sus tarjetas en las que venía un número fijo y un número de móvil.
- Gracias.
- Te acerco a casa. Tengo que ir a hacer unas cosas por esa zona.
- Gracias. De verdad.
– Aun no me fiaba de ella al 100% era la primera vez que intercambiábamos un par de palabras. Pero había sido bastante reveladora la charla que habíamos tenido. Lo más conveniente ahora mismo era rodearme de gente que me quisiera sacar de allí. No quería trabajar más para Jaejoong. Me sentía agradecida por lo que Sang Hee estaba haciendo por mí.

La conversación con Mih wa fue de horas. Estaba atónita sin saber que decir por todo lo que había ocurrido. Ahora debía centrarme en esa fiesta y en el trabajo en el restaurante.
Después del incidente en la agencia no había vuelto a ver a Yunho. Y desde luego en casa no estaba porque no se oía un alma. Tenía que hablar con él. No iba a perdonarle tan fácilmente que no me hubiese contado lo de que eran hermanos. Pero después de lo que me había contado Sang Hee, me sentía mal por no haberle obligado a que me contara la verdad. A pesar de eso, él se había comportado como un capullo conmigo, independientemente de su relación con Jaejoong.

Al día siguiente volví a la agencia por la mañana Sang Hee me aconsejó que debía cambiar de actitud si quería averiguar algo. Si estaba tan a la defensiva solo lograría que sospecharan de mí. Así que fui a "disculparme"

- Jaejoong ¿puedo pasar? – Dije abriendo la puerta de su despacho.
- Adelante. – Hyun Joong estaba frente a Jaejoong sentado en una de las sillas del escritorio. Yo me senté a su lado.
– Que deseas.
- He estado pensando. – Dije yo.
– En lo que dijiste…y bueno, creo que dije cosas que no pensaba realmente.
- Aha… - Jaejoong miró a Hyun Joong con cara de satisfacción. Lo más seguro es que se esperaran que una chica como yo, que se había dejado manejar tan fácilmente, no hiciera gran cosa contra ellos.
– Continúa...

- Bueno lo que quiero decir, es que este trabajo me gusta. Y no voy a echarlo a perder ahora que parece que me empiezan a ir bien las cosas. Creo que es una buena oportunidad profesional y hare lo que sea para avanzar en mi carrera.
- ¡Vaya! Realmente me das una alegría. Igualmente, tampoco habrías podido hacer otra cosa ¿sabes? Es lo mejor que has podido hacer. Créeme. – Me dijo Jaejoong levantándose de la silla para venir a mi lado y posar sus manos en mis hombros.
– La discusión de ayer fue muy desagradable para mí, odio ponerme así contigo… hubiese preferido no hacerlo nunca…
- Lo sé, para mí también fue… complicado. – Hyun Joong tenía su brazo posado en la mesa apoyando su cabeza sobre él. Me miraba fijamente. Él sería el más complicado de convencer.

 Al fin y al cabo, había tenido nada de trato conmigo. En cambio Jaejoong si me había tomado por tonta una vez, lo haría una segunda. Solo tenía que hacer lo que él quisiera y punto.
Estuvimos hablando sobre los detalles de la fiesta. Justo lo que necesitaba saber. Sería una privada y había que entrar con invitación. Trajes finos, catering exquisito y gente importante. Iría con Jaejoong al lugar y estaría con el toda la noche según me dijo. Nos despedimos amablemente después de que estuviera un buen rato contándome detalles de lo que se podía hacer y lo que no. Si habla Jaejoong, no hablo yo. Si me preguntan, contesto. Esas eran las únicas órdenes.
Él quería asegurarse de que yo no hablaba más de la cuenta. Simplemente iría para hacer bonito.
Salí del despacho de Jaejoong dirigiéndome directamente al ascensor. Para mi sorpresa cuando entre Yunho estaba apoyado en la pared de este. Vestía un peto blanco hasta las rodillas. De su cuello colgaba una cámara Sony de última generación. Estaba entretenido mirando las fotos en la pantalla de la cámara cuando alzo la vista y me miro.

- Buenos días. – Dijo Yunho esbozando una sonrisa de medio lado
- ¿Qué haces aquí? – Le dije mirándole extrañada.
- Trabajo aquí. Soy fotógrafo ¿recuerdas?
- ¿Y desde cuando trabajas aquí sí se puede saber? Se supone que tu presencia estaba vetada.
- Ya ves, el dialogo siempre ayuda en estos casos. – Le di la espalda mirando a las puertas del ascensor. Pasando de él.
– Supongo que estarás agónica de tener que verme aquí y tenerme también de vecino. 

- Si, ahora mismo ardo en las llamas del infierno con tu maldita presencia. – Su postura chulesca reflejada en las puertas de metal me estaba poniendo enferma. Era un imbécil rematado.
 - ¿No me vas a decir que es eso tan importante que me querías contar?
- No. Aquí no.
- ¿Prefieres contármelo en casa con una cena a la luz de las velas? O caya…tu novio se enfadara
- No tranquilo, tu hermano no me dirá nada.

En ese momento un "clink" aviso que habíamos llegado a la planta baja. Las puertas automáticas se abrieron y salí directamente sin darle tiempo a que dijera nada más. Ya tendría tiempo para gritarle tranquilamente ahora tenía que prepararme para una fiesta.
Llame a Mih wa. Necesitaba un traje caro y fino. Había ganado dinero más que suficiente en estos pocos meses para pagar la deuda y es más, tenía incluso un poco de dinero ahorrado. Aun así no me había comprado nada lujoso, ni mucho menos más ropa de la que Jaejoong me regalo. Ahora necesitaba algo que ponerme y él amablemente, supongo que para ganar puntos con la "tonta Eun Mi" me dio el dinero más que suficiente para 5 trajes y complementos.

Era el gran día. Sang Hee y yo quedamos en su casa para arreglarme. Mientras me iba contando pequeños trucos con los que sacar información. El plan no iba a ser muy complicado, simplemente era hacer acto de presencia y empaparme de todo lo que pudiera ver y oír.

Un taxi me llevo hasta casa donde Jaejoong me esperaba más que bien vestido para llevarme con él. Esta vez iríamos con chofer. Había cambiado su coche por un BMV negro.
La fiesta se celebraría en un caro hotel de lujo a las afueras de la ciudad. Llegamos en media hora. Había poca seguridad para ser una fiesta privada. Habían reservado la última planta y la azotea donde se concentró todo el mundo. Bajamos del coche y un botones nos abrió la puerta ayudándome también a bajar del automóvil. Nos escoltaron hasta los ascensores subiendo con un grupo de invitados al que Jaejoong saludó presentándome a mí después.
Ya casi había anochecido y desde la azotea del hotel se veía el centro de Seúl en la lejanía, como iba encendiendo sus luces. Jaejoong no hacía más que pasearme presentándome a un montón de directivos de diferentes empresas además de dueños de más compañías de modelos. Se palpaba la rivalidad entre empresas, los saludos eran fríos y las miradas de las modelos reflejaban competitividad y celos.

La noche avanzaba tranquilamente, me habían "aparcado" en un grupito de modelos que hablaban sobre la última pasarela de moda en Paris, mientras Jaejoong me observaba detenidamente hablando a la vez con varios empresarios. Así no iba a averiguar nada. Jaejoong pareció leerme el pensamiento ya que me hizo un gesto con la mano para que me acercara a los sillones donde estaban.

- Disculpadme. – Dije al grupo de chicas haciendo después una reverencia que ellas correspondieron.
- Eun Mi…te presento al señor Kim Yung Min director de la revista de moda "Victory" 

- Encantada – Le hice una reverencia.
- Yo sí que estoy encantado. - Dijo haciéndome un gesto con la mano para que me sentara - Le estaba diciendo a tu jefe que ha tenido una suerte increíble teniéndote de su lado. Quiero que salgas en portada para la nueva colección de "Gucci" Tengo a una quincena de agencias y ni te digo las modelos que van detrás de esa campaña. Pero sé que tú eres perfecta para ese puesto.
- Estoy muy agradecida. Lo hare bien.
- Claro que si… - Dijo Jaejoong posando su mano en mi hombro.
– Esa es la magia de Eun mi. Lo espontánea y natural que es en las sesiones. Realmente disfruta. – Sonreí tímidamente.
- Entonces sin duda iré a esa sesión tan importante – Dijo el señor Kim. – Espero poder firmar el contrato en un par de días señor Kwang, podrá tenerlo todo listo.
- No lo dude.

Continuaron hablando de negocios… desde mi posición vi que había varios hombres mirándome atentamente. Jaejoong y el señor Kim seguían hablando de negocios y yo intentaba enterarme de todo lo posible. Pero parecía una conversación "sana". Quizás lo mejor era dar una vuelta a ver que podía descubrir. Si comenzaba a tener relación con las demás modelos lo más seguro es que terminasen contando algo importante. Cuando estaba decidida a levantarme vi que el señor Kim y Jaejoong se levantaban.

- Entonces mañana nos vemos a primera hora joven.
– Decía el señor Kim aun con su copa en la mano.
- Por supuesto, estaré en su oficina puntual. – Jaejoong le acompañaba andando lentamente a su lado.
- Perfecto. – Dijo Kim parándose en seco después
- ¡Ah! Encantado de conocerla señorita Eun mí, será un placer trabajar con usted.
- I… igualmente señor Kim. – Le dije sorprendida de que se fuera ya.- Jaejoong – Le dije acercándome un poco a su oído bajando la voz. Haciéndole que se detuviera.
- ¿Qué quieres? - Dijo el sin dejar de sonreír al señor Kim despidiéndole.
- ¿Te vas ya? – Le dije sonriéndole falsamente.
- Voy a acompañar al señor Kim a la puerta. Tengo que hablar con unos inversores que están en la planta de abajo. Mañana tengo una reunión a primera hora con el señor Kim, pero hasta que no cierre unos negocios no me iré y eso llevara tiempo. A ti vendrán a buscarte en media hora.
- ¿Vas a dejarme aquí sola?
- ¿Qué crees que te van a hacer? Eres de mi agencia. No te van a tocar un pelo. Además estaré en la planta de abajo. El chofer esperara en la puerta en media hora se puntual no te entretengas. – Era una inversión importante para él. Eso me daba protección, además necesitaba averiguar más cosas y con él por aquí rondando era imposible. En media hora sería suficiente.

Vi como Jaejoong se metía en el ascensor con el señor Kim y unos cuantos jefazos de su revista. Ahora tenía que volver a reunirme con esas modelos con las que había estado antes. El problema era que no las veía. Me quede parada un rato mirando a un lado y a otro. ¿Dónde se habría metido?

En el baño. Las mujeres siempre vamos en compañía al baño.
Estaba en la otra punta de la azotea. Pase por delante de los hombres que me habían estado mirando durante la conversación de Jaejoong y el señor Kim, pero no les preste mucha atención. Seguí mi camino hasta los aseos. Entre pero no había nadie. Tan solo se oían unos escandalosos jadeos desde el último cubículo de uno de los baños. "Asqueroso" pensé.
Los aseos eran muy lujosos. Con la banda sonora de una peli porno de fondo me retoque el maquillaje. Ya que no estaban las modelos esas lo mejor que podía hacer era bajar a la recepción a esperar al chofer. Media hora pasaba rápido.
Guardaba el maquillaje en el pequeño bolso color blanco acorde con mis finos zapatos de tacón cuando la luz se apagó. Los sollozos y jadeos del último cubículo también pararon cambiándose por un pequeño grito de susto por la repentina oscuridad.
¿Qué estaba pasando? Tantee un poco a ver si encontraba un interruptor pero no estaba por ninguna parte. De pronto se escuchó la puerta del baño haciendo que una fugaz luz entrase, tan fugaz que no me dio tiempo a ver quién entraba. Solo me dio tiempo a saber que eran más de uno ya que se oían varios pasos.

- ¿Quién es? – Pregunte. Note como alguien me agarraba por los brazos.
– ¡Suéltame, vamos suéltame! – Grité.
- ¡Vamos cállala joder que escandalosa! Vigila que no haya nadie cuando salgamos. – Dijo una voz ronca. La puerta se volvió a abrir cegándome por la brillante luz de los focos de la azotea. No veía nada.
- ¡Ayuda! - Me resistía intentando zafarme de la sujeción que me tenía presa, cuando entonces sentí un fuerte golpe en la cabeza. Y todo se volvió de nuevo más oscuro.

Que alguien me ayude….




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