Precious Love Cap 2
Capitulo 2
Después de lo ocurrido hacía un par de días me daba un poco de angustia salir y encontrarme a Yunho o a Changmin. Ellos me habían visto con Jaejoong y si por lo que había podido deducir tenían algún tipo de mala relación eso a mi también me podría perjudicar. Yunho parecía un hombre temible ya de por sí, y cabreado mucho más. Tampoco es que tuvieramos mucha relación, pero la que teníamos no era buena.
Estabamos en el restaurante Mih wa y yo terminando de limpiar el salón central mientras hablabamos del tema.
- No se, fue todo muy raro Mih_ah. Yunho expresaba rabia en su mirada, pero en cambio, Jaejoong estaba tranquilo como si supiese que no le iba ha hacer nada. Tambien es que Changmin le empujó hasta la entrada al portal impidiéndoselo. - Dije mientras escurría la fregona.
- Hum...la verdad es que sí que es raro. Pero si dices que el vecino mister...bueno el Yunho este, le miró con rabia, ¿será porque algo le habra hecho Jaejoong? ¿no?
- No creo, no entiendo que tipo de relación puedan tener un quinqui como ese con el direcctor de una compañía como "Balgeonuri".
- Tambien es cierto.
-Mih_ah - Dijo Junsu apareciendo en el salón de repente. No le había escuchado andar hacia nostoras.
- Dime.
- Te invito a cenar.¿eh?
- Hum... está bien. Pero elijo yo el sítio, ¡qué el otro día hice doble turno!
- Está bien, está bien, si igualmente siempre elijes tu el sitio. - Dijo con cara de resignación.
- Mañana eliges tú.
- Bien - Dijo él dándola un beso en la frente. - Eun mi_ah - Dijo sacándome de mi pensamiento.
- Dime.
- Esta mañana llamaron de la oficina de Kwang Jaejoong preguntando tu número personal de teléfono. Espero que no te importe que se lo haya dado.
- Ah..¿mi número de móvil? - Pregunté incrédula.
- Sí, eso me dijo su secretaria.
- Vaya, al final parece que sí que va a tener más interés del que tú te piensas Eun mi_ah - Dijo Mih wa con recochineo.
Esa noche salí a una hora prudente del restaurante. Llegue a casa y me dediqué a limpiar un poco, tenía todo desordenado. Cuando seleccionaba un montón de ropa para echarla a lavar, vi que encima de la encimera de la cocina tenía una pila de cartas y correo que no había habierto casi desde que entre a vivir al piso.
Despues de poner la lavadora me senté en los cojines que tenían como función ser mi sillón y comencé a leer el correo. La mayoría era publicidad o alguna que otro recibo. Pero de prónto una me llamo la atención. Era un sobre blanco, con un sello rojo en medio del franqueado que ponía: "urgente".
La abrí rápidamente, comencé a leer la carta y no podía creer lo que estaba leyendo. ¿Una deuda? ¿Una deuda de qué? me preguntaba a mi misma sin entender nada. Tuve que leer la carta dos veces para asimilar que, el alquilar con un año de antelación un restaurante para celebrar tu boda, y cancelar esa reserva una semana antes costaba dinero. Y si a eso le sumabamos, el recargo de la devolución de los billetes para la luna de miel y la cancelación del hotel. Era mucho más dinero. Dinero que no tenía y que no le podía pedir a nadie. Yochun se había largado olvidándose de toda responsabilidad y ahora tenía un marrón encima demasiado grande.
Cada vez que el tiempo pasaba me desesperaba más y más. Estaba inquieta y esa noche no dormí nada. Maldita sea...¿De dónde iba a sacar yo esa cantidad de dinero?. Con el sueldo del restaurante tenía lo suficiente para pagarme el alquiler. No podía tener caprichos, pero tenía en la nevera la suficiente comida para no morirme de hambre. Necesitaba buscar una solución, sino sería aún peor.
Al día siguiente llegue al trabajo con unas ojeras enormes. Inmediatamente Mih wa me preguntó que me pasaba. Mientras se lo explicaba me deshice en lágrimas sin poder evitarlo.
- Tranquila, tranquilizate habra una manera de solucionarlo.
- Si, ¡yendome a China y cojiendo a Yochun por las orejas para que venga a pagar como dios manda! ¡Esto debería ir a medias! - Dije limpiandome las lágrimas. Varios compañeros que pasaban por el cuarto de descanso me miraban asustados. Yoong Wang me preguntó un par de veces, pero preferí no contar nada. No bastaba con que mi novio me dejase tirada a una semana de la boda, ni bastaba con tener un vecino transtornado, tenía que haber algo más.
Junsu amablemente me trajo un té. Ellos no lo sabían pero vi a Mih wa y a Junsu mirarse con cara de no saber que hacer. Y normal. Junsu no me podía subir el sueldo, así que necesitaba buscar otro trabajo como fuera.
Durante todo mi turno me esforcé al máximo, era una manera de olvidarme de lo que estaba pasando. Justo cuando estaba en la sala de descanso sonó mi teléfono móvil.
- ¿Sí? - Era un teléfono que no conocía... recé por que no fueran del banco...
- Jeong Eun mi soy Kwang Jaejoong. -Dijo con una dulce voz.
- Oh.. hola - Respondí sentándome en el banco que estaba pegado a la pared.
- Tengo entradas de cine, ¿te parece si te voy a buscar cuando termines tu turno?
- De acuerdo. Hoy salgo a las ocho.
- Perfecto entonces. Allí estare.
- Gracias, adios. - A ver, necesitaba centrarme. ¿Tenía un pastón como deuda y me dedicaba a salir con el tio mas guapo de la tierra al cine, en vez de buscar trabajo?
Mih wa pasaba en dirección a la cocina con una bandeja llena de platos sucios. Paso rápido, pero debió frenar en seco y recular para gritarme: "EH, despierta, estas en el trabajo" a lo que respondí un.. "lo siento, lo siento".
Cuanto más esfuerzo haces durante el día, más rápido se pasa el tiempo y cuando me quise dar cuenta eran la hora de salir. Mih_ah estaba atacada de los nervios, más que yo, como siempre.
- ¡Tenías que haber venido más mona! ¡ Y tenías que haber dormido más! Mírate que ojeras... pareces un panda del zoo
- Mih wa tu para dar ánimos eres auténtica.
- Lo siento lo siento, esperate anda. - Hundió medio cuerpo en el maletón tridimensional que llevaba como bolso y saco un neceser con un kit de pintura que ni en las mejores drogurerías vendían.
- ¿Dónde se supone qué vas con eso?
- A devolverte a la vida humana. No querrás salir con esos ojos.
Despues de cinco fugaces minutos estaba con la cara medianamente pasable. En cuestión a vestimenta...tampoco iba tan mal. Quitando que la camiseta y el pantalón no combinaban y que llevaba unas chanclas cutres como zapato.
- Deberías ir de compras..
- Claro. Se lo diré al del banco.. oye mira que...necesito unos trapitos nuevos ¿le importa dejarme más dinero del que ya debo?
- Muy graciosa...
- Tú más guapa.
Por fín salí. Justo en el momento en el que Junsu echaba el cierre ayudado por Mih wa yo me monté en el coche. Me despedí sacando la mano por la ventanilla y nos fuimos a toda velocidad.
- Bueno, ¿no tienes interés de saber a donde te llevo? - Preguntó Jaejoong mirándome me reojo.
- Un poco la verdad, pero si me has dicho que tienes entradas de una pelicula... iremos a los cines del centro comercial COEX. - Dije yo riéndome, ya que me estaba poniendo caras como si no fuera por buen camino.
- Pues en parte sí y en parte no... Vamos al Seúl Art Center, están en la semana de películas antiguas coreanas. Merece la pena verlo ahora que aún hace buen tiempo. - Sonreía tan sinceramente, que me hubiese dado igual que fuera a marte a ver la película.
Llegamos. El lugar era precioso. Entramos a la "Culture Plaza" donde, la "The World Music Fountain" nos esperaba al lado del café Mozart. Completamente encendida y haciendo dibujos con el agua y la luz era impresionante
Caminamos bastante atravesando toda la "Music Plaza" hasta que llegamos a la "Fine Art Plaza". Allí estaba una gran pantalla encima de un escenario de madera, que no subia más de un metro del suelo. Nos cortaron la entrada y pasamos. Era todo de cesped. Habíamos parado a comprar palomitas y bebida en una tienda un poco más abajo de donde nos encontrabamos. Buscamos un hueco (estaba todo repleto) y nos sentamos a ver la película.
El lugar, la compañía y la película era genial. Y me olvidé completamente de mis problemas. Charlabamos sobre la película y lo que nos parecía. Era una de las mas antiguas coreanas de risa.
La hora y media de pelicula se había quedado corta, el tiempo había pasado volando. Atravesabamos de nuevo el camino por el que habíamos venido, esta vez sin prisa, y me atreví a preguntarle sobre lo que paso con Yunho.
- Oye, el otro día, en mi portal, me quede un poco preocupada por la situación.
- Hum, entiendo. La verdad es que es una larga historia que contar. Pero será mejor que te la cuente, para que estes advertida.
- aha. - Asentí. - Andabamos despacio, aún la cafetería mozart estaba abierta. Nos sentamos allí. Los dos pedimos té.
- Ese chico, el moreno que miraba directamente. Se llama Yunho. Es un pobre fotógrafo aficionado, que intentó buscar trabajo en mi agencia cuando mi madre aún vivía y era la directora.
- Vaya, ¿y que pasó para que os mal? - Estaba abriendo demasiado la boca, siendo demasiado curiosa. Pero tenía ganas de saber que era exactamente lo que había pasado. Ese chico no me daba buena espina.
- Pues mi madre, que era una mujer muy bondadosa, le ofrecio hacer unas pruebas como fotógrafo y si no convencían no sería contratado. El problema fue, que mi madre ya estaba muy enferma y me toco a mi revisar las fotografías, que eran de muy baja calidad para lo que mi agencia necesita. Así que simplemente le dije que no le aceptabamos. Él se empeño en que quería la segunda opinión de mi madre... pero desgraciadamente ella murió antes de que el deseo de ese se cumpliera. Por lo demás solo se que me odia por no darle trabajo.
- Y, ¿por eso te odia tanto?... realmente es injusto. No debes estar obligado a contratar a alquien si no lo deseas. Además hay más agencias en Seúl.
- Pero no tan buena como la mia - Dijo apoyando su brazo en la mesa y su barbilla sobre su mano mientras me sonreia.
- Jajajaja, que humilde.
- El merito no es mio...créeme. Han sido mis padres los que levantaron esta compañía. Yo solo quiero seguir viendola crecer, para que un día mis hijos tambien puedan continuar con ella.
- Es un deseo brillante.
- "Balgeonuri" * (Mundo Brillante)
- Jajajaja, si... "Balgeonuri" - Los dos nos reimos y seguimos charlando un rato más. Cuando ya se nos hacía bastante tarde él me llevo a casa. Había sido una noche fantastica.
- Bueno, ¿me dejaras que te invite a cenar en los próximos dias? - Dijo él desde la ventanilla de su coche.
- Creo que sí, me lo he pasado genial. Gracias.
- De nada. El placer ha sido mio. Guarda mi número de móvil en esta semana te llamaré. - Y güiñándome un ojo se marchó.
Esa noche sí pude dormir.
Al día siguiente baje temprano al buzón para recoger el periódico. Hacía una buena mañana y estaba con esperanzas de encontrar trabajo. Me quedé sentada en los escalones principales al portal, mientras subrayaba con un bolígrafo los que me podrían servir de ayuda. De prónto note unos golpes en la parte baja de mi espalda, me giré de golpe, pero solo alcancé a ver unas laaaargas piernas que subían sin fin, siendo coronadas por una cara, poco amable y llena de ojeras.
- Tú, aparta. ¿O te crees que las escaleras son tuyas?
- Disculpa... es que si eres tan maleducado, mi coreano empeora y no te entiendo una mierda.
- Conmigo no vayas de lista. Aparta tengo prisa. - Dijo Yunho poniendome cara de asco.
- Teniendo las piernas tan largas solo tienes que saltarme - Y volví la mirada al periódico donde llevaba unos tres o cuatro números seleccionados.
- Repito... a la próxima te pego una patada en tu lindo trasero y vas de boca contra el buzón.- Me levanté con cara de mala leche y subiendo unos escalones, para ponerme a su altura, le dije.
- ¿Pero tú qué coño te crees? ¿Que eres el rey del castillo? Para empezar a mi me hablas educadamente, que no me conoces de nada. Y que sepas que como vayas asi por la vida, no te vas a casar nunca - Esto último lo dije subiendo el resto de las escaleras para ya meterme al portal y pasar del estupido misterioso mafioso golfo de mi vecino. Entonces el gritó justo cuando yo cerraba la puerta.
- ¿Y para qué demonios querría casarme, para vivir toda mi vida con una tia tan estupida como tú? Ths... - Un segundo antes de cerrar le mire arqueando una ceja y echandole una sonrisa sarcástica. "Más quisiera ese "fotógrafo" tener una esposa como yo..." Pensé.
Hice unas cuantas llamadas a los números que había seleccionado. En unos me pedían más formación de la que tengo y en otros ya tenían a alquien. Me empezaba a doler la cabeza. En parte, agradecí que llegase la hora de ir al trabajo. Ya estaba lista para irme. Salí al rellano cuando me encontre con Changmin. Nos miramos fijamente y haciendo una reverencia a la vez nos saludamos. Yo enseguida me baje. No quería verme con el mafioso raro de mi vecino.
Me resultaba increible como un tio con lo que parecían dos dedos de frente, como lo era Changmin "el colega aporreapuertas" podía juntarse con Yunho. Pero supongo que siempre hay un roto para un descosido.
Llegué al restaurante un poco desanimada, entre el incidente con Yunho y la búsqueda inutil de trabajo intuía que hoy no era mi día. Mih wa intentaba animarme como podía, de hecho había seleccionado algunos carteles que ofrecian empleo. Pero la suma de dinero era grande y no me valía perder tiempo a lo tonto. Tenía que trabajar todas las horas posibles y ganar suficiente dinero. Pero eso consistía casi en hacer un milagro.
Durante dos días continué con mi rutina de buscar empleo y trabajar en el restaurante. No sabía nada de Jaejoong, pero por otra parte no tenía la cabeza como para pensar en eso. Por suerte, una noche al ayudar a cerrar el restaurante junto a Mih wa y Junsu, sono el claxon de un coche. Los tres nos giramos y para mi grata sorpresa era Kwang Jaejoong, su sonrisa era tan esperada como el agua de mayo. Mih wa me empujó y despiediéndome de ellos con la mano me acerqué a donde él se encontraba, apoyado como siempre en el coche, con su termo del starbucks al que ya casi me había acostumbrado aunque solo le había visto tres o cuatro veces.
- ¿Tienes hambre?
- Jajaja, que directo. Lo cierto es que sí que tengo hambre, aunque preferiría un hola primero.
- Hum...hola, ¿deseas que te lleve a algún sitio especial? ¿o vamos directamente a comer carne asada?
- Bueno, no tengo sitios especiales a los que ir. Y de todas todas, prefiero ir a comer carne jajaja
- Está bien, pues en marcha - Me acompañó hasta la puerta del copiloto me ayudo a subir a su coche y luego rápidamente dió la vuelta para ir en dirección a una de esos puestos típicos donde se hacía carne y se bebía Soju.
Hacía buena noche, y eso siempre animaba. Ya quedaba menos para disfrutar del verano, estabamos a punto de entrar en otoño y eso se notaba en los días, que cada vez eran más cortos.
Sentados en la terraza del puesto comíamos la carne acompañado de Soju, que por supuesto no podía faltar. Lo malo de beber Soju en compañía es que no te siente bien, como es mi caso que en seguida se me sube. El pobre Jaejoong escuchaba atentamente mis lamentos mientras comíamos.
- Cinco años de mi vida, a la basura... si más. Ni siquiera me había dicho que le ofrecían un contrato en China. Me abría iddddo con él ¿sabes? Total, aquí...tampoco tengo nada especial...bueno sssí... - Dije apuntando con el dedo - A mi querida Mih wa y a Junsu, que los pobres me apoyan en todo. Y bueno tú, ulllltimamente mememe...me has ayudado mucho.
- Creo que, nos podemos apoyar mútuamente - A pesar de que él había bebido más que yo no tenía ningún efecto sobre él. Aunque en ese momento yo no me daba mucha cuenta de nada. - Eres una chica jóven y muy bonita. No tienes por que seguir pensando en ese tio.
- Es cierto, essss cierto ¡Pero es que tengo la deuda esa que me recuerda todos los días lo giiiiiiilipollas que he sido! - Dije alzando la voz. - Mira..tengo...pesadillas por las noches, otras ni siquiera duermo....ni siquiera puedo encontrar otro trabajo que me ayude a pagarlo. Y el desgraciao ese ahi en China trabajando....sin pagar un duro de lo que él Y SOLO ÉL HA CASSUSUSUS...SUSUS..SAD..BAH.. es igual es un capullo. - Una ligera carcajada salió de los labios de Jaejoong que se reía de mi poca maña para hablar debido al alcohol.
- Creo que deberiamos irnos Eun mi_ah, estás bastante perjudicada...jajajaja - Dijo él intentando ayudarme a levantarme. Yo me revolví un poco. - Vamos, venga... - No ví si pagó o no pagó, de hecho no veía nada. Intuía. Esa era la palabra.
Intuí que me subió en su coche. Y supe que nos movíamos porque me comenzaba a encontrar mareada. Montar en coche e ir borracha era una mala conbinación.
Intuí de nuevo que me cogía en brazos. Me agarré a él fuertemente. Me dejó sentada en el suelo y como me quitaba los zapatos para luego volver a cogerme.
- Te he traido a mi casa. Queda más cerca que la tuya. - Me dijo. En realidad me daba igual. Tenía la cabeza medio ida y me repetia el sabor a alcohol. Lo único que pasaba por mi cabeza era "Eun mi...no....no vomites...aquí no..." y "Yochun si te vuelvo a ver te mataré y haré que me pagues todo el dinero con intereses"
Me tumbó en lo que yo creí que era una cama. Y comenzo ha decirme cosas que yo ya ni entendía. Él coreano se estaba volviendo para mi como el chino o el japonés. De prontó noté que sus labios rozaban los mios besándome apasionadamente, meclando los sabores a alcohol, emborrachándome más.
Se podría decir que estaba en otro mundo, galáxia o universo. Se me fue completamente la cabeza. Justo en ese momento cuando sentía sus labios acariciando mi cuello, el sonido de su respiración se intensificaba y sus manos comenzaban a desnudarme comencé a perder el conocimiento, sin poder recordar bien que más sucedió. Me dolía la cabeza. Doler es poco la verdad. Más bien sentía que me la partían como una sandía en pleno verano. La habitación estaba en penumbra, plapé un poco a los lados intentado hubicarme porque no podía abrir los ojos del todo aún. Las sabanas eran suaves y el olor era intenso, colonia de hombre. Esas definitivamente no podían ser mis sabanas, ni mi colchón, este era demasiado cómodo para ser el mio.
Me incorporé poco a poco intentando inutilmente que el mareo no fuera a más. No se bien como me levanté de la cama. Anduve hacia lo que parecía una puerta corredera, un golpe de luz me cegó. Me tapé los ojos con el antebrazo mientras caminaba hacia delante sin saber a donde llegaría. Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz pude ver una mesa redonda con cuatro sillas que estaba pegada al ventanal del salón, cubierto por unas cortinas blancas que frenaban un poco de lúz. Jaejoong estaba sentado en la silla que quedaba de frente a la puerta por la que yo había salido, tomando café en pijama con el periódico al lado. Levantó la mirada de su lectura y me sonrió. Como siempre.
- Buenos dias... - Dijo con una dulce voz..
- Bu..buenos dias.
- Ven, he hecho tostadas. Hay café ¿quieres? - Se levantó de la silla inmediatamente para servirme, mientras yo me acercaba para sentarme.
- Sí, café estará bien, me duele mucho la cabeza.
- Normal, anoche te pasaste bebiendo.
- Oh....- Dije apoyando mis codos en la mesa y sujetando la cabeza con mis manos. - Me va a estallar. Maldito Soju...
- Jajjaa - Rió él según echaba café a la taza que tenía enfrente. - ¿Has dormido bien?
- Em, si...creo que si. - Coji el azucarero y comence a echarme azucar - Tu cama es cómoda. - Entonces caí en la cuenta... La cucharilla se me cayó al suelo y miré a Jaejoong fíjamente, que me observaba con cara de duda. El último recuerdo que tenía era el de Jaejoong besándome por el cuello los dos tumbados en la cama... no, no, no habríamos... ¡no puede ser, no lo recordaba!
- ¿Ocurre algo? - Preguntó.
- Jaejoong... anoche....
- Ah, tranquila dormí en el sofá. - Dijo el sonriendo mientras lo aclaraba. De prontó sentí que me había quitado un peso de encima.
-...es que, no recuerdo muy bien lo que pasó. Siento las molestias. - Me relaje un poco al saber que no habíamos...hecho nada.
- Bueno, lo cierto es, que me besaste. - Mis ojos se abrieron exageradamente. Definitivamente beber era una de las cosas que entraban en la lista de " cosas que no hacer con un chico guapo delante! - Pero ibas muy borracha, así que no paso nada. No habría estado bien abusar de tu estado.
- Lo...lo siento, de verdad que lo siento mucho.
- No tranquila, está bien. Quizás si no hubieses estado tan mal...habría pasado algo. - Dijo él volviendo a beber de su cafe y a mirar el periódico. Noté como mis megillas se sonrojaban en segundos.
Me llevó a casa en coche, yo tenía que trabajar y no podía aparecer con la ropa de el día anterior. Jaejoong insistió en esperar para llevarme en coche hasta el restaurante así que rápidamente subí. Arrase el bañó dejándolo todo por medio mientras me arreglaba. Despues pasó igual con la habitación, esta vez combiné un poco mejor la ropa y los zapatos. Cuando iba a echar a lavar la ropa del día anterior de la chaqueta se cayó una tarjeta con el logo de "Balgeonuri" detrás estaba la dirección y el número de la empresa. Entonces recordé...
*Flashback*- Es cierto, essss cierto ¡Pero es que tengo la deuda esa que me recuerda todos los días lo giiiiiiilipollas que he sido! - Dije alzando la voz. - Mira..tengo...pesadillas por las noches, otras ni siquiera duermo....ni siquiera puedo encontrar otro trabajo que me ayude a pagarlo. Y el desgraciao ese ahi en China trabajando....sin pagar un duro de lo que él Y SOLO ÉL HA CASSUSUSUS...SUSUS..SAD..BAH.. es igual es un capullo. - Una ligera carcajada salió de los labios de Jaejoong que se reía de mi poca maña para hablar debido al alcohol.
- ¿Necesitas un trabajo para pagar esa deuda? Y por que no me lo has avisado. Ya sabes la oferta que te hice la otra vez, sigo necesitando una modelo para el catalogo nuevo... - Dijo cogiéndome las dos manos.
- Pee...eroooo yo no soy moddelo y, además...eso sería abusar....no me parece bien no... no se tengo que pppensarlo...no daría la tallla...¡mírame que pintas tengo! ¡Hasta mi novio con el que llevaba cinco años se ha largado!
- Toma la targeta de mi agencia, piénsalo, ven a verme. La campaña que te ofrezco sera una de las mejores. Te pagaremos bien. Yo me encargaré de eso. Así podrás pagar tu deuda...tómalo como un favor de amigos. Luego tu eliges si quieres quedarte o no.
- ¡La guardare! pero ..tengo que *HIP* pensarlo...
- Creo que deberiamos irnos Eun mi_ah, estás bastante perjudicada...jajajaja - Dijo él intentando ayudarme a levantarme. Yo me revolví un poco. - Vamos, venga... - No ví si pagó o no pagó, de hecho no veía nada. Intuía. Esa era la palabra. *Fin flashback* Me guardé la tarjeta en el bolsillo trasero del pantalón y salí escopetada al coche donde Jaejoong esperaba pacientemente. Era un angel. Cada día lo tenía más claro.
En media hora estube en la puerta del restaurante. Mih wa esperaba fuera a que Junsu viniera con las cajas de bebida. Me miró con cara de pilla, así que supuse que me esperaría una lista bien elaborada de preguntas a modo de metralleta. Me despedí de Jaejoong acercándome a la ventanilla del conductor.
- Gracias de nuevo por traerme... de verdad no se como agradecerte todo esto que haces por mi.
- Tú solo piensate la oferta de anoche ¿lo recuerdas?
- Ah...claro claro, está bien, lo pensaré. Aunque si acepto entonces ya sí que no sabre como pagarte.
- No hace falta que pienses en eso. Trabajo es trabajo. Saldremos los dos ganando ya verás.
- Esta bien. Adios. - Me alejé del coche hasta que llegue donde se encontraba Mih wa que esperaba con los brazos cruzados. Desde la puerta del restaurante las dos saludamos con la mano y fue cuando Jaejoong arrancó y se marchó.
-Me parece que es un poco misterioso... -Dijo Mih wa en cuanto el coche comenzó a alejarse- ¡Pero es un principe azul total! - Y pegó un pequeño brinquito cojiendome de los brazos. La miré con cara de desconcierto.
-¿Lo quieres para ti o qué? - Pregunté mirándola un poco mal.
- No, sabes que yo amo a Junsu.
-Entonces no mires mucho a Jae, que te conozco.
- Uy.... ahora es "Jae" ¿Dónde quedo el nombre completo? - Dijo ella mirándome mientras se reía. Comencé a reirme con ella. - ¡Ahhh! ¡Le quieres ehh! - Junsu iba y venía trayendo las cajas que iba apilando a nuestros pies.
- ¡Qué dices...! ¡Qué querer, ni que querer!
- Te atrae
- Un poco
- Mucho
- No, solo un poco.
- Pero te has fijado en el cuerpazo que tiene, el primer día que le ví en persona casi me caigo para atrás.
- ¡Qué no le mires te he dicho! ¿No amas a Junsu?
- Jajajajaja - Reía Mih wa, que cogió una de las cajas apiladas que había ido dejando Junsu. - Vamos ayudame anda, que me tienes que ir contando que tal te fue anoche... te veo muy contenta...
Mientras colocábamos las cajas en el almacén la fuí contando todo lo que había ocurrido la noche anterior.
- Joder, mira que te he dicho mil veces que esos pedos tontos no vienen bien.
- ¡Ya! Pero no se, de pronto cayó una botella y luego otra. Además el tambien bebió, ¡pero es que no le afectó para nada!. Y no es que tenga pinta de beber alcohol, siempre que le he visto tiene un té o un café en la mano.
- Bueno por lo menos viste su casa. ¿Cómo es?
- Como una nave espacial. Todo blanco y negro. Además tiene unos ventales enormes, parece que en esa casa jamás habrá oscuridad.
- Que poética.
- Bah... por cierto... - Tenía que comentarla lo de el trabajo, ella seguro que me aconsejaría como dios manda. - Cuando estabamos cenando, hablamos de Yochun... y sabes que cuando bebo se me va la lengua, así que terminé contándole lo de la deuda.
- ¿Así? - Dijo ella mirándome sin parar de hacer cosas.
- Sí, y bueno ya me había ofrecido antes, cuando fuímos al bar del rio Han, el hacer un catálogo de fotos. Para su agencia y eso.. me dijo que necesitaba modelos y que yo podría hacerlo bien. Y cuando le conté lo de la deuda, me lo ha vuelto a comentar, podría ganar el suficiente dinero para pagar la deuda y ayudar a mis padres...
- ¿Y qué vas ha hacer?
- Pues no lo se...por eso te lo comento, le he dicho que necesitaba pensármelo. Nunca he querido ser modelo ni nada de eso. Ni siquiera como va esto.
- Ya bueno, pero si él te quiere ayudar seguro que te dirá más o menos como va la cosa. Yo creo, que si él te quiere ayudar y te va a sacar la deuda de encima... deberías aceptar.
- ¿Tú crees?
- Que siii, erse guapa Eun mi, quizás te falte un poco de altura, pero no hay nada que unos tacones no resuelvan. Además, se ha ofrecido él así que no cuenta como abuso ed amistad.
- Eso es cierto... ¿me has llamado bajita?
- No no... solo que .. bueno no es que... ¡bah, eres bajita! - Me acercaba a ella con intenciones de darla una colleja. - ¡EH EH! ¡pero tienes un principe azul como Kwang Jaejoong detrás!
-Ishhh - Hice el amago de darla. En ese momento entró Junsu.
-¡EH vosotras que coño os pasa! Poneos a trabajar que están esperando fuera más cajas.
- Perdona.. - Dijo Mih wa con cara de desconcierto ¿Desde cuando Junsu hablaba así de mal? ¿Qué le pasaba? Mih wa y yo cruzamos miradas y nos dirigimos a la entrada para seguir con el trabajo.
Tenía un descanso de hora para comer, así que aproveche y me acerqué a la agencia de Jaejoong para hablar con él y decirle que había decidido aceptar el empleo. Llegué a las oficinas. Había mucha gente y carteles por todas partes de las diferentes publicidades que ellos hacían. Pero hubo uno que me llamó especialmente la atención. Era una foto de Seúl desde el aire. Estaba hecha de noche y las luces de la ciudad resaltaban entre el fondo negro. Observando la foto mientras esperaba a que la secretaria terminara de atender a otra chica que estaba allí, me di cuenta que en una parte de la foto, las luces formaban un corazón. Me hizo esbozar una sonrisa tonta. Era una foto muy romántica.
En ese momento la secretaria se desocupó y fuí ha hablar con ella.
- Hola, vengo a ver a Kwang Jaejoong.
- ¿Tiene cita?
- Em, no, él me dijo que podía venir cuando quisiera que me atendería. - La secretaria comenzó a teclear algo en el ordenador con una sonrisa sarcástica.
- Entiendo. Ahora mismo está ocupado en su despacho. Prueba a venir otro día.
- No, pero es importante de verdad. Dígale que Jeong Eun mi ha venido por favor. - La secretaría me miró de arriba abajo rozando la cara de asco. Yo tenía paciencia... pero todo tiene su límite. Justo Jaejoong apareció por el pasillo de la izquierda acompañado de dos señores bastante más mayores que él. Él les dijo algo en medio del pasillo, les dió un apretón de manos y se dirigió hacia donde yo estaba con la secretaria.
- Hola Eun mi, ya veo que por fin te has decidio. ¿No?
- Sí, venía ha hablar contigo pero me han dicho que estabas reunido.
- Lyn anula la cita que tengo para comer.
- De acuerdo - La chica me miró con mala cara, obviamente no la caía en gracia.
- ¿Tienes tiempo ahora? - Dijo Jaejoong mirándome.
- Sí. Es mi hora de descanso.
- Perfecto.
Entramos en su despacho. Era muy amplio. La decoración era minimalísta como la de su casa. Tenía una zona donde habían unos sillones con una mesita baja. Nos sentamos allí y él pidió que nos trajeran comida. Mientras esperabamos estubimos hablando de todo un poco.
- ¿Qué te parece la agencia? - Preguntó él un poco recostado en el respaldo del sillón.
- Muy bonita, me encantan las fotografías que hay en la recepción, sobre todo me ha llamado una la atención.
- ¿Ah sí? ¿Cuál? - Preguntó él incorporándose curioso por saber.
- La foto de Seúl desde el aire... me ha parecido muy bonita.
- Ah... si esa foto es puro romanticismo. La hizo mi padre, él trabajaba como fotografo aquí cuando mi madre vivía. Se la regaló para su aniversario de bodas.
- Vaya, es realmente bonita la verdad. Se ve toda la ciudad, y las luces dibujan un corazón.
- Sí, cuando llegue esa foto estaba aquí en el despacho en un formato más pequeño, pero decidí ampliarla y ponerla allí para que todo el mundo la viera.
- Pues es un detalle precioso.
Justo entró la camarera con nuestra comida. Nos sirvió y se marchó enseguida. Comenzamos a comer y entonces él pregunto de nuevo sobre la oferta. Ya que a eso había venido.
- Bueno, lo he pensado y creo que me interesa bastante. Voy ha aceptar.
- Me alegro mucho.
- Pero, yo nunca he hecho de modelo ni nada parecido así que me gustaría que me explicaras un poco de que va el tema.
- Entiendo, bueno básicamente, la campaña es para un anuncio de una conocida marca de ropa. El cambio de estación está a la vuelta de la esquina, y necesito una modelo para la campaña de otoño-invierno. Tu serías perfecta. Si decides hacerlo, firmaríamos el contrato ahora mismo. Lo tengo preparado.
- Vaya, parece que sabías que iba a aceptar jajaja.
- Eres una chica lista. Y no hay mejor trabajo que este. Te hacen cuatro fotos en las que sales bellísima, más si cabe, y el resto de la semana libre. Además si no quieres dejar el trabajo en el restaurante lo podrías compaginar..
- Sí...bueno es solo para pagar la deuda. No tengo intención de meterme en esto la verdad...
- Jajajaja, esta bien esta bien. Puesto que será una vez...te trataremos extremadamente bien, para que quieras repetir.
- Tratarme mejor creo que sería imposible. Te estoy muy agradecida. - Nos miramos y sonreimos. Era un verdadero encanto. Y creo que de verdad me gustaba, ahora que él sería mi jefe, esta atracción se iba a comvertir en un problema....
Después de comer firmé el contrato. Lo leí muy bien antes de firmarlo, con dos campañas ganaria lo suficiente para saldar la deuda con el restaurante y la agencia de viajes. Eso si los intereses no aumentaban mucho.
Llegué al restaurante media hora después de que terminara mi descanso. Junsu que estaba cobrando en caja en cuanto me vió me ordenó que fuera a su despacho.
- Mira... me parece genial que te vayas fuera en tu hora de descanso. Pero llegas media hora tarde y en el trabajo que tenemos no puedo pasarlo por alto porque seas la amiga de Mih wa. - No entendía nada ¿Qué rayos le pasaba hoy a Junsu? Él nunca había hecho distinciones conmigo. Si me había tenido que quedar me quedaba y si hacía algo más me regañaba. Ese comentario me sento bastante mal.
- Entiendo...
- Bueno, ponte a trabajar que ya estamos perdiendo demasiado tiempo.
Salimos de su despacho y justo nos cruzamos con Mih wa que nos miró extrañada. Él pasó de largo sin decirla nada. Mih wa y yo nos miramos extrañadas, aún así no dijimos nada y nos pusimos manos a la obra.
Cuando llegué a casa, despues de hacer media hora más de turno por haber llegado tarde, vi que tenía correo nuevo. Era la copia del contrato y un vale de un salón de belleza, el mejor de todo Seúl. "- Cortesia de la agencia, para que repitas y estes más bella...si se puede...- KJ" Desde luego que era un principe. De eso no había duda.
Al día siguiente como era sábado y no tenía que ir al restaurante (ya que el fin de semana anterior si había trabajado) aproveche el vale. Me tiré todo el día en el salón. Cuando terminé parecía una verdadera modelo. Me había cortado el pelo, exfoliado la piel, maquillado. Me había hecho la manicura y la pedicura además de depilarme y darme masages. No había estado más relajada en mi vida. Y me veía realmente bonita. Cuando estaba a punto de salir por la puerta del centro. Ví que Jaejoong me esperaba fuera apoyado en el coche, como siempre.
- ¿Qué haces aquí?
- Me han llamado diciéndome que habías venido, y he pensado que te gustaria ir a comprar ropa.
- Pero que eres ¿una especie de hada madrina disfrazado de angel que trabaja en una agencia?
- Jajajaja, justo, me has pillado. En realidad si hago todo esto es... - Se quedó callado mirándome. - Joder, sabía que te dejarían preciosa... pero esto es demasiado.. - Mis megillas se sonrojaron. - Ahora creo que me gustas más. - Se comenzó a acercar más y más mientras con una mano me cogía de la cintura y con otra del cuello, pegándose a mí. - Sí, definitivamente me gustas. - Y me besó en los labios.
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