Beautiful Melody. Cap 1
Capítulo 1.
-Señorita...Señorita Shin Yun Hye, vamos despierte, ya es hora...
-Mmmm no...-Dije dándome media vuelta tapandome la cara con las sábanas.
-Señorita si no se despierta tendré que avisar a su madre y que la despierte ella.
-Ja! Esa ha sido buena...Mi madre despertándome.-Dije finalmente sentándome en la cama.
-Vístase. El desayuno la espera.
-Mar...!-La grité cuando salía por la puerta.
Odiaba que se dirigiese a mi de esa forma. Se lo había dicho mil veces pero aún así seguía insistiendo en referirse a mi de ese modo. Podría decirse que Marlen era como mi abuela, sí...algo parecido. Era mi sirvienta personal, ha estado a mi lado desde que nací. Aunque tenía mucha más gente a mi disposición, gente que a mi parecer, no me hacía falta para nada.
Pero al ser la hija de los propietarios de la empresa más importante de construcción de barcos Coreana no podía hacer prácticamente nada por mi misma...
La empresa no sólo construía barcos para Corea, también los distribuía por el resto de Asia, parte de América y Europa.
Mi padre Shin Kang Dae heredó la empresa de sus padres, fallecidos hace 10 años. Kang Dae, un hombre firme, con autoridad y gran potencial para los negocios. La única condición que mis abuelos le impusieron para dejar la empresa en sus manos era que consiguiera una esposa antes de que ellos muriesen y a los pocos meses se casó con mi madre.
Mi madre, Shin Cha Bong, superior al resto de la humanidad según ella...Piensa que gracias al puesto que ha obtenido todo el mundo tiene que complacerla. No acepta un no por respuesta, esa es una de las razones por las que la mayoría de las veces nos llevamos tan mal.
Eran dos personas muy parecidas, y los dos querían el mismo futuro para mi, que siguiera sus pasos...
Una vez arreglada adecuadamente bajé las escaleras para entrar en el gran comedor en el que ya me esperaban mis padres, uno a cada lado de la mesa.
-Buenos días.-Dije cuando me senté.
-Hola cielo.-Me contestó mi madre con una sonrisa.
-Has vuelto a quedarte dormida.-Dijo mi padre sin levantar la vista de su periódico.
-Apenas han pasado 10 minutos desde que nana me ha despertado.
-Llevamos aquí sentados un buen rato Yun Hye...-Dijo mi madre.
-Pues la próxima vez despiertame tú.-La contesté sonriendo cínicamente.
Ninguno de los dos añadió otra palabra y yo empecé con mi desayuno.
Ellos terminaron antes que yo, como todos los días, y sin decir nada más salieron hacia su trabajo. Cuando termine mi desayuno fui a la cocina, y cogí el almuerzo que ya me tenían preparado en una bolsita de plástico.
Después salí al garaje donde ya me esperaban con la puerta del coche abierta para ir al colegio.
Este año terminaba mis estudios en la Escuela Superior de Corea, y después me esperaba un futuro entretenidisimo...Estudiar alguna carrera relacionada con las empresariales para hacerme cargo del negocio.
Yo no estaba dispuesta, y no era una decisión que ya estuviera tomada, al menos por mi parte.
Cuando llegué al colegio me bajé del coche y me encaminé a la gran puerta negra de acero que determinaba la entrada. Oí el rugido del coche al arrancar e instantes despues alguien que me llamaba.
-YunHye...¡¡YunHye estoy aqui, detrás tuya!!
Me giré y entre los arbustos más cercanos que tenía distinguí a una niña de pelo castaño y algo alborotado.
-Ey JanHee, no te había visto.
Me acerqué a ella y la di un pequeño abrazo revolviendola más el pelo.
-Era una sorpresa.-Dijo sonriendo contenta.-No quería que nadie me viera...Por eso me escondí aquí. Ya sabes lo que pasó la otra vez...
-Si si, lo se...En este colegio son todos unos pedazo de...
-Eh, tranquila, soy menor.-Dijo JanHee interrumpiéndome y sonriendo tímidamente de nuevo.
-Tienes razón...lo siento, lo siento...¿Oye has desayunado?
-Mmm no, aún no. Má y pá se fueron esta mañana pronto, no saben que estoy aquí...
-Eso no está bien y lo sabes. ¿Y si te hubiera pasado algo en el camino?
-Lo siento...-Agachó la cabeza intentando arrepentirse...
-Anda...Aún tengo tiempo hasta que empiece mi primera clase, ¿Desayunamos en la cafetería?
Ella aceptó ilusionada a la vez que a mi se me formaba una pequeña sonrisa de rebeldía.
La última vez que vieron a JanHee en mi colegio armaron tal escándalo que se enteraron hasta mis padres, que estaban de viaje. Y el castigo luego fue pequeño...
Decían que JanHee no era una "niña de bien". Fue abandonada cuando tenía 9 años, por sus padres y nunca más se ha sabido nada de ellos, apesar de las insistentes búsquedas, y ahora con 15 vive en una casa de acojida, con una familia que no puede permitirse muchos lujos, como por ejemplo llevar a su hija a un colegio privado/pijo.
Fuímos corriendo por todo el camino de piedra hasta la entrada al edificio de la cafetería, cogidas de la mano intentabamos que nadie con la suficiente autoridad nos viera, y lo conseguimos. Llegamos a la puerta de la cafetería y por suerte no había mucha gente. Unos cuantos alumnos con los ojos lo bastante cerrados como para diferenciar si JanHee llevaba o no uniforme.
Ella se pidió todo lo que quiso y más, se notaba que hacía tiempo que no tenía esta variedad en el desayuno, si es que alguna vez lo tuvo...
Cuando terminó y quedó satisfecha con el atracón de dulces la acompañé más sigilosamente, ya que a esa hora había más profesores merodeando por ahí.
-¿Cuándo nos veremos de nuevo?-Me preguntó rápidamente en la salida.
-No sé, sabes que no puedo prometerte nada. Me tienen como si estuviera en un convento...
-Bueno, no te preocupes demasiado. Ya me pasaré por aquí otro día.-Dijo frotándose las manos con una repentina sonrisa de aventura.
-Anda que no aprendes pronto...-me reí yo.-Bueno, tengo que irme. Ten cuidado ¿Vale?
Se dio la vuelta cuando nos separamos del pequeño abrazo y salió corriendo, al igual que yo, que llegaría tarde a clase si no lo hacía.
El profesor de matemáticas entraba por la puerta al mismo tiempo que yo me sentaba en mi silla, alante del todo y pegada a las ventanas.
Esta era una de las clases más aburridas de todas...Las matemáticas no me gustaban nada, pero aún así nunca sacaba menos de un 9 en los exámenes.
Llegó la hora de la comida, y todo el mundo salía corriendo al comedor, mientras yo subía a la azotea y me sentaba en el tejado. Cogí la bolsa con mi almuerzo y despues saqué un cuaderno y un lápiz. Desde ahí podía ver casi todo el instituto, y cada día dibujaba algo nuevo. Hoy me había fijado en dos chicas que estaban sentadas en un banco y no paraban de reir, así que empecé a dibujarlas.
No notaba el paso del tiempo cuando estaba ahí subida, ni ahora que estabamos entrando en el invierno y hacía muchísimo frío. Tan sólo me daba cuenta de que tenía que volver a clase porque el patio se quedaba vacío.
Dejé el croquis de las dos chicas cuando sonó el timbre, y una vez en clase continué con mi dibujo perfeccionando los detalles.
No solía hablar con la gente de mi clase, no eran mis amigos. La única persona que podía considerarse como mi amiga era Jan Hee.
A la salida de la escuela tambien me recogían y me llevaban a casa. Había intentado negociar con mis padres para que me dejasen regresar andando, pero no había manera. "Demasiado peligroso para la heredera de Shin Sea" decían una y otra vez. Ni que fuera la hija del presidente de los Estados Unidos...
Cuando llegué a casa subí a mi habitación después de que me avisaran de que mis padres no estaban y que esa noche no dormirían en casa, como otras tantas.
Preparé las cosas para ducharme y encendí la radio. En ese momento estaba sonando una canción que había escuchado unas cuantas veces, pero no sabía el nombre ni del cantante ni de la canción. Sólo que él tenía una voz preciosa, la más bonita que había escuchado nunca. Cuando salía su canción por la radio siempre la pillaba empezada y ya habían dicho su nombre.
Mi ducha era uno de los momentos que más aprovechaba del día, ahí pensaba en qué invertir el resto de la noche, y lo que se me ocurrió para esa noche podía resultar algo peligroso...
Bajé con el pijama puesto y cuando terminé de cenar subí a la habitación dándo la orden de que no entrase nadie a mi cuarto hasta mañana por la mañana para despertarme, que estaba cansada y necesitaba dormir. Nana como siempre subió conmigo llevando en las manos un vaso de té.
-Eh...Marlen, necesito que me hagas un favor...Y que no preguntes.
-¿Qué favor...?-Preguntó ella precavida.
-Que cortes la luz.
-¿¡¡Qué!!? ¿¡Para qué quieres que corte la luz!?
-Por favor nana...Te pedí que no preguntases...-Dije poniendola cara de súplica.
-Ay niña...¿En qué te estás metiendo?.
-No es nada...De verdad...Sólo cortala y vuelve a darla en 5 minutos...
-Shin Yun Hye...
-Por favor...-Dije juntando las manos y poniendo mi mejor cara de lástima.
Ella se dio la vuelta y después de dejar el té en mi mesita de noche salió dándome las buenas noches. Sólo me quedaba confiar en ella...
Nada más cerrar la puerta me quité rápidamente el pijama y me vestí con ropa oscura y de abrigo. Me puse un gorro, cogí una linterna del cajón y me miré al espejo, pensando que más que una escapada esto parecía un atraco.
El plan era bastante sencillo, pero podía complicarse...
Me asomé por la ventana y busqué por el jardín al pequeño Rajá. No le veía muy bien, pero pude distinguir que estaba sentado bajo la valla de casa. Empecé a llamarle, y tras unos cuantos intentos el Husky se acercó a mi ventana.
Le tiré una buena cantidad de sus galletas para tenerle bien entretenido un rato.
Ahora comenzaba verdaderamente mi aventura. Salí de mi habitación con cuidado vigilando que no hubiera nadie en los pasillos y rezando para que nana me hubiera hecho caso. Los segundos pasaban y seguía habiendo luz en la casa, empecé a escuchar el ruido de unos zapatos acercándose, subiendo la escalera y pensé que mi plan se había jodido. Pero antes de retroceder para meterme en la habitación la luz se apagó. ¡Bien! ¡Sabía que Marlen no me podía fallar!
Bajé a toda prisa las escaleras pegada a la barandilla con cuidado para no caerme mientras oía las voces de los empleados.
Entre tanto jaleo que había en mi casa en ese momento no se oyó cómo abría la puerta de entrada y el viento la cerraba con un portazo.
Con la linterna me aseguré de que no hubiera nadie. Crucé corriendo rápidamente el parking y cuando me aproximé a las vayas ví a los dos hombres de seguridad hablando un poco despreocupados. Seguramente estarían tranquilos porque a nadie en su sano juicio se le ocurriría entrar o salir con este frío.
De repente Rajá empezó a ladrar fuertemente y los dos hombres se miraron confusos, y después salieron cada uno en una direccion para ver qué pasaba. Esto estaba saliendo mejor de lo esperado...Me escondí tras una estatua hasta que los de seguirdad estuvieron lo bastante alejados y después llegué a la valla. Me dí prisa en sacar la llave y abrir el candado.
Una vez estuve fuera pude respirar tranquila, y empecé a caminar riendome, despojándome un poco de la tensión de la pequeña escapada.
En realidad no sabía por qué me había escapado, no es que tuviera una razón concreta, sólo me apetecía sentir el aire fresco. Demasiado fresco a mi parecer...
Busqué los guantes en la mochila y después de ponermelos saqué el móvl y enchufé los cascos. Con los guantes puestos era un poco complicado manejar el pequeño aparato, pero al fin conseguí sintonizar un canal de radio.
Mientras andaba me iba fijando en los árboles y arbustos que había a los lados del camino, hasta que me metí un poco más en la civilización y empecé a ver coches y gente caminando. A esas horas era muy normal ver gente haciendo vida social, saliendo con los amigos, novios, familia...No como yo, que para salir tenía que armar estos escándalos.
A ver...No es que me tuvieran encerrada ni mucho menos, sólo que salía siempre acompañada, escoltada por dos enormes buldogs, o lo que era muuuucho mejor, acompañada por mis señores padres...
Asíque me dediqué a disfrutar de mi paseo, aunque me estuviera helando de frío, deberíamos estar a unos cuantos grados bajo cero...Este invierno estaba siendo duro.
Una vez hube salido del caminito en el que estaba mi casa, rodeé unos cuantos edificios mientras me fijaba en las luces que había en los interiores de las casas, y me imaginaba como eran las personas que la habitaban.
Estaba junto a un parque cuando me pareció oír un ruido detrás de mi, y me giré para ver la silueta lejana de dos hombres andando despreocupados con las manos en los bolsillos a unos cuantos metros de mi. Al girarme, el más delgado le dio unos cuantos golpecitos con su codo en las costillas al otro y levantó la cabeza en mi dirección, cosa que me asustó bastante y volví la cabeza para andar casi sin apoyar los pies en el suelo...
Ellos seguían detrás de mi riendose y yo cada vez me ponía más nerviosa, giraba constantemente la cabeza para comprobar si seguían detrás de mí y aceleraba mi paso. ¿Y si eran unos borrachos, violadores, o algo peor...? Me entraban escalofríos tan solo de pensarlo.
Cuando estaba a punto de echar a correr dejé de escuchar pasos a mis espaldas y cuando me giré, vi que los dos chicos se subían a un coche. Uno de ellos, el más alto me miró una vez más antes de entrar en el coche riéndose.
El coche pasó por mi lado derecho mientras hacía sonar el claxón. Pegué un grito del susto y me quedé quieta unos cuantos segundos, hasta que normalicé mi respiración.
Después de esto decidí que la escapada había estado bien por hoy, lo mejor sería regresar ya...
Tras veinte minutos llegué a casa más tranquila. Después de ver como esos dos chicos se subían al coche y dejaban de seguirme, mi corazón había dejado de latir tan aceleradamente. Y tampoco había sido para tanto...
Ahora tenía que pensar en cómo volver a entrar a mi casa sin que me viera nadie...
Cuando me acercaba por el pequeño caminito que me llevaba hasta las vallas de entrada, vi que una pequeña luz se acercaba a mi desde detrás de las vallas. Quise esconderme en un arbusto, pero fue demasiado tarde.
-No quiero saber qué ha estado haciendo, pero será mejor que entre antes de que sus padres la vean señorita.
Reconocí la voz de Marlen bastante enfadada.
-¿Mis padres? Pero si no iban a pasar aquí la noche...-Dije alarmada.
-Llegaron hace una hora.-Dijo mientras me abría las puertas.-No se preocupe, les dije que se encontraba indispuesta y estaba en cama.
Ninguna añadió nada más. Marlen estaba un poco molesta por haberla liado para que me ayudase, y yo me encontraba algo cansada. Así que cuando me tumbé en la cama no tardé mucho caer dormida.
La semana pasó bastante tranquila, mis padres no se enteraron de mi escapada nocturna y se encontraban especialmente amables y alegres. Me dijeron que la próxima semana llegarían unos amigos suyos y que prepararían una cena para darles la bienvenida.
El lunes siguiente llegué a clase en el recreo, después de haberme saltado las dos primeras horas. Noté más alboroto del normal entre las chicas, que cuchicheaban en los pasillos. Cuchicheos que se incrementaban al acercarme a mi clase.
Cuando entré localizé fácilmente la causa del alboroto femenino.
Un chico alto y de pelo castaño estaba apoyado en la pared hablando con unas cuantas chicas. Era un chico nuevo. Y guapo...Tenía un cuerpo realmente alucinante.
Atravesé la clase intentando no ponerme colorada, y cuando llegué a mi pupitre vi que alguien lo había ocupado ya. Miré al rededor intentando encontrar alguien que me dijera que hacían esas cosas ahí. Mi mirada fue a parar al chico nuevo. Era el único que había podido sentarse en mi silla, seguramente no sabría que estaba ocupada, así que me acerqué a él y le hablé con toda la educación que me habían inculcado.
-Perdona, has puesto tus cosas en mi sitio. Ahí atrás tienes más mesas...
Él me miró dejándo de hablar por un momento con el grupo de chicas que tenía al rededor.
-¿Tu sitio?¿Y quién dice que es tu sitio?
-¿Cómo que quién lo dice? No hace falta que lo diga nadie, llevo sentándome aquí todo el curso.
-Seguro que un cambio de aires te viene bien.-Repuso tranquilamente.
Cómo aplastase mi mano contra su cara si que iba a ser un cambio de aires para él...
-¿No vas a quitar tus cosas de ahí?
Él negó con la cabeza con un gesto de indiferencia.
-Genial.-Dije yo sonriéndole irónicamente.
Me giré de nuevo a MI escritorio y mientras con una mano agarraba su mochila, que descansaba en el suelo, con otra cogía los pocos libros que había encima de la mesa y los metía dentro. Me dirigí hacia la puerta de la clase.
-Eh eh eh, ¿Qué te crees que estás haciendo?-Dijo el nuevo andando detrás de mi.
Una vez fuera de la clase tiré la mochila al pasillo bajo la atenta mirada de los que pasaban por ahí y los curiosos que habían salido de la clase para mirar.
-¿Qué te crees que estás haciendo tú? Deberías haber preguntado si el sitio estaba ocupado o no.
-¿Y por qué tendría que...?
-Eh eh, chicos, ¿Qué pasa aquí?-Dijo el profesor metiendo los brazos entre nosotros.
Nos habíamos enfrentado acercándonos bastante. La escena vista desde fuera debía verse algo cómica, ya que el chico nuevo era bastante más alto que yo...
-Tú debes de ser Kim Changmin, ¿No?-Preguntó el profesor mirando al gigante.-Vamos, entremos a clase. Te asignaré un sitio.
Por suerte para mi le sentó en la pared contraria a la que yo me sentaba.
Durante toda la clase no paramos de echarnos miraditas cargadas de odio.
Cuando el profesor preguntaba algo y yo levantaba la mano para responder, él me miraba y levantaba la mano también intentando ponerla más alta cosa que no resultaba muy complicada ya que su brazo era bastante más largo que el mio.
El resto del día pasó sin ningún otro problema, simplemente le ignoraba.
Cuando llegué a casa me avisaron de que mis padres querían verme en su despacho. Fui un poco asustada, tal vez se habían enterado de mi escapada de la semana pasada y ahora estarían mandando hacer mis maletas para un internado...
-Hola hija, pasa pasa.-Dijo mi madre cuando asomé la cabeza por la puerta tras llamar unas cuantas veces.
-¿Ha pasado algo? Me han dicho que quereís hablar conmigo.
-Tranquila, no es nada malo. Mira lo que hay ahí. Es para ti.-Mi madre señaló con el dedo una bolsa que había en el suelo, al lado de la puerta.
Cogí la bolsa y me senté en una silla. Cuando descubrí lo que había dentro y lo saque, me quedé alucinada.
-Guau...Son..¡Son muy bonitos!-Eran unos zapatos de tacon de color azul oscuro.-¡Gracias!-Cogí con mi mano derecha la mano de mi madre y con la izquierda la de mi padre. Hacía mucho que no tenían un detalle conmigo, y los zapatos me encantaban...
-Nos alegramos de que te gusten hija.
-Queremos que te los pongas esta noche.-Dijo mi madre.
-¿Esta noche? ¿Vamos a algún sitio?
-¿Recuerdas que te dijimos que iban a venir unos amigos mios? Han insistido en conocerte, por eso cenaremos aquí en casa.
-Ah...-Dije decepcionada. Tendría que haber pensado antes que no era un regalo porque sí, sino que iba a serles útil para algo.
-¿Por qué no vamos a tu cuarto y te elijo el vestido?-Dijo mi madre especialmente alegre.
-Bueno...como quieras.
Mi madre escogió un vestido corto del mismo color de los zapatos, con un escote de palabra de honor que se pegaba a la cintura y cogía vuelo desde las caderas. Cuando salí de la ducha llegó una de las empleadas para ayudarme con el peinado.
-Esto parece más una boda que una simple cena de negocios.-Murmuré mirándome al espejo.
-Shhh, vamos niña, sus padres ya la están esperando abajo con la visita.-Dijo Marlen mientras me cogía del brazo llevándome a la puerta.
Bajé las escaleras y escuché las voces de mis padres en el comedor.
-¡Hija! Ven que te presente.-Mi padre fue hasta mi cuando me vio en la puerta y me cogió de la mano.-Este es el señor Kim Dae Hyun.-Hize una pequeña reverencia ante él.-Y su esposa Kim Eun Dom.-Repetí el gesto que había hecho antes con su marido. Me fijé en que había otra persona que no conocía, que estaba de espaldas hablando con mi madre.
-Y aquí está el pequeño de la familia.-Mi padre se acercó al misterioso chico y le puso una mano en el hombro.-Kim Changmin. Esta es nuestra hija, Shin Yun Hye.
¡¡¡No...puede....ser....!!!
-Hola.-Dijo...Chan...Changmin...con una espléndida sonrisa.-Encantado Shin Yun Hye.
-Yun Hye...Yun Hye...-Dijo mi madre un poco histérica dándome un pequeño codazo.
-Perdón...Lo mismo digo, un placer Changmin.-Dije con voz apagada.
¿Un placer? Un placer sería cuando te pegara una patada en el culo y salieras volando por la ventana. Ya era casualidad...
-Bueno...¿Cenamos?
La cena fue bastante agradable, exceptuando la irritante sonrisa de Changmin, que no había borrado durante toda la cena. A demás...me estaba escaneando completamente. Ya le había pillado unas cuantas veces mirándo el fin de mi vestido...
-Chicos os dejamos solos un rato, tenemos cosas de las que hablar.-Mi padre se levantó del sofá en el que estabamos, seguido por mi madre y los padres de changmin.
-Perfecto. Nos quedaremos hablando aquí.-Contestó Changmin con una radiante sonrisa.
Cuando mis padres salieron y vi que subían las escaleras, me levanté del sofá para salir del salón. No pensaba aguantarle ni un minuto.
-¿Dónde vamos?-Dijo Changmin poniendose detrás de mi
-¿Vamos? Yo voy a mi habitación, tu haz lo que quieras.
-Genial, se va por aquí ¿No?.-Dijo Changmin adelantándome y subiendo por las escaleras.
-¡¡Eh!! ¿Dónde te crees que vas?
-A tu cuarto.
-¿Quién te ha dicho que puedes?
-Has dicho que hiciera lo que quisiera...
-Oye...-Subí unos cuantos escalones, quedándome frente a él.-¿Puedo saber por qué estás tan...contento?-Él me miró con cara de no entender.-Soy la misma con la que has discutido esta mañana, ¿Recuerdas?
-Sí, ¿Por qué?
-¿¡Cómo que por qué!? Deberías estar matandome y no comportándote como si me conocieras de toda la vida.
-Mira nuestros padres son amigos, y tengo la sensación de que a partir de ahora nos vamos a ver mucho más tiempo. ¿No será mejor que nos llevemos bien?
-¿Pero tú quieres llevarte bien conmigo?
-Jajaja ¿Te has dado cuenta de que en todas las frases que has dicho has incluido una pregunta?-Dijo Changmin señalándome con el dedo y riendose.
-Pero tú...tú no tienes seriedad ninguna...Contéstame, te he hecho una pregunta.
-Si sólo hubiese sido una...Vamos anda...-Bajó los escalones que nos separaban y me pasó el brazo por los hombros llevándome hasta la salida.-Déjame que te demuestre que podemos llevarnos bien.
-Espera espera, ¿Dónde vamos a ir a estas horas? No creo que me dejen salir a ningún sitio.-Dije cuando ya estabamos fuera haciendo resistencia contra su brazo, que tiraba de mi.
-Pues nos quedamos aquí.-Se sentó en los escalones de la entrada y hizo que me sentara a su lado sin dejar de tirar de mi brazo.
Le miré con mala cara y le hice caso con resignación.
-¿Oye no tienes frío?-Dijo Changmin cuando llevabamos un rato sentados en silencio.
Miré su chaqueta con envidia mientras apretaba los dientes para que dejara de temblar
-No,...Es...toy bien...-Si fuera un chico con un poco de educación se habría quitado la chaqueta y me la hubiera prestado...Pero en vez de eso me miró y se carcajeó unas cuantas veces.
Iba a empezar a hablar cuando las puertas de la casa se abrieron y salió Marlen con una chaqueta.
-Tome niña, la noche está fría.-Me pasó la chaqueta por los hombros y yo le agarré la mano agradeciendola. Había leido mis pensamientos, seguro...-Sus padres aún están reunidos, tienen té en el comedor.
-Gra..Gracias ahora mis...mismo....-Dije levantándome.
-Dentro de un rato iremos.-Me interrumpió Changmin tirándo de mi brazo para volver a sentarme en las escaleras bruscamente.
Marlen no dijo nada más y se metió de nuevo en la casa.
-¿Por qué no...quie..quieres entrar?.-Pregunté haciendo que fuera más notable el frío que tenía.
-Porque aquí se está bien...
-¿Bien? Estás loco...Yo me voy al salón..no se como no...no lo he hecho ant...antees...-Me levanté, y debido a la rápidez con la que lo hice estuve a punto de caerme por los escalones, pero Changmin fue lo bastante rápido como para levantarse y agarrarme, evitando mi caida rodeandome con los brazos.
Nos quedamos mirándonos frente a frente durante unos segundos. Changmin subió su mano hasta mi barbilla, y su cara se iba aproximando a la mía. Me tenía agarrada con sus brazos, así que mucha escapatoria no tenía...Y me iba a besar...¡Me iba a besar! Levantó su dedo pulgar y lo pasó por la comisura de mis labios.
-Las señoritas con clase deben limpiarse bien la boca después de comer.-Dijo antes de separarse y meterse a casa sonriendo, dejándome sin palabras y con la cara de tonta más perfecta de toda mi vida.
A los pocos segundos oí que me gritaba desde dentro "¿¡¡Pero no tenías tanto frío!!? ¿Qué haces ahí parada?"
Mis padres bajaban las escaleras seguidos de los de Changmin al mismo tiempo que me sentaba en uno de los sofás del salón. Notaba que estaban extremadamente felices, así que seguramente habrían hecho un buen trato.
Continuamos charlando durante un rato más hasta que me aburrí de tanta charla de negocios y me disculpé diciendo que estaba cansada y que al día siguiente tendría que levantarme temprano. Ví que Marlen estaba hablando con otra empleada y le dije que no hacía falta que me subiera té, que no me apetecía esa noche.
Cuando llegué a mi habitación me puse el pijama y después de encender la radio me metí en la cama. No estaba especialmente cansada, pero la comodidad de mi cama ayudó a que mis ojos fueran cerrándose.
No se si estaba dentro de mi cabeza o si venía de la radio, pero escuché otra vez esa canción. Esa voz...
"Es tiempo de amar, oh mi vida...
¿Cuándo llegará ese día?
...
Aunque las estaciones vuelvan otra vez,
el tiempo sigue pasando..."
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