Precious Love Cap 9

Capitulo 9



Jaejoong estaba sentado en el sillón aun agitado por la disputa. Hyun Joong hablaba por el teléfono mientras Lyn, la secretaria, intentaba inútilmente que Jaejoong aceptase el té que le habría traído.


Jaejoong no hablaba. Después de una discusión con Yunho nunca hablaba. Siempre se quedaba sentado con la mirada perdida.
Hyun Joong al ver que la muchacha no se iba se separó un poco el teléfono y poniendo la mano sobre el la miro y junto a un gesto con la cabeza la dijo "vamos lárgate, ¿no ves que no te hace caso?" Ella resignada y con cara de preocupación se marchó cerrando la puerta sigilosamente. Entonces Hyun Joong que había mantenido la conversación en un tono casi inaudible alzo la voz para que Jaejoong le escuchara.  



- Se os dijo claramente que el plan había sido anulado. – Jaejoong miró a Hyun Joong de reojo.
- …
- No, es que no me vale eso como excusa. Dime donde la tenéis.
- …
- Aja, sí. Claro que se dónde es imbécil. – Jaejoong se levantó, pisando los cristales que quedaban en el suelo, dirigiéndose al mini bar de la esquina. – Lo quiero solucionado ya. Lo que nos faltaba era que levantaseis sospechas. Sí.
- Pásamele. – Dijo Jaejoong ya con un nuevo vaso de whisky solo que esta vez lo apoyaba en su mandíbula para calmar el dolor del puñetazo. Hyun Joong dudo. – Vamos, no me cabrees. – Finalmente dijo un rápido "espera un segundo" al teléfono y se lo entrego a Jaejoong. – Eres un completo inútil – La voz de Jaejoong sonaba relajada, pero sombría. Se dejó caer de nuevo sobre el sofá sin que se le derramara una sola gota del vaso. – No te creas que te vas a ir de rositas, ni tú, ni tu jefecillo de cuarta.
- …
- Tsh… no, no te creas que encima vas a quedar tú de héroe. Ahora mi compañero te va a dar una dirección a la que la vas a llevar en una hora. ¿Entiendes no?
- …
- Perfecto. No te quiero ni ver cuando vaya. Ni a ti ni a nadie. ¿Queda claro?
- … - Jaejoong no escucho lo que al otro lado de la línea le tenían que decir, directamente le paso el teléfono a Hyun Joong que asintió con la cabeza y se puso de nuevo al aparato.
Jaejoong odiaba los trabajos mal hechos. Y desde luego con Eun mi se había lucido. Estaba perdiendo práctica. Cerró los ojos con el vaso aun apoyado en la cara. No quería pensar en nada, pero su magnífico hermano siempre metía las narices donde no debía, aunque quizás esta vez no le había venido mal. Si no le llega a decir Yunho que Eun mí no aparecía, a saber que la hubiera pasado.
Que ridiculez, claro que lo sabía. Lo mismo que a todas las que se rebelan contra Jaejoong. Era algo sencillo, un par de golpes, que si matare a tu familia y al final todas posan con una linda sonrisa frente a la cámara.
Pero Eun mi era diferente. Había llegado allí de rebote, por culpa del director de la marca de refrescos que la vio aquel día. Que excusa más tonta para no querer firmar un contrato…
*Flashback* ~Restaurante "Haneul" ~


- Sin faltarle el respeto, pero hoy en día todas están operadas. – Dijo un ayudante de Jaejoong mientras este estaba centrado pensando en cómo solucionar el… imprevisto.
- Precisamente, esta campaña publicitaria tiene que ser algo… espontaneo, natural. Es un refresco de verano para jóvenes y deben sentirse identificados con algo más real que modelos de plástico.

 Esto se iba a poner difícil. Jaejoong sabía que el director de la marca estaba negociando un contrato con otra agencia bastante competidora. Unas de las pocas que quedaban poniéndoselo difícil a "Balgueonuri".

- Usted solo diga a quien necesita. Y nosotros cumpliremos su petición. – En ese momento llegó Eun mí, la camarera, recogió los botellines de Soju vacíos reponiéndolos por otros. El director y Jaejoong la miraron y la chica sonrió tímidamente diciendo "disculpen" mientras hacia una reverencia. En cuanto la joven se marchó el director de la marca de refrescos comenzó a reírse.
- Muy bien joven, muy bien. Pues quiero a esa jovencita en mi campaña. – No es que a Jaejoong no le pareciera guapa la muchacha, por que definitivamente lo era y mucho. El problema es que no tenía mucha pinta de haberse hecho unas fotos de estudio en su vida y mucho menos para un anuncio publicitario.

Aunque ataviada con su uniforme de trabajo, la chica no daba la sensación de ser muy estilosa vistiendo y mejor ni hablábamos del peinado, un moño casi caído seguramente debido al duro día de trabajo, no era nada presumida sino se lo estaría retocando cada cinco minutos. Aun así ella era la única oportunidad para ese contrato y Jaejoong lo sabía. Ese hombre era duro de pelar, le había costado que aceptase la cena dos semanas.

- Claro señor director, ¿Qué joven no sueña ser una modelo? – Jaejoong rió haciendo que todo su sequito de ayudantes rieran a la vez. El director sonrió mientras le miraba con cara de… "ya veremos ya…".

*Fin flashback*

- Jaejoong, Jaejoong. – Decía Hyun Joong zarandeándole el brazo. Ya había terminado de hablar por teléfono. Este abrió los ojos mirando sombríamente a Hyun Joong.
- ¿Me puedes explicar cómo coño se la llevaron sin permiso? ¿¡No se supone que lo dejaste todo claro!? – Dijo Jaejoong sin alzar la voz.
- No lo sé, han hecho lo que les ha dado la gana. Le dije a su jefe que no la tocaran, que ella solita había vuelto y que irías tú con ella a la fiesta. Debe ser que al dejarla sola ellos interpretaran algo que no era…
- ¡Pero que interpretar, ni que interpretar! ¡Las ordenes se cumplen no se interpretan! ¡Si digo que no la toquen un pelo es exactamente eso! – Jaejoong se levantó de golpe alzando la voz. Hyun Joong, acostumbrado a esos arrebatos, no se movió ni un centímetro. – Malditos inútiles, búscate otra gente. No les quiero en mi equipo.
- De acuerdo.
- Le has dicho la dirección correctamente. ¿O también la van a interpretar?
- No, la llevaran allí en una hora como dijiste.
- Eso espero. Voy a casa primero. Controla al capullo de mi hermano, mucho esta averiguando en poco tiempo, debe haber un topo. Y el asesino ese… ¡No quiero que se acerque a mi empresa! – Grito cogiendo su chaqueta y marchándose cerrando la puerta estruendosamente.

Yunho y Changmin llegaron a casa de Sang Hee en media hora. Sentados los tres en el salón con te encima de la mesita, hablaban sobre que podían hacer para encontrar a Eun mí.

- Jaejoong no sospechara que Eun mi nos va a ayudar ¿no?- Mi hermano es imbécil, si acaso Hyun Joong es el que más desconfiara… por que ese no se fía ni de su sombra. – Dijo Yunho.
- Además, la conversación no debió ser muy extensa. – Dijo Changmin.
- Claro sobre todo cuando irrumpiste tú… - Contesto Yunho.
- Si no llego a irrumpir yo, tu parte de lesiones sí que habría sido muy, pero que muy extenso.
- Que manía. Yo puedo con mi hermano. Cuando quieras te lo demuestro.
- Niños….calmaos… – Dijo Sang Hee intentando que se concentrasen en el tema.
- Si tú lo dices… - Dijo Changmin en tono pasota y mirando de reojo a Yunho que le hizo un gesto con desdén pasando de contestarle.
- A ver, una cosa esta clara. Jaejoong tiene que saber algo. – Dijo Yunho convencido.
- Pero no va a soltar nada. Somos los enemigos. – Sang Hee tenía las manos en su cabeza, apretando los dedos sobre su sien para que la solución apareciese como por arte de magia en su mente.
- Hay algo indiscutible, y eso es que no vamos a sacar nada tirando de Jaejoong. Y mucho menos de Hyun Joong. Lo que tenemos que hacer es lo típico en estos casos. Recorrernos hospitales, comisarías y… - Changmin se quedó callado mirando a Sang Hee.
- Y que… - Dijo Yunho levantándose y andando por el salón.
- Y callejones. Es lo que hay – Dijo Changmin. Él sabía de lo que hablaba. Habían pasado varias horas y había pocas opciones. O estaba viva y en mal estado o estaba muerta. Dependiendo de lo cabezona que se pusiera.
- Seguro que no ha parado de abrir su boca. Porque nunca calla, siempre tiene que llevar la razón, siempre tiene que decir la última palabra… - Decía Yunho como echándola la bronca sin estar presente.
- Bueno a ver, relajémonos. Vamos a hacer lo que dice Changmin. Nos repartimos por los principales hospitales y punto. Hay que salir ya, no podemos perder más tiempo debatiendo. – Dijo Sang Hee, levantándose del sillón y acercándose a Yunho.
- Vamos. – Dijo él. Yunho conducía su coche mientras que Changmin usaba el del padre de Sang Hee, ahora de conferencias por china en las universidades de derecho. Sang Hee llevaba su mini rojo.
Jaejoong conducía por la autovía principal que atravesaba Seúl hasta las afueras. Cogió un desvió hacia las estaciones abandonadas de los primeros ferrocarriles que hubo en la ciudad. Aparcó en una zona de gravilla y se dirigió a los edificios de la pequeña estación abandonada.
No tuvo que andar mucho para encontrarla. Justo donde les había ordenado. Parece que algo habían hecho bien. Estaba en el suelo, tapada con una manta de Hello Kitty, despeinada y con la cara ensangrentada. Jaejoong se agacho para ver si estaba consciente inclinándose para cogerla del cuello.


- Mhhhh – Murmuró algo inentendible.
- Por fin… - Ella entre abrió un poco los ojos, no le veía, estaba seguro. – Te llevare al hospital. – La dijo, cogió su bolso a unos centímetros de donde estaba ella para luego cargarla en brazos. No llevaba zapatos y tiritaba por el frio. Finalmente el verano se había acabado. Comenzaba a chispear.

De camino al hospital, Jaejoong no bajo de los 190 por hora, Eun mi se quedaba dormida y la tenía que ir despertando cada dos por tres. Por fin llegaron a urgencias donde varios médicos que ya habían recibido el aviso por móvil de Jaejoong la esperaban en la puerta.
Estaba muy grave. Respiraba con dificultad y sus constantes eran débiles. Con la cara tan magullada que casi no se la reconocía.
Jaejoong se apoyó en la pared del hospital sacando de su bolsillo un paquete de tabaco. "Que puta mierda" dijo en voz baja mientras se encendía un pitillo. Cobijado bajo la lluvia espero paciente a terminarse el cigarrillo y luego paso a la sala de espera.
Sang Hee había recorrido prácticamente toda la ciudad. Llego a uno de los hospitales más grandes de Seúl que estaba cerca de una de las entradas de la ciudad.


- Buenas, ¿podría informarme si ha ingresado en las últimas horas Jeong Eun Mi? Es mi hermana pequeña, no la encuentro desde hace un día.
- Espere que lo busco en el ordenador. – Sang Hee se estaba poniendo de los nervios cuando comenzó a sonar su móvil. Era Yunho.
- Dime, ¿la has encontrado?
- Nada de nada, me acaba de llamar Changmin que ha ido hasta a los ambulatorios. No está por ninguna parte. ¿Tú qué?
- Señorita. – Dijo la recepcionista antes de que Sang Hee contestara.
- Si, disculpe.
- Jeong Eun Mi ha ingresado hace dos horas. Está en observación. Vaya a la sala de espera que allí la informarán dentro de un rato.
- Gracias, gracias… - Sang Hee paso por la puerta de urgencias directa a la sala de espera. – Yunho te doy la dirección vente para acá que está aquí.
- ¿No te han dicho quien la ha llevado? – Se escuchó la puerta del coche cerrarse bruscamente mientras arrancaba el motor.
- No, ahora me informan.
- Voy para allá. Llama a Changmin.
- De acuerdo.
Cuando Sang Hee entró por la puerta y en seguida reconoció a Jaejoong, sentado en una de las sillas de plástico hablando por el móvil.
Se acercó a él, que inmediatamente cerro el móvil y puso sus manos sobre las rodillas.

- ¿Tú que haces aquí? – Pregunto Sang Hee intuyendo la respuesta. Seria mucha casualidad que Jaejoong la hubiese encontrado. Y siendo una abogada con varios juicios exitosos a su espalda no creía en las casualidades. Creía en las pruebas y todas le apuntaban a él.
- Recibí un soplo sobre donde estaba Eun mí, y fui a buscarla. – Su expresión era tranquila, como siempre. Él nunca se aceleraba al mentir.
- Ya, claro. Eso se lo dices a ella a ver si te cree. ¿Te han dicho cómo está?
- Jodida. No me han querido decir nada de momento. En un rato vendrá el medico la están haciendo todo tipo de pruebas.

Sang Hee se sentó en la silla contigua y no volvieron a hablar hasta que media hora después apareció el medico con una carpeta que contenía los resultados de algunas pruebas.
- ¿Acompañantes de Jeong Eun mí? – Pregunto mirando a Jaejoong.
- Si – Sang Hee y Jaejoong se levantaron a la vez.
- Em… bueno la señorita Eun mi esta fuera de peligro pero tiene un par de costillas hundidas que la dificultan la respiración y múltiples contusiones por todo el cuerpo. Lo mejor sería que se quedara un día más ingresada para ver como evoluciona su estado. Pero repito que esta fuera de peligro.

En ese momento Yunho entro por la puerta yendo directamente donde se encontraba Sang Hee, inconfundible con su color rojizo de pelo. En cuanto se acercó y vio a Jaejoong comprendió que Sang Hee jamás le habría llamado a él, sino que había sido él el que la había encontrado.

- Con que no sabías donde estaba ¿no? – Dijo Yunho poniéndose al lado de Jaejoong pasando de la presencia del médico que había ya terminado de dar el parte de lesiones.
- Yunho aquí no. – Advirtió Sang Hee.
- ¿Qué ocurre? – Dijo el médico intentando interponerse entre ellos. La actitud de Yunho era claramente agresiva.
- Tranquilo doctor no se meta, no pasara nada. – Dijo Jaejoong tranquilamente como siempre. Pero sus ojos reflejaban nerviosismo. Sabía que a Yunho jamás le podría engañar ni con la excusa ideada y perfecta. En ese momento Changmin entró, divisó a Yunho que estaba muy pegado a Jaejoong y fue directo a evitar un escándalo en medio del Hospital. Resopló pensando que siempre le tocaba a él evitar ese tipo de altercados, y lo peor de todo es que nunca lo conseguía.
- Eso espero, sino me veré obligado a llamar seguridad.
- Yunho vamos, aléjate – Le dijo Changmin cogiéndole de los hombros. – No merece la pena vamos, vamos. Hazme caso.
- ¿Qué no merece la pena? Ya ves que si merece la pena partirle la cara. ¿Qué casualidad no Jaejoong? ¿Quién te ha dado el soplo esta vez? A lo mejor podrás engañar a cualquiera pero a mí no. Te conozco demasiado bien. ¿Dónde la tenías?
- Estas desvariando. Yo no la tenía en ningún sitio, deberías dejar de ver pelis de policías. Siempre te han sentado mal a tu espíritu luchador. – Jaejoong evitaba mirar a Yunho a los ojos. El doctor que seguía ahí se apartó un poco buscando con la mirada a los guardias que estaban en la entrada. Yunho se soltó del agarre de Changmin cogiendo a Jaejoong de las solapas de la cara chaqueta de su traje.
- ¡Que conmigo no cuela! ¡Sabes que lo voy a terminar descubriendo! ¡Como la pase algo, soy capaz de cualquier cosa! - Yunho alzó la voz haciendo que toda la sala callara. Los guardias del hospital se dirigieron directamente a donde se encontraban separando a los hermanos.
- Señor será mejor que abandone el lugar – Le dijeron a Yunho ya que era él el que alzaba la voz y amenazaba a Jaejoong.
- ¡Yunho! – Dijo Sang Hee al ver que Yunho se resistía.
- ¡No dejéis que se acerque a ella! ¡No se lo permitas! ¡Suficiente daño la ha hecho ya! – Gritaba Yunho. La gente de los alrededores cuchicheaba sobre lo que estaba ocurriendo armando un gran murmullo alrededor de la escena. Sang Hee le hizo un gesto a Changmin para que le acompañara fuera mientras que Jaejoong tranquilamente se sentó de nuevo en las sillas de plástico y mirando desde esa posición al doctor le dijo: "Entonces se pondrá bien que es lo que importa ¿no?" El doctor asombrado por la frialdad de Jaejoong asintió mientras veía como se llevaban a Yunho un poco más calmado al tener a Changmin al lado.

Sang Hee suspiro de alivio al ver que nada grabe había pasado finalmente. El doctor estaba nervioso por lo ocurrido. No se esperaba que algo así pasara, continuo diciendo:

- Bueno, dentro de media hora pueden pasar a verla. Les acompaño hasta su planta. –Dijo ya desconfiando de la situación ya que ni Jaejoong ni Sang Hee se miraban. Estaban como si ninguno de los dos existieran.
- Está bien. – Dijo Sang Hee. Jaejoong se levantó y sin decir nada les siguió hasta la 3 planta donde se encontraba la habitación de Eun mí.

En el pasillo donde se encontraba la habitación el doctor, Jaejoong y Sang Hee miraban por la ventana a Eun mí, que descansaba en la cama respirando con ayuda de una mascarilla.

- Esta noche me puedo quedar yo con ella, por si necesita algo.
- Estarás contento… - Murmuro Sang Hee, que se fijaba en los hematomas y heridas de la cara de Eun mí. – Soy su hermana mayor, yo me quedaré. – Dijo sin mirar siquiera la reacción de Jaejoong que se asombró ante la mentira de la abogada.
- No se quedarán ninguno de los dos. – Anunció el doctor.
- Pero soy familiar suyo…. – Argumentó Sang Hee.
- Está en observación y necesita descanso, por lo que he visto, lo mejor será que la restrinja las visitas. No sé qué diablos pasa aquí ni qué relación extraña hay en todo esto. Ahora que ya la han visto, les pido que abandonen el hospital sin armar ningún escándalo. Esto no es un circo, es un lugar donde hay personas enfermas. Así que sintiéndolo mucho les invito a que se marchen. – Dijo el hombre apartándose y haciéndoles un gesto con la mano tanto a Sang Hee como a Jaejoong.

Sin mucho más que decir, el dúo se marchó. Ninguno de los dos tenía muchas ganas de discutir, ni el valor para enfrentarse. Jaejoong llamó a Hyun Joong para confirmarle que la había encontrado.
Sang Hee se reunió con Changmin y Yunho en una cafetería. Por suerte no había presentado cargos contra Yunho ya que no había habido agresión, pero tenía prohibido visitar a Eun Mi.

Ahora solo podían esperar para saber como evolucionaba.　
　
　
　
　
　- Que grato encuentro. No te esperaba. – Dijo Jaejoong.- Buenas tardes – Le dijo la recepcionista. - Eun mi….Eun mi_ah – Dijo Jaejoong - Señor Kwang, no digo que no sea tentador ese contrato que me está ofreciendo, pero lo cierto es, que sus modelos no me convencen para nada. Son guapas tienen actitud, pero en otras compañías me ofrecen chicas mucho más bellas y menos operadas.