domingo, 1 de abril de 2012

Viento Caprichoso Cap 17


Capitulo 17


.Yunho.
La familia a veces causa relaciones complicadas,  nunca llega a ser ideal, pero cuando pasas mucho tiempo sin ella, se echa de menos.
En mi caso, no es que hubiera tenido problemas con mi familia, quizás el problema en sí, es que nunca había estado sin ella. Basta que tengas algo en frente, asegurado, para que no sepas verlo, y sentir que algo te falta. 

Cuando me marché, era complicado no tener confidentes como mi Changmin o Junsu y Jaejoong. Aunque sin duda, no echaba de menos la responsabilidad de encargarme de mis hermanos menores y un hermano mayor que se comportaba impulsiva e infantilmente más que cualquier otro. Y ahora, todo había cambiado, y el de los impulsos inmaduros, era yo.
Mentiría si dijera que no me sentía culpable por "castigarles" sin mi presencia, sin saber de mí. Si hubiera tenido madre, la habría hecho sufrir más que a nadie, pero en el punto en el que estábamos en parte sentía que no importaba si me iba. Ahora ya nada era como antes, estábamos en un punto de no retorno y si no me iba ese momento, jamás lo haría.
Y después de tanto tiempo alejado, llevaba una semana en casa con Changmin. No me hartaba, habíamos jugado a la consola, visto películas desclasificadas, paseado por los sitios más bonitos e interesantes de Ayan... Dormir, habíamos dormido poco, después de casi dos años sin vernos dormir era lo de menos, pasábamos las horas contándonos sobre todo lo que habíamos hecho o conocido. Él seguía con Yume, habían vivido todo este tiempo en el norte, instalados en una casita de aspecto rural, parecida a la de bosque pero mucho más pequeña. Él trabajaba como informático mientras ella continuaba por su pasión por la escritura. Les iba bastante bien, ¡y quien lo iba a decir! porque Changmin, era quien siempre había vivido agobiado por esos sentimientos que habían florecido en él, llegando a castigarse a sí mismo sin estar con Yume dejándose llevar por sus propios prejuicios. Como siempre intentando ser fiel a las convicciones propias.
Le costaba demasiado adaptarse a los cambios, se negaba a aceptar que las personas evolucionan y en esa evolución, se van perdiendo piezas que serán sustituidas por otras más adecuadas.
Ese era el riesgo, el riesgo a perder y no encontrar piezas nuevas.
Después de toda la semana en Ayan, decidimos sin más volver a la casa del Bosque, sabíamos que allí estaba Jaejoong. Llamamos en medio de la madrugada y avisamos de que llegaríamos al amanecer. Por suerte fue el propio Jaejoong quien lo cogió, nada raro en el que no estuviera durmiendo.
Cuando por fin llegamos, mi estómago comenzó a ponerse nervioso. La última vez que había visto a mi hermano mayor, no habíamos salido muy bien parados que digamos. Seguía dándole vueltas al recuerdo del baño donde discutimos en medio de aquella fiesta cuando un nombre se me cruzó por la cabeza: Issir.
"Me va a matar cuando me vea”. Pensé.
Changmin iba directo a la puerta, con la mochila a sus espaldas, decidido a llamar sin ni siquiera esperar a que yo tomara un poco de aire.  Me quede paralizado a mitad del camino, admirando como si no hubiera visto nunca la gran casa del Bosque, con aquella puerta principal de madera color caoba, la pequeña terraza arriba cuyo portón daba a la habitación de Aure, donde tanto había vivido, y que ahora estaba vacía.
El sonido de los nudillos de Changmin golpeando la puerta caoba me sacó del recuerdo y me dirigí caminando lentamente hacía donde él estaba. Jaejoong abrió en pijama.
-¡Qué rápidos! ¡Seis horas y estáis aquí! - Dijo mientras abrazaba a Changmin pegándole golpecitos en la espalda mientras daba saltitos de alegría.
Me quedé rezagado detrás. Cuando Changmin logró soltarse, cosa que le costó bastante, se hizo a un lado y Jaejoong , me miró fijamente.
-Prefería cuando me dabas un capón - Dijo Changmin mientras riéndose.
- Tú, hermano - Dijo Jaejoong señalándome con el dedo - te ordeno que me des un abrazo ahora mismo - Y acto seguido sonrió ampliamente.
Me acerqué despacio, no me fiaba que no me fuera a dar "un toquecito", pero cuando llegué, solo me abrazó.
- Bienvenido a casa. - Dijo
- Por fin - Contesté.

Entramos y nos metimos en una pequeña sala que se usaba para tomar café. Era temprano y aún dormían todos.
-Junsu y Yochun vendrán pasado mañana, esta vez os conseguiré reunir a todos. Al menos, eso parece... ¿Cuántos días estaréis? - Dijo Jae mientras dejábamos todo lo que nos íbamos a desayunar encima de la mesa y nos sentábamos en los amplios sillones.
- No lo tengo claro - Dije.
-Yo me quedaré hasta la boda, -Decía Min pesadamente debido al sueño - Yume vendrá cuando acabe un trabajo, hablaré con ella mañana a ver como va. Y tú, deberías obligar a tu hermano a que se quede - Declaró señalando a Jae a modo de amenaza mientras hablaba de mi como si yo no estuviera.
- Estupendo - Respondió este y puso una de sus caras de "no hay mas opción, ya que has venido..." - Opino igual que Min.
- Jajaja ¿No me digas? , como si no lo pareciera... - Reí, dándole después un gran mordisco a la magdalena.
- Pues entonces ya está, ¡decidido!  Te quedas hasta después de la boda - Dijo Jaejoong sirviéndose un poco de té y cogiendo una galleta para luego mordisquearla de manera nerviosa.
- Bueno, acepto hasta la boda, lo de después ya veremos cómo se desarrolla todo. Changmin... -Dije dándole una palmadita en la pierna - que te duermes.
-Hm... Joder, sí, demasiado sueño acumulado.
- Iros a dormir, mañana, será una sorpresa para todas. Bueno para Lessi y Alexiel que son las que están aquí. - Jaejoong se tapó un poco con la manta.
- ¿E Isiir y las demás? - Pregunté mientras Changmin se iba acomodando más en el sofá.
- En la ciudad, se están quedando en la residencia de allí para dejarnos a nosotros más espacio... y sobre todo más tranquilidad. Menudo gallinero estaba siendo esto últimamente.
- ¿Sólo últimamente? Esto siempre es un gallinero querido hermano, en fin, pues menos mal. - Le conteste con alegría o más bien alivio. Isiir no estaba.
- ¿Por Isiir lo dices?  Se pasa por aquí todos los días, así que no te vas a librar - Dijo alegremente, como si nada.
- Aarggs ¡Ya decía yo! - Me deje caer por el sofá
- Jajajaja, ¿os vais a ir a la cama o que? Yo también tengo sueño, por suerte mañana no tengo nada que hacer.
- OH mi cama... - balbuceó de pronto Changmin, levantándose medio zombi, dándome una palmada en el hombro y revolviéndole el pelo  Jae. Caminó tambaleándose hasta desaparecer por las escaleras.
- ¿Dónde duermo? - Pregunté a Jae que ponía las tazas en la bandeja. Intentando recoger un poco.
-¿Cómo que dónde? Que lo pregunte yo porque mi prometida este durmiendo con su mejor amiga, es una cosa, pero que lo preguntes tú que tu cama esta vacía...
- No es mi cama. En realidad nunca tuve habitación, se supone que compartía con Junsu y Changmin pero...- Jaejoong suspiró al oír esto.
- Estos no llegan hasta el próximo día, tienes más sitios donde dormir si quieres. Aunque sabes que ESA es tú habitación.
- Me resulta un tanto... vergonzoso querer dormir ahí.
-¿Me pides permiso?
- En parte sí.
- Si quieres mi permiso moral, lo tienes, si le preguntaras a Isiir sería otra cosa... pero sabes que por mi... todo está perfecto.... en cierta manera.
- Lo se, y gracias. No se si era lo que necesitaba o quería oír. Pero me gusta.
No quería entrar más en el tema. Chocamos los puños y me dirigí arriba. Atravesé el pasillo para entrar en la primera puerta a la izquierda, el olor a vainilla aún perduraba. Todo estaba tal cual lo recordaba, con todas sus cositas tiradas por la habitación. El gran armario empotrado en la pared de la izquierda y la cama con dosel en frente. Las fotos, las luces, los colores, todo como el primer día.
Me tumbe en la cama metido entre las sábanas y acomodado en las almohadas. Todo olía aún a ella, como si jamás nos hubiéramos marchado de allí. Terminé por quedarme dormido. Entrando en un sueño profundo... o... ¿era un recuerdo?


-Flashbacks-
El olor a lluvia se colaba por la puerta del porche. Abrí los ojos poco a poco y vi que ella no 
estaba. Las luces que alumbraban por la noche la habitación seguían encendidas pero ya 
no hacían falta,Porque los tímidos rayos del sol intentaban asomarse entre la nubes.
 Me fui incorporando despacio casi sin hacer ruido en la cama. Eche un vistazo al rededor
 y justo cuando iba a llamarla me dí  cuenta que allí estaba, en frente de uno de los 
compartimentos del gigantesco armario empotrado. Tan solo la cubría una toalla enrollada
al cuerpo, su largo pelo estaba recogido en una especie de moño y mientras rebuscaba 
entre los cajones pegaba saltitos haciendo que su pulsera del pie sonara muy bajito.

No podía evitar mirarla sin parar. Me levante y me acerque a ella despacio.
- ¿Qué dices? - Pregunté haciendo que se sobresaltara del susto y se girara bruscamente.
- ¡Joder! ... lo siento jeje ¿Me has preguntado algo?
- Si, ¿qué murmuras? - Repetí... no era capaz de dejar de mirarla de arriba a abajo todo el
 rato.
- Emm... Que tengo frío. Mira. - Dijo señalándome su brazo. Tenía la piel de gallina.
- Acabo de salir de la ducha, Pensé que dormirías más rato.
- Tranquila - Sonreí - Se…Será mejor que me vaya. Vístete o cojeras frío. - Se escuchaban 
unas voces por el pasillo e instintivamente mire hacia la puerta, comencé a andar hacia 
el porche.
Rápidamente entonces ella fue detrás de mí cogiéndome el brazo bruscamente, lo que 
hizo que su toalla se cayera al suelo. En ese instante la puerta de la habitación se abrió 
y por ella aparecieron Isiir junto a otra señora más. Las cuales se quedaron de piedra 
por la situación.

Aure soltó mi brazo al instante y yo me tape la cara para no ver nada. Avergonzado. 
Sin duda no había otra palabra. La primera vez que veía una mujer desnuda y encima 
lo hacía con público.Cada vez notaba más como mis mejillas ardían. Estupendo, 
empezábamos bien el día.
- SYNIA AURE TÁPATE. - Dijo Isiir alzando la voz.
- Lo... Lo siento ha. - intente decir pero Aure interrumpió mi torpe disculpa.
- Ha sido mi culpa abuela, el salió de su habitación y entró aquí sin querer justo 
habéis entrado cuando salía despavorido. El pobre chico no tiene la culpa.
- Entiendo... ¿muchacho a qué esperas para terminar de irte entonces? - Yo aún con los
ojos tapados tanteé la salida sin mucha suerte tropezándome con los raíles de la puerta.
- ¿Estás bien? - Preguntó la voz de Aure
- Lo...
- Sí, sí... Ya lo sabemos.- Dijo Usue soltando una risilla floja al final.

Me metí en mi habitación volando y cerré la puerta del balcón. Si no fuera porque mis 
hermanos y yo debíamos hablar sobre la proposición de Isiir de ayudarlas no saldría de 
ella en años.
 Eso, si después de lo que había pasado, Isiir no me ponía de patitas en la calle. Si hubiese 
sido por mi, habría soltado más de lo debido, como por ejemplo que anoche no dormí en 
mi cama.
 Y ahí seguro que Isiir me habría echado al lago con los cocodrilos.
Miré el reloj y no eran más de las 6 y media de la mañana, por alguna extraña razón Isiir 
y Usue habían ido muy temprano a la habitación de Aure... ¿se habrían enterado?
¿Y si la echaban la bronca por mi culpa y no la dejaban participar en el proyecto? Que 
desastre. Me metí en la cama y fue una tontería porque no paraba de dar vueltas...
Las siete, siete y media... ocho menos cuarto. Y justo volvía a dejar el reloj en la mesa 
cuando golpeaban la puerta del balcón. Me asuste girándome repentinamente cuando
la vi con una sonrisilla traviesa, llevaba unos vaqueros y una sudadera negra con un dibujo
 azul extraño en ella. El puño de la sudadera cubría su mano derecha que golpeaba el 
cristal.

Me levanté de la cama y brinqué hasta abrir.
-¿Qué, qué haces? No vengas, como te pille tu abuela me va a matar... que vergüenza yo,yonoqueríavernadaenserioperodeprontotutoallasecayoynopudeevitarvertelosiento
deverdadquelosientolosiento...
- Yun... ¡Yunho!..Calma por dios…Que no entiendo nada de lo que dices. Mi abuela no te 
va a matar, porque la da igual que veas nada. Lo hace para asustarte.
-¿Cómo? - Note como mis ojos se abrían ampliamente acompañados de mi boca en forma 
de "O"
- Que se ríe de ti Yunho, solo es eso.
- No entiendo.
- La hace gracia... aish... Es que... verás ella es así, la gusta gastar emm...."bromas" de 
ese tipo. 
Mi abuela es una de las más interesadas en que los hombres y mujeres interactúen....
de esa manera....
y simplemente se ríe de ti porque no entiendes nada de nada.
- Ya... o sea que lo del grito ha sido solo para ver gustosa como salía por patas ¿no?
- Exacto. - Mientras hablaba me dí cuenta de que Aure se frotaba las manos y movía las 
piernas.La temperatura había bajado, estaba nublado, chispeaba y hacía frío. Tire de sus
 manos hacia dentro de la habitación. Senté a Aure en la cama y la rodeé con el cobertor. 
Me senté en cuclillas en frente de ella cogiendo sus manos entre las mías frotándolas para 
que entraran en calor.
- Me has tenido un buen rato esperando ahí fuera...
- Lo siento - La sonreí y la dí un beso en la comisura de los labios
- Si cada vez que pase frío me recompensas con besos me tendré que ir al polo.
- No hace falta que te vayas tan lejos. Mis besos siempre estarán aquí para ti.
-FinFlashback-
Desperté a medio día. Bajé a ver que se cocía por ahí ya que estaban armando mucho jaleo. Changmin discutía animadamente con Jaejoong sobre donde ir  para aprovechar el día en familia. Mientra, Alexiel y Lessien desayunaban observando la situación.
- ¡OH! Yunho - Dijo Lessien en cuanto me vio - ¿Cómo estás?
- Bien, he descansado, lo necesitaba. - Sonreí.
- Pero ven, ven acércate hace mucho que no nos vemos. - Dijo Alexiel.
Me senté mientras ella me servía un poco de café.
- ¿Cómo te va todo? , ¿Te sigue gustando así el café no?
- Eh, sí gracias. - Dije tímidamente. 
- Dijeron que andabas de viaje pero que te habías instalado en Ayan para trabajar - Me interrumpió sin poder contestar a su primera pregunta.
- Pues sí, - Cogí la taza. - comencé a trabajar en una floristería y bueno, no se gana mucho, pero lo suficiente para mantenerme y vivir allí.
- También, ya es casualidad que vayas a parar justo al lugar donde Aure llegó, huyendo de aquí...de ti... - Soltó Ale de lo más natural para luego beber té, atragantándose por cierto gracias al codazo que le dio Lessien. El comentario había hecho que Changmin y Jaejoong se callaran para prestarle más atención a nuestra conversación que a la suya propia. 
Me quedé cortado, obviamente ellas sabían la versión de Aure, bueno, ellas y todos menos Changmin y Jaejoong. No me había pardo a contarle a nadie mi punto de vista. Tampoco es que hubiera hablado con nadie más. Tampoco es que fuera un tema para ir exponiéndolo en conferencias...
- Discúlpala Yunho... de vez en cuando nos dejamos llevar... y esta vez le ha tocado a Ale. - Dijo Less
- No pasa nada, lo entiendo - Respondí amablemente a la prometida de mi hermano.
- Bueno, aquí estamos para reencontrarnos después de tanto tiempo, nada de echar cosas en cara. Son cosas que han de arreglar entre ellos dos. - Dijo Jaejoong.
- Perdóname, querido Jae, pero yo no he echado nada en cara, solo he dicho lo que pienso, ya es casualidad que el destino les una de nuevo así porque sí. - Replicó Alexiel un poco ofendida.
. Ni destino, ni destinas, lo que está claro es que lo que pienses tú da igual, es algo que ocurre entre ellos y punto - Dijo Changmin enérgicamente.
- Tampoco es que esto sea un tema tabú, ya lo que me faltaba - Respondió de nuevo Alexiel esta vez ofendida de lleno por el Benjamin de los hermanos.
- Claro que no, pero acaba de llegar y ya andáis cuchicheando. - Se aceleró Changmin.
- Bueno, simplemente ha sido un comentario, tranquilos todos, no hagáis de esto el tema del desayuno por favor- Supliqué.
- Es que ya no es eso, aquí cada uno tiene sus razones, tú tuviste las tuyas justificadas o no y Aure tendrá las propias, punto pelota porque si al final opinamos todos se lía la de dios... - Continuó Changmin.
- Vale, ya vale...- Dije-  Será... mejor que vaya a tomar un poco el aire-  dije cogiendo la taza para tomarme el café fuera. Desde la puerta de la cocina se salía a otro de los porches, este más pequeño donde las vistas eran muy agradables, la brisa era suave pero gélido, el invierno había llegado.
Al rato llegó Changmin. Poniendo la palma de su mano sobre mi hombro pero quedándose un poco regazado detrás.
- Lo siento, no es que haya ayudado mucho, aunque esa era la verdadera intención - Dijo despacio.
- Está bien. En realidad no pasa nada, aquí el único que tiene la culpa soy yo. No hay más que decir.
Pasamos el día fuera como Jaejoong quería. Lo pasamos bien, a pesar de que no hacía un buen día en especial, paseamos por el bosque y luego comimos en uno de los merenderos de la zona.
Volvimos a casa ya que Jaejoong finalmente si que tenía que organizar cosas junto a Lessien, cosa que no le sentó nada bien a Jae ya que estaba empeñado en pasar la tarde en familia. Alexiel aprovechó para ultimar con Yochun la hora de su llegada para que pudieran recoger a la vez a Junsu y Nerea que venían de camino también.
Changmin, llevaba pegado al teléfono tres horas con Yume, ya que esta tenía un atasco casi al final de la novela y tenía que darle todas las opciones y elegir una para continuar y poder venir a la boda, porque Yume era ese tipo de mujer que si no terminaba la obra, no vivía en paz, y mucho menos con el editor detrás exigiendo todo el día.
Después de ver el panorama, que pintaba de lo más aburrido, me marché al lago donde Aure y yo solíamos estar, ahora helado por el frío, como una señal de nuestros sentimientos.
Cuando llegue, casi estaba oscuro.
-FlashBacks-  
Tumbados al atardecer bajo la sombra del gran sauce, Aure y yo escuchábamos música abrazados, ella tenía los ojos cerrados. Me encantaba mirarla, contemplar como acariciaban los rayos del sol su suave piel.
Sin querer sonreí por la fugaz idea que atravesó mi mente.
-          Nunca pensé, que se pudiera estar aquí fuera de esta manera. Cuando nos escapamos de aquel lugar, no teníamos ni idea de como era el mundo exterior. Nos asustábamos por todo. Incluso de lo que sentíamos y ahora, me da miedo dejar de sentir. Cuando se prueba la felicidad real, da miedo volver a la infelicidad. Como cuando te hacen un pastel gigante, te lo comes sin dejar nada para después. – Dije mientras la acariciaba el pelo, ella sonrió y posó su mano sobre la mía rozándome dulcemente con la yema de sus dedos.
-          Quizás, sea mejor no tener nunca felicidad, a tenerla y de pronto perderla. Duele demasiado. Porque al fin y al cabo, cuando te acabas el pastel estás saciado y no tienes más hambre, en cambio el ser humano es insaciable de felicidad. Es la única meta inacabable. Puedes llegar a cumplir sueños que parezcan lejanos como un viaje o conseguir el trabajo de tus sueños, pero nunca deseamos dejar de ser felices. De hecho todo lo que hacemos en la vida es para hallar la felicidad.  – Abrió los ojos y se incorporó suavemente hasta dejar apoyada su cabeza en mi hombro. Yo la rodeaba con un brazo.
-          La felicidad es nuestro motor de vida. – Y posé mi cabeza sobre la suya cariñosamente.
-          Sí 
-          ¿Sabes? Tu amor, me hace insaciablemente feliz. Me llena y me completa hasta tal punto que da escalofríos. Espero que sea insaciable para siempre.
-          Quien sabe, si algún día, dejamos de ser felices juntos, estaremos muy infelices durante un tiempo pero después del dolor, nuestro corazón y mente nos guiará a la felicidad de nuevo. Sea donde sea, la hallaremos.
-          Espero que mi corazón me guíe, sea donde sea, - sonreí mirándola a los ojos dulcemente – halla donde estés porque se, que será el único lugar donde seré completamente feliz.
-FinFlashback-

Aquella noche me costó dormir. No podía evitar darle vueltas a todo lo que había vivido con Aure. Sabía que era capaz de encontrar a otra persona. Lo sabía. Pero el dolor de alejarme de Aure para siempre era demasiado intenso. Cosa que parecía imposible después de llevar tanto tiempo sin vernos ni hablarnos. Pero su recuerdo era latente en mi corazón, mente y alma.
Quizás el error era estar atado a mis sentimientos aún, guardándolos como un preciado tesoro. Quizás ella había sido capaz de rehacer de verdad su vida y sea plenamente feliz con alguien que no sea yo. Con Minho.  Que él haya conseguido suplir mi lugar y haga y comparta los momentos que tenía conmigo e incluso cree nuevos momentos en los que jamás tendré lugar.
Y al fin y al cabo, yo me fui. Me marché sin explicaciones. Dolor, por dolor. Eso fue lo único que causé. Rompí la casi perfecta sensación de felicidad después de todo lo que habíamos vivido y pasado juntos, todos los peligros por la lucha contra el régimen. Simplemente me marché por un sentimiento egoísta de libertad cuando lo que no sabía era que la libertad la había hallado a su lado.
Ahora todo se había complicado demasiado, al menos… no necesitábamos vernos obligadamente. Salvo en la boda de Jaejoong. Si no había confirmado que iría hasta ahora era porque no sabía si sería lo correcto, aunque lo que más me aterraba era miedo a otro enfrentamiento como el del teatro.  Y volver a sentirme rechazado por ella.
¿Pero qué demonios me pasaba? Sabía que me lo había ganado todo yo solito. Todo este dolor me lo había causado yo y solo yo. Pero la amaba con toda mi alma y todo mi ser.
Y desgraciadamente, no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.
Eso para mi, sería mi condena.
Me pareció oír que alguien me llamaba. Mis sentidos lo confirmaron cuando noté el primer golpe de la almohada. “¿qué hora es?” atiné a decir limpiándome un poco de saliva que resbalaba por mi boca.
- Muy tarde – El repiqueteo de la voz de Junsu me hizo abrir los ojos – Te parecerá bonito, yo todo ilusionado porque mi hermano mayor viniera a buscarme a la estación y va, y se queda dormido.
- Que conste que le avisé de que se acostara pronto. – Recriminó Changmin
- ¿Dónde ha quedado el hermano responsable que tú eras? ¿Eh? – Decía Yochun volviéndome a pegar con la almohada.
- ¡Aquí está tu hermano responsable! – Alzó la voz Jaejoong abriendo sus brazos y diciendo por lo bajini “ven a mi pequeño” Todos reímos. Me incorporé un poco sentándome con la espalda apoyada en el cabecero de la cama. Todos sabían lo que me costaba despertarme por las mañanas. Me podía tirar en la misma posición semi-despierto durante casi horas. Me picaban los ojos, y tenía mucha sed por la falta de sueño.
- ¿Me traéis agua? – Pregunté sonriendo sin apenas abrir los ojos.
- ¿Pero este de que va? ¡¿Se ha asociado todos nuestros malos hábitos o qué?! – Decía Yochun – Yo era el que no movía el culo para nada ¿Recuerdas? – Dijo pegándome unas palmadas en el muslo.
- Claro que lo recuerdo, quizás sea hora de que me devuelvas favores. – Sonreí mientras le devolvía el golpe en el hombro.
- Sí, sí, tú no me preguntes que tal me va la vida ni nada eh…
- Se que te va bien, te eduque para ello. Pero ahora, cuando me traigas agua ya nos contamos con más detalle.
- ¡Qué cabrón! “Te eduque para ello” dice – Yochun se levantó dándome otra palmadita en el hombro, esta vez más suave. Junsu, Jae y Changmin no paraban de cotorrear sobre sus cosas.
Me quedé mirando a los tres. Hacía tanto que no les veía así, echaba de menos esos momentos de estupideces y risas con ellos.
-          ¿A que sí Yunho? – Preguntó Changmin. Puse mi cara de no tener ni idea de lo que estaban hablando.
-          ¿Eh?
-          Que tus hermanos quieren saber si te vas a quedar a la boda, y yo les he dicho que por supuesto que sí.
-          Ah, sí, claro. Se lo he prometido a Jaejoong.
-          ¡Así me gusta! Porque tengo que daros una noticia. Pero esperaré a que estemos toda la familia.
-          ¿Te casas tú también? – Preguntó Jaejoong con cara de entusiasmo – Así comprenderás por el calvario que estoy pasando hermano. – Susurró mientras apoyaba su mano sobre el hombro de Junsu y agachaba la cabeza sobreactuando su agotamiento.
-          No, ajajajaja. Ya os contaré cuando estemos todos de verdad. Os alegraréis por mí, estoy seguro. – Yochun entró en la habitación
-          Aquí tiene señorito – Reía Yochun entregándome el vaso de agua mientras hacía una reverencia.
-          ¡OH dios! Que sed. Sin duda, eres mi hermano favorito. – Y bebí casi todo el vaso de golpe.
Cuando terminé de beber, deje el vaso en la mesita de noche y al alzar la cabeza me encontré con la mirada asesina de tres hermanos. 
-          Te vas a cagar – Amenazó Jaejoong. Todos nos comenzamos a pegar. Junsu se enredó con el dosel de la cama de Aure (que ahora era la mía) en el pie y en un movimiento brusco terminó rajando la tela haciendo tambalear la cama y haciendo el amago de caerse de espaldas de ella. Yochun al ver esto intentó ayudarle y terminó cayendo el de lado y dándose un buen coscorrón en la cabeza. Todo esto a la vez que la brutalidad de Changmin hizo estragos al golpear la mesita de noche sin querer tirando la lámpara y de rebote el vaso de agua mientras Jaejoong y yo echábamos a perder las almohadas que comenzaron a soltar el relleno que tenían dentro por los aires.
-          ¿Pero qué demonios hacéis? – Preguntó Issir asustada abriendo la puerta de golpe.

La habitación era un caos, Junsu enredado, Yochun por los suelos, Jaejoong con el pelo lleno del relleno de la almohada y con un pequeño corte en la mano por intentar recoger el vaso roto del suelo. Mientras Changmin tenía una pieza de la lámpara de la mesita en cada mano  y yo le tendía la mano a Yochun para ayudarle a levantarse.
-          Eh, esto iba a ser un reencuentro pacifista. – Dijo Junsu intentando liberarse de las telas enredadas en sus pies.
-          Pues ya veréis mi nieta que contenta cuando vea su habitación…
-          La tendremos que adecentar un poco…sí – Yochun se frotaba la cabeza intentando aliviar el dolor del golpe. Le saldría un buen chichón.
-          Madre mía, cualquier día tenemos una desgracia ¿eh? Recogerlo y tener cuidado anda. Ven aquí que te cure eso Jae. – Issir y Jaejoong se fueron. Changmin nos miró a los tres con un rostro serio, después miró la lámpara e intento unir las dos partes sobreponiéndolas la una a la otra. Nosotros le mirábamos fijamente. Nos devolvió la mirada. Y unos cinco segundos después, todos rompimos a reír.
-          ¡Pero que bruto que eres! – Reía Junsu.
-          ¡ah, lo dices tú! ¡Que poco más y arrancas los anclajes del techo del dosel animal!

Nos pusimos en marcha y recogimos un poco por encima la habitación. Desde luego que se había quedado todo hecho un desastre.
-          Chicos me encargo yo del resto, no os preocupéis, marcharos si tenéis cosas que hacer – Les dije.
-          Está bien, si necesitas ayuda avisa, estaremos por aquí.
-          OK.
Junsu, Yochun y Changmin se marcharon. Dejándome solo en la habitación.
Llevaba un rato bien atareado cuando llamaron a la puerta. Issir entró.
-          ¿Cómo lo llevas Yunho? – Dijo amablemente recogiendo uno de los cojines que había tirado por el suelo.
-          Oh, em… bien lo único que tendré más complicado es arreglar las cortinas, creo que debería comprar unas nuevas que se le parezcan. – Estaba nervioso. Me había salido por la tangente pero, sabía de sobra que ella no se refería a la habitación. Finalmente la temida conversación había llegado. Yo continuaba con lo que estaba haciendo para que no se notara demasiado. Ella optó por sentarse en la butaca que había al lado de la puerta que daba al porche.
-          Me alegro de que hayas estado bien. Todo este tiempo. Gracias a Jaejoong hemos sabido un poco de ti, nos tenías preocupados a todos.
-          Lo se, y lo siento. Ha sido todo demasiado extraño. – Me detuve, sentándome en el borde de la cama. “allá vamos” pensé.
-          Tengo curiosidad por saber que intenciones tienes al volver.
-          ¿intenciones? – Me extrañé.
-          Sí, ¿Vas a quedarte? ¿o te volverás a marchar hasta dentro de otros dos años? ¿has vuelto por Aure? ¿O solo por la boda?– Preguntó ella.
-          No lo se… quiero, hablar con ella… aclarar algunas cosas y luego… ya se verá.
-          Comprendo. Yunho, no quiero que me malinterpretes. Pero, creo que conviene que te diga que ella ahora esta recuperada. No se hasta que punto. Pero está rehaciendo su vida, después de todo lo que la ha costado. Es su momento y sinceramente, espero que tengas las cosas muy claras respecto a lo que quieres hacer.
-          Se a que te refieres, ella ahora está con Minho. Y yo, simplemente no pinto nada. Pero necesito decirla algunas cosas que… ella no sabe.
-          No es tan sencillo, el problema es que si eres importante para ella… Y desde mi punto de vista creo que ya has conseguido lo que necesitabas durante demasiado tiempo. Necesitabas marcharte y lo hiciste dejándola a ella atrás. Aure por fin ha conseguido lo que necesitaba. Un joven que la quiera sin egoísmos. Y me temo, que si no tienes las cosas claras, será mejor que dejes las cosas como están. No se merece que la desestabilices de nuevo. Piensa lo que vas a hacer muy bien. Porque no depende solo de ti. Todos sufrimos en esto. – Issir se levantó y se acercó a mí poniendo su mano sobre mi hombro. – Eres de la familia Yunho. Siempre lo serás. Pero quizás haya llegado la hora de que tú también busques consuelo en otro corazón. Me temo que es posible que hayas perdido tu oportunidad para siempre.
-          Lo….Lo siento – Balbuceé
-          No es a mí a quien debes pedir disculpas. De hecho no creo que sea necesario. Esta vez, haz lo correcto.

No fui capaz de decir nada más. Issir se marchó dejándome solo de nuevo en la habitación de Aure, con aquella sensación extraña de que las paredes se movían hasta aplastarme dentro con todos los recuerdos. Con todos los sentimientos.
Me sentía confuso. Realmente, no me había dicho nada que yo no hubiera deducido por mi mismo, o nada que no esperara. Pero el escuchar la cruda realidad de alguien ajeno a ti, resultaba bastante más doloroso por mucho que tú llegases mil veces a esa misma conclusión antes.
“Esta vez, haz lo correcto”
¿Y que era lo correcto en este caso?
Necesitaba tener una conversación definitiva con Aure. Y no podía esperar hasta el día de la boda para verla. Hice un equipaje ligero y viajé rumbo a Ayan. Esta vez, avisando a mis hermanos de mi partida.
Nunca había estado en la casa de Minho, pero sabía donde vivía. Aure se había hospedado allí durante todo este tiempo que había estado en la ciudad.
Llegué a la casa de Minho y me detuve ante la gran puerta, con el firme pensamiento de que ella no me querría ver. Una joven del servicio de la casa abrió la puerta.
-          ¿Sí?, ¿Qué desea? – Preguntó educadamente.
-          Soy, amigo de Synia Aure. ¿Se encuentra en casa?
-          Oh, me temo que la señorita Aure partió de viaje hace tres semanas.
-          ¿De viaje?, ¿Y me podría decir a donde fue?
-          Pues no lo se exactamente.
-          ¿Y sabe si volverá pronto?
-          No lo creo. La prima de la señorita Aure se casará dentro de poco y tengo entendido que irá a su ciudad natal en los próximos días.
-          Vaya, entonces no volverá por aquí.
-          No, me temo que no. Pero si lo desea, puedo dejarla un recado.
-          No es necesario, muchas gracias. Tenía pensado verla aquí, pero la veré igualmente en unos días.
-          Está bien, pues siento no serle de más ayuda.
-          No se preocupe. Está todo bien. Buen día.
-          Buen día.

Aure no estaba en casa. Y no tenía ni idea de dónde podría encontrarla. Fui a casa para telefonear a Changmin y contarle lo sucedido. Un par de horas después me llamó él para contarme que Aure y Minho se habían ido de viaje juntos y que tenían previsto llegar a El bosque en cualquier momento. Pero no había nada confirmado, podía ser esa misma tarde, como por la mañana... “Estupendo, un viaje para nada” Pensé. 

Aún me quedaba un día entero en Ayan, ya que el tren de vuelta a El bosque no partiría hasta la noche del día siguiente, a ver si con suerte llegaba a casa antes que ellos. Aproveche para visitar a Ryul, no me podía ir de la ciudad sin verle, así que decidí acercarme por el bar.
Para mi sorpresa, Denier estaba allí, ni más ni menos que sirviendo copas. Me acerqué a la barra donde Ryul estaba cobrándole a un caballero.
- ¡Dichosos los ojos! – Rió Ryul. – Tío, hace semanas que no se de ti, desde que te secuestró tu hermano has estado desaparecido.
   - Lo se. Oye... ¿Que hace Denier en tu bar? – Pregunté incrédulo, se suponía que el bar de Ryul, era únicamente para hombres.
   - Ya ves, las políticas de empresa que van cambiando. – Sonrió.
    - No me digas que….
   - Bueno… algo hay, algo hay. - ¿Denier y Ryul? Pues si que había cambiado la política de empresa sí... Chocamos los puños y me invitó a una cerveza.
Cuando el bar estuvo un poco más despejado, Ryul y yo nos reunimos en el fondo de la barra, bajo la atenta mirada de Denier que atendía con una sincera sonrisa a la clientela.
-          Cabrón ya te podías haber puesto a echarnos una mano… desde que no estás no veas si he notado que hacía falta un camarero. – Advirtió Ryul.
-          Estoy de viaje de placer no para venir a sacarte las castañas del fuego jefe.
-          ¿Viaje de placer? ¿En qué andas enredado ahora?
-          Nada nuevo, he venido a buscar a Aure.
-          ¿Aure?
-          Sí, digamos que… me han recomendado que zanje el problema definitivamente. Pensé que lo mejor sería venir aquí y hablar con ella antes de la boda pero por lo visto salió de viaje con Minho hace un mes y no se como localizarla.
-          ¿Por qué no llamas a Minho?
-          Em… ¿Quizás porque la última vez que me dirigí a él casi acabamos con tu bar?
-          Bueno, pero no creo que te ponga problema si preguntas por Aure. Aunque bueno… precisamente ella es el foco del problema. Por así decirlo.
-          No estaría de más intentarlo, no es mala idea. Pero intuyo cual será la respuesta.
-          Te mandará a la mierda. – Dijo Ryul según habría un botellín de cerveza y me lo ofrecía.
-          Lo veo. – Y le pegué un gran trago.

No era mala idea llamar a Minho. Al menos con él si tenía una manera de contactar. Estaba seguro de que le sentaría mal que le llamase para preguntar por Aure, pero era la única oportunidad que tenía de intentar hablar con ella antes de vernos en la boda, a pesar de que por teléfono no es que fuera lo más apropiado después de tanto tiempo sin hablar.
Ya por la noche y en casa, terminé de guardar el poco equipaje que había traído y después de una larga ducha en la que pensé y re-pensé de mil maneras diferentes que decirle a Minho cuando me cogiera el teléfono sin ningún tipo de resultado, opté por llamarle directamente sin ningún tipo de guión.
“Y que sea lo que Dios quiera”  - Dije para mí mismo cuando terminé de marcar el último número y comencé a escuchar el tono de la llamada.
-          ¿Diga? – La voz grave de Minho me sobresaltó.
-          Minho. Soy Yunho. – El tono pretendía ser lo más cordial del mundo. Pero me traicionaron los nervios emitiendo una especie de voz seca y áspera a través de auricular.
-          Vaya, no esperaba que me llamaras.
-          Estoy en Ayan. Mañana por la mañana voy hacia la casa de El bosque. ¿Estás con Aure ya allí?
-          Si. – Su tono era seco.
-          Podrías…¿pasarme con ella…?
-          No.
-          …¿No, porque no quieres que hable con ella? O ¿No, porque no está aquí conmigo?
-          Las dos opciones son correctas. ¿Qué se supone que quieres Yunho?
-          Necesito hablar con ella.
-          Justo al contrario que ella contigo.
-          Está bien Minho, de todas maneras mañana estaré allí.
-          Me da igual lo que quieras, no permitiré que la vuelvas a hacer daño. No tienes ni idea, ni idea, de lo que nos ha costado llegar hasta aquí.
-          No adelantes acontecimientos ni siquiera sabes lo que vamos a hablar.
-          Tranquilo, conociéndote lo imagino. Porque seguro que… - Corto la frase a medio terminar, dejando un silencio intrigante entre medias.
-          ¿Minho? – La voz de Aure se oía en la lejanía.
-          Debo colgar. Nos debemos una conversación civilizada. Ya hablaremos.
Y sin opción a réplica la llamada se corto.
Sería una conversación interesante. Desde luego. 

1 comentario:

  1. No puedes haber dejado hasta ahí el fic!! T.T
    Quedó en lo mejor... pobre Yunho...
    Muchas gracias por el capi! :D

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