Extraños
Cuando ya fue tarde,
se dio cuenta de que le podría haber amado,
tanto como para parar el universo.
Apareció y se olvidó de como brillaba el sol.
De pronto se había apagado,
de pronto no existía nadie más
y renacieron, en ella aquellas cenizas ardientes de antaño,
aquellas que había guardado en las profundidades,
todos esos recuerdos que,
adornados con el tiempo parecían idílicos.
Todos aquellos errores impulsivos,
aquellos que quizás podría haber evitado.
Cambiando así su destino.
Batallando juntos si fuera desdichado.
¿Sería así ella mejor persona?
¿Sería así quizás diferente su vida?
"Los senderos que elegimos en momentos de la vida,
esos que parecen correctos, pueden estar en universos erróneos",
como versa aquella canción que no le dedicó.
Y es curioso observar como el tiempo da tregua al dolor,
para luego reabrir incómodas conversaciones en un principio,
esas que luego le hacen ver lo equivalentes que son las respuestas del problema
y recuerda;
"¡Por todo eso me sentía así!
Él era para mi."
O eso parecía.
Y ahora, ve, que ni entonces pudieron hacer nada,
ni ahora, conscientes de cuantos desencuentros tuvieron.
Pues el destino domina y elige
los corazones atormentados.
Pequeña mía no entristezcas,
nunca se hubiera dejado ayudar.
A veces es mas duro darse cuenta
de que se gana más con la perdida.
Aquel amor se habría consumido contigo dentro.
Sin piedad.
Con todo lo que tienes que ofrecer pequeña mía.
Tanto amor que dar...
Con el dolor en su mirada,
por no poder hacer nada.
Lloró. Suplicó.
Como jamás antes había suplicado.
Tú cuidarás eternamente de él.
Aunque solo le puedas dedicar una plegaria:
"Dios mio protegele, pues mi sonrisa no podría curar todo el dolor de su alma"
Todo quedó en un par de besos.
Incómodos.
Certeros.
En medio de aquella multitud.
Un cuídate mudo.
Y aquel nostálgico recuerdo se volvió a encerrar en Pandora.
Con el frágil deseo de que jamás vuelva a abrirse.
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