miércoles, 27 de abril de 2011

Viento Caprichoso Cap 12


Capitulo 12


.Últimos preparativos del baile de Verano..Aure.
Despues del gran encontronazo en la floristería con Denier, habíamos estado durante una semana entera corriendo para organizarlo todo y ahora se podría decir que nos sobraban dias. Habíamos ido confirmando actuaciones practicamente cada hora y habían tantos artistas y compañías de teatro que querían actuar que decidimos aumentar la fiesta en tres días para dividir bien las actividades.

Estaba en el despacho arreglando algunos horarios cuando llamaron a la puerta. Era Minho. Despues de aquella noche en el salón le vi un par de veces más en las que casi no cruzamos palabra antes de que su compañía saliera de gira así que no le había visto en días. Ahora tambien actuaría en los tres dias de fiestas de Ayan.
- Adelante - Dije yo con voz firme.
- ¿Qué tal? ¿Me has echado de menos? - Dijo él con su impecable sonrisa sentandose en una de las sillas frente a mi mesa.
- Uy si.. muchísimo... - Dije revolviendo papeles sin hacerle mucho caso, no se si noto mi sarcasmo... aunque bien era cierto que ya sus molestas bromas y piques se habían convertido en necesarios para ponerle un punto alegre al dia.
- Vaaaaaaya, yo que te había traido una sorpresa. - Dijo el exagerando bastante al hablar.
- No me digas mas, te vas cuatro meses lejos de Ayan.
- Ja Ja. No te libraras de mi tan facilmente - Dijo aplastando una de las hojas que estaba cambiando de sitio haciendo que le tuviera que mirar. Sus ojos negros se clavaban en mi, por lo que intuí ligeramente que iba con segundas.
- ¡EH! ¡Que me ha costado mucho hacer estos horarios como para que ahora no se pueda entender nada! - Retire con brusquedad los horarios de su mano.
- ¿Cómo lo llevas, mucho estres? - Minho se recosto en la silla como era costumbre en él.
- No, no te creas, el equipo funciona muy bien así que nos hemos repartido bien el trabajo.
- Por cierto quería comentarte una cosa.
- Dim... - En ese momento la puerta se abrió y Denier entró quedándose en medio del despacho. Detrás de ella Carlye con aspecto de enfado.
- Lo siento Señorita Aure, por mas que la dije que estaba usted reunida no hizo caso y entró.
- No te preocupes Carlye. - Carlye se marchó cerrándo la puerta, no sin antes echarla una mirada fulminante a la intrusa. - Dime, que deseas con tantas ganas como para irrumpir así en mi despacho. - Dije con voz calmada.
- Exijo hablar contigo ahora mismo. Y me da igual que estes reunida.
- Oye guapa - Dijo Minho levantándose tranquilamente de la silla y metiendo las manos en sus bolsillos. - Ya que has pasado sin ni siquiera llamar a la puerta, al menos podrías pedir las cosas por favor.
- Tú callate que nadie te ha dado vela en esto - Dijo Denier. La muchacha que aparentemente tenía un aspecto de dulce y respetuosa se había puesto la máscara de borde maleducada.. aunque ya dudaba que máscara era la verdadera.
- Minho... no te metas - Dije dando la vuelta por la mesa para quedarme entre ellos dos. - Déjanos solas por favor.
- De eso nada.
- No te preocupes, no necesito que este se vaya, lo que tengo que decir es muy sencillo. Aléjate de él.
- ¿Disculpa?
- Mira, no te hagas la tonta. Con el numerito del otro día me quedó muy claro. ¡Alejate de Yunho ya! ¡Él no te quiere ni ver! Por eso he venido yo... para decirte que no tienes ningun derecho sobre él. Me lo ha contado todo, le dejaste hecho polvo así que ahora no puedes venir aquí ha hacerte la ofendida. Alejate de nosotros que no te hemos hecho nada. Yunho y yo estamos felices juntos y no te vas a meter entre nosotros por más que tu quieras.
- Pe... - Intenté decir... pero las palabras no salían... ¿Qué yo qué? En ese momento paso algo que sí que no me esperaba.
- ¡Mira guapa lo que me faltaba ya! - Dijo Minho cogiendola del brazo.
- ¡AH!
- ¡Minho! ¡Para!
- Mira rubia largate de aquí antes de que me arrepienta, solo faltaba que vinieses aquí a montar el espectaculo y encima de malos modos.. ¿dónde vamos a parar? - La decía mientras la sacaba del despacho. Yo salía tras ello intentando alcanzarles, Minho la llevó hasta el ascensor, pulso el boton y cuando las puertas se abrieron la metio dentro. - No te quiero volver a ver por aquí a menos que sean asuntos de trabajo.
Alucinada. Estaba alucinada. Parada en medio del pasillo rodeada de todos los compañeros que pasaban por allí, todos nos miraban. Volví sin decir nada al despacho. Un minuto o dos después Minho apareció por la puerta.
- Vete por favor... necesito estar sola.
- Oye... No se si lo que esa tia ha dicho es verdad pero.. no tiene ningún derecho a reprocharte nada.
- ¡Claro que no es cierto! Ya lo que me faltaba.... - Dije bajando la voz despues de semejante grito. Mis inevitables lágrimas salian a pesar de limpiarlas con fuerza - Yunho se marchó... me dejó sola despues de todo... - Le dije a Minho mirándole a los ojos. Estaba asombrado. - Sin ninguna explicación...todas las noches que he soñado que volvía, todas las horas que he llorado por su partida...para que ahora venga esta reprochandome que le deje. ¿Qué se ha creido? ¿Eso le ha contado él a ella? Aquí.... aquí lo único cierto es que he sido una estupida todo este tiempo... y de mi no se van a reir mas. - Dije cogiendo mi bolso y mi abrigo. Salí por la puerta sin que a Minho le diera tiempo a decir nada más. Necesitaba estar sola.
Volví a casa y me metí en la habitación, debía pensar...tanto que me quede dormida. Cuando desperté la noche le tomó todo el terreno al día... Minho aún no había vuelto. Eran casi las tres y media de la mañana. Baje a la cocina a cenar algo, despues de toda la tarde durmiendo no tenía nada de sueño. Acababa de servirme el vaso de leche cuando escuche la puerta. Sali al pasillo cogiendo una manzana del frutero...
- ¿Qué horas son estas? - Dije apoyándome en el marco de la puerta de la cocina con la manzana en la mano, la lanzaba y la cogía como hacía Minho cuando era él el que esperaba mi regreso.
- Lo siento... he estado arreglando una cosa. - El hizo la intención de marcharse a su habitación sin decir nada, pero le detube. - Espera Minho... te debo una disculpa... no me he ...- Dije mientras me acercaba a él. Cuando le cojí del brazo y le miré a la cara no lo podía creer. Su ceja sangraba al igual que su labio y su nariz... venía hecho un cristo... No podría ser cierto... no...- ¿Qué ha pasado? ¿Qué demonios has hecho?
- Solo he arreglado algo que tenia pendiente. - Dijo él intentando marcharse de nuevo.
- ¿Y tenía que ver con Yunho a caso? - Pregunté exhaltándome.
- Es posible...tenía que arreglarle esa cara de estupido cabrón que tiene.
- ¡PERO TU PARA QUE HACES NADA! - Le dije a la vez que soltaba un bofetón. - ¡Eres un idiota! ¡Un completo idiota!
- ¿Te sigues preocupando por él despues de todo lo que te ha hecho?
- ¡¿Y qué si lo hago?! - Le dije.
- ¡Pues no deberias! - Gritó. - Te dejó tirada...y mandó a la estupida esa para que te lo restregara por la cara.
- ¿Y eso qué?... haya hecho lo que haya hecho... me concierne a mi.. no a ti...
- ¿Te hubiese gustado pegarle tú misma como lo haces conmigo? ¿O con él no puedes porque le amas?
- ¿Y yo que se? Lo que nunca habría hecho es mandar a otra persona para que se tomase la justicia por su mano. Nadie te ha dado vela en esto. - Dije intentando calmarme.
- Me da igual... es algo que quería hacer por mi mismo. Me he sentido ofendido de manera indirecta y punto. No te tengo porqué dar mas explicaciones. Si no te importa.... - Dijo antes de comenzar a subir las escaleras. Fuí tras él parándole.
- Es...espera.. deja que te cure... te ha dado bien...
- Eso lo crees porque no le has visto a él. - Dijo sonriendo de manera chulesca...
- Imbecil... - Dije bajando los escalones enfadada dirigiéndome a la cocina. Seguidamente entró él sentandose en la silla que estaba al lado de la cocina.
- Venga anda.. dejo que me cures... perdoname...
- Eres un...- Dije dándome la vuelta llorando de nuevo..
- ¿Y ahora qué? Eres un grifo.. no paras de llorar. - Me decía mientras me acercaba con el botiquín en la mano.
- No te mereces que te cure. - Dije echando el agua oxigenada en el algodon y presionando fuertemente en las heridas. Para que doliera.
- ¡AUX! Ya lo noto ya...
- No te voy a perdonar nunca lo que has hecho.
- Aún así lo volvería a hacer... aunque me costase tu amistad o afecto... volvería a pegar a cualquiera que te haga daño... aunque le ames... Y me da igual. - Dijo Minho cojiéndome en ese momento de la cara, me acercó poco a poco a él y me besó la frente.
- Imbecil...- Dije quitándo el agarre de sus manos y dándole un golpe en el hombro con mi mano - No tienes vergüenza.
- Y tu eres una pésima enfermera, no tratas nada bien a los pacientes.... aún así... dejare que me termines de curar... - Dijo recostándose en la silla mientras sonreía.
Definitivamente.... era un creido.

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Beautiful Melody Cap 3


Capitulo 3


No podía creerme que mis propios padres me hubieran hecho algo así. Podía esperarme cualquier cosa por parte de ellos, ¿Pero esto...?
¡Soy su hija! Supuestamente deberían preocuparse por mis intereses, aunque sea mínimamente y no usarme para sus negocios.
Volví a agradecer que los zapatos no tuvieran tacón, así correría más fácilmente.
Tenía que salir de la urbanización antes de que mis padres sacaran el coche y lo pusieran en marcha.

Corrí, y corrí mucho. Tanto que cuando me paré no tenía ni la menor idea de dónde estaba y la niebla no ayudaba nada. Miré desorientada los pocos edificios que alcanzaba a ver pero no era capaz de reconocerlos. Me vi perdida, sola, y asustada... Tenía 17 años y nunca había estado en la calle por la noche, al menos sola.

¿Por qué no había pensado eso antes de salir corriendo de casa?
Lo único que tenía claro es que no quería seguir escuchando estupideces por parte de esa gente. ¿En qué pensaban mis padres cuando aceptaron la idea del compromiso con Changmin? ¿En hundirme la vida? Estaba claro que si, no encontraba otra explicación.
¿Y Changmin? Al final resultaba que si era tal y como yo pensaba al principio, incluso peor. Nada de ternura ni de buenas y sencillas intenciones...
Crucé lo que imaginé que era un paso de cebra, ya que entre las lágrimas y la niebla no diferenciaba bien. Cuando tan solo había recorrido media carretera dos focos enormes me alumbraron y justo cuando empecé a gritar el coche pasó por mi lado bajando considerablemente su velocidad, prácticamente frenando y por poco no me tocó, pero yo me aparté tropezando con mis propias piernas y cayéndome al suelo.

Me quedé tiesa. Juraría que la sangre que circulaba por mi cuerpo había escapado de mi. Y por supuesto, del susto mis lágrimas habían medio dejado de salir.
-¡Mierda! ¡¡Estas loco tio!!¿¡¡O es que no ves!!?
Levanté la mirada y vi como un chico salía corriendo del coche mientras le recriminaba algo al otro, que había salido con más tranquilidad.
-¿Estás bien?-Dijo un chico alto y moreno inclinándose para mirarme.
No pude contestar. No sabía si estaba bien o no...De momento no sabía cuánto tiempo tardarían mis labios en poder articular palabra...
-¡¡Joder Yochun ya te vale!!-Gritó "mi salvador" mirando a su acompañante.
-Oye que no ha sido culpa mía, ni la he tocado. Se habrá caído sola…
-Si claro...Tu velocidad no ha tenido nada que ver...-El chico volvió a mirarme y esta vez se agachó quedándose en cuclillas.- ¿Te hemos hecho daño?
Negué dudosa con la cabeza.
-¿Ves? Está perfectamente. ¿Podemos irnos?-Dijo al que antes había llamado "Yochun".
-Cállate.-Dijo sin mirarle.- ¿Puedes levantarte? Vamos, te ayudo.- Me agarró del brazo y tiró de mi hacia arriba poniéndome su otra mano en la espalda, para que no me desestabilizase. Yo eché mi cuerpo hacia atrás, un poco reticente a su ayuda...
-Gracias...Eh, bueno, podeis...podeis iros, no tenéis de que preocuparos, es...estoy bien.
-Yunho, te lo está diciendo, ¡Vámonos! Al final llegaremos tarde...
-Si...No es necesario que te preocupes más...-Dije aún sobresaltada.
-No...No me quedo tranquilo. ¿Tú la estás viendo Yochun?-Dijo mirándole.-Aún está temblando, y es por tu culpa.
-¿Por mi culpa? ¡Pero si va borrachísima, por eso se ha caído! Seguramente no sabrá ni dónde está... ¿De qué fiesta sales?
-No estoy borracha.-Dije en voz baja.
-Esta tía viene de una fiesta y la han dejado tirada y alcoholizada, ¡Te lo digo yo! ¡Mira cómo va vestida! No se sale así a comprar tabaco...
-Yochun haz el favor de callarte, me estas poniendo nervioso. A ver... ¿Cómo te llamas? No sé...Dime como te podemos ayudar...

La verdad es que una ayuda ahora mismo no me vendría nada mal, hace tan solo unos segundos estaba reclamándola pero no podia ir confiando en cualquiera, y menos en estas circunstancias.Aunque este chico no tenía pinta de ser ningún maleante no podía confiar así como así...A saber la cantidad de chicas que han desaparecido en circunstancias parecidas. Aunque decirles mi nombre no me causaría ningún problema...

-Ehh...Soy...Soy Shin YunHye.
-¿Cuántos años tienes?
-17.-Contesté.
-¡¡Encima es una cría!!-Dijo el menos agradable.
-¡Pues precisamente por eso Yochun! No podemos dejarla aquí sola. Ya sé...Llevémosla al hospital.-Me cogió del brazo otra vez tirando de mí en dirección al coche.-Por cierto, soy Jung Yunho.-Dijo girándose para mirarme y sonreírme.
Yo intenté hacer resistencia para el lado contrario y soltarme de su brazo.
-Ah eh...-Balbuceé.- ¡Oye pero que no es necesario!-Dije soltándome cuando me di cuenta de que estaba a punto de meterme en el coche.-De verdad, no tengo por qué ir al hospital, no me ha pasado nada. Marchaos, estoy bien.
-¿De verdad que estás bien?
-Si...si si de verdad, tan solo ha sido el susto. Iros tranquilos, se ve que tu amigo tiene prisa por llegar a algún sitio.-Dije mirando al más borde.
-Muy atenta...-Contestó él.
Yunho resopló y después de hacerme un gesto diciendo que esperase, se dio la vuelta y fue hacia el otro chico.
-...
-No Yunho, ¡¡No somos un jardín de infancia ambulante!!-
-...
-Te estoy diciendo que...
-...
-Bufff... ¿Sabes que esto te va a costar caro verdad?
No tenía ni idea de lo que Yunho había dicho, ya que su tono de voz había sido muy bajito, mientras que el otro hablaba a voces, y entendí que no estaba para nada conforme con la decisión que habían tomado, fuera cual fuera.
No parecían malos chicos...Tan sólo eran dos jóvenes con no más de 20 años, según calculé yo, que se habían descuidado un poco al volante. Además, Yunho parecía preocupado de verdad.
-Venga anda, sube al coche, te acercaremos a tu casa...-Dijo Yunho invitándome a entrar en el coche.
-No…No quiero ir a mi casa.-Dije sin dejar de pensar en lo que había dejado allí.
-Pues a cualquier otro sitio...
-No, de verdad...No quiero molestar, puedo ir sola.
-¿Y vas muy lejos?
-Mm...no lo sé. Estoy un poco perdida...
-Borracha. Se dice borracha.-Intervinó el tal Yochun.
-Yochun cállate.-Le ordenó Yunho antes de que el otro se diera media vuelta apoyándose en el coche para fumarse un cigarro.-Bueno, ya que no quieres que te lleve en coche podemos acompañarte andando.
-¡Ni de coña!-Gritó Yochun
-Oh no, sería suficiente si me dices por dónde tengo que ir más o menos para llegar a la Escuela Superior.-Dije antes de que Yunho contestase al otro.
-¿Seguro? Bueno...Creo que no está muy lejos, seguramente Yochun lo sabrá mejor que yo. .
Le llamó y Yochun se acercó con andares despreocupados, arrastrando los pies.
-¿Sabes como llegar a la Escuela Superior?
Yochun me miró de arriba a abajo y dijo:
-¿Estudias allí?-Yo afirmé y después el continuó riéndose-Encima una niña pija...Si sus padres la vieran en estas condiciones...
-¡Vale ya!-Dijo Yunho
-Está bien, está bien... Pues, está a unas cuantas calles, no tardarás mucho en llegar si sigues recto por aquí-Dijo cogiéndome del brazo y haciendome girar para que mirase por donde me indicaba.-Luego tienes que girar dos veces a la izquierda, una vez a la derecha y despues todo recto de nuevo, verás el gigantesco letrero.
-¿Ves cómo no es tan difícil ser un poquito amable?-Dijo Yunho.
-Gracias, muchas gracias...-Contesté yo adivinando las intenciones del otro de decir que no se las había dado...
-Bueno...¿No te quedarás sola no? Me siento realmente mal, de verdad...
- Tranquilo, voy a casa de una amiga, seguro que a sus padres no les importa que me quede, y podrán darme algo de comida y una cama donde dormir…
-Bueno, está bien. Eh…Mira,-Fué hasta la ventanilla del copiloto del coche y abrió la guantera para sacar un foyeto.-Hay una fiesta el fin de semana que viene, tal vez te gustará ir. Estaremos nosotros y unos amigos más, seguro que te divertirías. Ahí tienes la dirección y podrás entrar con mi firma,-Garabateó algo en el papel y me lo dio.-
-No sé si…
-Es para dos personas, si no te fías puedes ir con alguien más.-Dijo sonriendo.-Vamos, piénsatelo ¿Vale?
-De acuerdo…Gracias por todo, de verdad.
-Si si, gracias, de nada y todo ese rollo… Oye no es por nada, pero tenía una cita hace más de media hora.-Interrumpió Yochun con mala cara.
-Ohh eh…lo siento, ya me voy.

Yochun enganchó como pudo a Yunho haciéndo que se diera media vuelta para meterse en el coche, mientas Yunho se despedía de mi a gritos y con un gesto de la mano.
Yo tambien intenté despedirme con la mano pero la velocidad del coche me lo impidió.
Me sorprendió la amabilidad de estos dos chicos, aunque Yochun parecía muy poco dispuesto a ayudar finalmente me había dicho el camino que debería seguir. Además, había tenido suerte cruzándome con estos dos chicos, otros tal vez se hubieran aprovechado de la situación y hubieran hecho cualquier cosa...
Tenía que hacer algo para agradecerles, y seguramente esa fiesta sería la única ocasión. Aunque no sabía porque les había dicho que lo pensaría, si por mucho que yo quisiera ir mis padres o lo que sea que fuesen esos señores no me dejarían.

Empecé a andar por donde Yochun me había indicado, iría a casa de JanHee, era el primer sitio que se me había ocurrido. Tal vez aún no estuviera dormida... Esperaba que a sus padres no les importase que me quedase allí esta noche.
Anduve con pasos lentos y cansados a pesar de la fina lluvia que empezaba a caer, y el camino se me hizo más largo de lo que realmente era, hasta que finalmente llegué al colegio.

Desde el colegío sabía llegar a su casa, y estaba tan solo una calle por detrás.
A lo lejos vi la luz de la habitación de JanHee encendida y me quité un peso de encima: el de tener que dar explicaciones y suplicar cobijo esa noche. Según me acercaba, miraba por el suelo alguna piedra o algo que poder tirarle a la ventana para que me abriera, pero cuando estuve lo suficientemente cerca de la casa como para que las pequeñas farolas me alumbraran, una voz me distrajo de mis ideas.
-¿Hola? ¿Quién anda ahí?-Dijo esa voz. No podía reconocer bien quien era, pero supuse por la voz y la silueta que era la madre de JanHee. Ella se aproximó a la puerta de su casa para estar más alumbrada y tener más visión.- Yun...¿YunHye?
-Hola...Buenas noches, siento...
-¿Qué haces aquí? Es muy tarde...-Dijo con cara de no entender.
-Lo sé...Lo siento, es sólo que...
-Shin YunHye ¿Estás bien?
-Me preguntaba si...si me dejarían pasar la noche en su casa...
-Bueno eh...Si...Si claro entra, entra y me cuentas qué te pasa, estamos mojándonos...
Por suerte no nos habíamos mojado mucho, aunque llevaba un buen rato caminando sobre la lluvia no había sido lo suficientemente fuerte como para empaparme.
-Ven arriba conmigo YunHye, voy a darte algo para que te cambies y después me cuentas, ¿Vale?.-Dijo la señora Chang Ae Sook.
La acompañé al piso de arriba buscando un poco a JanHee, pero todas las puertas estaban cerradas. Ae Sook adivinó lo que estaba buscando, y me dijo que JanHee estaba dormida.
-Toma, esto es mio. Póntelo en el baño, es esa puerta de ahí.-Dijo señalándo al fondo del pasillo.-Tienes tambien algunas toallas, usa lo que necesites.Y tu ropa, también puedes dejarla allí. Yo te esperaré abajo con un poco de té caliente ¿De acuerdo?

Esperó a que yo afirmara con la cabeza y después sonrío antes de darse la vuelta para bajar las escaleras.
Quería quitarme cuanto antes el vestido, lo hice rápido. Estaba helada de frío y quería ponerme cuanto antes el pijama que la señora Chang AeSook me había prestado, parecía calentito...
Antes de salir del baño y después de dejar la ropa colocada, me miré en el espejo. La pintura de los ojos ahora se había extendido por el resto de la cara, asíque intenté quitarla con agua y después me deshice la especie de moño que llevaba para recogerme el pelo en una simple coleta.
Salí del baño y bajé las escaleras para encontrarme de nuevo con Chang Ae Sook, que iba con unas tazas de té en una bandejita.
-Ah ya estás. Ven, vamos a sentarnos aquí.-Dijo dirigiéndose al sofá.
Justo cuándo nos sentabamos apareció por la puerta el padre de JanHee.
-Eh...Buenas noches.-Dijo mirándome con la misma cara extrañada que su mujer un rato antes.
-DongSun, YunHye va a quedarse con nosotros esta noche. Me la he encontrado cuando salía a tirar la basura.
-Vale...No hay problema.-Dijo dedicándome una sonrisa para después dirigirse a su mujer y darla un ligero beso.
-Bueno YunHye...No se que es lo que te pasa, y no se si ni siquiera tienes ganas de contarlo pero...Estoy preocupada. No es normal que vayas sola por la calle a estas horas.
-He discutido con mis padres...No quería verles, por eso salí corriendo de casa y llegué hasta aquí.
-No quiero ser entrometida, espero que no te moleste que te lo pregunte...¿Por qué habeis discutido?
-Ellos...Quieren casarme.
-¡¿Qué?!-Dijo el señor Chang DongSun apoyado en la puerta de la cocina.
-Si...Me han comprometido con el hijo de unos amigos suyos...
-Pero eso no puede ser...Cómo van a hacerle unos padres eso a su hija...¿No habrás entendido mal cielo?-Dijo la señora Chang AeSook.
Yo negué intentando no derramar más lágrimas, al menos delante de ellos.
-Esto es increíble...Bueno, tranquila, no te preocupes ahora...Ahora, lo que debes hacer es dormir ¿eh?-Dijo ella con un notable tono de preocupación en la voz al ver vidriosos mis ojos.- Seguro que puedes llegar a un acuerdo con ellos, algo podrás hacer.
-Si, no creo que pensar en ello ahora sea lo mejor, es tarde y a saber cuánto tiempo has estado ahí fuera, estarás cansada. Será mejor que vayas a dormir.
-Si tienes razón, vamos, arriba está el cuarto de invitados.
La habitación en la que iba a dormir estaba al lado de la de JanHee, quería despertarla, y contarla por qué estaba en su casa a esas horas, pero opté por dejarla dormir e ir a hacer yo lo mismo.

Metida en la cama notaba el calor de las sábanas, no tardé mucho en entrar en calor. Seguía escuchando murmullos procedientes del piso de abajo, la lluvia golpeando los cristales dela ventana...La situación era relajante, pero aún así no podía dormir, no podía quitarme de la cabeza el compromiso con Changmin. La forma en que lo habían liado todo… Ahora comprendía perfectamente la complicidad que tenían desde el principio. El no contar conmigo para tomar esa decisión me hacía sentir aún peor, significaba que yo no tenía ninguna importancia…Este acto solo lo reafirmaba.
Abrí los ojos cuando noté algo de luz en la estancia. Había conseguido dormir algo a pesar de que mi cabeza no paraba de darle vueltas al asunto del compromiso.

Me fijé un poco en la habitación, no tenía mucha decoración, las paredes eran blancas al igual que las sábanas de la cama. Las cortinas eran de un color azul clarito, razón por la que había tanta luz en la estancia.En las paredes colgaban algunas estanterías llenas de peluches, grandes y pequeños, de todo tipo de animales y alguna que otra flor.
Justo me fijaba en la puerta cuando dieron unos toquecitos en ella y seguidamente JanHee asomó la cabeza:
-Uf, menos mal que no estás dormida...No quería despertarte despues de la noche que has tenido que pasar.
-Tranquila no ha sido tan terrible, he conseguido dormir un rato.
-Mejor.Mi madre no me ha dicho por qué estás aquí exactamente, pero teniendo tus padres algo que ver puedo imaginarme cualquier cosa...Mis padres se han ido, nos han dejado desayuno preparado.¿Bajamos y me cuentas...?
Eso fue exactamente lo que hicimos, bajamos a desayunar mientras le contaba todo lo que había pasado con mis padres y Changmin. La cara de horror que puso era bastante parecida a la que sus padres pusieron la noche anterior.
Era sábado, y no quería volver a mi casa. Me apetecía pasar el día con JanHee así podría distraerme y olvidarme un poco del compromiso. Pero eso no podía ser, JanHee tenía que hacer cosas en su casa y yo sería un estorbo más que una ayuda ya que en estos momentos no tenía fuerza ni para mover una silla, así que insistió en que debía ir a casa e intentar hablar con mis padres.

No tenía nada de ganas de hacerlo, pero "cuanto antes afrontes el problema será mucho mejor"-me decía JanHee. Asíque después de vestirme y despedirme de JanHee salí finalmente de su casa.

En cuano dí unos cuantos pasos comprobé que seguía haciendo un frío terrible pero no llovía, aunque al mirar al cielo parecía que eso iba a cambiar pronto.
Continué andando y comencé a encontrarme mal, las calles se estaban poniendo un poco borrosas y me dolía muchísimo la cabeza.
Justo cuando acababa de pasar el colegio andando empezó a llover, y cuando apenas me había mojado un poco una voz me gritó desde atrás.
-Shin Yun Hye.-Reconocí la voz al instante.De alguna manera Changmin había adivinado donde estaba y ahora estaba a escasos dos pasos de mí.
Pensé en ponerme a correr en dirección contraria, pero las probabilidades de escapar eran mínimas, así que me ahorré el esfuerzo.
-¿Qué haces aquí?-Le dije dando un paso hacia atrás viendo sus intenciones de cogerme del brazo.
-Te he estado buscando... Nos has tenido toda la noche preocupados.
-¿Preocupados? Preocupados una mierda.-Contesté incrédula.-No tenías por qué haber venido Changmin, estoy bien, puedes irte.
-Tú vienes conmigo.
-Ni hablar. No voy a pasar un minuto contigo.
-¡Yun Hye estás mojándote, y yo también! Haz el favor de venir conmigo.-Dijo tirando de mi brazo.
-¡¡No voy a ir a ningún sitio joder!! ¡Y menos contigo!-Me solté bruscamente empujándole del pecho.- ¿No entiendes que no te quiero ver? Me das asco Changmin, tú, tus padres y los míos.
No…No entiendo como…-Tuve que callarme y apoyar la mano en uno de los pibotes de la calle, de un momento a otro el suelo se había empezado a mover y las paredes de los edificios intentaban tumbarse.- No sé cómo podéis ser tan malas personas…
-No digas eso, déjame que te explique esto en casa. Vámonos por favor. Tienes los labios morados… ¿Dónde has pasado la noche?
-No…-Dije con pocas fuerzas. Tenía razón en eso de que me pondría mala. El frío y mi vestido de tirantes estaban impidiéndome pensar con claridad. Miré a Changmin y vi que sus labios tiritaban mientras se frotaba los brazos.- Changmin, no quiero cas…
-Nos vamos.- Cogió mi mano para pasar mi brazo por su espalda y me hizo subir a ella para llevarme a cuestas.
Llegamos al final de la calle entre mis protestas sin éxito y diferencié el coche de Changmin aparcado a unos cuantos metros de distancia.
Me dejó en el suelo y me abrió la puerta trasera empujándome para que entrase y después pudiera hacerlo él.
Vi que iba ponerme el cinturón y le aparté de un manotazo.
Aún no me había quedado manca.

Él protestó y después de ponerse el suyo sacó su teléfono móvil. Me acomodé apoyando la cabeza en la ventanilla y cerré los ojos.
No conseguí que el frío se fuera, pero al menos no tenía más que antes.
La conversación que mantenía Changmin me hizo abrir los ojos.
-Si si, está conmigo…Estamos llegando a casa.
Miré por la ventanilla y comprobé que era cierto, acabábamos de atravesar las puertas de acero. Me había quedado dormida.
-…
- No se preocupe, se lo contaré en cuanto nos veamos.-Dijo mirándome.
-…
-De acuerdo. Adiós.
Colgó y cuando quise hablar el coche frenó y él salió del coche.
Le imité y me puse frente a él, que había rodeado el coche para abrirme la puerta.
-Vamos, aún llueve.-Dijo sin dejarme hablar y cogiéndome del brazo-una vez más-.
Cuando llegamos al porche y estuvimos a salvo de la lluvia me solté. No quería que entrase a casa.
-Changmin…
-¿Qué pasa? Hace frío, venga entremos.
-¿Qué vas a decirles a mis padres?
-Depende.
-¿De?
-De ti.
-Te escucho.
-Sal conmigo, acepta el compromiso.
-Ni de coña.-Me di la vuelta dispuesta a entrar en casa pero él me cogió del brazo haciéndome girar otra vez.
-Espera. Piénsalo, puedo decirles a tus padres cualquier cosa. Está claro que me creerían a mi.
Tenía toda la razón. En estos momentos no podría contar con mis padres. Bueno, ni en estos ni en ningún otro.
-Está bien. ¿Y qué pretendes que haga? ¿Que me quede de brazos cruzados viendo como me jodeisla vida?
-No, ni mucho menos. Sólo espera un poco, de verdad. Ahora...Deberías subir a tu casa, date un baño, no sé, relájate... Esta tarde nos veremos.
-No quiero ver...
-Por favor.-Dijo sin dejarme terminar la frase cogiéndome las manos y mirándome a los ojos.-Confía en mi.
¿Qué otra cosa podía hacer? Mirándome de esa forma... Tal vez estaba equivocada y Changmin tampoco tenía nada que ver...
-Vale...Subiré a mi habitación y...te veré esta tarde.
Me di la vuelta soltándole las manos y cerré la puerta trás de mi.

Llegué al segundo piso escuchando la voz de Marlen llamándome. Preferí no hacerla caso, ahora no estaba del mejor humor.Deduje que mis padres no estaban en casa, porque sino ya les tendría a los dos detrás pegándome voces como locos.
Aún tenía frío y bastante sueño. Mi ropa aun estaba mojada por la lluvia y seguro que si no me cambiaba pronto me pondría enferma enseguida.

Entré en mi habitación y parecía que la ducha me llamaba a gritos... No tardé ni un minuto en meterme en el baño, el agua tenía siempre un efecto ultra-relajante en mi.

Después de un buen rato me tumbé en la cama. Cuando no llevaba mucho tiempo tumbada entró Marlen con una bandeja con comida. Insistió en que comiera, sin mencionar nada de la noche anterior, tal y como yo esperaba.
Comí tumbada en la cama, se estaba bastante bien entre las mantas.
Dejé la bandeja con la comida en la mesita de noche y me recosté un poco más para quedar tumbada.
Mi intencion en un primer momento no era dormirme, pero a mi mente le apetecía pensar y darle vueltas al asunto estrella, asi que lo único que podía hacer para evitarlo era intentar dormir. Me costó un poco, pero finalmente me dormí.

Cuando me desperté tenía la sensación de haber dormido muchas horas, pero no había oscurecido cuando me desperté.
Hacía tiempo que no dedicaba un rato a pintar en casa. En el colegio ya no apodía porque Changmin se las había apañado para que nos dejaran sentarnos de dos en dos y convertirse en mi compañero de pupitre. Y los recreos en la azotea ya habían pasado casi a la historia, siempre me secuestraba llevandome a la cafetería o a prácticar algún deporte un tanto ridículo...

Busqué un folio en blanco y empecé a dibujar lo primero que se me vino a la cabeza. Tenía la imagen en la cabeza de una chica arrodillada en el suelo con unas esposas en la mano, y eso fué lo que dibujé exactamente.
Tenía el folio en las manos cuando llamaron a la puerta. Si fueran mis padresa ya estarían gritando.
Al cabo de la tarde me tranquilicé lo suficiente como para aguantar la bronca de Marlen, así que me levanté y abrí la puerta.
Pero no, no era Marlen...
-¿Cómo estás?-Dijo Changmin entrando sin esperar a que yo le dejase.
-¿Y tú que crees?.-Dije con mal humor.
-Eh tranquila, que vengo en son de paz.
-Creo que tú y yo nunca estaremos en paz Changmin.
-Yo creo que si. Hace un par de semanas lo conseguimos, salimos un par de veces sin insultarnos...Conseguimos estar tranquilos y juntos sin matarnos. ¿Qué ha cambiado?
-¿Te parece poco que me obliguen a casarme?
-No, claro que no. Pero no puedes hacer nada por evitarlo, al menos de momento. Por ahora sólo apuedes aceptarlo y hacerte a la idea.
-No. Lo siento...No pienso casarme con dieciocho años contigo.-dije sentándome en la cama seguida de Changmin.
-¡YunHye no puedes hacer nada! Créeme, yo he intentado que no tuvieramos que llegar a este punto y casarnos, tampoco quiero casarme tan jóven. Pero de verdad...por ahora sólo podemos conformarnos con ello. Después podremos pensar en algo.
-Tú entonces...¿Tampoco estás conforme con esto?
-Pues no. No estoy dispuesto a ser hombre de una sola mujer tan jóven.-dijo añadiendo un poco de humor a todo esto. -Y mucho menos que esa única mujer seas tú...
-¡Oh que pena! No creo que pueda soportarlo.
-Si, sin duda es una pena...
-¿De verdad que no podemos hacer nada?-pregunté de nuevo. Él se limitó a negar con la cabeza.-Bueno, ya veremos.
Changmin se sentó en la cama y yo me acerqué a la puerta que se había quedado entreabierta para cerrarla, ya que parecía que Changmin no se iba a ir.
-Eh oye...¿Qué hablabas esta mañana con mis padres?
-No te preocupes por ellos, yo me encargo.
-Gracias, a pesar de todo tengo que darte las gracias. Tu ganas, como siempre...
Él murmuró algo que yo no entendí muy bien...Me pareció escuchar algo como "esto no es un juego para mi", pero al ver que Changmin cambiaba de tema decidí hacerlo yo, por mi bien...
-Bueno, ¿Qué hcías antes de que viniera?-se levantó y fue hasta el escritorio
-¡¡No no!!¡¡Espera Changmin!!
Demasiado tarde...
-¿Qué es esto?
-Pues...un dibujo.
-¿Lo has hecho tú?-Asentí con la cabeza.-No tiene pinta de ser el único, y si es así eres un monstruo raro...¿Hay más?
-Si
-¿Y a qué esperas para enseñármelo?
-No creo que te interesen mucho.
-Claro que me interesan. Si todos son igual de buenos que este...
-¿Este? pues tampoco es gran cosa.-Se lo quité de las manos y abrí la carpeta con los demás dibujos. -Aquí estan todos los de este año.-me quitó la carpeta de las manos y se sentó con ella en la cama.-Nadie los ha visto nunca...
-¿Y? Tranquila, no voy a tirarte tomates si no me gustan...-Me cogió de la mano y me hizo sentar a su lado.
-Oh, ¡¡este es genial!!...wow, ¿y este?... ¡¡Oye son geniales todos!!
Changmin pasaba los folios mirando los dibujos haciendo comentarios en cada uno de ellos. Me señaló con especial interes los dibujos en los que salían personas con paisajes de fondo.
-Oye oye...¿Y esto?-dijo sosteniendo los últimos tres dibujos en una mano.-¡Soy yo! ¿Me has dibujado?
-¿No...No te gustan?
-Si si, claro que me gustan. ¿Pero por qué me has dibujado?
-Pues en esta porque me parecías bastante gracioso enfadándote...Y en esta otra al contrario estabas meandote de risa...
-Vaya, no sabía que me tomabas como modelo. Si lo sé te hubiera hecho un posado desnudo...Aunque bueno, nunca es tarde.-Se echó un poco hacia atrás con intención de desabrocharse la camisa.
-¡Changmin! Menos mal que venías en son de paz...Estáte quieto ya.
-Vale vale, sin pegar...-Dijo intentando protegerse de mis ataques y volviendo a los dibujos. Este...Este dibujo es precioso.
Miré el que tenía ahora aaen la mano y ví el dibujo que le había hecho el día que fuimos a ver a los caballos.
-Me alegro de que te gustea. Es uno de los que más me gustan a mi, y el último que hice quitando el que estaba haciendo ahora.
-¿Tiene algún tipo de historia?-dijo con una sonrisa pícara.
- No...
-¿Segura?
-Que no...
-¿No me mientes...?
-No hay nada, de verdad...
-Qué poco convincente suena...
-¡Ay que si joder!a Pero para ya porfavor...
-Lo sabía...aVenga va, cuenta. Soy todo oídos.-"Marujo" pensé.
-Pues tampoco aaahay mucho que contar...Antes de ese día te creía un niño chulo y prepotente sin sensibilidad ninguna.
-Vaya muchas gracias.-interrumpió.
-Caya, ahora viene la parte buena.-Le dije sonriendo.-Cuando me llevaste con los caballos y te vi con ellos dandoles de comer, cuidándolos y preocupandote por ellos, y me dijiste que te gustaban tanto pues vi que también tenías sentido de la sensibilidad y cambió un poco mi impresión de ti...
-¿Sólo un poco?
-Si, sólo un poco...
-¿Por qué te cuesta tanto decir que te caigo bien?
-Lo das muy por sentado...Solo me caes mejor que cuando te conocí.
-Yo diría que incluso me quieres.
-No te pases...
-Bah...ya me querrás.-Volvió al escritorio y cogió los demás dibujos que había ido dejándo ahí según los veía. Los apiló todos y los juntó en su carpeta otra vez. -¿Tienes folios en blanco?
-Si claro, en la carpeta hay.
-Vale, pues intenta quedarte quieta, no te muevas durante un rato.
Había cogido el lápiz que había encima de la mesa y los folios, estaba sentado en la silla con pinta de estar muy concentrado...
-¿Qué haces...? ¿Intentas pintarme?
-Intento pintar mejor que tú, y lo conseguiré.
-Ah...¿Y vas a tardar mucho en conseguirlo? Me estoy empezando a aburrir.
-¿Qué? ¿Cómo vas a estar aburrida? Tan solo llevo unos segundos...-Dijo sin levantar la vista del dibujo.
-Puf...Yo ya hubiera hecho tres dibujos.
-¿Ah si? Pues....ya casi esta...unos cuantos toques por aquí...aquí...y ya lo tienes. Toma, un retrato.
-Changmin que...es...jajajajajajajaja
-No te rias...-Dijo el tambien entre risas.-Tampoco es tan distinto de la realidad...
-¿Ah no?
Me había dibujado unos ojos enormes, casi mas grandes que toda la cara y unas pestañas larguisimas. El pelo muy largo, casi ocupaba todo el folio y los labios muy grandes, casi mas que los ojos. Que ya era decir...
-¿Según tú, esta soy yo?
-Claro. Aunque la verdad...Sales mejor en el dibujo. Dame las gracias porque he sido bastante generoso con el lápiz...
-¿Las gracias? Si fueses de mi estatura te daría una paliza, no las gracias...
-Jajaja pues crece...a ver si así consigues un poco más de atracción sexual.
-¿Pero tú quién te crees...-Dije haciendome la ofendida- Leonardo DiCaprio? ¿Te has mirado alguna vez al espejo?-Cogí otro folio y empecé a garabatear su rostro.-Mirate...este eres tú.
-¡¡Pero que dices!!Vaya un concepto de belleza...Mira, seguro que así eres tú recién levantada...
Ninguno de los dibujos se parecía a la realidad, pero era bastante divertido ver la reación del otro.
Yo dibujaba depie inclinada sobre la mesa mientras que Changmin no se había movido de la silla en todo el rato. Empezamos a añadir cosas al dibujo del otro, cosa que los hacía aún más divertidos y patéticos.
-No puedo más...-Dije como pude entre risas-De verdad...¡Es ridículo!-Apoyé mi codo derecho en la mesa y puse el izquierdo en su hombro.-¡¡Pero mira esto...!! Jajaja

Yo no podía parar de reír pero me dí cuenta de que Changmin se había quedado callado y estaba mirándome.
Borró la sonrisa que tenía mientras yo solo le miraba a los labios, y de repente los tuve muy cerca, a un par de milímetros, casi rozándome...
Yo no podía decir ni hacer nada, sólo escuchaba mi fuerte respiración hasta que Changmin sonrió pícaramente y se echó para atrás partiéndose de risa.
-Jaja vaya una tonta...¿Qué te pensabas, que te iba a besar? Con lo fea que eres...Bastante tuve con un beso.

Se levantó de la silla metiendo la mano en el bolsillo para sacar el móvil, que le estaba vibrando y salió de la habitación sin quitar su típica sonrisa de ganador.
-Pero tú eres...eres...¡Eres un cabrón!-Dije más para mi misma que para él.
No era la primera vez que hacía un amago de beso y se quedaba mirándo mi cara de tonta y riéndose de mi.
Porque otra cosa no, pero estaba segura de que la cara de tonta la tenía...
No podía parar de mirarle a la boca, y su intento de beso me había puesto los nervios a flote, reduciendo las posibilidades de que mi cerebro pensase algo para retirarme del beso.
Marlen me hizo volver al presente diciendome que la cena ya estaba lista y que tambien había preparado para Changmin, que ya me esperaba en la mesa cuando bajé.
Él se comportaba conmigo como antes del "beso fallido", pero noté un cambio en él. Los momentos que dejabamos de hablar daba la sensación de que volaba a un sitio lejano del comedor. Aun así no le dije nada, me daba un poco de vergüenza...

Terminamos de cenar y Changmin no tenía muchas intenciones de irse todavía a su casa, así que decidimos ir al salón.
Teníamos la tele encendida mientras hablabamos de tonterias, aunque casí hablaba yo sola porque él cada vez estaba más serio.
La televisión estaba puesta en un concurso y cuando se fueron a publicidad empezaron a anunciar un disco.
La canción la conocía...Era la del cantante de voz preciosa...
Miré desesperadamente a la televisión a ver si ponía su nombre en algún sitio, o un video suyo...pero Changmin me quitó el mando de las manos y cambió de canal rápidamente. No me había dado tiempo a ver la cara del cantante.
-¿Qué haces?-Le reproché enseguida.
-Me estoy aburriendo...A este paso me duermo.
-¡¡Me da igual!! Trae el mando, quiero mirar una cosa.-Me levanté e intenté quitarle el mando de la tele usando un poco de violencia, que tan bien venía en estos casos...
Volví al canal de antes pero ya era tarde...Estaban anunciando una crema anti-arrugas.
-¡Joder...!
-Vaya boquita tenemos...-Dijo Changmin bostezando.
-Oye ¿Saben tus padres que estás aquí? Tal vez estén preocupados.
-Tranquila he hablado antes con ellos.-Dijo poniéndose serio de nuevo, aunque intentaba ocultarlo.
Seguro que habían discutido ellos también...
-Pues, yo creo que voy a irme a dormir...Tú deberías irte a tu casa...-Dije levantándome.
-YunHye...-Changmin me cogió del brazo parándome y se levantó también.-¿Me dejarías...dormir en tu casa esta noche?
-¿En mi casa?-Él asintió con la cabeza. Tenía una cara de tristeza que no había visto nunca antes en él, y si era verdad que había discutido con sus padres era normal que lo que menos le apeteciera fuese verles...-Ehh....Bueno, esta bien, no creo que haya problema...-Dije finalmente pensando en que si volvía a aproximarse a mi a menos de 10 centímetros correría peligro...
Avisé a Marlen de que Changmin iba a pasar aquí la noche y mandó a alguien para que arreglase la habitación de invitados y en pocos minutos quedó habitable.
Yo me metí en mi habitación con mal sabor de boca, Changmin no se había comportado como habitualmente solía hacerlo...Esta actitud seria de él me descolocaba bastante...

Miré el desorden que había encima del escritorio y la cama y recogí los dibujos en la carpeta para después guardarla en el cajón y después de cambiarme me metí en la cama, era bastante tarde...Me sorprendió lo rápido que había pasado la tarde desde que Changmin llegó.Changmin no pudo dormir bien esa noche. Ni bien ni mucho...Cuando los primeros rayos de luz entraban através de las cortinas él ya llevaba bastante tiempo despierto.
Había pensado varias veces en abandonar su habitación y entrar en la de YunHye, pero las escusas que se le ocurrieron por si acaso alguien le pillaba no eran nada convincentes.

YunHye le atraía, y desde el principio. Eso no podía negarlo... No era como todas las hijas de familias importantes que le habían presentado sus padres, esta desafíaba a los suyos y no parecía tener ningún interes en los negocios. Además, se lo había confirmado con la charla que habían tenido después de cenar sobre sus dibujos.

Le gustaba pintar casi tanto como a él montar a caballo y por si ella fuera se dedicaría a pintar toda la vida.
No pudo resistirlo más y salió de la cama.
Abrió la puerta intentando que no crujiera y ando por el pasillo hasta la habitación de YunHye mirando hacia todos los lados.
Una vez delante de la puerta se metió rápidamente dentro del cuarto y respiró tranquilo cuando la vio metida en la cama, completamente dormida y sin indicios de que le hubiera visto.
Se acercó al escritorio y buscó la carpeta en la que estarían los dibujos de esta tarde.
Después de mirarlos todos una vez más, se quedó con uno muy cómico que habían dibujado entre los dos. Sonrió para si mismo al recordar lo nerviosa que se había puesto al casi besarla...Disfrutaba haciendola de rabiar, aunque seguramente habría disfrutado más si hubiera llevado el beso hasta el final...
Cogió un bolígrafo del escritorio y le dio la vuelta al dibujo que tenía en las manos.

Se apoyó sobre la mesa y escribió:"Shin Yun Hye, haz siempre caso a lo que realmente sientas, no a lo que te digan que tienes que sentir"
Volvió a dejarlo todo en su lugar y después se marchó otra vez a la que durante esa noche había sido su habitación.Aunque lo había estado evitando, llegó el día.
El regreso de mis padres de uno de sus muchos viajes.
Changmin me había dicho que estaba todo arreglado con ellos, que habían hablado por teléfono después de que me encontrase y que no tenía de que preocuparme.

Aún así no podía fiarme...
Estaba en mi habitación, y apareció Changmin por la puerta, como por arte de magia.
-¡Changmin! ¿Qué haces aquí?¿Cuándo has entrado?
-He venido con tus padres. Los míos también estaban en ese viaje ¿recuerdas? He ido al aeropuerto a buscarles.
-Qué buen hijo...-dije con sarcasmo.
-Si, ya podrías haber hecho tú lo mismo...
-Ni loca.
-Bueno escuchame. Tus padres te están esperando, les he dicho que yo subiría para avisarte de que estaban aquí. Sólo tienes que darles la razón, recuerda todo lo que hablamos...¿vale? Tenemos que finjir que somos novios, como acordamos...
Estaba nervioso y alterado, asíque intenté que parase de hablar.
-Eh eh para. Toma aire y calla. No soy una bocazas, y se lo que me conviene ¿vale? Tranquilo, no voy a meter la pata.
-Eso espero...
Cuando aún no habíamos bajado las escaleras apareció mi madre con ese aire a "malvada de cuento de princesitas". En cuanto nos vio cruzó los brazos bajo el pecho y se me quedó mirando fijamente.
-Eh...Yo voy abajo.-Dijo Changmin. Cuando pasó por delante de mi madre me hizo un gesto con las manos de súplica.
Cuando notó los pasos de Changmin lo suficientemente lejos empezó a hablar.
-Que sea la última vez que te comportas así habiendo unos invitados tan importantes como los señores Kim. Ni te imaginas el mal rato que nos hiziste pasar. Qué bochorno...
-Lo siento...-Ahora tocaba tragarse el orgullo.
-Pensé que sabias de sobra que en esta casa y en tu vida yo soy la autoridad y si digo que vas a casarte con Changmin te casas y punto.
-Lo sé, siento haberme comportado así. Estoy completamente...completamente de acuerdo en el compromiso con Changmin, si eso favorecerá a la empresa lo haré encantada.
-Me dejas sin palabras...No esperaba que lo reconocieras tan pronto YunHye, veo que sabes lo que te conviene. Es una muy buena familia.
-Si, sin duda.
-Bien...Ahora vamos con los demás para que les pidas disculpas.
Se dio la vuelta y comenzó a caminar.
Esto había sido demasiado. Había intentado parecer lo mas agradable y creíble posible, pero el asco que había sentido diciendo esas palabras seguramente había arruinado mis intentos.
Changmin me paró antes de que pudiera entrar en el salón.
-¿En qué momento de tu vida has ido a una escuela de interpretación?
-¿He estado bien? ¿Quedas satisfecho?
-Ni te imaginas cuanto.-Sonrió y pasándome la mano por los hombros dijo-Venga anda, aún te quedan disculpas por presentar.
-Yo lo que no sabía es lo desarrollada que tienes la parte de marujo...¿Escuchando conversaciones ajenas no?
-Entiendelo, tambien era de sumo interes para mi.
-Ya claro...

Llegamos al salón en el que mi madre estaba junto a la señora Kim EumDom y mi padre con Kim DaeHyun. Todos nos miraron cuando entramos y yo comencé con mi falsisimo discurso de disculpas. Los señores Kim las aceptaron sin problemas y no le dieron mucha importancia.
Se despidieron pronto de nosotros ya que al día siguiente era lunes y era día de trabajo para todos.
Volví a mi habitación y continué pintando por el resto de la tarde.
Después de cenar fuí al despacho de mis padres, aún tenía algo que resolver.
-¿Puedo pasar?
-Entra.-Respondío mi padre.
-Quería pediros permiso para ir a una fiesta que dan unos amigos.
-¿Unos amigos tuyos? ¿De tu clase?
-Si...claro de mi clase. Es la semana que viene, el fin de semana.
-Vale, no me parece mal. Necesitas relacionarte con ese tipo de gente.-Dijo mi madre con su "monotema".- Pero tendrá que ir también Changmin, así podran ver que estais juntos.
Vaya por dios...Enfin, no podía salirme todo como esperaba...
-Vale, perfecto gracias por dejarme.
Iba a salir del despacho cuando mi madre me llamó.
-Yun Hye espera.-Se levantó y se puso frente a mi.- Enhorabuena. Vas a ser muy feliz con Kim Changmin.
Y me juntó las manos con las suyas.
Yo intenté que no se me notase el desagrado, al fin y al cabo aún tenía que seguir con la farsa... 
 
 
 

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lunes, 25 de abril de 2011

Precious Love Cap 11

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Capitulo 11

Mih Wa y Junsu se habían comprado una casa. Despues de varios años de relación habían decidido dar el paso de vivir juntos. A pesar de que Junsu había insistido en que se casaran primero, Mih wa lo había rechazado ya que lo consideraba solo “un trozo de papel”. Finalmente Junsu había desistido.



La casa era bastante luminosa y tenía varias habitaciones. Por supuesto Eun mi les había ayudado a elegirla tiempo atrás, pero pensó que tardarían más en decidirse.
El domingo por la mañana, Mih wa pasó a recoger a Eun mi después de haberla llamado. Mih wa no se fiaba del criterio de Junsu para comprar muebles, así que los tres se fueron en busca del mobiliario de la nueva casa. Eun mi necesitaba que la diera el aire, además que no sabía cuándo volvería Yunho y no tenía valor para verle después de lo que le había contado Changmin la noche anterior.

Se recorrieron toda la tienda tres o cuatro veces decidiéndose primero por los muebles más necesarios y luego por los adornos. Junsu y Mih wa discutían sobre que jarrón pegaría mejor en la entrada cuando Eun mi recibió una llamada. Ni se molestó en avisar a la pareja ya que estaban muy concentrados en la discusión.

-¿Sí? – Pregunto Eun mí aun habiendo leído el nombre en la pantalla del móvil.
-Hola Eun mí. Soy Jaejoong. – Jaejoong mantenía como de costumbre su tono relajado. No se había dignado a llamarla desde que la ingresaron en el hospital y ella tenía la intuición que la llamada no sería por salud… sino por trabajo.
-Ya lo sé. ¿Qué quieres?
-Necesito que mañana por la tarde vengas a la agencia. Ya sé que te estas recuperando pero tengo que hablar contigo de ciertos asuntos que no puedes descuidar.
-¿Crees que me interesan tus putos asuntos de negocios cuando casi me matan por ellos?
-Pues deberían interesarte, estoy a punto de cerrar un contrato con una de las cosméticas más importantes de China.
-Estoy convaleciente Jaejoong, no puedes obligarme a ir hasta que me recupere. – Dijo Eun mí con chulería.
-¿Tienes el alta no? Pues entonces debes estar como nueva. Además, no sé de donde te has sacado que son mis asuntos de negocios los que te han llevado a esa situación – Dijo Jaejoong con sarcasmo.
-Quizás el que solo tú sabias donde estaba… pero no te preocupes, eso lo arreglaremos en un juzgado Kwang Jaejoong.
-¿Y qué pruebas vas a presentar si puede saberse? – Se jactó.
-No te preocupes, algo encontraré. Solo tengo que indagar un poco.
-Ah… nunca aprenderás… se supone que cuando tropiezas, aprendes para no volver a caer... Si no te resulto muy bien la primera vez que intentaste indagar… ¿por qué repetirlo una segunda? Yo que tú, me centraría al 100% en recuperarte para volver a la agencia. Se te está acumulando el trabajo.
-Me da igual lo que me hagas. Ya me da igual… seguro que en uno de tus intentos por asustarme cometes un error y acabas en la cárcel que es donde deberías estar desde hace tiempo.
-Nunca cometo errores. No lo olvides. Y tienes razón, ya había contado con que te daría igual lo que te pasara pero…
-Pero que… ¿matarás a mi perro?
-No, pero la casa de Junsu y Mih wa es realmente bonita... sería una pena que no la pudieran pagar por que el restaurante se viniera a pique… Junsu tiene una reputación pero imagínate que alguien enferma en su restaurante… sería terrible…
-¿Qué ganarías tú con eso? – Eun mí no podía creer lo que estaba oyendo.
-No, en realidad, que gano no haciéndolo… gano que tú dejes de trabajar allí y te centres única y exclusivamente en la agencia. Además, por contrato ya no puedes trabajar en ningún lugar más, así que…
-¿Y eso ahora de donde te lo has sacado?
-De las cláusulas que por lo visto no has leído. Mañana ven a las cuatro y media. Se puntual.

Jaejoong colgó y Eun mi cerró la tapa del teléfono fuertemente. Cuando volvió junto a Junsu y Mih wa, que ya se habían puesto de acuerdo, Eun mí se lo contó todo. Junsu no le tenía miedo a Jaejoong y por supuesto no quería perder a Eun mí. Aun así Eun mí no pensaba arriesgar el trabajo de sus amigos por culpa de Jaejoong que bastante había jodido ya. Así que lo tenía decidido. Abandonaría “Haneul”.

Mih wa sabía que Eun mi estaba muy triste por dejar el restaurante donde había trabajado durante años, donde se habían conocido y vivido momentos maravillosos. Y la verdad es que la situación se estaba volviendo de lo más extraña, cuando Eun mi fue adquiriendo fama, varios curiosos iban a conocer a “la modelo camarera de Seúl”. Así que en el fondo Mih wa sabía que tarde o temprano aquello se iba a acabar.

La pareja decidió invitarla a cenar, se suponía que era un día de despeje y no de agobios con Jaejoong de nuevo. Ya tendría tiempo para eso al día siguiente.
Cuando se quisieron dar cuenta, eran las doce de la noche y Eun mí se caía de sueño. Entre el cansancio y la medicación para el dolor de costillar se estaba quedando dormida en el coche de camino a casa.

Lentamente subió las escaleras y como de costumbre después de rebuscar cansinamente en el bolso encontró las llaves. Iba dormida, con tal mala suerte que se le cayeron las llaves al suelo justo antes de introducirlas en la cerradura. “Genial… “. Eun mí no se podía agachar. Era uno de los inconvenientes de llevar una venda que la apretaba todo el cuerpo. Además de que si la dolía al respirar, no quería ni imaginarse como sería intentar agacharse.

Comenzó a hacer las maniobras de descenso primero bajando lentamente hasta ponerse en cuclillas pero… dolía…. No se dio cuenta de que la puerta de al lado se abrió y que unos pasos se acercaban hacia ella.
Yunho alcanzó las llaves con su mano derecha mientras que con la izquierda, posada en la espalda de Eun mí, la ayudaba a subir. Sin decir nada, se acercó a la puerta e introdujo las llaves en la cerradura abriendo la puerta sin retirar la mano de la espalda de Eun mí.

Una vez abierta la puerta, Yunho guió con la mano a Eun mí para que se metiera en casa.

-¿Cómo estás? – Preguntó él antes de que ella se diera la vuelta.
-Mejor. Ya me puedo levantar de la cama. – Eun mí se sujetó apoyándose en la puerta.
-Si, otra cosa es agacharte… – Yunho sonrió. Intentaba bromear para relajar el ambiente. Hacía mucho tiempo que no se veían. Y ahora la cosa estaba un tanto… incomoda. Él había estado tan preocupado en Japón, que no se podía creer el volver a verla y que estuviera “bien”.
-Me voy a dormir… - Dijo ella haciendo el amago de cerrar la puerta.
-Si… – Ella paró. – Necesitas sal… o… cualquier cosa… avísame ¿vale?
-Em... si… lo haré. – Dijo ella justo antes de continuar cerrando. Él se dio la vuelta y se marchó.
“Por lo menos se le ha quitado al costumbre de cerrarme en las narices…” pensó Yunho antes de entrar en casa.

Anduvo cansinamente hasta la cocina yendo directamente a la nevera… necesitaba una cerveza. Él sabía que la estaba cagando, si su intención era mostrar toda la preocupación y los sentimientos que sentía por ella sin ninguna restricción, como le había aconsejado su Changmin, desde luego que no lo estaba consiguiendo.

Tampoco podía llegar allí y declararle su amor a los cuatro vientos, así, como sin nada… porque ella no confiaba en él y lo sabía. Hacer eso sería firmar una sentencia de muerte. Pero ahora que Changmin estudiaba en la habitación y él estaba a solas con su mente y su corazón se reconoció a sí mismo que no tenía ni idea de cómo hacer que ella realmente confiara en él… porque jamás se había mostrado realmente como era… tan solo en pequeñas dosis, pequeñas esencias que ella, estaba seguro, que no había captado. Pero no tenía tiempo para arrepentimientos ni lamentos. Tenía que comenzar a hacer las cosas bien, porque no se iba a permitir sentir de nuevo que iba perderla.

Las horas pasaron y Yunho no tenía manera de dormirse, también porque el sofá ya era más que incómodo y para su espalda no venía nada bien, pero no paraba de darle vueltas a la cabeza. Se entretenía repasando el mural que con tanto esfuerzo ya casi estaba terminado, cuando escucho un golpe y sollozos proveniente de la casa de Eun mí.

Changmin salió de la habitación con las gafas puestas y el carboncillo en la mano.

-Voy a ver… - Dijo Yunho casi sin mirarle.
-Déjala… lleva así desde que vino del hospital.
-¿Y por eso la tengo que dejar? – Yunho miro a Changmin reprimiéndole.
-Mira – Dijo Changmin cogiéndole del hombro. – Son pesadillas, está dormida y no te va a abrir la puerta. A menos que tengas tu llave…
-No tengo llave Changmin…
-Pues entonces espera a que se despierte y mañana hablas con ella.
-No tengo llave pero… - Yunho miró a Changmin…
-No, tengo que estudiar… - Se dio la vuelta de camino a la habitación cuando Yunho se puso delante de él impidiéndole el paso.
-Eres un capo Changmin será un segundo…
-Vamos no me jodas…. – Yunho le miro con cara de… “jamás volverás a probar mi ramen” – Ahs…. Está bien… dios… ¿Cómo puedo ser tan buena persona? – Dijo Changmin para sí mismo mientras dejaba el carboncillo entre unas servilletas. Rebusco un poco en la basura de los plásticos sacando uno liso.
Después de pasar un par de veces el plástico a modo de tarjeta por la ranura de la puerta y el marco consiguió abrirla, aunque estaba la cadena, tan solo estiro el brazo como el día anterior y Yunho entró rápidamente después de decirle un “gracias” casi inaudible.

Eun mi estaba tirada en el suelo quejándose, Yunho no sabía si seguía despierta o por la caída aun la dolía más el costado, así que se acercó y desenrollándola un poco de las mantas la incorporó.

-Eun mi…. Eun mi_ah – Dijo Yunho susurrándola para no despertarla bruscamente.
-Mnn… - Se quejó ella llevándose la mano al costado. Él la cogió en brazos y la subió de nuevo a la cama poniéndola varios cojines detrás. Se sentó a su lado y después de retirarla un poco el pelo de la cara ella comenzó a despertarse.
-¿Estás bien? – Preguntó sin alzar la voz.
-¿Qué… que haces tú aquí? – Dijo ella con voz dormida.
-Estaba preocupado. Escuche como te caías y vine a ver si estabas bien. – Yunho la miraba con ternura mientras ella fruncía el ceño…
-Pero… ¿cómo has entrado? ¡Me he dejado la puerta abierta! – Dijo llevándose las manos a la cabeza.
-Ah no, no, ha abierto Changmin... bueno… Changmin tiene… llave propia – Rio Yunho.
-Os podría denunciar… - Dijo Eun mí dejando caer la cabeza hacia el lado contrario al que estaba Yunho.
-No quieres…. ¿Hablar de ello? – Pregunto Yunho después de esperar unos minutos guardando silencio.
-No recuerdo mucho.
-Pero aun así… me ha dicho Changmin que no duermes bien.
-Changmin parece una portera… con lo grande que es se podría meter en sus cosas. – Dijo ella volviendo a mirar a Yunho esta vez con cara de desafío.
-Oye no seas así, fue una orden mía.
-Pues entonces tú eres aún más portera que él. – Le reprochó.
-Definitivamente cuando se trata de ti, sí. Me entero de todo. Además, solo te enfadas por que no quieres hablar de ello, pero quizás si lo cuentas…
-No cambiara nada. Y no te miento cuando te digo que no recuerdo mucho…Tan solo que estaba en el baño, unos tipos entraron y me golpearon. Lo siguiente que recuerdo es estar una habitación con gente.
-¿No recuerdas que decían?
-Hablaban de dinero. Pero estaba más preocupada porque alguien me sacara de allí que de enterarme que decían. El médico, - Eun mi hizo una breve pausa para coger aire, se había acelerado demasiado y respiraba con dificultad debido al golpe. – me dijo que iría recordando poco a poco, pero a estas alturas, todo lo que necesito es olvidar. – Dijo ella con resignación.
-En el momento que recuerdes y necesites contarlo… puedes contar conmigo.
-¿Y por qué? Llamaré a Changmin en todo caso. ¿Crees que ahora puedes llegar y hacer como que eres mi gran amigo? No sé qué te has pensado que soy. Ni siquiera viniste a verme el día que salí del hospital, Changmin me regalo hasta un ramo de flores y le he visto menos veces que a ti. - Murmuró- No pretendas que te cuente ahora mis penas y mis glorias como si nada. – Le dijo mirándole directamente a los ojos.
-No podía ir. Me tenían prohibido el paso. – Yunho estaba extrañado, ella tenía allí a sus mejores amigos y a sus padres, no comprendía porque él debería estar allí.
-¿Y a cinco metros de la puerta del hospital? ¿Y en casa? – Le reprocho de nuevo.
-¿Acaso notaste mi ausencia? – Dijo Yunho sin poder reprimir una sonrisa.
-Es posible. Me extraño…. – Dijo ella parándose a pensar lo que estaba diciendo. – Que no, estuvieras allí para molestarme como de costumbre después de la que montaste en la recepción con Jaejoong. Hasta tenía pensado, darte las gracias por movilizar a Sang Hee y a Changmin. Pero has perdido tu oportunidad.
-Parece que tú también te enteras de todo. ¿Cómo puedo recuperar mi oportunidad?
-No te voy a perdonar tan fácilmente. – Dijo Eun mí y volvió a reposar la cabeza sobre los cojines en dirección contraria a donde se encontraba Yunho, que se mordía el labio para no reírse.
-No siento que tengas nada que perdonarme. No fui por que no pude y punto. – Yunho no podía comprender como a las cuatro de la mañana tenía ganas de picarla, con el sueño que tenía pero aun así… quería saber hasta dónde podía llegar.
-Pues entonces vete. Parece que estas aquí pidiéndole redención a un santo. No necesito tu ayuda.
-Si es lo que quieres me iré… - Yunho hizo el amago de levantarse cuándo Eun mi le cogió la mano. Él, paro en seco.
-Y no vuelvas. – Dijo ella mirándole a los ojos. Unos ojos que expresaban todo lo contrario… podía ser… que ella…. ¿sintiera algo por él? Yunho estaba confundido así que volvió a sentarse. - ¿No entiendes?
-Puedo quedarme en el sillón si tienes miedo.
-No digas tonterías. – Eun mi aun no le había soltado la mano. No tenía interés por que se quedara, ni por hablar con él, pero algo dentro de ella le pedía a gritos que no se marchara. – No tengo miedo.
-¿Entonces quieres que me quede, sin más?
-No. Cuando me despierte. No te quiero ver aquí. – Eun mi cerro los ojos.
-No me puedo ir. – Ella abrió un ojo mirándole extrañada. – Si no me sueltas no puedo. – Entonces ella le soltó la mano rápidamente. No se había dado cuenta de que aún le sostenía.

Yunho se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta. Miro por la ventana del salón. Changmin ya debía estar durmiendo y se había venido sin llaves. Muy astuto. Se tumbó en el sofá y recordó el día que ella le ayudo, sin conocerle de nada. Tan solo había cruzado dos palabras poco agradables en las escaleras.
Una hora después entró sigilosamente a la habitación de Eun mí, que ya estaba dormida. La observo durante un buen rato de pie hasta que decidió sentarse a los pies de la cama. Tenía sueño. Se suponía que había dejado de trabajar en aquel bar para descansar bien los fines de semana, y más ahora que había conseguido, gracias al chantaje, trabajo como fotógrafo en su agencia, pero aun así seguía llevando los ritmos nocturnos poco ortodoxos.

Poco a poco se fue recostando a lo ancho de la cama. No entraba, le colgaban las piernas pero aun así no se movió. Eun mi respiraba con dificultad, como cuando alguien está muy acatarrado. Yunho se intentó acomodar a su izquierda subiendo un poco por la cama, quedando su cabeza justo a la altura de la cintura de ella. Puso su mano izquierda sobre su abdomen y aunque luchaba contra su cansancio para no dormirse, preocupado porque ella no respiraba bien, finalmente se quedó dormido justo a su lado.

A la mañana siguiente Eun mi comenzó a abrir los ojos lentamente. La luz entraba desde el patio interior dándole justo en los ojos. Cuando comenzó a reconocer lo que había a su alrededor, después de frotarse un poco los ojos, vio que Yunho estaba aún allí. Su mano izquierda la rodeaba la cintura y su pierna derecha estaba completamente apoyada en el suelo.

Ella le miró fijamente repasando la situación. Juraría que le había dicho que se fuera… y es más, juraría que él se había ido. Pero ahí estaba. En su cama, respirando fuertemente por no decir que casi roncaba con la boca abierta. Pensó durante unos minutos en dejarle ahí dormido para seguir disfrutando de la imagen, que aunque era poco romántica, a ella la encantaba.

Después de estar cinco minutos mirándole como una estúpida, se concienció que su papel era echarle de su cama. Sino le daba la sensación que nunca jamás le querría dejar ir. Así que se armó con un cojín de los que tenía detrás y le golpeo en la espalda con el suavemente. Yunho gruñó.

-Changmin ah… déjame dormirrrr… - Balbuceo contra el colchón que tenía pinta de haber sido babeado.
-No soy Changmin. – Dijo ella volviéndole a dar esta vez más fuerte.
-¿EH? – Dijo él alzando la cabeza mientras retiraba la mano de su cintura. Y recibió otro golpe.
-Te dije que te largaras, no que durmieras aferrado a mí como una garrapata. – Cuando fue a darle el cuarto golpe, Yunho lo paró incorporándose con su brazo derecho, tirando de él, y haciendo que ella se inclinara quedándose más cerca de Yunho.
-Discúlpeme doncella… no pude resistir quedarme en sus aposentos… Tampoco tenía llave de mi castillo.
-¡Pues haber dormido en la cuadra con el corcel! ¡Largo! – Dijo Eun mi empujándole, haciendo que se callera completamente de la cama. Yunho volvió a gruñir mientras se incorporaba sacudiéndose la ropa.
-Vaya princesa… menudos despertares tiene, seguro que debe tener al servicio como loco.
-Ahs… - Dijo ella cansinamente... entonces Yunho se subió de rodillas a la cama y cogiéndola por el hombro la beso en la mejilla.
-Buenos días. Espero que hoy te encuentres mejor. – Dijo el bajando rápidamente y dirigiéndose hacia la puerta.
-En cuanto te vayas será un alivio para mi salud.- Entonces Yunho se giró justo antes de irse para mirarla.
-Siento causarte taquicardia… no era mi intención.
-Ishhhhhhhhhh…. - Dijo ella lanzando el otro cojín que tenía detrás. - ¡No vuelvas por aquí! ¡Se cuidarme y dormir sola! – Entonces se escuchó la puerta de entrada. Finalmente se había ido. Eun mi sonrió tontamente pensando en que se había quedado a pesar de todo… cuando se dio cuenta1 de su reacción intento disimular para ella misma, inútilmente claro…

*Agencia “Balgueonuri” 18:00 p.m.*

Eun mí, acompañada de Sang Hee, salía del ascensor que daba a la planta en la que se encontraba la sala de juntas. Jaejoong las había citado a esa hora para ver ciertos puntos del contrato. Sang Hee se acercó a la recepcionista pero por lo visto Jaejoong aún seguía reunido con los delegados de la empresa de cosméticos.

Después de esperar media hora en recepción por fin se abrió la puerta de la sala de juntas. Eun mí y Sang Hee se levantaron inmediatamente. El primero que salió fue Jaejoong, seguido de dos delegados chinos y Yochun. Eun mí se quedó paralizada al verle. Yochun, con el pelo más corto que de costumbre, vestía una amplia sonrisa y un traje caro de los que le gustaba lucir en las ocasiones más especiales.

Sang Hee se acercó al cuarteto mientras que Eun mí se quedó parada en medio de la sala. Sang Hee al darse cuenta retrocedió hasta donde estaba y tiró de su brazo para que se reuniera con los demás.

-Bueno, os presento a Park Yochun, jefe de la sección de marketing y expansiones internacionales. Yung Min vicepresidente de la compañía y por último Xing Ya asistente y traductor. – Dijo Jaejoong, todos hicieron una reverencia según les iban nombrando. Yochun miró directamente a Eun mí que no podía creer que estuviera él allí, después de todo este tiempo. Desde luego su mala suerte incrementaba por momentos. – Ha sido un placer hacer negocios con ustedes, - Dijo dirigiéndose al trio - pero si me disculpan tengo otra reunión. Hablamos vía videoconferencia.
-Por supuesto. – Dijo Yochun animadamente mientras no le quitaba ojo de encima a Eun mí. Volvieron a hacer una reverencia y Jaejoong acompaño a los miembros chinos hasta el ascensor, Yochun que se quedó un poco más rezagado cortándole el paso a Eun mí, mientras Sang Hee pasaba dentro sin darse cuenta. – Me ha encantado volver a verte. Por lo visto sufriste un accidente… aun así, estás igual de preciosa Eun mi_ah. ¿Te apetece que…? – Yochun parecía tener ganas de hablar con ella y justo en ese momento Sang Hee les interrumpió diciéndola que tenían que preparar todos los papeles. Yochun sonrió a Eun mí y después de hacerla un gesto de “te llamaré”, se unió de nuevo a su grupo.

Una vez dentro de la sala de juntas Eun mí se dejó caer sobre una de las sillas. Sang Hee la miró preocupada.

-¿Le conocías? – Dijo mientras sacaba los papeles del portafolio.
-Fue… mi prometido. – Dijo con resignación Eun mí.
-¿¡Tu prometido!?
-Sí, pero se largó sin más, a una semana de la boda… vaya casualidades tiene el destino que me le tenía que encontrar precisamente aquí… - Eun mi sonaba aburrida más que sorprendida, recogió los folios que Sang Hee fue dejando a su lado y comenzó a leerlos para distraerse mientras venía Jaejoong. Tenía pinta de ser una larga reunión.

*Tres horas después de la reunión. Restaurante “Haneul” *

Eun mi estaba sentada en una de las sillas del despacho de Junsu, con una tila justo delante de ella en la mesa. Detrás de ella Mih wa la intentaba destensar el cuello masajeándoselo, sin mucho efecto.

-¡Es que no sé por qué narices me he metido yo en esto de verdad! ¿¡En qué momento se ha ido todo a la mierda dios mío!? – Decía Eun mí para sí misma más que para el resto.
-¿Sang Hee entonces no ha podido hacer nada de nada? – Preguntó Junsu nervioso.
-No, es que la p… la puta clausula esa que si tengo más de dos contratos en la agencia no puedo estar en ningún otro sitio. No si desde luego Jaejoong no tiene un pelo de tonto… Ahora mismo estoy hasta arriba de trabajo en la agencia. Y por contrato tiene todo el derecho del mundo a prohibirme estar en otro sitio o a irme. Porque es legal y yo como soy estúpida lo firme. El capullo del Hyun Joong ese con la cara de estúpido que tiene me la coló pero bien… vaya asesor legal que está hecho el muy….
-Relájate Eun mi… - Dijo Mih wa intentando calmarla – Mira, en cierta manera… te ha doblado el sueldo, ya no tienes la famosa deuda. Podrás ayudar a tus padres e incluso comprarte una casa mejor. Mientras cumplas el contrato no te hará nada y vivirás mejor que trabajando aquí.
-Lo se Mih_ah – Dijo Eun mi girándose para mirarla mientras posaba su mano derecha encima de la de su compañera. – Pero sabes que yo no quería entrar ahí. Mi idea era otra ya hora por estúpida estoy obligada. Ahora más que nunca me quiero ir… ahora que ya Jaejoong se ha destapado no quiero estar “en su mismo equipo”.
-Bueno, pero de momento es lo que hay… deberás esperar a que se solucionen los demás asuntillos legales o más bien ilegales que tiene por ahí. Lo mismo cierran hasta la agencia… - Aportó Junsu.
-No sé si Yunho lo permitiría… es su agencia del alma – Eun mi perdió su mirada en el fondo de la taza de tila. Desde luego que si no podía huir de allí de manera legal… al menos tenía que aportar o descubrir algo para echar a Jaejoong. – Bueno… - Dijo centrándose de nuevo en la conversación. – Debo irme… mañana tengo una divertida reunión con mi fotógrafo los estilistas y el chulo de mi jefe.
-Entonces hoy es el ultimo dia que has estado aquí… - Dijo Mih wa nostálgica. Eun mi se levanto y se abrazo a ella.
-Que no pueda trabajar aquí no quiere decir que no venga a visitaros... os echare una mano de vez en cuando…
-Ahora que teníamos más clientela por tener una camarera modelo… - Dijo Junsu rodeando la mesa y abrazándose a ella también.
-Voy a superar esto ya veréis… En cuanto pueda mando a la mierda el magnífico “Balgueonuri” que tanto me ha complicado la vida.
-Ten cuidado al volver.
-Claro. – Eun mi salió del despacho y se fue despidiendo de los compañeros que se encontraba de camino a la salida.
Para su sorpresa… cuando salió del restaurante Kwang Yunho estaba esperándola. Con un ramo de flores en la mano.
-Juro que no te voy a invitar a cenar. – Dijo nada más verla.
-¿Vienes a celebrar mi contrato blindado?
-¿Eh? No, solo… averigüé a qué hora salías y te he traído esto. – Le ofreció el ramo que ella cogió con las dos manos y olio delicadamente. Finalmente lo cogió.
-¿Y eso?
-Bueno, como me dijiste que Changmin te regalo uno… me he puesto celoso… ya sabes lo caprichoso que soy. – Eun mi esbozo una sonrisa que borro inmediatamente, pero no tan rápido como para que Yunho no la viera. – Hoy te acompaño a casa. Tienes mala cara.
-No tengo ganas de ir a casa. Después de tirarme cuatro días metida en la cama con dolores, para un día que me duele menos no voy a volver tan pronto.
-Pero hace frio… mira… - Yunho señalo el cielo, los nocturnos nubarrones lo cubrían espesamente, tanto que juraría que se pondría a llover en breves.
-No tienes por qué venir. – Dijo ella echando a andar en dirección contraria a casa. Sonreía de espaldas a él cuándo notó que la seguía.
-A saber qué haces por ahí, con tu mala suerte lo mismo te atropella una bicicleta. – Eun mí se giró e hizo un intento de mirarle con furia… pero termino riéndose por la cara de idiota que ponía Yunho.
-Es cierto… tengo mala suerte.
-Salvo cuando estás conmigo claro.
-Tsh… - Él dio dos zancadas con las manos en los bolsillos para ponerse paralelo a ella. – Tú tampoco tienes muy buena suerte…
-Quizás… si juntamos tu suerte y la mía seamos invencibles – Dijo él dándola un golpecito con su hombro en el hombro derecho de Eun mí. Ella paró en seco y golpeándole con el ramo en el pecho le dijo:
-¿¡Pero que estas insinuando!?
-Desde luego… - Dijo él parándose a la vez… - Encima de bruta mal pensada. – Del golpe algunos pétalos se habían caído al suelo. Él se agachó a recogerlos y cuando los reunió en su mano derecha se incorporó, para después soplárselos.
-¡Quita hombre…! – Reía ella mientras agitaba la mano para que no le dieran los pétalos en la cara. Entonces se fijó en su reloj. Eran casi las once y mañana debía estar a primera hora en la oficina para la reunión de concepto. - ¡Oh! Me voy a ir. Mañana tengo reunión.
-Yo también.
-No me digas que…
-Sí, soy tu fotógrafo.
-Ahs…. Aigo, aigo… - Se dio la vuelta y comenzó a andar de nuevo pasando de Yunho que la seguía a una distancia prudente. De vez en cuando la chistaba y ella se giraba. A lo que Yunho respondía girando la cabeza como si él no hubiese sido.

Durante el camino no hablaron nada más, tan solo se miraban de vez en cuando. Cuando llegaron al descansillo de casa, Yunho, que llevaba el ramo de flores desde que ella le había pegado con él en el pecho, la rodeo con su brazo derecho dejándole el ramo justo frente a ella y dándole un beso en la cabeza después. Ella cogió el ramo y después de forcejear con la puerta nerviosamente entró en casa echándole una última mirada a Yunho que no se fue hasta que Eun mi cerró la puerta.

La reunión se podría decir que había sido… “de lo más entretenida” los hermanos Kwang soltándose sutiles pullitas en medio de una reunión seria de trabajo mientras los estilistas y grafistas discutían sobre el concepto de las fotos. Habían sido dos horas de pérdida de tiempo básicamente.

Eun mi subió a plató que estaba en la última planta. Hacía tiempo que no tenía una sesión y quería ver a su equipo de maquilladoras con las que había hecho buenas migas. Como Jaejoong oficialmente no podía contar lo que había pasado con Eun mí, se había inventado otra de sus ya conocidas… “mentirijillas” que obviamente, Eun mi debía seguir a raja tabla. Así que sus compañeras en cuanto la vieron la atiborraron a preguntas sobre cómo no se dio cuenta de que aquel coche iba tan deprisa y si el impacto contra el capó fue muy duro y blablablá.

Después de un buen rato hablando, las chicas se fueron yendo dejando a Eun mi allí sola recogiendo unas cosas que se había dejado la última vez. De pronto apareció Yunho con su mochila de la cámara al hombro.

-¡Ey! – Saludó. - ¿Qué haces aquí?
-Nada, estoy recogiendo unas cosas. – Eun mi tan solo le miró de reojo. Yunho estaba parado justo a unos metros detrás de ella. Y parecía estar de mejor humor que en la reunión. Eun mi terminó de guardar unas cosas en el gran bolso que llevaba y paso por delante de Yunho dirigiéndose hacia la puerta. – Nos vemos.
-Oye espera – la dijo después de dejar rápidamente la mochila de la cámara encima de una silla que estaba justo a su lado. - ¿Estás bien? Te he notado tensa en la sala de juntas.
-Más bien diría que habéis sido vosotros los tensos… ese ambiente era insoportable. – Dijo ella girándose. – Estoy cansada, nos vemos. - Le saludo con la mano y se dirigió hacia la salida.
-No seas tan borde – Yunho la seguía haciendo que parasen justo delante de la puerta. – no soy borde solo estoy cansada.
-¿No eres borde? Entonces explícame por que ayer estabas “maja” conmigo y hoy huyes de mí.
-Solo es para que no te acostumbres a mi compañía. No confió en ti para nada.
-Pues es una pena – Dijo acercándose y acariciándola el hombro – Porque ya me he acostumbrado – Y acercó sus labios hasta rozarlos con los de Eun mí. La beso lentamente. Al principio Eun mí no respondió, y de pronto comenzó a corresponderle el beso, haciéndolo más profundo. Despacio, Eun mí se separó de Yunho.
-Sigo sin confiar en ti. – Susurro ella aun con los ojos cerrados.
-No te creo nada. – Dijo él separando notoriamente cada palabra. – No he sido tan malo contigo. – Y cogiéndola por la cintura la arrimo a él de nuevo, volviendo a besarla. Ella se quejó por el pequeño pinchazo en la costilla, aún la dolía. – Hace unos meses me habrías llenado de gritos y golpes por besarte. – Susurró.
-No te hagas ilusiones – Dijo ella separándose y marchándose definitivamente del plató. Yunho se quedó allí parado unos minutos, hasta que finalmente se dirigió a donde estaba la mochila y comenzó a sacar sus cosas.

Unos días más tarde comenzaron las sesiones para las revistas. Los carteles de cosméticos aún no se harían hasta finales de mes así que se debían centrar en los proyectos retrasados por el accidente de Eun mí. Lo bueno de ser tan cotizada era que si se retrasaban un poco en el proyecto no se lo daban a otra así como así. Como suele pasar con otras modelos.

Eun mi sentía algo por Yunho. Eso estaba claro. Pero quien sabe si por azar o por suerte, Eun mi tenía una actitud un tanto reticente con Yunho. ¿Poniéndole a prueba quizás? Sea lo que fuere, Yunho estaba volviéndose loco. Él sabía que Eun mi sentía algo por él. Lo sintió en aquel beso.

La sesión había comenzado. Eun mi tenía tres cambios de ropa. No más. Era lo que tenía ser una colección de alta costura, que mostraban tan solo pequeñas piezas para no adelantar demasiado del estreno en pasarela. Eun mi posaba a las órdenes de Yunho que estaba en su salsa. Desde luego. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de su verdadero trabajo.

Según iba avanzando el día, la gente del “staff” se iba poniendo más incómoda, se notaba que entre ellos había “feeling” y parecía que estaban ellos dos solos en el estudio. A lo largo de la mañana, Jaejoong apareció por allí. Para tocar las narices un rato más que nada. Y después de dar un par de vueltas y quejarse de algunas chorradas sobre el trabajo de Yunho, se fue sin tener mucho éxito con sus peticiones. Jaejoong sería el jefe arriba, pero en el estudio… el único jefe era Yunho y no era aconsejable tener una pelea por el territorio tal y como se estaban cociendo las cosas.

Y por fin, la sesión termino a media mañana sin más sobre saltos.
Eun mí no tenía nada más que hacer así que llamo a Mih wa para despejarse un rato. Necesitaba ir de compras. Tenía pensado desde hacía días hacerles un regalo a Junsu y a Mih wa por su nueva casa, pero sobre todo por el apoyo mostrado hacia ella.

Llego a casa bastante tarde y para su sorpresa, Yunho esperaba apoyado en el marco de su puerta. Su inconfundible chándal “Nike” y la camiseta de deporte de manga larga ajustada hacían la función de lo que se suponía que era un pijama. “Por lo menos ahora lleva ropa” Pensó Eun mí.

-¿Qué, esperando a una de tus conquistas? – Dijo Eun mi rebuscando en su bolso ya pegada a la puerta de su casa. Ni siquiera giró la cara para mirar la expresión de Yunho por ese comentario.
-Justo. – Dijo él cruzándose de brazos. ¿Estaba enfadado?
-Ya decía yo que llevabas mucho tiempo sin traer a nadie. – Venía de buen humor y eso se notaba. Abrió la puerta y tiró el bolso dentro. Hoy tenía ganas de provocarle. – Bueno pues si no te importa…. – Le miró directamente – No hagáis mucho ruido. Que mañana tengo que trabajar. – Y después de guiñarle un ojo cerró la puerta sin darle tiempo a replica. Cosa que a pesar de ser ya costumbre en ella, Yunho realmente lo odiaba.

Así que Eun mi a sabiendas de lo fácil que era picarle, espero tan solo diez segundos con la espalda apoyada en la puerta y entonces... “toc, toc, toc” Yunho llamó. Tan imbécil y predecible como siempre…Eun mi resistió unos segundos más, hasta que volvió a sonar la puerta. Ella abrió con énfasis como si viniera desde lejos.

-¿Quieres algo? – Preguntó ella.
-Necesito hablar contigo. – Dijo el seriamente.
-No entiendo por qué. – Y se apoyó en el marco de la puerta como si nada.
-Porque desde que te bese en el plató no me has dirigido la palabra y eso fue hace 3 días por lo menos. Hasta hoy. Y eso que nos hemos visto por el descansillo y en la agencia varios días. Ni un hola, ni un adiós…
-Ni falta que hace. Simplemente no tengo nada que decirte – Dijo ella girándose él la cogió del brazo suavemente impidiendo que ella se marchara como siempre.
-No puedo más Eun mi_ah. Estoy más que harto de que te marches y no me digas nada. De que dejes que te bese y me digas que no confías en mí. De que me mires y no veas que estoy aquí. – La voz de Yunho sonaba cansado. Eun mi estaba resultando verdaderamente agotadora y él ya… no podía callarse más lo que sentía. Se fijó de pronto que el tirante de la camiseta de Eun mi estaba casi caído, a la mitad de su hombro. Y esbozó una sonrisa.
-¿eh? – Dijo ella al ver que comenzaba a sonreír sin más. ¿Estaba de broma o qué? - ¿Me estás vacilando? – Dijo ella enfadada… - Con lo bien que ibas y siempre lo tienes que… - Entonces la mano de Yunho comenzó a subir el tirante
-Estamos a mitad de Noviembre y hay exactamente 8 grados en la calle. Y tú... – Dijo haciendo una pausa. – Vas en tirantes… - Y terminó de subirle el tirante justo en el momento en el que Eun mí se llevó la mano al hombro, haciendo que sus manos se rozaran. Ella le apretó la mano. Y él se acercó para besarla. Eun mi cogió la mano de Yunho y la retiró de su hombro para colocarla en su cintura. Mientras ella paseaba su mano libre por debajo de la ajustada camiseta de este. El beso comenzó a hacerse más profundo. Justo en ese momento Changmin se asomó por la puerta.

- ¿Yunho? Te has dejado la puerta abier… - Yunho le hizo un gesto con la mano para que le dejara en paz y empujo suavemente a Eun mi hacia dentro de su casa. Changmin suspiro de alivio o de cansancio no está muy claro aún y cerró la puerta. “Por fin...” susurró para sí mismo y continuó estudiando.

Eun mí se deshizo de la camiseta de Yunho después de tirar fuertemente un par de veces. Él la ayudó porque al ser más alto que ella la costaba más. Yunho la guió hasta que llegaron al sillón donde la tumbó despacio, para después quitarla la fina blusa de tirantes, acariciándola cada poro de piel que dejaba al descubierto.

Las agitadas respiraciones se escuchaban por todo el salón, Eun mi besaba el abdomen de Yunho hasta llegar a sus clavículas y el cuello, Yunho mordía sus labios intentando acallar los gemidos incontrolables pero era un trabajo inútil. El roce era perfecto y homogéneo. Para hacer 10 grados fuera parecía que vivían en el desierto..

De pronto Yunho se levantó tirando de Eun mí. Rodeándola por la cintura con sus brazos comenzó a quitarle el resto de la ropa que le quedaba mientras ella le dirigía hacia la habitación. El sillón se les quedaba pequeño. Sus ropas iban cayendo indiscriminadamente por cualquier zona o parte de la casa, pero tampoco es que le dieran mucha importancia. Sus labios fundidos no dejaban pasar ni una brizna de aire entre ellos, ahogando sus sonoros gemidos.

Ni siquiera sabían dónde comenzaba la cama, simplemente se dejaron caer. Sus sudorosos cuerpos se unieron a un mismo ritmo sin dejar tregua a sus labios ni un solo momento.

Sus manos se entrelazaron después de estar danzando por sus cuerpos, acariciando cada zona de ellos. El ritmo cada vez era más intenso, cada vez más fuerte y el oxígeno cada vez más necesario.

Si a Yunho le quedaba alguna duda sobre si Eun mi sentía algo por él, esa noche se solventaron todas.





Nota: Antes de leer el capitulo 11 pasaros por el capitulo 10,lo subi mal y faltaba un trocito del final. Trozo importante.Eso es todo.


Gracias a todos los que os pasais por aquí a leer este
fanfic. ¡Ya queda menos! Tan solo tres capitulos!
Alba.

1 comentarios:

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